PONENCIA Introducción a la Mesa Redonda - Aspectos sociales y ambientales del debate sobre los biocarburantes. Situación y retos de futuro Ponente: Emilio Menéndez Pérez Cargo: Profesor de la Universidad Autónoma de Madrid y de la Universidad Politécnica de Madrid Institución: Fundación CONAMA
Los biocarburantes o bicombustibles líquidos se proponen como un aporte parcial en el suministro energético para el transporte y la movilidad. En el desarrollo que se está dando aparecen cuestiones de discusión que afectan a aspectos sociales y ambientales, parece procedente un debate al respecto, el cual se estructura en base a media docena de preguntas que se mencionan en hoja aparte. Aquí se proponen una serie de reflexiones o interrogantes que tienen por objeto exponer y sugerir una breve información sobre aquellos puntos de discusión que definen el hilo conductor de este debate. I. Mercado de los biocarburantes En la actualidad se producen y consumen en el mundo unos 40 millones de toneladas de biocarburantes, fundamentalmente en Brasil y Estados Unidos, con una pequeña pero creciente participación europea. Estos combustibles son de dos tipos: El bioetanol que deriva de materias primas que contienen azúcares, los cuales por fermentación dan ese alcohol el cual entra en la formulación de la gasolina o la sustituye parcial o totalmente. El biodiesel que proviene de aceites diversos de los cuales se obtiene por esterificación un producto que sustituye total o parcialmente al gasóleo que se emplea en los motores diesel. En la mayoría de los países americanos hay una mayor demanda de gasolina que de gasóleo, el biocarburante más extendido es el bioetanol, procedente de caña de azúcar en Brasil y de maíz en el caso de Estados Unidos. Esto no quita que en el futuro la demanda de biodiesel crezca. En Europa existe una demanda de bioetanol, en forma de ETBE, para formulación de la gasolina. Pero la mayor demanda actual y futura previsiblemente corresponderá al biodiesel para sustitución de gasóleo, que es un combustible de elevada demanda, en ciertos países, como es España, con mayor consumo que el volumen producido en las refinerías propias. Un gran interrogante hacia futuro es cual va a ser la demanda y la oferta de biocombustibles, ello incidirá en los temas que se analizan más adelante y posiblemente en las posiciones sociales al respecto. Desde diferentes fuentes se habla de que al año 2030 el consumo de biocarburantes se habrá multiplicado por cinco en todo el mundo, esto significaría atender del orden del 7% de la demanda mundial de energía para el transporte y la movilidad con estos biocombustibles. No parece mucho ya que el objetivo europeo es llegar al 10% en el año 2020, otra cosa es que se cumpla.
Quien escribe estas notas tiene la impresión de que quizás la oferta de derivados del petróleo no pueda atender toda la demanda y que es posible que hasta un tercio de la misma tuviera que ser cubierta por: gas natural, electricidad y biocombustibles; el hidrógeno vendría más adelante. En este supuesto posiblemente la producción de biocombustibles llegara en el año 2030 hasta: El 15% de la demanda total de energía para el transporte Unos 500 millones de toneladas anuales Entre 300 y 500 millones de hectáreas de cultivos Valores por encima de estos pudieran darse en determinados escenarios energéticos, condicionados por cuestiones técnicas o sobre todo políticas y sociales, pero hay que recordar que en la actualidad la tierra dedicada a cultivos para alimentación humana y forraje en todo el mundo supone en torno a 2.000 millones de hectáreas. En la actualidad el consumo de materias primas para biocarburantes es pequeño en relación al volumen de alimentos y no debiera per se influir en la evolución del precio de estos, pero en el futuro: Si el volumen de cultivos para biocarburantes es elevado, la superficie de tierra empleada será también elevada Esto inevitablemente incidirá en un alza de los precios de mercado en el conjunto de los alimentos. Favorecerá a los agricultores en general pues verán incrementados sus ingresos, aunque pueden ser perjudicados por el aumento de costes. Incidirá negativamente en una fracción mundial de consumidores que hoy dedican una parte significativas de sus ingresos a alimentación. Como valor de referencia para el caso español hay que citar que si se llega al objetivo del 10% de biocarburantes al año 2020, propuesta de la Comisión Europea, el consumo sería de cerca de 4 millones de t. Si se utilizara agroenergía propia implicaría entre 3 y 4 millones de hectáreas de cultivos, mientras que la actual superficie agraria de de unos 10 millones de hectáreas. II. Regulación del mercado Los dos países principales productores de biocombustibles: Brasil y Estados Unidos, son a la vez consumidores de estos biocarburantes, en su caso bioetanol; algo parecido ocurre con los productores de biodiesel en Europa: Alemania, Austria y algún otro, que utilizan como materia prima fundamentalmente la colza.
Ahora bien se está produciendo un incremento del comercio internacional de materias primas o de productos: finales o intermedios; las previsiones son que ese tráfico se incrementará sensiblemente en el futuro. En España las plantas de bioetanol operan con cereal de importación, de momento hay tres instalaciones de tamaño medio, 100 a 200 millones de litros anuales; las biodiesel se han proyectado para transformar mayoritariamente aceite proveniente de terceros países, hay ya una veintena de estas plantas con un tamaño de producción medio, en torno a las 40.000 / 70.000 t/a. Es posible que se desarrolle un mercado de bioetanol a partir de caña azucarera o de maíz, esto afectaría en buena medida a los países de América que son los demandantes mayores de alcohol; también es factible que crezca el comercio de granos: maíz, trigo o cebada; esto podría tener lugar en Europa para atender sus consumos de bioetanol. El mercado de aceites o sus materias primas ya existe por razones de alimentación: Brasil y Argentina son grandes exportadores de habas de soja, también de su aceite y del de girasol; desde Indonesia o Malasia crece la exportación de aceite de palma. Hay que hacer una diferenciación entre los ciclos del aceite según orígenes: En el caso de: la soja, el girasol y la colza, hay una elevada producción de torta alimenticia que se destina a otros usos, alimentación de ganado o piscifacorias. En el ciclo de la palma la producción de aceite es mayoritaria, las partidas correspondientes a harinas son mucho más bajas que en el caso anterior. En Europa es previsible que haya una importación significativa de aceites o de semillas: soja, colza o girasol; también habrá una producción propia de estas. En la actualidad ya se plantea si debe haber o no restricciones a esos mercados internacionales. Los países productores encuentran en ellos una fuente de ingresos, pero a la vez pueden introducir distorsiones ambientales y sociales en su entorno. En la Unión Europea se propone para la compra exterior de biocombustibles que cuenten a la hora de cumplir con la cuota del 10% en el año 2020 la existencia de un certificado de sostenibilidad. Los requisitos del mismo se unen a cuestiones ambientales: No se han de utilizar campos de cultivo en los cuales previamente haya una amplia carga de biodiversidad. No se utilizarán suelos para agroenergía con alto contenido en carbono Se requerirá una disminución de emisiones de gases de efecto invernadero de al menos un 35% respecto a las que resultarían del uso de combustibles derivados del petróleo.
III. Desarrollo tecnológico Estamos en un primer estadio de los biocombustibles líquidos, se habla de biocarburantes de primera generación, las características que los definen o que se les pueden asignar son las siguientes: Producidos a partir de cultivos que en origen tenían destinos alimenticios. Los procesos de transformación encajan en la agroindustria, a baja temperatura Las unidades productivas de los mismos son de tamaño pequeño o medio En el apartado anterior se expuso que no está claro cual será el volumen de este mercado, en esa misma línea nos podemos preguntar como evolucionará la tecnología y su aplicación en una serie de interrogantes de los cuales se citan dos a continuación La demanda final mantendrá una estructura cuantitativa parecida a la actual en su división de consumo: gasolina bioetanol y gasóleo biodiesel? Es posible que en Europa se tienda a la vuelta a los vehículos que consumen gasolina bioetanol? Se desarrollarán y extenderán los procesos térmicos? Los cuales son aplicables a altos volúmenes de producción, propios de refinerías de petróleo, y que previsiblemente conllevarán una alta incidencia en el mercado de materias primas. Por otro lado ya desde hace años se trabaja en el desarrollo de los denominados biocarburantes de segunda generación, son aquellos que se obtendrían de materias primas no alimenticias, entre ellas hay que citar como posibles las siguientes: Residuos agrícolas.- Paja de cereales o restos de transformación de productos, por ejemplo cáscaras de cítricos. En España se trabaja en esta área en proyectos de I+D, por ejemplo en CIEMAT, y existe una planta de demostración propiedad de ABENGOA que trabaja con paja en Salamanca. Residuos forestales.- Todos los procedentes de la limpieza del bosque o de labores de silvicultura para la extracción de rollo maderable. Cultivos no alimenticios.- Es una opción que admite diversos cultivos, desde cardos y herbáceas a otros menos conocidos como la jatrofa. Se estudian por diferentes Universidades españolas. Silvicultura específica.- Sería el resultado de plantaciones de alta productividad, posiblemente con pies muy próximos. Es un tema que puede tener éxito en países como Canadá, Finlandia o Chile, quizás también en algunas zonas de España. CIEMAT trabaja este tema.
Cultivos de algas.- Es un tema novedoso que se centra en la microalgas, previsiblemente con alta productividad, pero que de momento se encuentra en un estado incipiente de conocimiento. Varias Universidades y REPSOL YPF trabajan en este campo. Se recuerda que en CONAMA existe un grupo de trabajo dedicado a aspectos tecnológicos del desarrollo de los biocarburantes. Por ello las cuestiones y el debate en relación a este tema no debiera ser amplio en esta mesa redonda y especialmente tendría que dirigirse a aquellos puntos que afectan a cuestiones sociales o ambiéntales, de hoy o de futuro. IV. Impactos sociales y ambientales La razón de este debate es los miedos a que en el desarrollo de los biocarburantes se den aspectos negativos, fundamentalmente en los entornos de cultivo, pero también en contextos más amplios, los cuales los podemos agrupar en dos temas a) Incidencia social Desplazamiento de campesinos de sus zonas de cultivo por el hecho de que se creen grandes empresas agrícolas que mecanicen las labores. Es un tema que se puede dar por ejemplo en Guatemala u otros países con microagricultura. Trabajo muy duro y mal pagado para los agricultores asalariados. Esto parece que es un hecho frecuente en el cultivo de la caña de azúcar, incluido Brasil. Incremento de los precios de los alimentos. Como se ha dicho anteriormente puede ser un problema de futuro, aunque no debiera unirse a los aumentos habidos en el pasado reciente que más parecen fenómenos especulativos del libre mercado o fallos en la cadena de comercialización de alimentos. b) Incidencia ambiental Deforestación de todo tipo de bosques. Atención especial a aquellos que retienen agua en los periodos de lluvias intensas y son un freno para las riadas o inundaciones. Extensión de los monocultivos, con usos masivos de agroquímicos e incidencia en la pérdida de biodiversidad. Deterioro de la disponibilidad de agua en cantidad y calidad en los entornos de cultivo. Emisiones de gases de efecto invernadero, bien por cambios en los usos de la tierra, bien por excesiva carga de nitrógeno en los fertilizantes y su salida a la atmósfera como N 2 O, o por baja reducción de emisiones de CO 2 en relación con los combustibles convencionales.