b)elaborar una propuesta fotográfica, evidenciando la influencia de corrientes artísticas analizadas en clase. Fundamentar.

Transcripción

1 a) Realizar un análisis comparativo de un retrato pictórico y un retrato fotográfico, ambos producidos en la segunda mitad del siglo XIX. Considerar para su elaboración: aspectos de representación, plásticos y psicológicos del retratado. b)elaborar una propuesta fotográfica, evidenciando la influencia de corrientes artísticas analizadas en clase. Fundamentar. a) The Prayer Óleo pintado por William Adolphe Bouguereau. 1

2 Retrato de Hallam Tennyson. ca Oscar Gustav Rejlander. 2

3 Ambos retratos seleccionados pertenecen a la época victoriana de mitad del siglo XIX, marcada principalmente por la Revolución Industrial. Los grandes cambios culturales e industriales llevaron a avances tecnológicos que lograron el desarrollo de nuevos dispositivos y formas de representación en distintas áreas. En dicho período se observa una gran diferencia entre las clases alta (nobleza), media (burguesía) y baja (campesinos). La pintura fue requerida en su mayoría por la clase alta con el fin de retratar escenas de la vida aristocrática y definir su poder y riqueza. Se distingue en la época al artista William Adolphe Bouguereau, pintor francés academicista tradicional, quien representó en sus obras temas mitológicos y religiosos haciendo interpretaciones modernas de figuras clásicas, haciendo énfasis en la figura de la mujer. Sus pinturas consideradas elegantes y bellas retrataron en su mayoría a vírgenes, madonnas, mujeres y niñas, transmitiendo su inocencia y esencia en las mismas. Fue muy reconocido en la segunda mitad del siglo XIX y sus obras lo llevaron a trabajar para las clases altas y en la decoración de instituciones públicas o iglesias. El estilo utilizado por Bouguereau se encasilla dentro del arte académico, fomentando por las academias de artes que regulaban la formación de los artistas. Fue un arte inspirado por el estilo clasicista representando temas religiosos, históricos, mitológicos y bíblicos en figuras de gran perfección anatómica que reflejaban un ideal de belleza. Estos artistas buscaron la perfección en el trazo, con pinceladas finas y delicadas para lograr el mayor nivel de realismo posible. El arte academicista comienza a trabajar junto con la fotografía academicista que lograba una semejanza perfecta con la realidad, lo que ayudaba al artista a representar con mayor facilidad lo observado. Dentro de la disciplina mencionada podemos destacar a Oscar Gustav Rejlander, fotógrafo sueco radicado en Inglaterra, quien comienza su profesión como pintor influenciado por el estilo de las obras renacentistas y clásicas; para luego iniciarse en la fotografía debido a los avances que observa en ella. Utilizó como método técnicas como albúmina, platino y colodión húmedo. Se destacó por su experimentación en la 3

4 fotografía en el campo del fotomontaje, en los retratos y desnudos de niños pobres o prostitutas, lo que generó gran controversia en la sociedad conservadora de mitad del siglo XIX. Sus obras se centran en la representación de algo distinto a lo que se está observando, captar la esencia del retratado. Logra escenas de de género de la vida cotidiana con sus conocidos y amigos como modelos. La fotografía académica surge del movimiento pictoralista cuyo fin fue darle una identidad a la fotografía como disciplina, al igual que la pintura. En el óleo de Bouguereau se observa a una niña rezando en un plano medio, con pinceladas sutiles logrando realismo y colores en tonos oscuros característicos del arte académico. A pesar de sus tonos la luz utilizada en la pintura permite notar la inocencia de la niña y le otorga un aspecto cálido en la composición. Refleja la belleza y sutileza de las figuras religiosas representadas en dicho período. El retrato de Rejlander transmite una época más contemporánea, aunque daten casi de la misma fecha; se observa a un niño, hijo de Lord Tennyson, amigo del fotógrafo. La situación de retratar conocidos ya logra una distención por parte del artista y cotidianeidad que no se logra en la pintura de Bouguereau. La mirada perdida del nió transmite inocencia pero no una virtud angelical como la del óleo, donde la niña se asemeja a los querubines rosados del renacimiento. En ambas pinturas los niños se encuentran con la mirada fija en algo fuera del encuadre, con la mirada perdida, concentrados en algo que les ocurre a ellos y no mirando hacia adelante, fijando la vista en el espectador. A pesar de la soltura lograda por la definición del cabello y las telas en el óleo, la niña pareciera estar en pose, rígida en la acción, contraponiéndose a la fotografía del niño donde se apoya con tranquilidad su cabeza en la mano y logrando una distención con el efecto de la figura fuera de foco. La fotografía se observa más cruda que la pintura, ya que representa idéntico el momento, permite jugar con la luz pero la expresión del retratado y su psique se muestran tal cual son. 4

5 A pesar de pertenecer a la misma época se observan diferencias no tanto en la representación, ya que el óleo es la más realista posible, sino en la percepción. Al usar el pincel el pintor tiene la posibilidad de dibujar y crear una realidad distinta a la vivida, jugando con colores y luces que la fotografía no permite. b) Untitled, 26 de julio de Londres. Lee Jefries. 5

6 El británico Lee Jeffries nace en Manchester en 1971, donde se dedica hasta el día de hoy a la contaduría. A partir de 2008 comienza a dedicarse a la fotografía como aficionado fotografiando eventos deportivos; es durante una maratón a la que asiste en Londres del mismo año donde comienza un proyecto personal que logra hacerlo reconocido mundialmente. Jeffries realiza retratos de vagabundos y personas en situación de desalojo en distintas ciudades alrededor del mundo. Es un fotógrafo amateur que utiliza la fotografía además de como hobby y manera de conocer otra realidad, para generar una conciencia en la sociedad y recaudar fondos para los desalojados. Su trabajo que comienza en Londres lo llevó a viajar por distintas ciudades de Europa y Norteamérica retratando aquello que la sociedad no ve o pasa desapercibido pero está frente a nuestros ojos. Sus retratos no poseen iluminación artificial sino que son intervenidos luego digitalmente por el mismo; las fotografías son tomadas en zonas oscuras, con o sin iluminación y luego el autor les da un alto contraste para marcar cada uno de sus rasgos. Para el autor lo importante es captar la esencia de cada retratado, en sus obras hace mucho énfasis en la mirada. Su trabajo podría asemejarse con la fotografía periodística, ya que él indaga en el ambiente que retrata, conoce a los sujetos personalmente, conversa con ellos e intenta que les relaten su historia. De esta manera le es posible lograr una conexión con ellos y lograr retratos emotivos. La fotografía no es ver, es sentir; si no puedes sentir lo que estás viendo jamás vas a lograr que otros sientan algo cuando ven tus fotografías (Jeffries, 2011). Su objetivo está claramente ilustrado en todas sus fotografías que logran conmover al espectador. En el retrato elegido se capta el miedo, la tristeza y desamparo de la adolescente sin hogar retratada; por la técnica utilizada puede notarse la suciedad en su rostro, cabello y manos, así como sus rasgos. Su mirada llena de compasión al espectador y lo hace comprender en cierta forma la tristeza y situación que está pasando la niña. El mismo posee puntos de inflexión en distintos aspectos con respecto a la fotografía de Rejlander y el retrato de Bouguereau mencionados en el punto anterior. Todos los 6

7 retratos reflejan el contexto y cuentan la historia detrás del retratado, además de encontrarse en posiciones similares y ser retratos de niños o adolescentes. Observando los tres puede comprenderse de qué manera la tecnología y técnicas de representación han avanzado a lo largo del tiempo pero aún así siguen conservando su carácter. El retrato de Jeffries a pesar de ser el más moderno en definición describe una técnica utilizada especialmente para lograr la impronta del autor y el impacto en el espectador; lo que difiere de los retratos del siglo XIX más inocentes. Esto demuestra como la fotografía además de centrarse en retratar al sujeto ilustra la personalidad y objetivos del fotógrafo. A pesar de ser retratados en distintas épocas y con distintos procesos en las tres imágenes se comprende el mundo interno del retratado, se refleja mediante su mirada y lenguaje corporal su personalidad y cada uno cuenta una historia en particular que puede reflejarse en aspectos que van desde su vestimenta y actitud hasta mirada y definición lograda por el autor. Bibliografía: 7