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Operación conjunta El equipo de quirófano trabaja en la zona más restringida de los centros de salud. Seis integrantes de la Unidad de Cirugía Obstétrica y Ginecológica del Hospital de Clínicas Caracas revelan la dinámica y el desafío de las horas en pabellón José Ramón Villalobos Fotografía Roberto Mata Juan Caripidis Staveris Cirujano principal Me gusta reunirme con el equipo antes de cada operación, sobre todo si tenemos en agenda una cirugía de alta complejidad. Para mí, la comunicación, la armonía y el trabajo conjunto son fundamentales para lograr resultados satisfactorios. Si bien muchos procesos quirúrgicos están estandarizados, cada cirugía supone un desafío distinto. Gracias a Dios no registro casos de pacientes fallecidas. Yo entro a quirófano con fe. Desde los inicios de mi carrera sentí interés por la cirugía. Siempre tuve claro que ejercería mi profesión con la mascarilla y el mono quirúrgico: no concebía la Medicina sin trabajar en pabellón. Un cirujano no debe pensar que su trabajo es rutinario, porque puede perder la concentración y capacidad de responder adecuadamente si surge alguna complicación. Nosotros debemos respetar en todo momento al ser humano que está en la mesa operatoria. La obstetricia es la única especialidad que concede al cirujano el privilegio de entrar a quirófano con una paciente y salir con dos: la mamá y su bebé. Esa posibilidad me llena de satisfacción. 53+SALUD
José Cohen Goihman Cirujano asistente Es muy importante que el cirujano principal y el asistente estén en completa armonía y debidamente comunicados. Nuestro trabajo es complementario. Es una relación amigable y no de jerarquía. En todo acto quirúrgico los riesgos están minimizados porque el equipo controla con rigurosidad los procesos. La atmósfera que vivimos en quirófano es de mucho compañerismo, respeto y confianza; no es dramática como se cree. El trabajo de quirófano puede ser estresante en ocasiones, porque algunos casos requieren operaciones de emergencia o cesáreas nocturnas. Para garantizar el éxito nos concentramos y olvidamos el cansancio. Es nuestro compromiso. El ambiente quirúrgico es apasionante: se viven momentos buenos y malos; se viven tensiones y satisfacciones. Como médico, no me sentiría completo si estuviera dedicado exclusivamente al trabajo de consulta. Cuando escucho el llanto del bebé inmediatamente después de su nacimiento, me embarga un sentimiento de alegría y esperanza. Es un momento para celebrar. 54+SALUD
María Rosario Rocco Anestesiólogo Cuando conocí la labor de los anestesiólogos en una residencia general que hice hace más de 10 años en el Urológico San Román, me decidí por esta especialidad. Ver la administración de los diferentes medicamentos en quirófano me cautivó. Durante la cirugía estoy continuamente chequeando la máquina de anestesia. Este equipo me guía: es mi gran instrumento de trabajo. En sus monitores vigilo los valores preoperatorios, operatorios y postoperatorios inmediatos. La paciente pierde la conciencia y tenemos que cuidarla. Para generar confianza, explico a la paciente cómo es el proceso anestésico y trato de despejar las dudas y los mitos que hay sobre esta especialidad. En el trabajo de anestesia no podemos saltarnos ningún paso. Hay que probar la máquina de anestesia antes de cada cirugía y chequear que los medicamentos sean los indicados. Me da mucha satisfacción cuando todo marcha bien, sobre todo cuando hacemos una cesárea y la paciente puede disfrutar de su bebé sin dolor. Es muy emocionante, porque el equipo de pabellón la acompaña en ese momento tan especial. 55+SALUD
María Judith Quero Enfermera de anestesiología Yo habilito los medicamentos, el tipo de anestesia a aplicar y las dosis que indica el anestesiólogo. Además, preveo ante un caso de emergencia las drogas adicionales que se puedan necesitar. En cirugía, hay que estar preparado para todo. Mi mamá era enfermera y de alguna manera eso influyó en mí. Cuando empecé la carrera de enfermería me enamoré de la especialidad quirúrgica. En pabellón se viven muchas emociones, mucha adrenalina. Colaborar con el nacimiento de un ser humano es una bendición. Cuando el llanto del bebé retumba en quirófano, siento recompensadas tantas horas de esfuerzo y trabajo. Yo converso mucho con las pacientes antes de la intervención, para así mitigar el momento desagradable que pueda significarles el pinchazo de una aguja. Les sonrío para contenerlas emocionalmente. Las pacientes siempre manifiestan temor por los efectos de la anestesia. Yo trato de tranquilizarlas mostrando una actitud positiva y de seguridad. Antes de administrarle los medicamentos, les sugiero que piensen en algo bonito. 56+SALUD
Evelyn Tovar Enfermera instrumentista Pasé por casi todas las especialidades de enfermería, pero cuando conocí la labor del instrumentista quirúrgico decidí formarme en esa área. Ésta es mi vocación. Yo manejo, para las distintas cirugías, más de 500 instrumentos y diferentes tipos de sutura. En una cesárea, por ejemplo, utilizo una caja con 64 piezas; las despliego y ordeno debidamente esterilizadas en la mesa instrumental. Estoy muy atenta al abordaje que hacen los cirujanos y ordeno los instrumentos según la dinámica de la cirugía. En mi trabajo es clave la organización y el entrenamiento de los oídos y la vista. En quirófano se experimentan altibajos, porque en nuestro trabajo hay buenos y malos momentos. Eso sí, cuando una paciente llega muy delicada de salud y mejora después de una cirugía, siento mucha alegría. No llego a ponerme nerviosa en quirófano, pero en ocasiones siento cierta tensión, sobre todo cuando veo el grado de complejidad y dificultad de una cirugía. En esos casos, digo: Diosito, ayúdanos aquí. 57+SALUD
rx galería visor Ana Yuraima Sarabia Enfermera circulante Del equipo, yo soy la primera que ingresa al quirófano para acondicionarlo. Entro con la mesa circular que contiene el material quirúrgico y cuento las compresas, las gasas, las jeringas. Compruebo, además, el correcto funcionamiento de los aparatos que se van a utilizar. Se nos denomina circulantes porque nos movemos por todo el quirófano y podemos salir del área estéril a buscar algún material que se necesite. Por eso no usamos mono quirúrgico. He aprendido a afinar mis oídos para escuchar con claridad los requerimientos de la instrumentista o de los cirujanos. He desarrollado esa habilidad. Mi trabajo es muy dinámico, por eso me gusta. En un día puedo participar en cuatro o cinco cirugías. He aprendido a actuar con rapidez en las emergencias. Una buena enfermera circulante tiene que tener mucha concentración y ser muy observadora de lo que ocurre en el campo quirúrgico. A mí me gusta tener el material a la mano, sin esperar a que el médico o la instrumentista me lo pida. 58+SALUD