TEMA 9.- CREO EN JESUCRISTO, QUE MURIÓ Y RESUCITÓ DOCUMENTO DE APOYO Si el Evangelio en definitiva es Jesús, lo que es y significa Jesús sólo se descubre a partir de su resurrección. Todo el cristianismo se puede resumir en estas tres palabras: Jesús ha resucitado. Nos encontramos ante la cuestión más desconcertante que se haya planteado jamás al espíritu humano y ante la frontera que separa necesariamente la fe de la increencia. Para quien no cree, la resurrección de Jesús es lo totalmente inadmisible. Para quien cree, es el coronamiento de la historia, la confirmación de que la salvación del hombre no es una ilusión, sino una realidad, la victoria decisiva sobre todo mal y todo límite humano. Bajo qué acusaciones fue condenado Jesús? Algunos jefes de Israel acusaron a Jesús de actuar contra la Ley, contra el Templo de Jerusalén y, particularmente, contra la fe en el Dios único, porque se proclamaba Hijo de Dios. Por ello lo entregaron a Pilatos para que lo condenase a muerte. (Compendio nº 113) Cómo se comportó Jesús con la Ley de Israel? Jesús no abolió la Ley dada por Dios a Moisés en el Sinaí, sino que la perfeccionó, dándole su interpretación definitiva. Él es el Legislador divino que ejecuta íntegramente esta Ley. Aún más, es el siervo fiel que, con su muerte expiatoria, ofrece el único sacrificio capaz de redimir todas «las transgresiones cometidas por los hombres contra la Primera Alianza» (Hb 9, 15).(Compendio nº 114) 1
Jesús no viene a abolir la Ley de Moisés, que se resume en los diez mandamientos, sino a llevarla a plenitud: No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud (Mt 5,17) *Jesús lleva a plenitud la Ley aportando de modo divino su interpretación definitiva: Habéis oído también que se dijo a los antepasados [ ] pero yo os digo (Mt 5,33-34) (cf Catecismo 581). Esta autoridad que Jesús reivindica para sí es la autoridad de Dios. Él es el legislador y la norma de la Ley nueva: Amaos los unos a los otros como yo os he amado (Jn 15,12). * Jesús lleva la Ley a su plenitud, en primer lugar, interiorizando su cumplimiento. La alianza nueva se grabará en la mente y en los corazones (cf Hb 8,8.10), sin que quepa una observancia de la misma puramente exterior. *En segundo lugar, subrayando la importancia del amor: La Ley nueva es llamada ley del amor, porque hace obrar por el amor que infunde el Espíritu Santo más que por el temor (Catecismo 1972). *En tercer lugar, elevando sus exigencias; es decir, tratando de imitar la generosidad divina. No basta, por ejemplo, con no matar; es preciso perdonar a los enemigos y orar por los perseguidores (cf Mt 6,1-6). Cuál fue la actitud de Jesús hacia el Templo de Jerusalén? Jesús fue acusado de hostilidad hacia al Templo. Sin embargo, lo veneró como «la casa de su Padre» (Jn 2, 16), y allí impartió gran parte de sus enseñanzas. Pero también predijo la destrucción del Templo, en relación con su propia muerte, y se presentó a sí mismo como la morada definitiva de Dios en medio de los hombres.(compendio nº 115) Es muy importante en la condena de Jesús, la expulsión de los comerciantes del Templo (Mc 11,15-16 par). Sin duda este hecho fue visto como lo más grave que Jesucristo realizó contra las instituciones judías. De hecho, a eso se redujo la acusación definitiva en el juicio (Mc 14,58) y los reproches en la cruz (Mc 15,29-30) Jesús profesó el más profundo respeto al Templo de Jerusalén. Fue presentado en él por José y María cuarenta días después de su nacimiento. A la edad de doce años, 2
decidió quedarse en el Templo para recordar a sus padres que se debía a los asuntos de su Padre. Durante su vida oculta, subió allí todos los años al menos con ocasión de la Pascua; su ministerio público estuvo jalonado por sus peregrinaciones a Jerusalén con motivo de las grandes fiestas judías. Jesús tenía una gran consideración hacía el Templo de donde expulsó a los mercaderes: No hagáis de la casa de mi Padre una casa de mercado. Sus discípulos se acordaron de que estaba escrito: <<el celo por tu casa me devorará>> (Jn 2, 16-17). El Templo es casa de oración y no cueva para ladrones. Ante la petición de los responsables religiosos, que pretenden un signo de su autoridad, en medio del asombro de los presentes, Jesús afirma: "Destruid este templo, y en tres días lo levantaré". Palabras misteriosas, incomprensibles en aquel momento, pero que san Juan vuelve a formular para sus lectores cristianos, observando: "Él hablaba del templo de su cuerpo". Sus adversarios destruirán este "templo", pero él, al cabo de tres días, lo reconstruirá mediante la resurrección. La muerte dolorosa y "escandalosa" de Cristo se coronará con el triunfo de su gloriosa resurrección ya en él el resplandor del Resucitado» Contradijo Jesús la fe de Israel en el Dios Único y Salvador? Jesús nunca contradijo la fe en un Dios único, ni siquiera cuando cumplía la obra divina por excelencia, que realizaba las promesas mesiánicas y lo revelaba como igual a Dios: el perdón de los pecados. La exigencia de Jesús de creer en Él y convertirse permite entender la trágica incomprensión del Sanedrín, que juzgó que Jesús merecía la muerte como blasfemo. (Compendio nº 116) *. Jesús no abolió la Ley del Sinaí, sino que la perfeccionó de tal modo que reveló su más profundo sentido. *Jesús aceptó ser verdadera piedra de escándalo para las autoridades judías. Los escandalizó: * Comiendo con publicanos y pecadores: No he venido a llamar a conversión a justos, sino a pecadores (Lc 5, 32). Les dice, además, que los que se creen justos o salvados están ciegos. 3
* Jesús perdona los pecados: Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios?(Mc 2, 7). Al perdonar los pecados, o bien Jesús blasfema porque es un hombre que pretende hacerse igual a Dios o bien dice verdad y su Persona hace presente y revela el Nombre de Dios. * Jesús se iguala al Padre: El que no está conmigo está contra mí (Mt 12, 30); Jesús es más que Jonás ( ) más que Salomón (Mt 12, 41-42); más que el Templo (cf. Mt 12, 6); Antes que naciese Abraham, Yo soy (Jn 8, 55). Ante estas actitudes de Jesús, el Sanedrín considera que Jesús merece la muerte por blasfemo... Quién es responsable de la muerte de Jesús? La pasión y muerte de Jesús no pueden ser imputadas indistintamente al conjunto de los judíos que vivían entonces, ni a los restantes judíos venidos después. Todo pecador, o sea todo hombre, es realmente causa e instrumento de los sufrimientos del Redentor; y aún más gravemente son culpables aquellos que más frecuentemente caen en pecado y se deleitan en los vicios, sobre todo si son cristianos. (Compendio nº 117) * La Iglesia ha declarado en el Concilio Vaticano II: «Lo que se perpetró en su pasión no puede ser imputado indistintamente a todos los judíos que vivían entonces ni a los judíos de hoy [...] No se ha de señalar a los judíos como reprobados por Dios y malditos como si tal cosa se dedujera de la sagrada Escritura» *Toda la humanidad, cristianos, judíos y paganos, está implicada en la muerte de Jesús. Impresiona la enorme confabulación que lleva a esta muerte. Los discípulos lo traicionan o lo abandonan. Las autoridades religiosas se empeñan en hacerle desaparecer utilizando todos los medios. El `poder romano, tan orgulloso de su justicia, perpetra la gran injusticia. El pueblo, al que tanto amó y favoreció Jesús, grita con locura ciega: Crucifícale. Hasta los transeúntes se burlan de él porque es incapaz de salvarse a sí mismo. En la cruz se revela hasta dónde puede llegar el pecado del mundo. *La misión de Jesús aquí en la tierra fue restaurar la amistad entre Dios y el ser humano que se había roto después de la caída del hombre en el huerto del Edén. El 4
pago que cada persona tiene que hacer por sus pecados lo hizo Jesús con su muerteen una cruz. LA MUERTE DE CRISTO FORMA PARTE DEL DESIGNIO DE DIOS Jesús acepta voluntariamente su muerte. La ha visto venir y la ha afrontado con lucidez. No la ha eludido ni ha emprendido la huida. No se ha defendido. No ha organizado una resistencia ni ha modificado su mensaje. Las escenas impresionantes de la pasión nos muestran a un Jesús sereno, coherente, lúcido, valiente y al mismo tiempo pacífico. Y es que contempla su muerte, no como un final traumático que acaba con su persona y su misión, sino como la culminación de todo lo que ha sido. Para él la muerte es la manifestación plena del sentido y razón de ser de toda su vida. Vida y muerte nacen de un mismo acto de amor por el que Jesús quiere rehacer la amistad entre Dios y el hombre. Al fin de reconciliar consigo a todos los hombres, destinados a la muerte a causa del pecado, Dios tomó la amorosa iniciativa de enviar a su Hijo para que se entregara a la muerte por los pecadores. Anunciada ya en el Antiguo Testamento, particularmente como sacrificio del Siervo doliente, la muerte de Jesús tuvo lugar según las Escrituras.(Compendio nº 118) Toda la vida de Cristo es una oblación libre al Padre para dar cumplimiento a su designio de salvación. Él da «su vida como rescate por muchos» (Mc 10, 45), y así reconcilia a toda la humanidad con Dios. Su sufrimiento y su muerte manifiestan cómo su humanidad fue el instrumento libre y perfecto del Amor divino, que quiere la salvación de todos los hombres.(compendio nº 119) *El objetivo fundamental de toda su vida había sido cumplir la voluntad del Padre: «Mi comida es hacer la voluntad del que me envió y realizar su obra» (Jn 4,34). Y la aceptación de su muerte es el sí definitivo a esa voluntad. 5
*El amor de Dios al hombre es tan fuerte que le lleva a «no perdonar a su propio Hijo y a entregarle por todos nosotros» (Rom 8, 32). Si Dios entrega a su Hijo es porque nos ama: «Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que quien crea no perezca, sino tenga vida eterna» (Jn 3,16). La entrega del Hijo es, pues, la manifestación suprema del amor de Dios. *Jesús obedece al Padre, está de acuerdo en ser entregado mostrándonos así que nos ama con el mismo amor del Padre. Ciertamente esta actitud de servicio y de entrega que nace del amor se manifiesta en todos los momentos de la vida de Jesús. Pero él sabía que el amor exige dar la vida: «Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por los amigos» (Jn 15,13). Y por eso quiere llegar hasta el final: «Después de haber amado a los suyos en el mundo, los amó hasta el extremo» (Jn 13,1). Cómo se manifiesta en la última cena la oblación de Jesús? Jesús instituyó la Eucaristía la noche antes de su muerte. Con aquel gesto quería decir: «No me quitan la vida, sino que la entrego voluntariamente» (Jn 10,18). En la última cena con los discípulos, Jesús distribuyó su cuerpo y su sangre, es decir, su propia existencia terrena, entregándose a sí mismo. Jesús asumió anticipadamente su muerte y la transformó en un acto de amor. Por eso esta cena no fue más que una anticipación de la cruz y una transformación de la muerte violenta que se aproximaba en donación amorosa de sí mismo. Y de esta transformación de la muerte violenta en sacrificio voluntario brotó la salvación. En la última Cena con los Apóstoles, la víspera de su Pasión, Jesús anticipa, es decir, significa y realiza anticipadamente la oblación libre de sí mismo: Esto es mi Cuerpo que será entregado por vosotros, ésta es mi sangre que será derramada... (Lc 22, 19-20). De este modo, Jesús instituye, al mismo tiempo, la Eucaristía como memorial (1 Co 11, 25)de su sacrificio, y a sus Apóstoles como sacerdotes de la nueva Alianza. (Compendio nº 120) *Jesús instituyó la Eucaristía la noche antes de su muerte. Con aquel gesto quería decir: «No me quitan la vida, sino que la entrego voluntariamente» (Jn 10,18). 6
*Jesús asumió anticipadamente su muerte y la transformó en un acto de amor. Por eso esta cena no fue más que una anticipación de la cruz y una transformación de la muerte violenta que se aproximaba en donación amorosa de sí mismo. *La Eucaristía nos enseña que en la muerte de Cristo su amor al mundo es más fuerte que el pecado del hombre, y que este amor salva al mundo. En la oración del huerto, con sudores de sangre, Jesús dice: «No se haga mi voluntad sino la tuya» (Mt 26,39). En el huerto de Getsemaní, a pesar del horror que suponía la muerte para la humanidad absolutamente santa de Aquél que es «el autor de la vida» (Hch 3, 15), la voluntad humana del Hijo de Dios se adhiere a la voluntad del Padre; para salvarnos acepta soportar nuestros pecados en su cuerpo, «haciéndose obediente hasta la muerte» (Flp 2, 8). (Compendio nº 121 LA RESURRECCIÓN DE JESÚS La Resurrección de Jesús es la verdad culminante de nuestra fe en Cristo, y representa, con la Cruz, una parte esencial del Misterio pascual. En el Nuevo Testamento, el acontecimiento de la resurrección se expresa con varias palabras: exaltación, glorificación, ascensión, señorío cósmico, entrada en el santuario del cielo, presencia Pero se prefiere el término resurrección porque es el más claro y completo para indicar que el que había muerto ha vuelto a la vida Qué signos atestiguan la Resurrección de Cristo? Además del signo esencial, que es el sepulcro vacío, la Resurrección de Jesús es atestiguada por las mujeres, las primeras que encontraron a Jesús resucitado y lo anunciaron a los Apóstoles. Jesús después «se apareció a Cefas (Pedro) y luego a los Doce, más tarde se apareció a más de quinientos hermanos a la vez» (1 Co 15, 5-6), y aún a otros. Los Apóstoles no pudieron inventar la Resurrección, puesto que les parecía imposible: en efecto, Jesús les echó en cara su incredulidad. (Compendio nº 127) 7
Por qué la Resurrección es también un acontecimiento trascendente? La Resurrección de Cristo es un acontecimiento trascendente porque, además de ser un evento histórico, verificado y atestiguado mediante signos y testimonios, transciende y sobrepasa la historia como misterio de la fe, en cuanto implica la entrada de la humanidad de Cristo en la gloria de Dios. Por este motivo, Cristo resucitado no se manifestó al mundo, sino a sus discípulos, haciendo de ellos sus testigos ante el pueblo. (Compendio nº 128) *La Resurrección de Cristo es un acontecimiento histórico. Sucedió hace más de dos mil años, en un lugar concreto de la geografía terrestre. Todavía hoy podemos visitar en Jerusalén el sepulcro vacío, del que salió victorioso Jesús resucitado. Además, la resurrección ha dejado sus huellas históricas, como son las apariciones a María Magdalena, a Pedro, a los Doce y a más de quinientas personas. *La Resurrección de Cristo, es un acontecimiento trascendente (CEC 647). Trasciende al mismo acontecimiento. Nadie puede decir como sucedió físicamente, pues los discípulos le vieron resucitado, no lo vieron resucitar. Sólo por la fe puede entenderse. Para comprender lo que sucedió, vale la pena ver primero lo que no es la resurrección: 1. No es revivir, es decir, volver a la vida como antes. Eso es lo que hizo Jesús con Lázaro, con el hijo de la viuda de Naim y con la hija de Jairo: restituyó su cuerpo a la vida ordinaria. Pero después volvieron a morir. 2. No se trata tampoco solamente de la «inmortalidad del alma», que sería una especie de resurrección a medias. La resurrección se refiere a la entrada en la vida sin fin de toda la humanidad de Jesús, incluido su cuerpo. Por eso el sepulcro quedó vacío. 3. Tampoco se trata de una «reencarnación», como admiten el hinduismo y el budismo, que consiste en la transmigración del alma a un cuerpo distinto. El cuerpo de Jesús sigue siendo el mismo. 4. Mucho menos es como un «recuerdo vivo» de Jesús, que habría provocado en sus discípulos la convicción de que seguía presente. Porque fue el encuentro 8
con Jesús resucitado lo que suscitó en sus discípulos la fe en la resurrección, no al revés. 5. Y tampoco se trató de una realidad «inventada» por los discípulos por fraude o alucinación. Después de la muerte de Jesús, los discípulos estaban tristes, miedosos, incrédulos, escépticos. Sólo un gran acontecimiento pudo cambiarlos, devolviéndoles el primitivo entusiasmo por Jesús y por su seguimiento. Esta situación diferente queda resaltada por el hecho de que Jesús puede entrar en una sala estando las puertas cerradas (Jn 20,19 y 26). Y sobre todo porque no es reconocible a primera vista. No es la Magdalena o los discípulos los que le reconocen, sino que es Jesús quien les concede la gracia de dejarse ver y reconocer (Jn 20,14-16; 21.-7) La Resurrección obra de la Santísima Trinidad La Resurrección de Cristo es una obra trascendente de Dios. Las tres Personas divinas actúan conjuntamente, según lo que es propio de cada una: el Padre manifiesta su poder, el Hijo «recobra la vida, porque la ha dado libremente» (Jn 10, 17), reuniendo su alma y su cuerpo, que el Espíritu Santo vivifica y glorifica.(compendio nº 130) Sentido y alcance salvífico de la Resurrección La Resurrección de Cristo es la culminación de la Encarnación. Es una prueba de la divinidad de Cristo, confirma cuanto hizo y enseñó y realiza todas las promesas divinas en nuestro favor. Además, el Resucitado, vencedor del pecado y de la muerte, es el principio de nuestra justificación y de nuestra resurrección: ya desde ahora nos procura la gracia de la adopción filial, que es real participación de su vida de Hijo unigénito; más tarde, al final de los tiempos, Él resucitará nuestro cuerpo. (Compendio nº 131) *Si Cristo no resucitó, vana es nuestra fe (1 Co 15,14) *La verdad de la divinidad de Cristo es confirmada por su Resurrección. *La resurrección de Cristo demostró que verdaderamente era el Hijo de Dios y Dios mismo. 9
*Cristo por su muerte nos libera del pecado, por su Resurrección nos abre el acceso a una nueva vida. JJESUCRISTO DESCENDIÓ A LOS INFIERNOS Y AL TERCER DÍA RESUCITÓ DE ENTRE LOS MUERTOS Los «infiernos» distintos del «infierno» de la condenación constituían el estado de todos aquellos, justos e injustos, que habían muerto antes de Cristo. Con el alma unida a su Persona divina, Jesús tomó en los infiernos a los justos que aguardaban a su Redentor para poder acceder finalmente a la visión de Dios. Después de haber vencido, mediante su propia muerte, a la muerte y al diablo «que tenía el poder de la muerte» (Hb 2, 14), Jesús liberó a los justos, que esperaban al Redentor, y les abrió las puertas del Cielo.(Compendio nº 125) * Las frecuentes afirmaciones del Nuevo Testamento según las cuales Jesús "resucitó de entre los muertos" (Hch 3, 15; Rm 8, 11; 1 Co 15, 20) presuponen que, antes de la resurrección, permaneció en la morada de los muertos. Es el primer sentido que dio la predicación apostólica al descenso de Jesús a los infiernos; Jesús conoció la muerte como todos los hombres y se reunió con ellos en la morada de los muertos. Pero ha descendido como Salvador proclamando la buena nueva a los espíritus que estaban allí detenidos. *La Escritura llama infiernos, sheol o hades a la morada de los muertos donde bajó Cristo después de muerto, porque los que se encontraban allí estaban privados de la visión de Dios. Tal era, en efecto, a la espera del Redentor, el estado de todos los muertos, malos o justos, lo que no quiere decir que su suerte sea idéntica como lo enseña Jesús en la parábola del pobre Lázaro recibido en el "seno de Abraham". "Son precisamente estas almas santas, que esperaban a su Libertador en el seno de Abraham, a las que Jesucristo liberó cuando descendió a los infiernos". *Jesús no bajó a los infiernos para liberar allí a los condenados ni para destruir el infierno de la condenación, sino para liberar a los justos que le habían precedido. * Las almas de los Santos Padres no fueron introducidas en el cielo antes de la muerte de Cristo, porque por el pecado de Adán, el cielo estaba cerrado, y Cristo con su muerte lo abrió de nuevo al hombre. 10
JESUCRISTO SUBIÓ A LOS CIELOS Y ESTÁ SENTADO A LA DERECHA DE DIOS PADRE TODOPODEROSO Cuarenta días después de haberse mostrado a los Apóstoles bajo los rasgos de una humanidad ordinaria, que velaban su gloria de Resucitado, Cristo subió a los cielos y se sentó a la derecha del Padre. Desde entonces el Señor reina con su humanidad en la gloria eterna de Hijo de Dios, intercede incesantemente ante el Padre en favor nuestro, nos envía su Espíritu y nos da la esperanza de llegar un día junto a Él, al lugar que nos tiene preparado. (Compendio nº 132) *Con su Ascensión al cielo, Jesucristo culmina y lleva a plenitud su misión en la tierra. *La Ascensión manifiesta que Jesús es el Señor. *La Ascensión del Señor es un misterio de la vida de Cristo de importancia suma, porque es parte de la Resurrección de Cristo. No se entendería la Resurrección sin la Ascensión. *La Ascensión corporal de Cristo a los cielos es la garantía igualmente de la glorificación de nuestros cuerpos mortales. DESDE ALLÍ HA DE VENIR A JUZGAR A VIVOS Y MUERTOS Después del último estremecimiento cósmico de este mundo que pasa, la venida gloriosa de Cristo acontecerá con el triunfo definitivo de Dios en la Parusía y con el Juicio final. Así se consumará el Reino de Dios. Compendio nº 134) 11
*Parusía, significa llegada y presencia. *Jesús viene incesantemente y está en el prójimo necesitado, en el interior del justo, en la proclamación de la Palabra, en la celebración de la Eucaristía. Pero un día, su venida será: venida gloriosa Cómo juzgará Dios a los vivos y a los muertos? Cristo juzgará a los vivos y a los muertos con el poder que ha obtenido como Redentor del mundo, venido para salvar a los hombres. Los secretos de los corazones serán desvelados, así como la conducta de cada uno con Dios y el prójimo. Todo hombre será colmado de vida o condenado para la eternidad, según sus obras. Así se realizará «la plenitud de Cristo» (Ef 4, 13), en la que «Dios será todo en todos» (1 Co 15, 28).(Compendio n1 135) *Esta segunda venida, a diferencia de la primera que se realizó en humildad y pobreza, será una venida gloriosa. Le serán sometidas todas las cosas: el mal, el pecado, la muerte y toda la creación. Entonces se consumará definitivamente el Reino de Dios. Entonces la humanidad entera entrará en su descanso definitivo. * Habrá un juicio: En este juicio no será Jesús el que condene; las que nos condenarán o salvarán serán nuestras propias obras. *En definitiva, al final, toda rodilla se doblará ante Jesús y toda lengua confesará que es el señor para gloria de Dios padre (cf Flp 2,10-11) 12