Cuentos para niños hechos por adultos La magia del cactus escrito por Susana Villalón ilustrado por Patricia Barra
Chiliwili estaba en el pueblo de San Pedro de Atacama pasando el día cuando decidió volver a su casa en Santiago. Esta vez, se le ocurrió que la mejor manera para regresar sería atravesando el desierto en su coche, pues siempre se había ido por la carretera y tenía curiosidad por saber si el trayecto era más corto por esa ruta. 3
Partió a Santiago con la ilusión de llegar a su casa antes del anochecer. Durante el viaje iba mirando el paisaje del desierto cuando de pronto su coche quedó encallado en la arena, intentó moverlo, pero no había manera y se dio La noche se le hizo larga y fría, no se escuchaba ni un ruido así que decidió dormir dentro del coche hasta la mañana y esperar a que alguien pasara por cuenta de que él solo no podría sacarlo. allí y pudiera ayudarle. 4 5
Amaneció, pasaban las horas y nada; ya estaba perdiendo la esperanza cuando se fijó en un cactus gigante de un color verde muy vivo que resplandecía con el sol. Le entró mucha curiosidad y se acercó a él y de pronto el cactus le habló. Chiliwili no podía creer lo que estaba pasando, cómo era posible que un cactus hablara? Estaría teniendo alucinaciones por el calor Al final el cactus le dijo: - Te concedo tres deseos, piénsalos bien - del desierto? Hacía horas que no bebía ni comía nada y la ausencia de alimentos le podría estar afectando. No podía ser verdad. Además de hablar le concedería tres deseos! 6 7
Chiliwili como pudo llenó con agua un bidón que tenía en el coche, así bebería hasta saciarse. El agua era fresca y limpia y por fin pudo calmar su sed. Pensó que para el próximo deseo debería elegir mejor. El cactus le preguntó por su segundo deseo y en esta ocasión Chiliwili dijo: - Deseo tener comida - En el segundo deseo tampoco le dijo la cantidad. El cactus lo pensó Chiliwili pensó que no arriesgaría nada con pedirle uno y así comprobar si detenidamente y finalmente le sorprendió con un buffet. Había de todo lo que todo esto le estaba ocurriendo en realidad. Como había sentido mucha sed a Chiliwili le gustaba y en cantidad suficiente para llenar su estómago vacío desde que estaba en el desierto, le pidió agua al cactus. Cometió el error de desde hacía un día: carne, verduras, fruta, pasteles, pan no sabía por dónde no decir cuanta cantidad de agua ni como, con lo que el cactus le mandó una empezar, quería probarlo todo a la vez. Cuando terminó de comer tenía la tormenta. No podía creerlo, estaba pasando de verdad! tripa llena y se sentía muy satisfecho. 8 9
Con estos dos deseos dejó de tener sed y hambre, aunque todavía le quedaba Después fue a Nueva York a conocer la estatua de la libertad. Había oído hablar otro deseo por pedir. El cactus no tardó en querer saber su último deseo y muchas veces de ella y quería comprobar si era tan grande como siempre le Chiliwili lo pensó bien, quería que éste fuera algo más especial que los deseos habían dicho, sin duda no habían exagerado, le pareció enorme. anteriores y al final pidió poder viajar en el tiempo recorriendo el mundo. Al primer sitio donde viajó fue al Himalaya. Él nunca hubiera imaginado Estaba encantado por el deseo concedido y disfrutaba mucho, aunque ya se que allí haría tanto frío. No llevaba abrigo ya que antes estaba en el desierto, sentía cansado. Después de tanto viajar y conocer sitios nuevos, se dio cuenta así que tras verlo y quedarse impresionado decidió ir a un sitio más cálido. Su de que el mejor sitio para estar era su propia casa y que aun habiendo lugares siguiente elección fue ir a la playa de Rio de Janeiro; le encantó el color del maravillosos, donde él quería estar era allí, en su hogar. agua, el azul del cielo, la alegría de la gente que disfrutaba un día de playa, pero no le gustó nada la sensación de la arena en los pies que se pegaba y le Así pues finalizó su deseo, yendo a casa a descansar y a pensar en todas las cosas molestaba al andar. maravillosas que le habían pasado desde que se encontró con el cactus. 10 11
Tenía un último deseo en la cabeza... volver a ver al cactus mágico. Fin 12
Gracias al trabajo de muchas personas que de forma voluntaria y sin ánimo de lucro, han puesto a disposición su tiempo y su talento, este libro está disponible para todos los niños que quieran y/o necesiten leer. Agradecemos, especialmente, al autor e ilustrador que ceden sus derechos para que esto sea posible y a DeVerbena por la maquetación de los cuentos. Cámara Mágica, permite la descarga total y/o parcial de los contenidos para actividades educativas, culturales o simplemente para satisfacer el gusto e interés por la lectura. Una producción de Cámara Mágica en colaboración con DeVerbena. Coleccion Fabrica de Cuentos Cuentos para niños hechos por adultos