1 TIMOTEO. PROGRAMA No Capítulo 1:3-7

Transcripción

1 PROGRAMA No TIMOTEO Capítulo 1:3-7 En nuestro, programa anterior, amigo oyente, vimos la introducción de esta epístola a Timoteo que hemos comenzado a estudiar, escrita por el Apóstol Pablo. Y destacamos el hecho de que el saludo de esta carta es diferente a todas las otras cartas que él había escrito hasta entonces. Es decir, que no hay ninguna otra en la cual uno puede encontrar esto tal cual está aquí en esta epístola. Y vamos a poder encontrar a través de esta epístola, así como también en las otras epístolas pastorales, esto es, esta primera y la segunda epístola a Timoteo, y también la epístola a Tito, veremos expresiones que Pablo no usa en ninguna otra parte. Obviamente, podemos ver que él hablaba con estos jóvenes predicadores y aquellos que eran íntimos de él, de una manera en que probablemente él no siempre hablaba públicamente. No le hubiera gustado a usted haber sido Timoteo? Haber viajado con el apóstol Pablo, y haber podido observar la forma de pensar de este hombre y que él abriera su corazón para usted? Poder hablar con él de una manera más íntima? Bueno, ahora él nos está hablando a usted y a mí. No es Pablo directamente, sino el Espíritu de Dios quien está aquí y es en realidad Dios quien nos está hablando a través de la epístola que Pablo escribió a este joven predicador. Estas expresiones que encontramos aquí y las grandes verdades que tenemos aquí son algo para usted y para mí hoy. Es algo muy íntimo. Muy personal. Y aun cuando es muy personal, tiene que ver con la iglesia local. Tiene que ver con el cuerpo de creyentes TTB 4866 Página 1 de 9 Programa No. 0900

2 al manifestarse a sí mismo en la comunidad, y es así como debe manifestarse la Iglesia. Y, amigo oyente, por tanto, nosotros creemos que cada creyente debe ser identificado, o mejor dicho, debe identificarse con alguna Iglesia. En nuestro programa anterior, finalizamos con la introducción breve que tiene esta carta. Tuvimos que apresurarnos un poco cuando estábamos hablando de esa parte donde dice: gracia, misericordia y paz, de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor. Él está diciendo aquí que Timoteo es su propio hijo en la fe, pero que Dios es nuestro Padre, el Padre de Pablo, el Padre de Timoteo, y Él es su Padre, amigo oyente, si usted ha recibido a Cristo como su Salvador. Él es mi Padre porque yo he recibido a Cristo, y he entrado a formar parte de la familia de Dios; y qué privilegio es este amigo oyente. Usted debe recordar que Pablo había sido un fariseo, y en el judaísmo, nunca tuvo el privilegio de llamar a Dios su Padre y a Cristo Jesús nuestro Señor. Eso es algo que nosotros pasamos por alto. Esto es algo, como hemos dicho en nuestro programa anterior, que se necesita tanto hoy que cualquiera en la Iglesia, cualquier función que usted tenga en la Iglesia, cualquier cosa que usted tenga que hacer en la Iglesia local, usted tiene que hacerlo no sólo en el nombre de Cristo, sino que usted lo hace por Su mandamiento. Usted debe recordar que Él es la cabeza de la Iglesia, Él es el Señor. Él había dicho antes: me llamáis Señor, Señor, y no hacéis las cosas que os digo. Ustedes no me obedecen. Yo me pregunto si Él no diría eso de muchos de nosotros hoy. No es simplemente llamarle Señor a Él. Él dice que hay muchos en aquel día que van a decir: Señor, Señor, no hicimos esto?, o dirán, no hicimos esta otra cosa por Ti? Estuvimos muy ocupados por Ti. Pero, Él les va a decir: Bueno, yo ni siquiera les conozco a ustedes. Yo no sabía que ustedes estaban haciendo eso en mi nombre. Por cierto que no lo hicieron en esa manera. Ustedes no buscaron hacer mi voluntad. Ustedes no buscaron cómo obedecerme. TTB 4866 Página 2 de 9 Programa No. 0900

3 Esto es muy personal, como podemos apreciar. Comenzando ahora con el versículo 3, en este capítulo 1, de la primera epístola a Timoteo, tenemos una advertencia contra falsas doctrinas, y la doctrina es algo muy importante. Ya hemos dicho anteriormente en esta epístola que es credo y conducta. Y su credo tiene que estar correcto antes de que su conducta pueda ser correcta. Usted no puede andar pensando mal y actuando correctamente. Eso es algo así como una imposibilidad. Hay muchas personas que critican la forma en que manejan las mujeres. En cierta ocasión, un hombre dijo: Cuando una mujer que está manejando se acerca a un cruce de caminos, y saca su mano por la ventanilla, qué es lo que eso significa? Y, quien estaba escuchando le contestó: Bueno, no sé. Bien, dijo este hombre, eso sólo significa una cosa, que ella ha bajado la ventanilla, eso es todo. Es que uno nunca sabe lo que va a pasar, porque hay veces que ella señala que va a ir a la izquierda y entonces voltea a la derecha, y viceversa. Lo interesante es que los hombres también hacemos lo mismo. Pero cuando uno hace algo así su forma de pensar y su forma de actuar causan grandes dificultades. Usted no puede continuar de esa manera en esta vida, pensando mal y actuando correctamente. Ahora, en el versículo 3 leemos: 3 Como te rogué que te quedases en Éfeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina, (1 Tim. 1:3) Usted recuerda que Pablo les dijo a los Gálatas que no había otro evangelio. Los judaizantes están predicando otro evangelio, pero él dice que, en realidad, no existe ningún otro evangelio. Hay sólo uno. Y con la doctrina, es lo mismo. Esta palabra doctrina indica las enseñanzas de la Iglesia. Ahora, cuáles son las enseñanzas de la Iglesia? Qué debería ser? Bueno, debería ser aquello que era al mismo comienzo. En TTB 4866 Página 3 de 9 Programa No. 0900

4 el día de Pentecostés, dice: Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles. Ahora, había cuatro cosas que caracterizaban a la Iglesia: la doctrina de los apóstoles; la comunión unos con otros; el partimiento del pan, o sea la cena del Señor; y las oraciones. Esas son las cuatro impresiones digitales, por así decirlo, de la Iglesia visible, y creemos que también son las mismas hoy. La Iglesia no es una Iglesia si la doctrina no es la doctrina de los apóstoles. En cierta ocasión, dos Pastores estaban conversando, y el uno le dijo al otro: Hay tantas cosas en las que nosotros estamos de acuerdo, estamos de acuerdo en aquello que es básico, por tanto no deberíamos separarnos a causa de las cosas que, en realidad, no son esenciales. Y, amigo oyente, estamos de acuerdo con esta declaración. Ahora, nuestro sentimiento es que nos da pena que todos no crean como creemos nosotros, pero eso es lo que sucede. Pero hay ciertas verdades básicas, y una de ellas es la doctrina de los apóstoles; su entendimiento de la Palabra de Dios. Ellos enseñaban la inspiración total, verbal de las Escrituras. La integridad, la infalibilidad de la Palabra de Dios. Ellos enseñaban la deidad de Cristo. De paso digamos, que el apóstol Pablo, en esta epístola, presenta una vista sublime del Señor Jesucristo. Hay algunos que dicen que Él nunca enseñó la deidad de Cristo. Sin embargo, amigo oyente, esa es una de las cosas que Pablo destaca tan claramente como el sol del mediodía. Él es muy claro en cuanto a la deidad del Señor Jesucristo. Qué piensa usted que él quiso decir cuando dijo aquí: Gracia, misericordia y paz de Dios, nuestro Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor? Él lo está colocando al lado mismo de Dios nuestro Padre, y lo está haciendo a Él Dios aquí, y esto lo podemos ver una y otra vez en estas epístolas pastorales. Y ahora, hablando a este joven Timoteo, él dice: Como te rogué que te quedases en Éfeso. Éfeso era un importante centro de esa época. Pablo pasó más tiempo en ese lugar que en cualquier otro lugar. Él tuvo su mayor ministerio en este lugar. Él dijo: Yo quiero Timoteo que te quedes en Éfeso, y yo iré a Macedonia, (y por cierto que allí necesitaban mucha ayuda), TTB 4866 Página 4 de 9 Programa No. 0900

5 para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina. Eso era lo importante. La enseñanza de la Iglesia tiene que ser algo correcto, propio; y si no está bien, entonces, no es una Iglesia, y no interesa cuántos sean los diáconos y ancianos y ministros y directores de canto y coros y escuelas dominicales que usted pueda tener. Si allí no se tiene la buena doctrina, entonces, no es una Iglesia. Que no enseñen diferente doctrina. Eso es lo que él está diciendo aquí. Luego, nos sigue diciendo: Ni presten atención a fábulas. Es decir que no le preste atención a los mitos y fábulas. Y, en Éfeso, se encontraba el corazón de las religiones misteriosas de aquel día. En ese gran centro se podía encontrar los templos a Adrián; los templos de Troya; el gran templo de Diana de los Efesios, todo eso estaba allí en Éfeso, junto a las demás religiones misteriosas del lugar. Ahora, Pablo dice que esas cosas están pasando porque están basadas en mitos, en la mitología de los griegos. Ni presten atención a las fábulas y genealogías interminables. Esta expresión es algo muy interesante la que utiliza Pablo. Esto puede referirse a la filosofía de Filón. Filón fue un israelita muy destacado, brillante podríamos decir, que tomó el Antiguo Testamento y lo espiritualizó. Él trató de introducir el punto de vista de la mitología. Y tenemos eso hoy. En algunos seminarios, por ejemplo, dicen que el libro de Génesis es un mito. Es decir que todas las historias allí son mitos; que estas personas no vivieron y cosas por el estilo. Sin embargo, hoy tenemos una acumulación tal de descubrimientos arqueológicos y cosas relacionadas con eso, que notamos que no se enfatiza tanto esa filosofía como se enfatizaba en días pasados. Pero aun así, hay quienes creen en eso, y son simplemente genealogías interminables: tratan con esta clase de cosas y hacen de la Iglesia simplemente una continuación del judaísmo. Es una genealogía después de otra, y no hay diferentes dispensaciones. Así es que puede referirse a esto. También debemos decir que los griegos estaban enseñando aquello que es conocido como demiurgo, es el nombre del dios creador de la filosofía platónica. O sea eón que en el gnosticismo es una inteligencia eterna emanada de la Divinidad Suprema, y esa fue la primera TTB 4866 Página 5 de 9 Programa No. 0900

6 herejía en la Iglesia: el gnosticismo. Por ejemplo, había ciertas emanaciones provenientes de un centro divino, y el original creó una criatura; y esa criatura creó otra criatura que estaba debajo de él y otra debajo del mismo, y así seguía hacia abajo. En esa línea, uno puede poner a Jesús como uno de ellos. Y eso es lo que ellos estaban tratando de hacer. Y Pablo dice aquí en el versículo 4: 4 ni presten atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas más bien que edificación de Dios que es por fe, así te encargo ahora. (1 Tim. 1:4) Es decir que, todas esas cosas no te van a edificar en la fe. Si usted nota en las iglesias liberales, usted podrá apreciar mucho fruto de incredulidad que ha estado en la Iglesia. Esto ha producido un grupo de individuos o personas sin compasión, duras; ellas no tienen ninguna fe. Rechazan la Palabra de Dios hoy y algunas de las cosas que están sucediendo en el liberalismo hoy son completamente increíbles. Y luego, Pablo dice aquí en el versículo 5, de este capítulo 1, de la primera epístola a Timoteo: 5 Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida, (1Tim. 1:5) Si lo que se enseña en la Iglesia no es producto de amor nacido de corazón limpio, (y esas expresiones, digamos de paso, pueden ser usadas de una manera íntima con este joven predicador; Él nunca utilizó esta clase de lenguaje cuando escribía sus epístolas a las iglesias); pero, si lo que se enseña en la Iglesia no es producto de amor nacido en corazón limpio, entonces, no sirve para nada. Y ahora, nosotros nos preguntamos, qué es un corazón limpio? Bueno, está en contraste con la vieja naturaleza que nosotros tenemos. Quiere decir una persona que ha sido hecha justa y que ahora puede manifestar los frutos del Espíritu, y uno de ellos es amor. Y estas dos cosas, por tanto, que deben ser manifestadas en la Iglesia son la fe, la fe en TTB 4866 Página 6 de 9 Programa No. 0900

7 Dios y en la Palabra de Dios. Fe del uno con el otro, y en muchas iglesias hoy es difícil poder confiar en ciertas personas. Y eso ocurre en muchas iglesias, pero por supuesto no vamos a entrar en detalles aquí. Así es que debe haber fe y debe haber amor. El amor no es algo que uno está expresando todo el tiempo verbalmente, especialmente por alguna persona que lo hace continuamente desde el púlpito. El amor hoy es cierta preocupación por los demás; y esa preocupación por los demás, quiere decir que usted no va a estar contando chismes en cuanto a esas personas. Indica que usted no va a hacer nada que le pueda causar daño a ellos. Usted no va a tratar de perjudicarles. Cierta Iglesia casi fue destruida porque la gente trató de arruinar el ministerio de un pastor. Habían tratado de hacer todo lo que podían. Una de las cosas que no podían hacer era acusarle a él de no enseñar la Palabra de Dios. Este hombre por cierto que predicaba la Palabra de Dios, y sin embargo, esta gente estaba tratando de hacer eso. Y luego, hablan acerca del amor. Amigo oyente, cuán hipócrita puede llegar a ser uno. Usted se da cuenta que esto no es algo de lo que uno habla a los demás; es algo que se manifiesta. La fe y el amor son cosas que deben ser manifestadas. En una organización como tal usted puede tener diáconos y tener esa organización. Y si usted llega a tener una forma de gobierno episcopal o congregacional o presbiteriano, eso no hace ninguna diferencia. Si estas cosas están faltando allí, la fe y el amor, pues entonces, puede llegar a ser una sociedad cualquiera. Puede que sea un grupo religioso. Por el contrario, si estas cosas se están manifestando, entonces, la forma de gobierno que exista allí no es muy importante. Creemos que eso es lo que Pablo está tratando de enfatizar aquí. Luego, él dice nuevamente en este versículo 5: 5 Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida, (1Tim. 1:5) TTB 4866 Página 7 de 9 Programa No. 0900

8 Ahora, aquí tenemos tres cosas. El amor, una buena conciencia, y la fe no fingida. No creemos que la conciencia pueda ser una guía para los creyentes hoy, pero un creyente debe tener una buena conciencia. Cuando usted se acuesta a dormir durante la noche, se siente mal en cuanto a algo que ha dicho o que ha hecho? Hay muchos creyentes que son sensibles y que sí lo hacen. Pero, hay otros que tienen una conciencia que ha sido estampada con un hierro candente. Pero aquí tenemos 3 cosas maravillosas: el amor, una buena conciencia y fe. Estas son las cosas que deben ser manifestadas en la Iglesia local. Luego, leemos en el versículo 6: 6 de las cuales cosas desviándose algunos, se apartaron a vana palabrería, (1Tim. 1:6) Y lo que esto significa es una conversación vacía. Conversaciones sin sentido. Palabras hermosas quizá, un lenguaje muy florido. Le dan palmaditas en la espalda. Vana palabrería, dice Pablo, palabras vacías. No tienen ningún significado. Y continúa en el versículo 7: 7 queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman. (1 Tim. 1:7) Pablo está hablando aquí de una manera muy directa. Diríamos que él está aclarando aquí a esta gente que enseña un error, y que lo están haciendo con mucha seguridad. Ellos no prestan ninguna atención a la Palabra de Dios, sino que están enseñando un error con mucha seguridad. Y eso hace de esta sección algo sumamente importante, como podemos apreciar. Y ahora, vamos a entrar en lo que el Apóstol dice, y a escuchar lo que él habla con este joven Timoteo, hijo en la fe, y él habla de una manera que tal vez no utilizó anteriormente. Creemos que nos hará mucho bien prestar atención a lo que él dice, porque es para nosotros también, en TTB 4866 Página 8 de 9 Programa No. 0900

9 este día en el cual vivimos. Él advierte aquí contra aquellos que eran legalistas y que estaban tratando de enseñar la ley. Ellos enseñaban que la ley era un medio de salvación y con eso no terminaban las cosas, sino que enseñaban que la ley era un medio de santificación, y que lo que uno debía hacer, era regresar nuevamente a estar bajo la ley; eso aún después de haber sido salvo. Y debemos decir que la ley siguió un propósito; pero que ella nunca fue un medio de salvación. Nunca fue dada con ese propósito. Podríamos decir, que era un agente de muerte, por la sencilla razón que nos condena; un agente de condenación. Por tanto, podemos decir que la ley nunca fue dada para salvar al hombre, fue dada para revelar al hombre que él era un pecador y que necesitaba un Salvador. Bien, amigo oyente, vamos a detenernos aquí por hoy, y Dios mediante, continuaremos con este tema en nuestro próximo programa. Como es nuestra costumbre, le sugerimos leer y meditar en el contenido de los siguientes versículos de este capítulo 1 de la primera epístola del Apóstol Pablo a Timoteo, para estar mejor informado y pueda sacar el mayor provecho de este estudio en nuestro próximo programa. TTB 4866 Página 9 de 9 Programa No. 0900