Primeros libros históricos y proféticos. Mis primeros pasos con la Biblia / Cap. 14 Enigmas de la Biblia - 2

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José Miguel Acosta Navarro
hace 6 años
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1 Primeros libros históricos y proféticos Enigmas de la Biblia - 2

2 Introducción En nuestra historia patria encontramos las raíces, las razones y el fundamento de la vida democrática de nuestro país. Es importante conocer las acciones de nuestros antepasados, con sus virtudes y defectos, para saber asumir con más aciertos, el presente y el futuro de nuestras familias y de nuestros pueblos.

3 14.1- Los libros históricos También Israel, como pueblo elegido, tuvo una historia, unos comienzos que fueron posibles gracias a hombres y mujeres que, llamados por Dios, pusieron las bases de lo que fue el pueblo, hasta los tiempos de Jesús. En eso se basa el contenido de los libros históricos, los cuales se desarrollan en el siguiente contexto

4 14.1- Los libros históricos HISTORIA CIVIL HISTORIA BIBLICA ACTIVIDAD LITERARIA Imperio asirio (años a.c.) Monarquía y división del reino (años ) hasta la caída de Samaría año 722 a.c. Aparecen los primeros salmos. Redacción de algunos escritos de Oseas, Amos, Isaías, Miqueas, Nahún, Sofonías, Habacuc. También ciertos pasajes de Proverbios y un primer escrito del Pentateuco.

5 14.2- Los libros de Josué y de Jueces También los libros de Josué y de Jueces nos presentan la llegada del pueblo de Israel a Canaán y la conquista de la Tierra Prometida. Ambos libros nos cuentan lo mismo, pero de diferente manera. El libro de Josué nos narra una guerra-relámpago entre los hebreos y los cananeos y el exterminio de ciudades como Jericó y Ay, guerra en la que los hebreos consiguieron una gran victoria (Jos 6,20; 8,20-22).

6 14.2- Los libros de Josué y de Jueces En cambio, el libro de los Jueces presenta más bien una lenta sucesión de conquistas; una colonización paso a paso y una ocupación de Canaán que va enfrentando a los hebreos contra las tribus que viven allí. Destaca la ayuda que Dios brinda a su pueblo en los momentos difíciles, por medio de jueces (Caudillos o héroes guerreros) dotados de espíritu de lucha y que contaban con el poder del Señor. Pasado el tiempo, el pueblo necesitó organizarse, ya que vivía en la anarquía; esto es, sin orden, leyes ni metas (Jue 17,6; 21,25), situación que duró hasta la llegada de los reyes de Israel.

7 14.3- Los libros de Samuel y Reyes Con el tiempo, nació la monarquía, institución muy importante en el pueblo de Israel, y a ella se refieren los dos libros de Samuel que junto con los dos libros de los Reyes, nos narran la sucesión de estos soberanos, cada uno con su personalidad y sus bondades.

8 14.3- Los libros de Samuel y Reyes Pero nos narran también la experiencia del pueblo de Dios que trataba de reconocer los designios de Dios en sus reyes, a pesar de los fracasos de éstos. De esta manera, el pueblo vivió, no sin dolor, su división en 2 reinos, con la caída de Samaria en el año 721 a. C. y el derrumbe total de la monarquía, con la caída de Judá y con el destierro, en el año 587 a. C. Los libros de Samuel y de Reyes cubren gran parte de esta fascinante historia, desde los tiempos de Samuel, que fue el último de los jueces, hasta los primeros reyes Saúl, David y Salomón.

9 14.4- Los profetas o mensajeros de Dios En esos tiempos difíciles, cuando parecía que todo estaba perdido, fueron surgiendo los profetas; es decir, los mensajeros del Señor, enviados para realizar una misión concreta en su nombre. Por medio de su palabra, los profetas criticaron y corrigieran al pueblo por haberse desviado del espíritu de la alianza. Llamaron con urgencia a la conversión tanto a la comunidad judía como a sus reyes, anunciando la salvación y llenando de esperanza a los creyentes.

10 14.4- Los profetas o mensajeros de Dios Conocemos a algunos de ellos: Samuel, Elías y Eliseo, que tuvieron a cargo varias cofradías de profetas y lucharon por la fe auténtica en Yahvé. En especial, a los grandes profetas en los tiempos de esplendor profético, antes del destierro a Asiria y Babilonia: Isaías, Oseas, Amós, Jeremías y Sofonías, entre otros. Todos ellos actuaron y hablaron en esos decisivos tiempos de la vida del pueblo elegido, animándolo en la esperanza y llamándolo a la conversión.

11 14.4- Los profetas o mensajeros de Dios Sabemos que el pueblo y sus gobernantes casi no atendieron sus palabras; el reino se dividió y sobrevino la catástrofe. El reino de Israel sucumbió ante Asiria y el de Judá ante Babilonia, siendo ambos llevados al destierro. Se cumplió así la palabra de aquellos hombres de Dios. Sin embargo, en medio de aquella gran prueba, los profetas anunciaron la salvación, haciendo ver a todos que Dios nunca había olvidado a su pueblo, que lo seguía amando, que perdonaba sus pecados y que lo haría volver a su tierra.

12 14.5- La esperanza mesiánica En los momentos más difíciles, Israel aguardaba con fe e ilusión la llegada del Mesías, el enviado de Dios y el anunciado por los profetas. El Mesías es un ungido de Dios, un hombre consagrado a liberar y guiar al pueblo, como en su momento lo hicieron Moisés, Aarón, Josué, Samuel. Es un descendiente de David, que lo supera en mucho, pero que llega a cumplir los oráculos de los profetas de tiempos nuevos, cielos y tierra nueva (Is 66,22).

13 14.5- La esperanza mesiánica Con distintas imágenes Israel siempre soñó con el Mesías, llamándolo Emmanuel, Retoño, Profeta, Siervo, Hijo del Hombre, el Esperado, el Justo, el Rey por excelencia de su pueblo. En toda su historia, la figura del Mesías fue la esperanza y la fuerza que le dio a Israel la confianza para seguir esperando en las promesas divinas, seguir soportando las adversidades y seguir aguardando el futuro con renovada ilusión, es decir, el cumplimiento de las antiguas promesas de salvación.

14 14.5- La esperanza mesiánica Los profetas animaron en el pueblo la esperanza en el Salvador, el Mesías prometido por Dios, que vendría a instaurar el verdadero Reino, de justicia y de paz. Los cristianos hemos visto en Jesucristo a ese Mesías esperado. Él no solamente ha salvado a Israel, sino también a todos nosotros, haciéndonos hijos de Dios, salvándonos del pecado por su Muerte y Resurrección.

15 14.5- La esperanza mesiánica Nos ha hecho parte del nuevo pueblo de Dios, la Iglesia, servidora y signo del Reino. En Él las esperanzas y las ilusiones que tanto aguardaron los judíos se cumplieron en plenitud. Él es el Hijo de Dios, nuestro Redentor, el Camino, la Verdad, la nueva Vida, el agua y el Pan de la vida; la luz en nuestro camino, la razón de nuestra fe, el centro del cristianismo, el fundador de la Iglesia.

16 Recomendación Les invitamos a leer los libros de: Josué, Jueces, Samuel y Reyes. La lectura pausada de estos textos históricos y proféticos de Israel nos animará a proclamar el mensaje cristiano: la Buena Nueva de que Dios nos salva en Jesucristo y el compromiso de vivir la fraternidad con todos.

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