Benedicto xvi Pensamientos sobre el sacerdocio Selección de textos del Papa Benedicto XVI e introducción de Lucio Coco y Edmondo Caruana
Dios es la única riqueza que cada hombre decide buscar en un sacerdote Benedicto XVI
Índice Introducción...7 Benedicto XVI Pensamientos sobre el sacerdocio...11 I. El amigo de Jesús...13 II. Consagrados en la verdad...17 III. La dimensión sacramental...23 Centralidad eucarística...23 La reconciliación y los otros sacramentos...27 IV. La vida espiritual...29 La paternidad espiritual...29 Las virtudes del sacerdote...31 El tiempo para orar...35 La fraternidad sacerdotal...38 Figuras ejemplares...41
V. El buen pastor...45 La misión...45 El anuncio...47 La atención...50 La pastoral de la vocación...55 Confianza en María...59 Índice analítico...61
Introducción En este libro de la serie Pensamientos del Papa Benedicto XVI se reúnen las reflexiones del Santo Padre sobre el sacerdocio con motivo del Año Sacerdotal, proclamado en honor de Juan María Vianney por el 150 aniversario luctuoso del santo Cura de Ars. La fecha que abre esta iniciativa coincide con la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, festividad anual en que la Iglesia celebra la Jornada Mundial de oración por la santificación de los sacerdotes. El Papa Benedicto explicó personalmente el significado de este término. La santificación personifica la entrega de una persona a Dios (Homilía, 9.4.09). Esta consagración también puntualiza en qué consiste el sacerdocio: un paso de propiedad, ser sacado del mundo y entregado a Dios (ib.). Un sacrificio tal que arranca a una persona del ámbito de lo común y la entrega a Dios (cfr. Discurso, 6.8.08), aunque lo saca del mundo, coloca al consagrado en intimidad con Dios, en relación y coloquio con él, condición necesaria para que el sacerdote pueda llevar a Dios al mundo, para que pueda corresponder a la sed de Dios entre los hombres y a la necesidad de las personas de ser llamadas de nuevo al objetivo último de su existencia (Discurso, 16.4.08), convirtiéndose así en un icono de la visibilidad de Dios: La misión fundamental 7
Pensamientos sobre el sacerdocio del sacerdote consiste en llevar a Dios a los hombres. Ciertamente, sólo puede hacerlo si él mismo viene de Dios, si vive con Dios y de Dios (Discurso, 22.12.06). La relación del sacerdote con Dios y la permanencia en su verdad lo une a la verdad que es Cristo (cfr. Jn 14, 6). A través del sacramento, se injerta en Cristo, entra en relación con el Padre mediante el Hijo y así, al profundizar esta unión, es capaz de revelar al mundo la naturaleza de este Dios, no de un Dios desconocido y terrible, sino un Dios con rostro humano, un Dios que es amor (Discurso, 2.3.06). En virtud del sacramento, el sacerdote puede estar en contacto con el yo de Jesús y en su nombre puede hablar y actuar, representando ante el mundo este poder de amor con el que se explica el sacerdocio de Cristo. Debido a que obra in persona Christi, su ministerio se prolonga en los gestos salvíficos: partir el Pan de la vida y perdonar los pecados (Homilía, 3.5.09), con lo que se le confiere el poder de reintegrar al hombre en el corazón mismo de Dios y ofrecerle la posibilidad de redención y perdón. Alter Christus, el sacrificio que celebra el sacerdote y la absolución que da se basan en esta alteridad que, a través del sacramento, lo atraviesa y hace de él un humilde instrumento que señala a Cristo, porque Cristo mismo se ofrece en sacrificio para la salvación del mundo (Discurso, 20.3.09). En lo profundo de este misterio que une al sacerdote a Dios, santificándolo, consagrándolo en la verdad, sumergiéndolo en Cristo y unificándolo con él, el sacerdote cultiva su espiritualidad de oración para estar en presencia de Dios (Discurso, 13.5.05) y permanecer en Cristo (Homilía, 3.5.09). El Santo Padre exhorta continuamente esta dimensión orante en que el sacerdote, a través de la 8
Introducción oración, construye su coloquio con Dios, vive el encuentro con Jesús y tiene en cuenta las diversas formas de oración que tiene a su disposición para alimentar su vida espiritual. En primer lugar, la celebración eucarística que es el acto de oración más grande y más elevado (Homilía, 3.5.09) constituye el núcleo a partir del cual irradian todas las demás formas de oración: la Liturgia de las Horas, la Lectio Divina, la adoración eucarística, el santo Rosario y la meditación hacen que en la jornada del sacerdote, y en toda su vida, se realicen las palabras de Jesús (Homilía, 3.5.09). Naturalmente, el aspecto sagrado que caracteriza al sacerdote a través de la consagración, y en el que lo mantiene la vida de oración, no equivale a segregación y exclusión del mundo. Haber sido apartados del común explica el Santo Padre significa una entrega al conjunto (Discurso 6.8.08) y constituye una manera importante de servir a los hermanos y estar disponibles, listos para partir hacia Dios, por todos (cfr. Homilía, 9.4.09). Su ministerio se desarrolla plenamente en esta relación que lo mantiene en todo momento a disposición de los hombres, al estar a disposición del Señor con la totalidad del propio ser (Discurso, 6.8.08). En esto, y como expresión de dicha totalidad, el servicio hacia los demás encuentra su razón de ser, su actividad y su atención pastoral. Este hacerse todo a todos como dice de sí mismo san Pablo (1 Cor 9, 22) es, por lo tanto, la imagen de todo sacerdote y tiene su manifestación más evidente en la cercanía diaria, en la atención a toda persona y familia (Discurso, 13.5.05) que animan su misión y lo impulsan continuamente hacia la gente y centran la atención hacia la opción de escoger a Dios Y enseñar la amistad con Jesucristo (Discurso, 7.2.08). 9
Pensamientos sobre el sacerdocio Estos diversos temas pueden apreciarse en los discursos que dirige el Santo Padre a los sacerdotes en las homilías y en los encuentros frecuentes que tiene con el clero de las diócesis italianas y del mundo, durante las visitas pastorales y viajes apostólicos, que solicita continuamente para acompañarlos y apoyarlos en una labor que no siempre es fácil y sin tropiezos, en un mundo que no quiere conocer a Dios no quiere escuchar a sus ministros [porque] eso podría ponerlo en crisis (Homilía, 3.5.09), y que en realidad se trata de la aventura más urgente y de mayor interés para el mundo, la aventura de mostrar y hacer presente la plenitud de vida a la que todos aspiran (Homilía, 1.2.08). Lucio Coco y Edmondo Caruana 10