NON-PAPER - Contribución de España a la Estrategia del Mercado Único Digital 19 Enero 2014 Aprovechar las oportunidades de una Europa digital La revolución digital que ha acompañado el cambio de milenio supone un reto de importantes dimensiones sociales y económicas. Europa debe jugar un papel protagonista en esta revolución y responder al reto con voz única y diferenciada. Para alcanzar este objetivo, la Unión Europea debe consolidar el Mercado Único Digital como base sólida para aprovechar las ventajas derivadas de la digitalización de la economía y de la sociedad. Un área digital compartida facilita el intercambio de bienes y servicios y contribuye al incremento de la innovación y la competitividad, y con ello al crecimiento económico y al empleo. Nos enfrentamos a una tarea compleja que requiere de la participación del mayor número posible actores. Ciudadanos, empresas y gobiernos deben participar en su diseño y en su ejecución. El futuro de Europa dependerá en buena parte del resultado de esta tarea. La consolidación del Mercado Único Digital requiere en primer lugar una amplia revisión normativa. Esta revisión debe tener en cuenta la madurez del mercado de las telecomunicaciones y los avances conseguidos en materia de competencia desde la liberalización que comenzó en 1998. Los principales objetivos deben ser: (i) fomentar la capacidad de inversión de los agentes en el sistema digital europeo, (ii) facilitar la consolidación de los mercados maduros y (iii) garantizar la no discriminación entre los agentes de la cadena de valor digital. Además de los objetivos mencionados, la revisión normativa también deberá reforzar la confianza y el uso de los nuevos productos y servicios digitales, facilitar el desarrollo de servicios innovadores, y garantizar los derechos de ciudadanos y empresas en el nuevo mundo digital. Teniendo en consideración las conclusiones del Consejo Europeo de 25 de octubre de 2013 en materia de economía digital y el debate sobre la revisión de medio plazo de la Agenda Digital para Europa del Consejo de Telecomunicaciones de 27 de noviembre de 2014, y en línea con la petición del Consejo Europeo celebrado el 18 de diciembre de 2014, España considera que la Comisión Europea debería presentar una comunicación ambiciosa sobre el Mercado Único Digital en el plazo más breve posible. La comunicación debería incluir la descripción y el calendario de las medidas a adoptar. Entre las medidas, se deberá promover la actualización de las directivas de comunicaciones electrónicas al escenario actual, considerando al menos, los elementos que se exponen en los siguientes apartados.
Impulsar el desarrollo de un mercado único digital Europa ya ha experimentado ampliamente los beneficios que reporta la existencia de un mercado único. De acuerdo con las estimaciones facilitadas por el Parlamento Europeo, la consecución de un mercado único digital pleno impulsaría la economía europea con 360.000 millones de euros al año. España considera un acierto la nueva estructura de la Comisión Europea. No solo se crea una vicepresidencia responsable de completar el Mercado Único Digital, sino que se dan nuevas competencias al Comisario de Economía y Sociedad Digital. Ello permitirá el tratamiento integrado de áreas clave de los asuntos digitales, tales como la regulación de las telecomunicaciones, las plataformas digitales, los derechos de autor y la seguridad de las redes y la información. Es función de las instituciones públicas adaptar la normativa existente a la evolución de las condiciones económicas y sociales del momento, velando por que los agentes de la cadena de valor digital compitan bajo igualdad de reglas. Por ello, España da la bienvenida a que el programa de trabajo de la Comisión Europea para 2015 incluya acciones legislativas como parte de la estrategia del Mercado Único Digital. Es un hecho que la creciente e innovadora oferta de servicios, de indudable valor económico y social, exige una mayor inversión en nuevas infraestructuras. España considera prioritario evitar situaciones discriminatorias derivadas de una regulación que no se adapta a las condiciones de los mercados. Sin tomar las medidas adecuadas, el resultado no solo será un debilitamiento de la posición competitiva de Europa y su integración en el mundo digital global, sino también una erosión de sus bases imponibles. Por ello, la propuesta deberá incluir medidas que aborden: Una profunda revisión del marco regulador de las comunicaciones electrónicas. La regulación existente ha permitido el desarrollo de un mercado altamente dinámico y competitivo. Sin embargo, Europa ha quedado rezagada respecto de otras áreas económicas en la modernización de sus redes de telecomunicaciones y ha perdido el liderazgo en este ámbito. La cadena de valor digital tiene diferentes actores sometidos a diferentes niveles regulatorios y exige grandes inversiones en infraestructuras, fundamentalmente de los operadores de telecomunicaciones. Para garantizar la sostenibilidad del ecosistema digital es necesaria una revisión del Paquete de Telecomunicaciones aprobado en 2009. El paquete no llegó a modificar sustancialmente ni el alcance ni la perspectiva de la normativa aprobada en 2002. La nueva regulación debe responder a los objetivos de fomento de la inversión, competencia e innovación; fijar a nivel europeo un terreno de juego equilibrado para todos agentes del mercado; y garantizar una adecuada protección a consumidores y usuarios en todos los ámbitos del ecosistema digital.
Un marco regulatorio equilibrado de las plataformas digitales. El dinamismo de las empresas del mundo de Internet y el crecimiento exponencial de algunas de ellas es una de las características que definen el mundo digital, junto con su capacidad de innovación. Como consecuencia, las fronteras entre los servicios prestados por estas empresas y los servicios proporcionados por otras de sectores más tradicionales se han difuminado. Es necesaria una revisión y clarificación de las funciones y responsabilidades de las plataformas digitales que facilitan la prestación de esos servicios respetando las obligaciones de servicio público existentes. Valorar en los procesos de consolidación intracomunitarios propuestos el actual contexto internacional de competencia, en el que deben actúan los operadores de telecomunicaciones europeos. Avanzar en la creación de un marco fiscal equilibrado. El impulso del comercio electrónico transfronterizo debe llevar asociada una revisión de los sistemas fiscales. El objeto debe ser, por un lado, garantizar una fiscalidad equilibrada entre todos los actores intracomunitarios, y por otro impedir planificaciones fiscales que deslocalizan los beneficios, y por tanto erosionan las bases imponibles. La integración de Europa en la economía digital mundial. El Mercado Único Digital ha de ser el instrumento para la integración de Europa en el nuevo escenario digital que define la economía mundial. Esa integración, promovida mediante los tratados Internacionales como el TTIP, CETA o TISA, no debe sacrificar los derechos de los ciudadanos europeos ni condicionar el derecho a regular el marco comunitario en materia digital. Debe garantizarse la transparencia y participación efectiva del Consejo de Telecomunicaciones y del Parlamento europeo en la negociación de los tratados mencionados. Revisión del mercado audiovisual europeo. Es necesario abordar los nuevos retos del mercado audiovisual que se presentan con la aparición de productos y servicios audiovisuales digitales. Entre otras distorsiones, debe evitarse que en estos nuevos mercados puedan generarse situaciones discriminatorias de unos agentes frente a otros por razón de país de origen de sus producciones. La regulación deberá procurar que las condiciones de competencia en el mercado final sean iguales para todos los proveedores y tecnológicamente neutras. Adaptar los derechos de propiedad intelectual a la sociedad digital. Para impulsar nuevas oportunidades y el desarrollo de nuevas industrias, se debe completar la modernización del marco de derechos de propiedad intelectual. Dicho marco debe lograr el equilibrio entre la protección de estos derechos, el desarrollo de iniciativas empresariales y la libertad de los creadores para difundir sus obras. A la espera de una iniciativa comunitaria integradora, el
parlamento español ha aprobado una reforma parcial de la legislación de propiedad intelectual Completar la regulación para un Mercado Único de las Telecomunicaciones (TSM): España ha auspiciado el grupo amigos del TSM como marco de dialogo y es favorable a un acuerdo en el Consejo respecto al TSM. Entendemos que las medidas contempladas pueden continuar como una regulación por si misma o incorporarse como elementos en la revisión más amplia del marco legal en un futuro paquete regulatorio digital. La posición de España respecto a temas abiertos a debate como el roaming o la neutralidad de red es la siguiente: o Roaming: España comparte el objetivo de impulsar el principio de Roaming Like At Home (RLAH). No obstante, deben considerarse las diferencias entre los mercados móviles nacionales otorgando flexibilidad a las ANRs para la aplicación gradual del RLAH. El objetivo final debe ser evitar que se introduzcan distorsiones entre mercados de distintos países, que la distribución de los costes de implantación de RLAH sea equitativa y que se garantice la viabilidad de las inversiones en los países visitados por los usuarios de roaming. España valora positivamente la propuesta preliminar denominada RLAH+ presentada por la presidencia de Letonia. o Neutralidad de la Red: La propuesta presentada por España tiene como objetivo conciliar el derecho de los usuarios a una "internet abierta" y la promoción de la innovación. La regulación que se adopte deberá ser lo suficientemente flexible para fomentar la inversión y permitir el desarrollo de modelos de negocio basados en una gestión razonable del tráfico. Además de esto, como fue señalado por el Consejo Europeo en las conclusiones de la reunión celebrada en octubre de 2013, el concepto de neutralidad de la red tiene que evolucionar hacia una interpretación más amplia: También es necesario abordar los obstáculos que impiden que las personas puedan acceder a su vida digital desde distintas plataformas.
Fomentar la digitalización de la economía El crecimiento económico y la creación de empleo solo se conseguirán con un incremento de la competitividad y la innovación de las empresas. La digitalización juega un papel fundamental en la consecución de este objetivo. La Comisión Europea ha indicado en su programa de trabajo para 2015 que la estrategia del Mercado Unico Digital contendrá las iniciativas no legislativas. España considera que para lograr ese proceso de digitalización de la economía y la sociedad, la estrategia que va a proponer la Comisión Europea deberá contener, al menos, medidas que aborden: El apoyo al despliegue de las redes banda ancha ultrarrápida, y en particular a aquellas iniciativas de apoyo público al despliegue de infraestructuras encaminadas a evitar la brecha digital. Impulsar la posición europea para liderar la innovación en ciudades digitales. Debemos aprovechar la capacidad legislativa, de normalización y de impulso a la I+D+i comunitarias para construir el liderazgo europeo en la industria de las ciudades inteligentes. La promoción de Códigos de Buenas Prácticas puede contribuir al logro de ese liderazgo. Asimismo, se debe facilitar la extensión de las tecnologías digitales a todas las ciudades europeas con el fin de crear laboratorios dinámicos de iniciativas público-privadas para una Europa más digital. La adopción de las TIC por la industria. Debemos impulsar mecanismos para acelerar la adopción de las TIC por parte de la industria para avanzar hacia la Industria 4.0 en Europa. Impulsar el crecimiento y la consolidación de una industria digital innovadora. Debemos crear las condiciones para facilitar el crecimiento y la consolidación de una industria digital innovadora en Europa, fomentando la I+D+i, el big data, el cloud computing y el Internet de las cosas. Apoyo al desarrollo de nuevos servicios basados en la economía colaborativa en un marco de respeto a la legislación vigente. El desarrollo de habilidades digitales. Se debe fomentar el estudio de grados universitarios TIC entre los jóvenes y la adquisición de las capacidades y habilidades TIC requeridas por la industria digital. Además, se debe impulsar el aprendizaje de habilidades digitales tanto para fines profesionales como particulares. La creación de un entorno favorable al emprendimiento. Se debe apoyar el emprendimiento y reducir las barreras administrativas y de cualquier otro tipo de obstáculo que frenen su desarrollo.
El desarrollo de servicios públicos pan-europeos. Se debe facilitar la relación de los ciudadanos y las empresas con todas las administraciones públicas europeas, favoreciendo el desarrollo de servicios públicos electrónicos y la interoperabilidad transfronteriza entre todos ellos. Garantizar los derechos de los ciudadanos y empresas Los derechos de ciudadanos y empresas presentes en el acervo comunitario siguen estando plenamente vigentes en el nuevo mundo digital. Garantizar la seguridad de sus datos y de sus comunicaciones, la protección de sus datos personales y el disfrute de las libertades del mercado único, incluida la de producción artística, siguen siendo derechos irrenunciables en este nuevo escenario complejo. En él debemos encontrar vías para mantener la defensa de estos derechos a la vez que se facilita el desarrollo de servicios innovadores. Con este fin, la comunicación sobre el Mercado Único Digital deberá abordar: Garantías de la seguridad y el secreto de las comunicaciones. En el ecosistema digital, debemos garantizar a los ciudadanos el derecho a la privacidad y el requisito de cumplir de con las obligaciones de servicio público para todos los agentes de la cadena de valor digital. Como consecuencia, España valora positivamente la intención de la Comisión Europea de revisar la Directiva de privacidad en las comunicaciones electrónicas. El incremento de la seguridad y la confianza en el mundo digital y la protección de los datos personales. La seguridad de las redes y la información resulta fundamental para la prestación de servicios esenciales para el desarrollo de la economía y la sociedad, tales como el cloud-computing, big-data o cifrado, así como para el tratamiento anónimo de las comunicaciones. Por ello, es necesario avanzar en la configuración de un marco normativo que otorgue confianza a los ciudadanos y a las empresas en el uso de Internet y en los servicios accesibles a través de la red. Asimismo, debemos mantener las garantías de los derechos fundamentales y la seguridad pública. El incremento de la seguridad en el mundo digital no debe ser incompatible con una mayor protección de los datos personales. Los ciudadanos deben seguir siendo los propietarios de sus datos personales. Se debe clarificar qué uso se permite a las empresas de los datos personales y bajo qué condiciones, así como los mecanismos de control público sobre la explotación de los datos personales y para garantizar la portabilidad de los datos entre plataformas digitales.