LOS CUATRO PASOS DE LA LECTIO DIVINA QUE FUNCIONAN COMO UNA ESCALERA QUE ELEVAN EL CORAZÓN A DIOS 1. Lectio: Lectura, Qué dice la Palabra de Dios? Lectio o lectura: Escuchamos a Dios: Dios habla en la Sagrada Escritura. Nos fijamos en el mensaje que el texto bíblico contiene. Teniendo presente que este mensaje es palabra viva y eficaz, más cortante que una espada de dos filos que discierne los pensamientos y las intenciones del corazón (Hebreos 4,12). Es el momento de la lectura atenta del texto bíblico. Es necesario escudriñar lo que dice, y una vez que se comprende se puede pasar con certeza al segundo paso. Pueden ayudarme preguntas como: Qué dice este pasaje bíblico? Quién habla? Qué temas o argumentos trata? Cuáles son los personajes allí implicados? Cuál es el contexto: persecución, sufrimiento, alegría, esperanza, desprendimiento, felicidad? Cuáles son los sentimientos y actitudes de los actores? 2. Meditatio: Meditación. Qué me dice esta Palabra? Dios habla para la vida: su mensaje nos interpela, nos ilumina nuestra vida y nos muestra el camino a seguir. El mensaje de la Palabra penetra en el corazón. Aquí el orante profundiza. Interioriza el sentido de: las expresiones, las escenas, los personajes con sus situaciones y realidades, la expresión más impactante, la más diciente, lo más relevante que toca la vida de fe. La experiencia humana es iluminada por la experiencia de fe. 3. Oratio: Oración. Qué me hace decir esta Palabra? Es el momento en el cual se ora con el texto. Con la oración se responde a Dios, en un diálogo con Dios, a su invitación al cambio de actitud, de afianzamiento de las actitudes evangélicas. Para orar lo mejor es responder a la pregunta Qué me hace decir este texto. Se expresan los sentimientos, las decisiones, la confrontación hecha por la palabra de Dios que se encuentra en el texto bíblico para mi mente y mi corazón. Cómo responde mi corazón al Señor? La vida personal o comunidad orante se ofrece a Dios, celebrando la fe, ya sea alabando, bendiciendo, glorificando, dando gracias, pidiendo Ponte en posición orante (por ejemplo: de rodillas, o con las manos abiertas hacia arriba sobre las rodillas ) lo imprescindible es sentir la presencia de Jesucristo. 4. Contemplación: Cómo me ayuda esta Palabra a encontrarme con Jesús? Qué actitudes y vivencias cristianas? La Palabra se contempla para vivirla, es el momento del enamoramiento de la Palabra. Me permite llevar los ecos, las resonancias y las decisiones de la oración. Me ayudan preguntas como Qué decisión me sugiere el texto? Qué cambio necesito asumir? Qué acciones sugiere? Es necesario formular las vivencias y actitudes que despiertan este encuentro con el Señor y que me impulsan a revisar mi vida de fe, mi encuentro con Jesucristo. Una vez que se ha dejado permear por el pensamiento de Dios, surgen las actitudes cristinas que suscitan este encuentro. 1
VIGÉSIMO NOVENO DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO 20 DE OCTUBRE DE 2013 Invocación del Espíritu Santo por medio de un canto, una oración que ayuden a entrar en un ambiente de recogimiento y reflexión. Empezar hacer la Lectio Divina por el Evangelio ayuda a comprender mejor el pensamiento que nos ofrece la Palabra de Dios en los textos bíblicos de cada domínica. No es el único, pero orienta hacer la lectura orante de la palabra desde el mismo Jesucristo, Verbo Divino. (Cfr. Preludio Evangelio de San Juan). Es necesario tener bien presente los cuatro pasos: Lectio, Meditatio, Oratio, Contemplatio. Las preguntas son las que ayudan a generar y motivar el diálogo, fortaleciéndonos en el camino de la fe, non orientan para comprender la relación de las experiencias humanas con la experiencia de fe. 1. Lectio: Lectura, Qué dice la Palabra de Dios? Vamos a tener en cuenta: el contexto bíblico, el texto evangélico en sí y su relación con las otras lecturas, y el contexto litúrgico. Leer de una vez, e ir descubriendo el tema central de la Palabra: Primera lectura: Éxodo 17,8-13 Salmo: 120,1-8 Segunda lectura: 2 Timoteo 3,14-4,2 Evangelio: Lucas 18,1-8 Contexto bíblico: En el evangelio de hoy, Lucas puntualiza otro de los temas que le son bien importantes para él, como es la oración. Por segunda vez nos trae las palabras de Jesús como una necesidad permanente del discípulo, discípula para vivir fortalecidos siempre. Nos ha enseñado el Padre Nuestro y por medio de comparaciones y parábolas (Cfr. Lc 11,1-13) como orar con insistencia y sin desfallecer. Ahora extrae de la vida cotidiana una parábola para indicar una vez más la insistencia en la oración. El texto: La introducción, la parábola y la aplicación de dicha parábola. 2
La introducción: Versículo 18,1. Qué quiere Jesús con la nueva parábola próxima a narrar? Cuándo orar? Por qué? Qué significa siempre? Cuáles son las palabras claves en esta breve introducción? La Parábola. Versículos 2-5: Cuáles son las características de los personajes de la parábola? Cuál es el escenario donde se desarrolla la parábola? Qué descripción de las actitudes del juez? Qué sabemos sobre el oficio de un juez? 1 Qué se dice el juez de este evangelio a sí mismo? Cuáles son los verbos de las actitudes de la viuda? Qué sabemos sobre las viudas? 2 Experiencia humana y experiencia de fe: Qué entendemos por adversarios y enemigos según la experiencia humana? Qué entendemos por adversarios y enemigos según la experiencia de fe? La aplicación de la parábola: Versículos 6-8. Cómo llama Jesús a este juez? Por qué? Cuáles son los verbos y acciones que se generan de los versículos 6-8? Resaltar de estos versículos la expresión que más te llama la atención. Por qué? Quiénes son los elegidos? Qué relación hay entre el versículo 8 y la misión de Jesús? Asociación con las otras lecturas: Cuáles son las semejanzas y diferencias del texto del evangelio de San Lucas con la primera lectura del Éxodo? Qué consejos de los que hace San Pablo a Timoteo son primordiales en la vida de fe? Cómo te puede ayudar el texto de la segunda lectura de 2 Timoteo 3,14-4,2 para la vida de fe? San Lucas 18,1-8 presenta en este capítulo la segunda catequesis sobre la oración. Todo discípulo necesita practicarla como lo hace el Maestro, (Cf. Lc 3,21; 5,16) por eso les enseña hacerlo siempre (Cfr. Lc. 11,1-12), sobre todo la oración perseverante a la hora de la prueba, para no desfallecer. Jesús plantea una parábola 1 Persona que tiene autoridad para administrar justicia. En la Biblia el verbo hebreo significaba originalmente "para actuar como juez Divino", y se aplicó a Dios (Génesis 18:25), y a Moisés en su calidad de legislador y especialmente inspirado juez de Israel (Éxodo 18:13, 16), se aplica a los dirigentes de Israel, y parece indicar que su derecho es Divino (Jueces 10:2, 3) 2 En el mundo bíblico, viuda junto con los huérfanos, es una persona típica necesitada de ayuda, siempre estaba expuesta a los abusos por no gozar de la protección del marido. La viuda es débil y venerable. En el evangelio de Lucas presenta varias viudas: Ana, Lc 2,37; la viuda de Sarepta en Lc 4,25; la viuda de Naín Lc 7,12, la viuda del Templo, cuando da la ofrenda Lc 21,2. 3
con dos personajes bien característicos: un juez protagonista y una viuda. Es un juez injusto, que concede ayudar a la viuda para protegerse de la insistencia de la viuda y salvar su honor y reputación, pero en su corazón no hay ni los mínimos indicios de compasión; la viuda necesitada está acosada por su adversario. Hay un problema jurídico, la viuda necesita que se haga justicia. Jesús jalona la intención de esta parábola para hacer comprender a los discípulos si un juez injusto es capaz de obrar así ante la insistencia de la viuda, cuánta justicia hará Dios al elegido que clama siempre a Él: Que están clamando a Él día y noche, y les hace esperar? Confiar en Dios que es solicito para atender lo nuestro. Es necesario tener presente que el tiempo de Dios es pedagógico y el nuestro es de inmediatez; por eso hay que entregarse con confianza y fe. El Señor es sabio y sabe cuando actuar. Según el versículo 8, la justicia que está pronta a realizarse en la persona de Jesucristo. Suena paradójico este esperar, esta aparente dilación del tiempo por parte de Dios para responder inmediatamente a los elegidos, no es más que Dios piensa en los justos pero también en los injustos, y dentro de ello está entonces la conversión de los injustos y la maduración de la fe de sus discípulos. Pues Dios hará justicia a su pueblo mucho más rápido que el juez que ejerce bajo presión, su oficio. Dios siempre es fiel y cumple las promesas, y su pueblo le será fiel? De ahí la pregunta final: Pero cuando el Hijo del hombre venga, Habrá fe sobre la tierra? (Cfr. Lc 18,8). Es decir, vamos a tener el valor de esperar, de tener paciencia, aunque Dios se demore en atendernos? Es bien diciente la expresión con la que termina en relación con la fe. Pues la oración es el ejercicio de la fe. La oración perseverante en tiempos de prueba, es signo de espera de la intervención divina y definitiva de Dios en la historia. Contexto litúrgico: En el año de la fe: Cómo me ayudan a mi experiencia de fe los textos de hoy? Es el momento para interrogarnos sobre la calidad de la oración. Oramos con el amor filial: de hijos amados por el Padre que siempre ama. El enemigo de nuestra oración podemos ser nosotros mismos cuando nos sentimos poco escuchados por el Señor y desistimos. Cuánto nos falta perseverar para no desanimarnos! Lo más maravilloso de la oración es poder dialogar con el Señor sobre nuestras necesidades y enemigos como los temores, miedos, dudas o males que nos acosan como la pobreza y la enfermedad; o sobre ciertas actitudes que también nos 4
acosan como la falta de fe y de esperanza. Y es justamente la oración la que nos impulsa a encontrar también la preocupación divina por nosotros. Busquemos con la oración la voluntad divina que orienta nuestra vida. Seamos orantes de paz y por la paz. 2. Meditatio: Meditación. Qué me dice esta Palabra? Centrados en el texto del Evangelio y teniendo en cuenta las demás lecturas: Cuál es la ayuda que ofrece Jesús de los discípulos al presentar la parábola de un juez con esas actitudes? Qué necesitan los discípulos de Jesús para hacer vida su fe? Qué relación encuentro entre fe y oración? Jesús encuentra en mí una fe decidida? Me ayuda la actitud de Moisés? Cuándo he tenido experiencias semejantes? Las actitudes de la viuda, Cómo me ayudan para ser una persona orante? En el puesto de Timoteo, Qué quiere el Señor de mí hoy? Cómo me ayuda esta Palabra para revisar mi encuentro con el Señor hoy? Qué ha quedado en mi corazón? Me he encontrado con el Señor hoy? Qué denuncias me hizo de mi cotidianidad? Y que anuncio me hizo de salvación? 3. Oratio: Oración. Qué me hace decir esta Palabra? Ponte en posición orante (por ejemplo: de rodillas, o con las manos sobre las abiertas hacia arriba sobre las rodillas ) lo importante es sentir la presencia del Señor. Glorifiquemos al Señor: Con el salmista digamos: A ti Señor levanto mis ojos. No permitas Señor que mi pie resbale, guárdame de todo mal. En tus manos me confío. Señor Jesús en ti confío. Te entrego todas mis preocupaciones y mis dificultades. Gracias Señor que me escuchas, cuando te invoco; 5
gracias por todos los bienes y pruebas que me das. Que tu sabiduría penetre en mi corazón para comprender y perdonar a todas las personas que me hacen mal. Pongo en tus manos a todas las personas que necesitan de ti y aún no lo descubren. Señor Jesús! Ven fortaléceme y que mi oración llegue a Ti. Bendito sea tu nombre Jesús!. (Oraciones espontáneas de todos los participantes en relación con esta palabra) Glorificado seas Señor! Padrenuestro. Un canto final de alabanza anima bastante. 4. Contemplación: Cómo me ayuda esta Palabra a encontrarme con Jesús? Me impacta y causa profunda admiración, adoración y reverencia: Jesús, el hombre Hijo de Dios, es un orante. El mayor de todos que vive en la presencia del Padre. Los discípulos fueron testigos de su oración y fue tan gozosa y profunda que suscitó en ellos los mejores deseos de hacerlo. Tendré presente que: La oración hace que el amor de Dios nos ayude a ser solidarios en las luchas concretas de la vida y podamos ser testigos creíbles en el mundo del amor de Dios por la humanidad. Y lo más grandioso de la oración: poder reconocer, alabar, adorar, bendecir al Señor por sus bondades. A mi misma(o): Señor la oración será mi fuerte para alabarte, agradecerte y buscar la fortaleza para que el mal y las pruebas no me agobien Repetiré: El auxilio me viene del Señor, que hizo el cielo y la tierra. La lectura orante de la Sagrada Escritura es mi apoyo. Y tú? 5. Escríbelo te ayuda bastante 6