UNA CADENA DE BENDICIONES RESULTADOS DE LA JUSTIFICACIÓN Romanos 5:1-8

Transcripción

1 Bosquejo #11 UNA CADENA DE BENDICIONES RESULTADOS DE LA JUSTIFICACIÓN 5:1-8 En este momento hemos caído en el capítulo 5, el cual se constituye en un paréntesis dentro de la epístola, donde veremos algunos aspectos adicionales de la justificación por la fe, ya que si seguimos el orden hasta aquí mantenido, tendríamos que continuar con el capítulo 6, donde el apóstol Pablo trata la doctrina de la santificación. Pero sabemos que para Dios no hay casualidades; el apóstol Pablo ha sido inspirado por el Espíritu Santo y no es por casualidad que nos hayan sido reveladas las amplias perspectivas de la obra de la cruz en medio de estas dos grandes doctrinas que son: La justificación y la santificación. Este paréntesis va a ser dividido en tres estudios y serán vistos de la siguiente manera: 1. UNA CADENA DE BENDICIONES (RESULTADO DE LA JUSTIFICACIÓN) (Ro. 5:1-8) 2. UNA SALVACIÓN COMPLETA (Ro. 5:9-11) 3. UN HOMBRE PARA MUERTE - UN HOMBRE PARA VIDA (Ro. 5:12-21) Ahora bien, siguiendo el orden trazado, en esta oportunidad nos detendremos a ver que el hombre justificado es aquel que acepta por la fe el hecho de la cruz y la resurrección de Cristo (conclusión del mensaje anterior), de modo que la nueva relación con Dios que resulta de "estar en Cristo", produce una verdadera revolución espiritual que se limita a los aspectos judiciales de la posición del creyente frente al trono de Dios. Hermanos, debemos estar cuestionándonos cada día: Qué pasa con nuestra vida espiritual? No es simplemente saber que estamos justificado frente a Dios por la obra de la cruz. Es experimentar un cambio real que nos lleve a obtener estas bendiciones que por gracia recibe un verdadero creyente, cuando es justificado por la fe. Hermanos, qué pasa, que ahora se convierten las personas y a la mayoría hay que andarles atrás para que experimenten algún tipo de interés por las cosas

2 Iglesia de Convertidos a Cristo 2 del Señor y mantengan el gozo en la vida cristiana, o para que deseen recibir las bendiciones de un creyente genuino. Hay que decirles: Lee la palabra; Bautízate; Ofrenda para que seas bendecido; Sujétate a la voluntad de Dios; Pon en actividad tus dones, etc. etc. Hermanos, ésta debe ser una oportunidad en que podamos hacernos una revisión espiritual, así como la que nos demanda el apóstol Pablo en (2 Co. 13:5 y 6). Aquí se dice: Examinaos a vosotros mismos (con sinceridad) si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados? Ojalá que podamos hacer esto, analizando ahora nuestras vidas por medio de la Palabra, cuando veamos: I. LA BENDICIÓN DE LA PAZ II. LA BENDICIÓN DE LA GRACIA III. LA BENDICIÓN DEL AMOR Veamos primeramente, qué es: I. LA BENDICIÓN DE LA PAZ (Ro. 5:1) A. LA PAZ BROTA DE LA JUSTIFICACION POR LA FE 1. PAZ = Seguridad, tranquilidad. PAZ = Está definida por la palabra griega Eirene que traduce la palabra hebrea Shalom. PAZ = Describe, en su significado: (a) bienestar; (b) serenidad; (c) prosperidad; (d) felicidad. Siendo siempre, el tradicional saludo hebreo.

3 Iglesia de Convertidos a Cristo 3 PAZ = Describe también: (a) las buenas relaciones con Dios. (b) la buena voluntad entre las personas. (c) la buena relación personal, de intimidad y de amistad. 2. La paz es una virtud que es parte del fruto del Espíritu, transmitida por medio de la gracia de Dios a todos los creyentes que han nacido de nuevo y por tanto han sido justificados por la fe en Cristo. Este primer versículo del capítulo 5 nos indica esta verdad. Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. 3. La paz que recibimos por medio de nuestro Señor Jesucristo no es el tipo o clase de paz que el mundo ofrece, de hecho tenemos dos textos donde se nos dice esto (Jn. 14:27 y 16:33). Es por tanto necesario que aprendamos a distinguir la paz del Señor, la cual evidentemente brota de la justificación por la fe, de la paz que ofrece el mundo. B. LA PAZ ES FRUTO DE LA JUSTIFICACIÓN POR LA FE 1. Al ser justificado, ya no hay miedo; ni turbación; ni dudas porque cuando creemos por fe dependemos totalmente de Dios. Esta dependencia de Dios produce en el creyente la seguridad que necesita para estar en paz, sabiendo que sus pecados son perdonados y que Dios está de nuestra parte. 2. El apóstol Pablo nos demuestra en Filipenses 4:6-7, que esta paz de Dios en nosotros es interna, y debe gobernar nuestro corazón. El texto dice: Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Para que tengamos paz debemos conocer sus promesas y llevar a nuestro corazón, su Palabra (Col. 3:16). 3. Al ser justificados por medio de la fe, ya no estamos en guerra con Dios, ya no somos enemigos de Dios como lo es todo el impío que no confiesa a Cristo Jesús como Señor y Salvador, sino que por el contrario sabemos que somos hijos de Dios y sabemos que ese Padre Celestial nos dará todas las cosas en abundancia (Mt. 7:11).

4 Iglesia de Convertidos a Cristo 4 C. LA PAZ VIENE A NOSOTROS SÓLO POR CRISTO 1. Jesucristo es el que justifica y es por la fe en su sangre y en su resurrección que recibimos la justificación ante Dios de nuestros delitos y pecados (Ro. 8:31-34). Es por tanto necesario aclarar que no hay otro medio de justificación por el cual los hombres pecadores podamos tener la paz con Dios. 2. 5:1 declara el medio por el cual somos justificados, cuando dice: Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. Lo que nos deja dicho bien claro que este es el medio establecido por Dios para obtener la paz con él. 3. Debemos preguntarnos aquí: Es una realidad la paz de Dios en nuestra vida? Es la paz, fruto de nuestra justificación ante Dios o nos estamos auto engañando? Si no hemos obtenido la paz verdadera, entonces estamos mal con Dios y cómo podemos ver, no seríamos justificados. El hecho no es que dudemos del poder de Dios, sino que estemos seguros de que ese poder es un hecho real en nuestra vida cristiana. Hermanos, también tenemos por la fe. II. LA BENDICIÓN DE LA GRACIA (Ro. 5:2-5) A. LA GRACIA EN LA CUAL ESTAMOS FIRMES Y NOS GLORIAMOS (v. 2) 1. Además de saber y comprobar que somos justificados por medio de la fe en la obra de Nuestro Señor Jesucristo, también debemos estar seguros de permanecer firmes en esta gracia, que es el estar justificados. 2. Igualmente nos dice el texto que si somos justificados, debemos gloriarnos en la esperanza de la gloria de Dios, sabiendo que sus promesas son eternas y fieles, como pudimos ver, que ocurrió con nuestro padre Abraham. 3. El estar sumergidos en esta gracia es motivo para gozarnos grandemente, siendo ésta, un don inmerecido que recibimos

5 Iglesia de Convertidos a Cristo 5 de Dios, pues no hemos hecho nada para ganarlo. Esto nos lleva a gloriarnos en la esperanza de su gloria. B. LA GRACIA QUE PRODUCE EL GLORIARNOS EN LAS TRIBULACIONES (v. 3) 1. El apóstol Pablo ahora nos declara que además de gloriarnos en la esperanza de la gloria de Dios, también por esta gracia tenemos el poder para gloriarnos en las tribulaciones, porque sabe que la tribulación produce paciencia, y la paciencia prueba, y la prueba esperanza, la cual no avergüenza. 2. Ahora debemos hacer mención de la ilustración del bordado: Depende de donde lo veamos, pues si es visto desde abajo, es confuso, pero si es visto desde arriba, es claro y precioso. Cuando el creyente ha gustado de la gracia de Dios, entiende de otra manera cualquier tribulación que pueda afectar su vida, pues la ve desde la perspectiva de Dios (desde arriba) y sabe que su Padre tiene un plan para su vida y desea que lo realice para su gloria. 3. Cuando pasamos por tribulación tenemos la esperanza de que Dios ha de lograr algo maravilloso en nosotros y estamos seguros que esto no sólo será para bendición de nuestra vida, sino que será para la gloria de Dios, por tanto no nos avergüenza ningún tipo de tribulación que tengamos en esta tierra. C. LA GRACIA QUE NOS LLENA DE VIRTUDES ESPIRITUALES (vv. 4, 5) 1. Las tribulaciones que vienen por la gracia de Dios y en la cual nos podemos gloriar, producen en nosotros paciencia y la paciencia nos prueba y la prueba nos da esperanza, una esperanza que no avergüenza. 2. Decimos que esta esperanza no avergüenza porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. Debe estar claro que esta gracia de Dios obtenida por medio de las tribulaciones nos

6 Iglesia de Convertidos a Cristo 6 lleva a cultivar virtudes espirituales, que son parte del fruto del Espíritu, las cuales sabemos que deben ser parte de nosotros. 3. Estamos firmes en la gracia de Dios? Nos gloriamos en él en la tribulación y en las pruebas? Podemos decir como el apóstol Pablo? Porque todas estas cosas padecemos por amor a vosotros, para que abundando la gracia por medio de muchos; la acción de gracias abunde para gloria de Dios (2 Co. 4:7-15). Hagamos esto una realidad por haber recibido: III. LA BENDICIÓN DEL AMOR (Ro. 5:6-8) A. MURIÓ POR LOS IMPÍOS (v. 6) 1. Como dice el texto: Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos. Como podemos ver aquí, la palabra débil se traduce como impotente, incapaz de poder hacer algo por nosotros mismos. 2. La realidad es que todos los impíos están muertos, separados de Dios y destituidos de su gloria, por tanto, incapaces de poder hacer algo bueno por su alma. Es aquí donde se muestra el gran amor de Dios, en que murió por los impíos en el momento preciso, en el cual nuestra condición no nos permite hacer nada para salvarnos. 3. Es maravilloso ver el amor de Dios, el cual derramó en nosotros por medio de su Espíritu, para que entendiéramos su obra a nuestro favor. Esto fue un socorro oportuno, en el tiempo preciso en que lo necesitábamos. B. MURIÓ POR LOS INJUSTOS (v. 7) 1. El texto a continuación nos declara: Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Los mártires mueren por lo que creen es justo o por lo que es bueno, pero si supieran la realidad, morirían? La respuesta sería negativa.

7 Iglesia de Convertidos a Cristo 7 2. Sin embargo en esto se materializó el amor de Dios, en el hecho de que tomó la decisión de morir por los que él sabía que éramos pecadores. Esto es algo incomprensible por la mente humana egoísta, que solo piensa en sí. 3. Cuán difícil fue para el Señor morir por los que sabía que le rechazaban, por los que le daban de golpes, por los que le coronaron de espinas, por los que le clavaron en la cruz, por los que le dieron a beber vinagre, por los que le clavaron la lanza en el costado. Fue el justo por los injustos. C. MURIÓ POR LOS PECADORES (v. 8) 1. Así mostró Dios su amor para con nosotros. Como dice el texto: Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Aquí se ratifica el amor de Dios, el cual fue demostrado por este acto de amor. 2. Es bueno traer a memoria el texto de Juan 15:13 que dice: Nadie tiene mayor amor que éste, que uno ponga su vida por sus amigos. Si este amor es grande, imaginémonos cuán grande será el amor de aquél que pone su vida por sus enemigos. 3. Concluyendo, tenemos que aceptar que éste es el acto de amor más grande que podemos encontrar en toda la historia de la humanidad, entendiendo que Cristo conocía todo lo que implicaba morir por los pecadores, sabiendo que él tenía un conocimiento íntimo de lo que había en el corazón de los hombres (Jn. 2:23-25). CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN: Todo hombre pecador tiene que humillarse ante Dios cuando comprende su obra en su favor. No hay corazón más duro que aquel que se endurece ante tan grande amor, demostrado a los hombres. Ojalá que nuestra vida sea consagrada a él en la misma medida en que comprendemos como por él tenemos esta cadena de bendiciones, la Paz, la gracia y el Amor. Hermanos, esta es la realidad del resultado de un creyente justificado: 1. Posee paz interna como producto de la paz con Dios.

8 Iglesia de Convertidos a Cristo 8 2. Se gloría en todo lo que le ocurre en la providencia de Dios, sea bueno o sea considerado malo, porque sabe que todo obrará para su bien. 3. Actúa por agradecimiento ante la bendición del amor de Dios.