A..L..G.. D.. G.. A.. D.. U.. V..M.., QQ.. HH.. todos, en vuestros grados y calidades de la R..L.. Itálica nº 107 de los VV.. de Sevilla, así como también a sus visitantes. Os presento el trazado de una plancha que lleva por título: LA COMIDA COMO MEDIO DE COMUNICACIÓN: EL ÁGAPE COMO SÍMBOLO DE UNIÓN; COMO SÍMBOLO DE AMOR Y COMO PROMOTOR DE COMPRENSIÓN Me llamo M. M.-E. y soy adicto a la buena comida. No soy glotón, aunque a lo mejor estos kilillos de más me desmientan! Esto os juro es por falta de ejercicio y por exceso de flojera. No, Queridos Hermanos, soy adicto a la buena comida en lo que se refiere a buscar los ingredientes, su preparación con amor y su contextualización. Bien sabemos que la palabra compañero surge de los dos terminos latinos cum o sea con y panem, pan. Un compañero entonces es i
alguien con el que compartimos (literalmente romper juntos) el pan. Qué amor más grande hay que el que nos inspira a compartir nuestra comida con nuestros semejantes? Que no se nos olvide a nadie que hace poco, muy poco, la comida en Europa y Gran Bretaña era un bien muy escaso y compartirla significaba compartir la vida misma. Incluso hoy en día aquí en España y en cualquier país de esta Europa tan moderna, tan igualitaria, tan humana, tan social, hay mucha gente, niños incluídos, que se acuestan y se levantan sin comer. Bien lo sabe el Querido Hermano Gordillo, por ejemplo, con sus propias obras caritativas y desinteresadas. Yo disfruto mucho en la cocina. Disfruto mucho preparando comidas familiares para y con mis hijos, mi pareja, mis allegados. La comida para mí es un acto de amor así que cocino con mucho amor. Y es el amor que condimenta más y mejor la comida, aunque la sal y la pimienta también ayudan! Para los que les interesan la literatura inglesa del S.XIX, os recomiendo que leáis la descripción de Dickens de una comida en familia que se encuentra al principio del libro Grandes Esperanzas. En este momento el protagonista, Pip es todavía un niño, y mientras come juega con su cuñado Jo Gargery. La escena deleita al lector por su ternura. Vemos una comida hecha y aprovechada con muchísimo amor. Por cierto, el libro se puede bajar gratis para el Kindle El término ágape tanto en inglés como en español tiene como acepción comida fraternal caracterizada por amor. Los ágapes aparte, merece la pena mencionar que todos los grandes acontecimientos de ii
nuestras vidas y nuestras culturas vienen marcadas por una comida: los bautizos, las bodas, una comida para celebrar un nuevo trabajo, un cumpleaños. La comida/celebración cala hondo pensemos también en la Última Cena, algo que todavía se celebra en las misas católicas. Para los creyentes, el vino y la hostia simbolizan el acto de amor más grande posible el sacrificio consciente de Cristo para sus discípulos y para todos los que creen en él. Muchas veces la comida se desdeña o por su aparente extrañeza y rareza, por su presentación, por su contenido o por su sencillez y falta de creatividad. Una falta, por cierto, que no existe. Incluso la comida puede servir como instrumento de represión y de inquisición. Sólo tenemos que remitirnos a la matanza del cerdo aquí en España, o al famoso manjar blanco. Ambos eficaz- y rápidamente señalaban a los no-cristianos en la comunidad y por lo tanto servían para saber quién era de sangre sucia o no. La comida como instrumento de odio. No puede haber perversión más grande. Pero mi objetivo aquí no es hablar de las divisiones sino de la unión. La comida buena no sólo comunica amor, sino comunica cultura. No hablo de la cultura, entre comillas, de la alta cocina, que desde mi punto de vista puede llegar a ser una perversión más. La comida llana, sin embargo, comunica la historia del país o de una región de sus orígenes a los comensales. iii
Como tal, debemos respetar la comida de todas las culturas y países. El que nos ofrece una comida rara lo hace con todo su amor. Deberíamos agradecerle a esta persona su esfuerzo, su amor. Lo que nos hace es agasajarnos la oportunidad de aprender, de literalmente saborear, algo de su propia cultura, sea una tortilla española con los matices de su propio pueblo o casa, sea grillos fritos en un perol. Este mohín de disgusto o de condescendencia de algunos debería borrarse de la cara. Ni siquiera debería surgir en la mente. Yo he vivido en mis propias carnes el desdén de mi padre hacia las porquerías extranjeras que se sirven aquí. Lo que olvidó mi padre, y mucha más gente que visitan este país, es que al servirle estas llamadas porquerías, los que estaban haciéndolo estaban intentando comunicarle la alegría de que él forastero estuviese aquí, entre vosotros ( nosotros?) los españoles y que estuviese bienvenido. Al ofrecerle los frutos de sus labores, tanto del trabajo como de la cocina, mis exsuegros, mi exmujer, mis amigos sólo querían que mi padre se sintiese en casa como uno más. Sin embargo este desdén hacia lo raro, hacia esto que no cocina mi mujer, no sólo existe entre los no-españoles. Existe aquí también. Quizás existe en este mismo taller. Que no se nos olvide de que todo lo que disfrutamos y todo lo nuevo que hay por disfrutar existe gracias al Gran Arquitecto del Universo, sea este Arquitecto un dios o sea la pura casualidad matemática. Probablemente la frase mi casa es tu casa es una de las más bonitas en el idioma español. Quizás me atrevo a cambiar la frase a mi iv
comida es tu comida. De hecho, en la cultura árabe, compartir el pan y la sal con un forastero era regalarle la vida, el sustento en el desierto. Al aceptarlos el de fuera se convirtió uno más. Se hizo intocable. Sagrado. Claro es, sin embargo, que el agasajado también tenía que respetar a los que le había acogido, respetar su propiedad, sus costumbres y su dignidad. Así que Queridos Hermanos, os pido que la próxima vez que alguien, sea de donde sea, sirva la comida que sirva, no la miréis con desdén y con condescendencia. Para ser Masón hay que ser hombre libre libre de prejuicios, incluyendo prejuicios culinarios. Os pido que la probéis con gusto y aprecio. No existen porquerías y rarezas en cuanto a la comida bien preparada. Sólo existe una comida distinta, servida con humildad y con amor. Disfrutemosla hermanos. Es una prueba del amor fraternal de la persona, o las personas, que tanto han trabajado para que disfrutéis de su propio amor hacia vosotros. Que aprendamos a apreciar todo lo bueno, por muy raro que parezca. Por esto somos Masones. Por esto, y a pesar de nuestros grados, somos todos y menos mal! aprendices eternos. Finalmente. QQHH.. me toca darle las gracias al QH.. T. para sus aportaciones a esta plancha. Ha sabido aplicar con exquisitez el condimento de su sabiduría, añadiéndole unos ingredientes esenciales al plato que os acabo de servir. He dicho. v
Salud Fuerza y Unión. En los VV.. de Sevilla en el mes de enero 6.014, año de la Verdadera Luz, C..M.. M. M.-E. vi