Al analizar el pasado, presente y futuro de las estructuras, nos damos cuenta como el paso del tiempo ha influido en ellas de manera inevitable. En la antigüedad los cambios se producían con calma, con sosiego, a medida que la tradición constructiva iba avanzando. Por entonces, y dado que los avances en los desarrollos científicos se producían con lentitud, las capacidades del desarrollo de nuevas tipologías estructurales eran fruto de ideas magistrales en las que sobre todo se aplicaba el ingenio combinado con la experiencia y mejora de ir logrando que las construcciones no se arruinaran. Prueba de que los cambios se producían con sosiego es que entre la aparición del arco de medio punto y el arco ojival median más de X siglos. Esta tardanza en el avance y conocimiento de los mecanismos resistentes, fundamentalmente se debía a la poca información compartida entre los distintos pueblos, y fundamentalmente a la compartimentación estanca de las distintas culturas. Esencialmente la forma audaz del arco no cambio en esos diez siglos, siguió siendo ese par de curvas tratando de caer. Pero lo que si cambió fue la concepción de cómo transmitir los esfuerzos, de cómo digerir los pesos de manera que se pudieran construir catedrales con mayor esbeltez, más luz, menos peso y más majestuosidad.
Estos cambios fueron propiciados fundamentalmente por el avance de las culturas, de los distintos pueblos, que demandaban a los Arquitectos construcciones dignas de su progreso. En esa correa de transmisión el ingenio debía agudizarse, debía salir del estancamiento, debía innovar. En definitiva se puso a prueba la capacidad de proyectar y entender las estructuras más allá de la adopción de sistemas contrastados con la experiencia anterior.
Comenzó entonces (en los albores del SXII) una nueva disciplina la ingeniería estructural que aunaba la tradición constructiva y la capacidad de ingenio de aquellos arquitectos. Desde entonces y hasta finales del SXIX los avances en el conocimiento estructural han ido creciendo de manera paulatina y a mayo velocidad en las épocas de mayor desarrollo económico de nuestra historia. A principios del SXX con el descubrimiento y desarrollo de las propiedades del hormigón armado así como la puesta a punto de la industrialización del acero el abanico de tipologías estructurales aumenta, y sobre todo los sistemas de construcción de estructuras despegan hasta alcanzar niveles de innovación impensables medio siglo antes. Rockefeller Center (1933)-Estructura de acero. 70 plantas-259,10 m de altura.
A partir de la mitad del SXX y una vez transcurridas las dos grandes guerras mundiales el avance en la ingeniería estructural ha sido apabullante coincidiendo con otra revolución. En este caso, la puesta en marcha de la revolución informática. Este aspecto de innovación tecnológica ha hecho que los procesos de análisis de las estructuras sean más rápidos y de mayor capacidad, aumentando casi de manera exponencial la capacidad de cálculo numérico a medida que han ido transcurriendo las décadas, hasta el momento actual. Sin embargo, lo que en tiempos pasados se desarrollaba con sosiego en la actualidad se produce con atropello, y la enseñanza de las nuevas innovaciones tecnológicas ha eclipsado el desarrollo conceptual de los nuevos sistemas estructurales. Esto unido a un aumento febril de los procesos de producción y crecimiento económico, junto con las ansias de la globalización y unificación del pensamiento, ha llevado a calcular estructuras en vez de diseñar estructuras. Estamos por tanto inmersos en procesos similares a los vividos en la edad media, en los cuales el ingenio estaba dormido y era presa de un afán colonizador que impedía el desarrollo de la creatividad en el ámbito de la ingeniería estructural.
En estos momentos en que las oficinas de proyectos son presas de los grandes programas informáticos, del aumento de los rendimientos en la producción de sus proyectos, de la sistematización de sus estructuras a base de técnicos sin experiencia en ingeniería estructural pero si con experiencia en manejo de programas informáticos, el ingenio se está congelando. Si a esta situación se une que cada día que pasa se sigue innovando con nuevos sistemas constructivos y mayor capacidad de proyectar edificaciones singulares, el cóctel empieza a estar fuera de control. Se hace necesario ahora más que nunca, nuevas ideas en la educación de la disciplina de ingeniería estructural, no desgajándose de la tradición arquitectónica que la precede y formando así una nueva manera de entender y proyectar las estructuras que nos esperan en ese futuro que cada día se convierte en presente sin que nos de tiempo a disfrutarlo. En el proceso de concepción y desarrollo de un proyecto de estructuras antes de lanzarse a calcular se debe tener claro el concepto estructural, el modelo de análisis, la idea, y en ese momento entra la revolución informática. Mientras tanto es catastrófico su uso (mal uso). Por el contrario es rentable a corto plazo, aspecto que desvirtúa todo el proceso sin capacidad de mejora en etapas posteriores. En mi modesta opinión el proceso se debe llevar por un camino que responda a las siguientes etapas: Evaristo Morras Nieto. Arquitecto Técnico. Master en Estructuras por la UPM. Profesor de la Escuela de la Edificación. CTE-DB/SE CTE-DB/SE-AE 6. DB-SE: Modelos de Análisis Análisis de las SITUACIONES Elección de la TIPOLOGÍA ESTRUCTURAL Establecimiento de las ACCIONES Modelos de PREDIMENSIONADO Elección del MODELO Estructural Análisis Estructural-CÁLCULO Verificación de los E. L. Análisis a nivel de DETALLE Desarrollo de DETALLES C/ Arturo Soria 187 Sot. 2 Of. 12 28043 - Madrid Tfn. 91 510 48 65 Fax. 91 510 48 66 email: edycalest @ edycalest. es
Como podemos comprobar en las distintas fases, el apartado destinado al propio cálculo está en los últimos lugares, siendo necesario por tanto la realización previa de etapas decisivas y sin las cuales carece de sentido el acometer las que facilitan el cálculo de estructuras. Ni que decir tiene que por muy bien que calculemos la estructura, o manejemos el programa de análisis y comprobación de los distintos elementos, si las etapas anteriores no las hemos solventado con acierto, el resultado estará entre malo y muy malo. Prueba de ello son las estadísticas que reflejan el índice de siniestros en la fase de desarrollo de proyecto y que se atribuyen según estadísticas demoledoras. ERROR DE CÁLCULO 3% 14% 5% CONCEPCIÓN DEFECTUOSA 78% MATERIALES INADECUADOS FALTA DE DETALLES Desde aquí y como punto de partida en una nueva etapa que es necesaria recorrer se pretende animar a los distintos técnicos que se dedican a calcular estructuras que se oxigenen y miren hacia delante sin las orejeras del ordenador, que descongelen su ingenio, y que en definitiva diseñen y proyecten estructuras para después poder calcularlas. Se muestran algunas imágenes de tipologías estructurales que no hubieran sido posibles sólo con la ayuda de un buen programa de cálculo por ordenador.
Centro Municipal Polideportivo Lobete en Logroño. (Marzo de 2007) Ingeniería estructural-edycalest.