HACIA UNA ESCALADA EN GAZA

Transcripción

1 HACIA UNA ESCALADA EN GAZA Mario Wainstein No será la primera vez que organizaciones terroristas lleven a cabo una incursión menor que una guerra, pero mayor que la sola defensa pasiva, como reacción a determinados atentados. Ariel Sharón sostenía que incluso la Guerra del Líbano (1982) se debió a la acción terrorista de Al Fatah, con lo cual no estoy de acuerdo porque Fatah respetaba los acuerdos tácitos y evitaba bombardeos de la Galilea, precisamente para evitar esa incursión masiva que derivó en la guerra. Para analizar la situación y trata de prever lo que podría suceder, tenemos que tener en cuenta una serie de factores de los que se definen como ineludibles, de esos que no dejan ninguna opción ni margen de maniobra. Eliminadas así algunas o varias opciones, se pueden analizar las que quedan. Sderot es una ciudad que, al igual que todo el Néguev Occidental, se encuentra en soberano e indiscutido territorio israelí. Es un territorio universalmente reconocido como tal por la familia de las naciones e incluso por los propios palestinos, que aceptan una negociación y no

2 reivindican para sí esa zona. Los palestinos que no reconocen la soberanía israelí sobre Sderot tampoco la reconocen sobre Tel Aviv. La analogía no es coincidencia. Quiero decir con ella que tanto para Hamás como para Israel no hay ninguna diferencia entre Tel Aviv, Sderot, Rishon Letzion y el kibutz Zikim. Si en Rishon Letzion o en Herzlía o en Kfar Saba cayeran de repente cinco cohetes en un día; o si cayesen a un promedio de tres por día durante una semana entera; o si como consecuencia de ese bombardeo hubiera resultado herido un niño pequeño, se puede estimar que Israel reaccionaría en forma enérgica, decidida y seguramente muy violenta. Supongo que algo similar haría Francia si se bombardeara así a Grenoble o España a la Costa Brava. El año pasado cayeron en el Néguev Occidental 946 cohetes Kasam y en lo que va de este 2007, cerca de 800. Como la decidida y casi manifiesta intención de los agresores en el lado palestino es precisamente promover una escalada, Israel se mantuvo al margen, optó por una defensa más estática y consideró que las ganancias diplomáticas eran más importantes que las pérdidas en seguridad. No sólo evitaba una compleja y complicada acción, sino que dejaba limpia la atmósfera que permitía el diálogo con los palestinos pragmáticos liderados por Mahmud Abás. 2

3 Esa etapa concluyó. Israel no puede continuar soportando esta situación y un próximo impacto trágico será la señal para ir liberando opciones que hasta ahora se prefería no utilizar. Tanto Ehud Barak como Gabi Ashkenazi aludieron a una gran acción'' en Gaza, pero la verdad es que hay etapas que le preceden y son más efectivas. Tenemos que entender que en esta guerra nunca tendremos de nuestro lado a la opinión pública mundial y es muy probable que muchas de las acciones propuestas estén en contra de la ley internacional. Pese a ello, conviene tenerlas en consideración y sopesarlas, porque en definitiva debemos optar por la menos perjudicial, pero que nos asegure que la gente en Sderot viva con tanta seguridad como en Tel Aviv. Los castigos colectivos, además de injustos, son contraproducentes. El efecto de dejar a Gaza sin corriente eléctrica seguramente será el de cohesionar a la población en torno al Gobierno. Es como los bombardeos a población civil: cuando los alemanes lo hicieron en Londres la población respaldó a Churchill, cuando los aliados lo hicieron en Berlín y Dresde la población respaldó a Hitler. Israel y Tzáhal no pueden asegurar que no caerán inocentes entre los palestinos, pero sí pueden hacer todos los esfuerzos necesarios y posibles 3

4 para que no sea así o para que sea lo menos posible. Teniendo eso en cuenta, hay que buscar a todos los involucrados en el disparo de cohetes y abatirlos de todas las maneras posibles, desde el aire y desde tierra, en el terreno de los hechos y en sus escondites. Como con eso no habrá de alcanzar, Israel debe volver a las ejecuciones sumarias de los líderes de Hamás y de Yihad Islámica, desde el jefe de operativos en un barrio marginal hasta Ismail Haníe, Mahmud A-Zahar y Jaled Mashal. En el pasado, cuando se optó por esa vía y después de abatir a Ahmed Yasín y a Abdel Aziz Rantisi, fue Hamás quien pidió, suplicó, la tregua que se pactó y duró un par de años. Esa clase de operaciones son contrarias a la ley internacional y de hecho constituyen asesinatos, en cuanto se trata de ejecuciones sumarias, sin juicio. Se trata incluso de un paso que puede considerarse no ético: la matanza de líderes políticos. Pero la cuestión es elegir entre inmoralidades y optar por la menor. Cuáles son las opciones? Una es dejar las cosas como están, y que los cohetes sigan cayendo sobre civiles, matando de tanto en tanto a gente inocente. La otra es ponerle fin mediante una acción militar terrestre que costará la vida probablemente a centenares de soldados israelíes y a 4

5 millares de palestinos. La de matar a los que se empeñan en mantener el estado de guerra, me parece la menos inmoral de todas las opciones. Claro que todo el mundo civilizado estará en contra nuestra, por suerte. Digo por suerte, porque conozco la fórmula para hacer que esté a favor: consiste en que el próximo cohete Kasam disparado por los palestinos haga impacto en un parvulario o una escuela primaria y mate a quince niños, cuyos restos destrozados puedan ser exhibidos por la televisión y la prensa de todo el mundo. A veces es preferible que te odien. Ese odio, los llamados a boicotear a Israel, los insultos que sistemáticamente apuntarán a comparar a israelíes con nazis para satisfacción de una Europa indolente y cómplice durante el Holocausto, no deben preocupar mientras nosotros mismos nos pongamos, incluso con la ayuda de nuestra propia Justicia, los frenos y límites para el uso de la fuerza. Cuando se llevó a cabo el operativo Muro de Defensa se dijeron de Ariel Sharón y de Israel todas las barbaridades posibles. El tiempo pasó, los insultos quedaron sepultados en el olvido, pero el terrorismo suicida que se cobraba decenas y centenares de víctimas anuales comenzó a declinar y desaparecer a partir de ese momento. 5

6 Si el mundo ilustrado quiere que Israel no cometa actos reñidos con la ley internacional, tiene la obligación de mostrar la forma en la cual se puede evitar que sus ciudadanos sean carne de cañón (o de cohetes) sin hacerlo. Claro, hay algunos que nos propondrán acostumbrarnos o ceder, no se entiende en qué. Como aquel que sufre de amoríos y le aconsejan: cástrate y se te pasará. De todas maneras, he aquí lo que Israel no debe hacer: blindar las casas y edificios de Sderot, y de todos los poblados cercanos, y mañana los de Ashkelon y después los de Ashdod, y así sucesivamente. Primero, porque los ciudadanos israelíes, aun en Sderot, tienen derecho de caminar por las calles y no sólo confinarse en sus viviendas. Segundo, porque desde las Compañías Nocturnas de Wingate y la de Itzjak Sadé, la defensa israelí es activa y no se queda esperando la próxima caída del misil. Tercero, porque atenta contra la verdadera solución del problema, que consiste en que al otro no le convenga atacar. Quisimos y queremos que no le convenga, por temor a perder los enormes beneficios que brinda la paz. Pero si no entra en razones, estará bien que no le convenga por el miedo pánico a la dolorosa reacción israelí. 6