AVE MARIA Por Stéphanie Keller-Busque 2004
Nuevo trabajo Antes de comenzar mi historia, quiero decir que sin María, este libro no existiría. Debo mi vida a María porque es ella quién ha salvado la mía. Me llamo Luis y cumplí diecisiete años ayer, el doce de septiembre. Pero con María, siento que tengo por lo menos diez años más. Pero para entender de lo que estoy hablando, debo comenzar al principio. Regresamos al fin del año escolar, hace tres meses En aquel tiempo, era el chico el más egoísta, ignorante, intolerable, terrible del mundo entero, y eso no me importaba. Al colegio, tenía notas terribles pero eso también no me importaba. No me gustaba a nadie y nadie me apreciaba. Y llevaba mi vida como éso. Odiaba a la escuela y la escuela me odiaba por todas las tonterías que había hecho desde la escuela primaria. A menudo, consideraba de salir de esta prisión y para nunca volver pero mi abuela contaba conmigo. Vivía con mi abuela, Carlota, porque mis padres movieron en América cuando era muy joven y los odié por eso. Mi abuela no me molestaba; me daba un lugar para dormir, comer, lavarme y me decía nunca que hacer como "Vuelve a la casa a las nueve" o "Cepilla tu pelo." En realidad, era la única persona que quería. Acababa de ser despedido de mi último trabajo en un almacén de discos porque pasaba mi tiempo a escuchar la música y no a trabajar. Pues, era sin trabajo, amigos y dinero. Si podía, trabajaría sobre mi coche pero no tenía dinero para comprarme herramientas. Entonces, me quedaba en mi cuarto con mi perro, Joe, a tocar mi guitarra. Sólo salía para comer e ir a los aseos. Comenzaba a tener que pensar al dinero. Era un problema porque no tenía nada.
Pedí a mi abuela si podía hacer cosas en la casa para ganar un poco de dinero durante la cena, pero "No. Tenemos a Anabella quién viene los martes. No voy a pagar a dos personas. - Qué? Abuelita, tienes que entender. Necesito dinero. Si no - Dinero, para qué? No haces nada. - Por qué no entiendes? Pensaba que tu - Cálmate. Estás tan guapo cuando estás quieto. - Deja de interrumpirme! Conoces un trabajo que puedo hacer? - En la ciudad, no. Pero - Qué? Dónde está? Necesito dinero. Cuando puedo comenzar? Abuelita?" Suspiró y contestó, "Tenemos a nuevos vecinos. Tres; una pareja y su chica, María." Ella se detuvo brevemente. "Y? - Y ella es ciega. María tiene diez años pero es muy pequeña por su edad. Sus padres trabajan durante el verano. No pueden ocuparse de ella. Dicen que pagarán mucho dinero a la persona quién quiere ocuparse de ella de las ocho a las cinco todos los días. Y cuando dicen mucho, quieren decir mucho. Es una gran responsabilidad de ocuparse de una pequeña chica ciega durante nueve horas. No te parece? Qué dices de eso? - Me gustaría más trabajar en McDonald's. - Piensa en esta propuesta, Luis." Reflexioné toda la tarde a esta oferta. Si daban realmente mucho dinero, entonces no debería trabajar mucho tiempo. Y si son nuestros vecinos entonces podría estar casi en
mi casa... Toda la noche reflexioné. Cuando comimos nuestro almuerzo, dije mi respuesta a Carlota. Iba a guardar a María. El encuentro Mi nuevo trabajo comenzará el lunes próximo. Durante el fin de semana antes del lunes, miré a la familia de María, la familia Sánchez, desde la ventana de mi cuarto. La Señora Isabela Sánchez, la madre, era un poco gorda pero muy guapa por su edad. Era constantemente presionada y corriendo siempre de la casa al coche, del coche a la casa pidiendo a su marido donde había puesto sus causas. El Señor Alejandro Sánchez, el padre, era un hombre muy grande con una larga barba y lentes y parecía simpático porque siempre tomaba a María sobre sus hombros y la hacía reír. Los odiaba. Para mí, era como si fueran demasiado amables ya que mis padres no estaban aquí. Y María si Carlota no me había dicho que María tenía nueve años, yo hubiera pensado que María sólo tenía seis o siete años. No creía que era de su talla cuando tenía su edad. Era tan pequeña. Demasiado pequeña. Seguramente no normal. Y era siempre feliz. Caramba, a veces, su felicidad comenzaba a molestarme. No era triste a veces de no ser capaz de no poder mirar al mundo? No veía al cielo, su casa, a los animales e incluso a sus padres. Su ojos eran siempre abiertos jamás guiñaban. Esta chica me molestaba.. pero no sabía exactamente por que. El lunes llegó demasiado rápidamente para mí. Carlota me levantó a las siete y media. Por primera vez, Carlota hizo algo que me molestó mucho: ella seleccionó mi ropa.
" Abuela, no tengo dos años! Puedo seleccionar mi ropa solo. Y en caso que sientas que tienes que ayudarme a tomar mi ducha, puedo hacerle solo. - Yo sé, yo sé. Pero es un día tan importante. - Es sólo un pequeño trabajo para tener dinero. - Luis! Eres serio? No es un "pequeño trabajo"! Escúchame, chico! Es la cosa la más generosa que hagas de tu vida. María es ciega. Te encuentras con la responsabilidad de este trabajo? Tienes que mirarla a cada momento porque un accidente se hace tan fácilmente. Si es solo por el dinero que - Bueno! Para de hablar sino mis orejas van a caer. - TU! Continua como eso y no vas a tener dinero porque no vas a tener tu trabajo!" Ella se detuvo brevemente. "Tenemos que estar en su casa a los ocho para que la madre llegue a su trabajo a las ocho y media. Tienes que estar preparado en veinte minutas entonces, date prisa por favor." No sé porque era malo con mi abuela porque la quería mucho. A las ocho, después de decir adiós a Joe, Carlota y yo estaban en la entrada de la casa de nuestros nuevos vecinos. La casa era un poco más grande que nuestra casa con grandes ventanas y viñas a lo largo de las paredes. Carlota golpeó a la puerta y la Señora Sánchez abrió la puerta vestida de una pequeña falda y una blusa blanca. Como todo el tiempo, parecía apresurada. " Oh, qué bueno! Hola Carlota! Y tu debes ser Luis! María, ven! Tu nuevo amigo Luis y su abuela están aquí! - ' Nuevo amigo '? pensaba. Venir aquí era un gran error. La madre ya me molestaba. - Hola, Isabela. Cómo estas? dijo Carlota. Di algo! ella susurró.
- Muy bien. Y tu? Quieres café? Pienso que Alejandro dejó un poco antes de salir. Puedo ver si quieres - No, gracias. Tengo que ir a mi trabajo sino voy a estar en retraso. - Caramba! Yo también. Dónde están mis claves? Ah, aquí. María, mi amor, tengo que ir a mi trabajo. Hasta luego!" María y yo estábamos completamente solos en la entrada con sólo el ruido de los coches de su madre y mi abuela que iba al trabajo para acompañarnos. " Hola! Soy María. - Luis. - Tienes hambre? Ven en la cocina! Me encanta nuestra nueva cocina! Por supuesto, no puedo verla pero puedo imaginarla muy bien. Y cierra la puerta, por favor. Hace fresco afuera " En casa de María No podía creerla. " Qué? - He dicho, ven en la cocina porque hace fresco afuera y te pedí si tienes hambre. - No. No! No entiendes. Yo soy la persona quién tiene que pedir eso. Tu madre me paga para que yo me ocupe de ti y no tú de mí." María me miró de una manera muy extraña. Ah sí. No podía ver si era ciega. Es porque su ojos me ponían tan incómodo. No. No, la razón porque era tan incómodo era porque este chica, tan pequeña, sabía más cosas que yo. María no tenía que ver su cocina para ver que le encantaba. María puede tener una vida perfectamente agradable sin tener
que ver el mundo. Jamás podré hacer eso. También me ponía incómodo porque no sabía lo que ella pensaba cuando me miraba. Quería gritar Habla! pero no podía. Después de un silencio de alrededor de dos minutes, María dijo, "No eres la persona que imaginaba yo." Eso me puso tan furioso que no pude detener mi cara de deformarse de rabia. De que hablaba este chica? "La persona que pensaba que era"? Qué significaba? " Qué? pedí por segunda vez. - Antes de todo, Luis, tienes que entender que no soy una pequeña chica quién juega siempre con sus muñecas. No estás aquí para un "babystiting" como lo dicen en Inglés. Mí madre no te paga para verificar que no me hiero porque sabe que puedo cuidarme sola. Mi madre te paga para que yo tenga a un amigo durante el verano. Mis padres no quieren que esté sola durante tres meses hasta el comienzo de las clases. Eso es la razón porque estás aquí. Y sabes qué?" Su expresión era la más sincera que he visto en el mundo. "Quiero a un amigo. Pensaba que serías una persona muy chévere con las cosas que Carlota me dijo. Que eres un chico que toca la guitarra, a quién le gusta trabajar con coches, y que tienes un perro como mejor amigo. Nosotros no vivimos como otras personas, Luis. Yo no veo el mundo y tu no has visto a tus padres. Somos diferentes de los otros niños. Pensaba que podríamos ser amigos y compartir todo eso. Pero si estas aquí para ocuparte de mí, puedes salir de la casa ahora mismo porque no tengo una persona en mi vida para recordarme que soy ciega todo el tiempo y que soy frágil. Pues, tienes dos elecciones: puedes salir de mi casa por la puerta que todavía no has cerrado o puede quedarte aquí. Te doy otra oportunidad. Sí?"
Y fue a la cocina. Caramba, este discurso me dejó lo más impresionado de mi vida. Cómo una chica de nueve años podía hablar de una manera tan eficaz? No piense usted que desde este momento era un buen chico. La razón porque cerré la puerta y me reuní con María en la cocina era porque no iba a dejar a esta chica controlarme. Además, necesitaba el dinero y pensaba solo en eso. "María, perdóname." Fue la primera vez que me perdonó. María estaba contenta de nuevo cuando la miré de mi cuarto. El día fue un día extraordinario para ella pero para mí fue horrible. Todo el día, hacía como si era un chico muy simpático pero en mi corazón sólo quería salir de la casa e ir a mi cuarto con Joe. Las semanas pasaron de esa manera. Del lunes al viernes, iba a guardar a María. Era siempre un chico malo y Maria lo sabía. Lo que me impresioné era que no le importaba. Ella reía cuando me ponía furioso con ella. Pienso que por ella, yo era realmente como un hermano. Pero podía ver que María intentaba transformarme en un buen chico. Un día cuando trabajaba a mi coche enfrente de mi casa con Joe y con las nuevas herramientas que había comprado con el dinero de mi trabajo, María vino a verme. " Hola! dijo. -Oh no, murmuré así que no podía oírme. - Qué has dicho? -Nada. Escúchame, María, no puedo hablar ahora porque estoy preocupado con mi coche. -No voy a hablar."
Y por un momento no habló pero después de un minuto, ella dijo, " Es que sabes que si tomas una minuto de menos en tu ducha, puedes salvar 150 gallones de agua cada mes? - Y por qué querría saber eso? - Y sabes que si todo el mundo recicla sólo su periódico del domingo puedes salvar a millones de árboles cada año? - No me importa! Déjame trabajar! - Realmente eres el chico el más egoísta del mundo!" dijo riendo. Ella fue a acariciar a Joe y regresó a su casa. Después de eso, no podía trabajar. Algo en lo que había dicho me puso Triste? Incómodo? Furioso? No sabía. Pero después de este día, cambié en una manera que no creía posible La montaña y el accidente Día tras día, semana tras semana, me levantaba a las siete para ir a guardar a María. Algunos días, era muy divertido. Otros, era aburrido. Pero a cada día, sin falta, me pedía, " Cómo puede vivir sin ver el mundo?" Un día, cuando hacía el almuerzo, María me dijo, "Luis, cómo puedes vivir sin tus padres?" Me paré un momento. "No conozco a mis padres. No quiero vivir con ellos. No he vivido con ellos entonces no sé si estaría contento con ellos." Y a este momento, entendía como María vivía sin ver; jamás había conocido el mundo como yo jamás he conocido a mis padres " Dime, María, quieres ir en alguna parte? - Oh sí!"
Fuimos a mi casa para buscar a Joe y después a mi coche y nos he conducido a una montaña a unos quince minutes de nuestras casas. " Dónde estamos? pidió María. - A mi montaña. Ven." Subimos hasta la cumbre de mi montaña. " Por qué estamos aquí Luis? - Es aquí donde vengo cuando algo me pone furioso o cuando no entiendo cosas. Vengo aquí, me siento y descanso. Es como si aquí, nada puede hacerte triste. Hace años que no he venido " María se sentó a mi derecha. Por un momento, elle respiró el aire y me pidió de contarle la vista. "No soy muy bueno para hacer eso," contesté. Pero cuando vi su expresión triste, dije, "Pero, puedo probar. Hmm hay otras montañas alrededor de ésta, pequeñas y altas. Algunas con árboles, otras con nada. Ah! Sobre una podemos ver vacas quien están comiendo tranquilamente. Y acá, hay un pequeño lago con patos. Podemos ver la ciudad, con sus casas y coches que parecen como las de pequeñas muñecas. En el cielo, las nubes parecen como almohadas en una cama azul. Cerca de nosotros, hay bellas flores anaranjadas. Aquí está una para ti. - Gracias, dijo María, sorprendida. - De nada hé, Joe! Ven!" - Sabes qué? No pienso que eres un chico malo. - Qué? - Una vez, he dicho que eres el chico el más egoísta del mundo. No es la verdad ahora.
- María, no me conoces. Cómo por un minuto piensas que conoces como soy, si soy malvado o bueno? - Si fueras egoísta, no me habrías mostrado esta montaña. Si fueras malvado, no me habrías dado esta flor. - Piensas que tu me has convertido en un ángel o algo? - Te he cambiado. - No es tu! Tu, la única cosa que hagas es de aburrirme! "Luis, somos diferentes de los otros niños Luis, como vives sin padres Luis, sabes que si todo el mundo recicla su periódico del domingo puedes salvar árboles Luis porque estamos aquí Luis eso Luis algo " Tengo bastante! Bastante de ti y de tu 'madurez '! Entonces, adiós! Hasta jamás! Ven Joe! Regresemos a casa! Y sin ti, Maria! Puedes ir sola! Joe, ven! Y si piensas que tu puedes cambiar mi vida Joe!" Pero Joe se queda con Maria. " He entendido! Adiós a los dos!" Y fue a mi coche solo. Este momento de mi vida muestra que era todavía un pequeño tonto. No sé porque reaccioné así. Me acuerdo que sabía que era María la que me había transformado, pero no quería reconocerlo. No quería ser el buen chico. No quería ser como María. Me gustaba mi vida antes de conocer a María y no quería cambiarla. Finalmente, a las nueve de la tarde, regresé a mi casa. Los ladridos de Joe no eran acá para saludarme. Carlota estaba en la cocina y parecía muy triste, furiosa y preocupada. " Qué pasa? pedí. - Luis! Qué has hecho? Maria está en el hospital, ella - Qué? - En el hospital de la ciudad "
Pero no me quedé para escuchar. Era ya en mi coche. Qué hice? Santa María! El fin de la historia Alrededor de mí, todo torneaba muy rápidamente y todos los colores de la ciudad se mezclaban. Me sentía enfermo y sudaba por todas partes en mí cuerpo. El hospital? Qué hacía? Quería gritar, " María, perdóname! para que todo el mundo oiga pero mi boca era tan seca que no podía hablar. Y Joe? Dónde estaba Joe? Que pasó en la montaña después de mi salida? Millones de preguntas estaban zumbiendo en mi cabeza pero no conocía ninguna de las respuestas excepto que María estaba lastimada y que era mi falta. No veía los coches cerca de mí; quería llegar al hospital lo más rápidamente posible. Pero Qué pasará si era demasiado tarde? Si ella estaba? No, no era posible. Pero sí, era posible que María fuera muerta, decía una voz en mi cabeza. Sola, ciega, con un perro un accidente es fácil de imaginar Cállate! suplicaba la otra parte. Cállate, por favor Qué dirás a sus padres? Oh no Vete! No, María vivirá. Lo sabía. Pero todavía tenía yo miedo. Finalmente, después de una docena de minutos, llegué al hospital de la ciudad. Salí de mi coche sin aparcarlo y era en el mostrador en dos segundos. Cómo puedo ayudarle a usted? pidió la mujer del mostrador. -María cómo esta accidente tengo que verla por favor jadeé. Perdón? pidió la mujer. Ha dicho María? La pequeña ciega?
- Sí! Cómo está? Debo verla ahora Por favor, Señora, es muy, muy importante. -Perdón, Señor, pero las horas de visita están terminadas. Tiene que regresar mañana. Los padres de la chica han venido hace una hora y si quiere hablar con ellos, puedo darle a usted el número de teléfono - No puedo verles! Quiero ver a MARIA! Es tan difícil de entender? - Señor! He dicho; viene mañana o va a ver a los padres. Es imposible ver a la chica esta noche! Puedo decir que ella no está muy bien pero los doctores podrán curarla. De todos casos, en su estado, pienso que duerme. Ahora, adiós! Regresé a mi casa lentamente con el coche. Por segunda vez en media hora, llego a mí casa sin los ladridos de Joe para saludarme. Hay luz en la casa de los Sánchez. La miro desde mi coche. Dos figuras están en el sofá. Decido de ir a verlos para que me perdonen. Es el Señor Sánchez quien contesta a la puerta. Parece muy triste y viejo. No sé que decir. Luis! Entra por favor -Señor y Señora Sánchez, perdónenme por favor, todo es de mi falta, jamás hubiera tenido que dejar a María en la montaña, soy un tonto, un tonto, un tonto, y ahora, María está en el hospital, y Joe, Joe! Oh, Y ustedes! Confiando en mí para un trabajo cómo eso, me siento mal, y Y por primera vez en años, me pongo a llorar. Me siento en una silla con mi cabeza en mis manos. Es tan extraño pensar que no me gustaba a María. Y en este momento, lloro por que la lastimé. Isabela Sánchez pone su mano sobre mi hombro. Luis, aceptamos tus disculpas.
Isabela y Alejandro me contaron lo que María los dijo cuando la habían visitado. Ella dijo que después que había salido, Joe guió a María a la ciudad durante unos cinco minutos. Cuando quisieron cruzar una calle, un coche iba a golpearlos pero no sabía que estaban acá. Joe corrió en alguna parte pero María no sabía que hacer por que no podía ver y todo se pasó tan rápidamente. El coche la golpeó y María voló en los aires y cayó al suelo. El coche que la había golpeado condujo sobre sus piernas y continuó su camino sin pararse. Isabela, Alejandro, todo es falta mía Quería que María esté contenta, entonces la he llevado a mi montaña y ella me ha dicho algo y me puse furioso y. -Lo sabemos. Luis, María te quiere tanto como si fueras su hermano. No sabes cómo ella te quiere. Todas las noches, ella contaba lo que habíais hecho durante el día. Y cuando ella se despertó en el hospital, ella dijo, Luis?. No nos importa. Has hecho una gran diferencia en su vida y los médicos dicen que podrán curarla. Entonces, ve a tu casa y mañana, iremos a ver a María juntos. Y hicimos exactamente eso. María parecía tan pequeña en los grandes pijamas del hospital. Después de este momento, María era cómo mi pequeña hermana. Los Sánchez eran cómo mi segunda familia. Cuando María salió del hospital dos meses más tarde, hemos tenido una pequeña fiesta con los Sánchez, Carlota, y yo. Y la mejora sorpresa del mundo llegó Joe regresó. El estaba todo sucio y flaco pero pudimos cuidarlo. Mi vieja vida, la del malvado Luis, ya no existía. Era un chico como todos los otros con amigos y buenas notas. Es tan extraño cómo una persona puede cambiar tu vida. María. Este verano es seguramente el mejor de mi vida.
Eso es mi historia. Y quiero decir que sin María, este libro no existiría. Debo mi vida a María porque es ella quién ha salvado la mía.