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3 En una fría noche de invierno, solo en su casa, un hombre sufre el dolor inmenso de la pérdida de su amada. A punto de dormirse, le parece oír a alguien golpear a la puerta y descubre que se trata de un cuervo. Tras invadirle la casa, el ave acaba llevándolo a la desesperación debido a su insistente repetición de una palabra que le hace comprender que nada le devolverá a Leonora NEVERMORE.

4 Edgar Allan Poe El Cuervo epub r1.1 Blok

5 El Cuervo

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7 noche pavorosa, inquieto un vetusto mamotreto cuando creí escuchar año ruido, de repente si alguien tocase suavemente uerta: «Visita impertinente es, dije y nada más». I

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10 me acuerdo muy bien, era en invierno ciente medía el tiempo eterno cansado de buscar ibros la calma bienhechora r de mi muerta Leonora bita con los ángeles ahora para siempre jamás! II

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14 l sedeño y crujidor y elástico e las cortinas, un fantástico terror, como jamás había, y quise aquel ruido ndo, mi espíritu oprimido por fin: «Un viajador perdido es, dije y nada más». III

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16 iendo más calma: «Caballero mé, o dama, suplicaros quiero os sirváis excusar i atención no estaba bien despierta vuestra llamada tan incierta». ntonces de par en par la puerta: tinieblas nada más. IV

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18 l espacio, exploro la tiniebla o entonces que mi mente puebla turba de ideas cual otro mortal las tuvo antes cho con oídos anhelantes ora» unas voces susurrantes murmurar nada más. V

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20 a mi estancia con pavor secreto uchar torno pálido e inquieto más fuerte golpear., me digo, toca en mi ventana, ender quiero la señal arcana ar esta angustia sobrehumana» : el viento y nada más! VI

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22 ntana abrí: revoloteando nces un gran cuervo venerando como ave de otra edad. yor ceremonia entró en mis salas sto señorial y negras alas e un busto, en el dintel, de Palas posóse y nada más. VII

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26 l pájaro negro, sonriente grave y serio continente y le principio a hablar, un dejo de intención irónica: uervo, oh venerable ave anacrónica, s tu nombre en la región plutónica?». Dijo el cuervo: «Jamás». VIII

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28 IX caso al par grotesco y raro illéme al escuchar tan claro tal nombre pronunciar, confesar que sentí susto ntes nadie, creo, tuvo el gusto uervo ver, posado sobre un busto con tal nombre: «Jamás». X hubiese vertido en ese acento a, calló el ave y ni un momento las plumas movió ya, de mí han huido y se me alcanza partirá mañana sin tardanza me ha abandonado la esperanza». Dijo el cuervo: «Jamás!».

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30 XI spuesta al escuchar tan neta e, no sin inquietud secreta: «Es esto nada más aprendió de un amo infortunado, tenaz ha perseguido el hado olo estribillo ha conservado ese jamás, jamás!». XII mi asiento hasta quedar enfrente uerta, del busto y del vidente cuervo, y entonces ya do en la blanda sedería ueños fantásticos me hundía, do siempre qué decir querría aquel jamás, jamás.

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32 tiempo quedéme así en reposo xtraño pájaro ominoso mirando sin cesar, do el diván de terciopelo os nos sentamos y en mi duelo a que ella, nunca en este suelo lo ocuparía más. XIII

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34 es parecióme el aire denso aroma de quemado incienso de un invisible altar; cho voces repetir fervientes: da a Leonor, bebe el nepenthes, l olvido en sus letales fuentes». Dijo el cuervo: «Jamás!». XIV

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36 eta, dije, augur de otras edades ojaron las negras tempestades aquí para mi mal, d de esta morada de tristura, o engendro de la noche oscura, álsamo habrá al fin a mi amargura». Dijo el cuervo: «Jamás!». XV

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38 eta, dije, o diablo, infausto cuervo os, por mí, por mi dolor acerbo, por tu poder fatal, i alguna vez a Leonora é a ver en la eternal aurora feliz con los querubes mora». Dijo el cuervo: «Jamás!». XVI

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41 sea tal palabra la postrera, a la plutónica ribera», grité, «no vuelvas más, es ni una huella, ni una pluma, spíritu envuelto en densa bruma or fin del peso que le abruma!». Dijo el cuervo: «Jamás!». XVII

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44 uervo inmóvil, fúnebre y adusto iempre de Palas sobre el busto y bajo mi fanal. cta mancha lúgubre en la alfombra irada de demonio asombra Mi alma enlutada de su sombra se librará? Jamás! XVIII

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47 EDGAR ALLAN POE (Boston, Estados Unidos, 19 de enero de 1809 Baltimore, Estados Unidos, 7 de octubre de 1849). Escritor americano de genio tan amargado y doloroso como la corta vida que llevó, fue autor de cuentos de misterio y terror, de poemas narrativos y de ensayos literarios que tuvieron una gran influencia en los movimientos modernistas de varios países. El Cuervo fue publicado por primera vez el 29 de enero de 1845 en el Evening Mirror y obtuvo un éxito inmediato y enorme, ampliado e internacionalizado después de la muerte del autor. Hoy es todavía extremadamente popular, habiendo sido traducido por escritores de renombre y adaptado al teatro, al cine de imagen real y al de animación, al cómic y a la música. No sorprende que sea a menudo considerado el poema más famoso de la literatura americana.