PROPOSICIÓN CON PUNTO DE ACUERDO POR EL QUE SE PIDE Al PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA, LICENCIADO ENRIQUE PEÑA NIETO A DECLARAR TRES DÍAS DE LUTO NACIONAL POR LOS PERIODISTAS MEXICANOS ASESINADOS Miguel Barbosa Huerta, Senador de la República, a la LXIII Legislatura del H. Congreso de la Unión, con fundamento en lo dispuesto por el artículo 58 del Reglamento para el Gobierno Interior del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, así como el punto Décimo Tercero del Acuerdo de la Mesa Directiva de la Comisión Permanente relativo a las Sesiones y el Orden del Día, someto a la consideración de esta Asamblea la presente proposición, de conformidad con las siguientes CONSIDERACIONES Qué debe hacer una Nación cuando se asesina a sus periodistas? Cuál debe ser la respuesta estatal ante las agresiones constantes a comunicadores por parte de la delincuencia organizada, los gobernantes autoritarios y los grupos de poder fácticos? Cómo debe participar la sociedad en apoyo de sus comunicadores? Cómo el asesinato de periodistas afecta la libertad de expresión? Estas son sólo algunas de una larga lista de preguntas que no tienen respuesta ante la situación que viven los periodistas y los comunicadores en nuestro país. "Reportear en el infierno." Así describía Javier Valdez su labor periodística en México. Tuvo razón, el pasado 15 de mayo, este periodista y escritor, fundador del semanario Riodoce y corresponsal del periódico La Jornada fue cobardemente asesinado en una calle de la ciudad de Culiacán, Sinaloa, a unos metros de su lugar de trabajo. Qué sigue después del asesinato de un periodista? En cualquier nación que se ostente como un Estado de Derecho, seguiría una indignación generalizada de la sociedad, porque ésta sabe que cuando se asesina a un periodista se atenta contra la libertad de expresión, uno de los valores fundamentales de la democracia y, por supuesto, seguiría la impartición de justicia, me refiero a la captura de sus asesinos y el castigo por su crimen.
Antes del nombre de Javier Valdez, en esta lista de la ignominia están los de Filiberto Álvarez Landeros, Máximo Rodríguez Palacios, Miroslava Breach Velducea, Ricardo Monlui Cabrera y Cecilio Pineda Brito, por mencionar a los periodistas asesinados en lo que va de este año. Pero el recuento puede ser abrumador: en 2013 fueron asesinados cinco periodistas, en 2014, nueve; en 2015, doce y en 2016, once. Todos ellos ejercían su profesión en circunstancias totalmente adversas, en entidades donde el crimen organizado y la violencia tienen una presencia permanente. Lo más preocupante es que hasta el momento no existe ningún procesado y mucho menos sentenciado por estos asesinatos. Organismos internacionales, asociaciones extranjeras de periodistas, organizaciones de la sociedad civil y la propia Comisión Nacional de los Derechos Humanos han alertado sobre el significativo incremento de las agresiones a periodistas y a medios de comunicación, así como los riegos de practicar el periodismo en México, además de la falta de políticas públicas encaminadas a garantizar su ejercicio con libertad. En su balance 2016, Reporteros Sin Fronteras, señaló que México fue considerado como el país, sin conflicto bélico, más letal para el gremio periodístico y refiere la violencia con la que el crimen organizado actúa en varios estados del país. Esta situación no puede seguir así. No podemos resignarnos a sentarnos y seguir viendo como la lista de periodistas y de comunicadores asesinados crece. Tenemos que asumir decisiones que no dejen duda de que las instituciones y la sociedad apoyan al periodismo como baluarte de la libertad de expresión. La democracia avanza en el sentido que avanzan sus libertades. Cualquier forma de agresión contra periodistas no sólo es un delito a una persona sino un atentado a la libertad de expresión. Al agredirlos se perjudica no sólo los derechos de las personas que sufren dichas agresiones, sino que afecta a la colectividad. La degradación de la libertad de expresión puede llevar a la destrucción de la democracia. En la actualidad, a la tradicional censura que lamentablemente todavía algunos gobiernos siguen ejerciendo, hay que agregar la violencia del crimen organizado contra el ejercicio periodístico.
Afortunadamente en México no actúa un grupo terrorista como el Estado Islámico, pero para desgracia nuestra, existen grupos criminales que realizan actos de una barbarie inimaginable, con capacidad de fuego para enfrentarse a las fuerzas armadas y con un poder económico suficiente para corromper a las instituciones. En 2015, en Francia, después del atentado al semanario Charlie Hebdo en París, el presidente Francois Hollande decretó duelo nacional y llamó a la unidad, al tiempo que la sociedad salió a las calles a manifestar su apoyo a las víctimas. Los actos de terrorismo siguieron, como el atentado a la sala de conciertos Bataclan y otros más, inclusive en el contexto de sus recientes elecciones, pero estos actos de barbarie no han doblegado ni al gobierno y mucho menos a la sociedad francesa. Si bien, se han modificado protocolos, se han incrementado medidas de seguridad, no se han limitado libertades y, sobre todo, la sociedad no ha sucumbido al miedo. Ya basta! En México, no podemos permitir que los asesinatos de periodistas queden en la impunidad y después en el olvido. Ya basta! No queremos un gobierno que permanezca callado o indolente ante las muertes y agresiones hacía los periodistas. Ya basta de simulaciones! Debemos dar a esta terrible situación la dimensión y la atención que se requiere. Una forma de hacerlo es decretando tres días de duelo nacional por el asesinato de periodistas. La situación es grave y lo amerita. Se trata de una cicuntancia excepcional que conmueve a la opinión pública y que evidencia la necesaria solidaridad con los comunicadores. Este decreto sería una respuesta de los poderes del Estado mexicano a esta crisis que afecta nuestra vida democrática. En ocasiones recientes, el Presidente la República, en uso de las facultades que le confiere el Artículo 89, fracción I de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, con fundamento en los artículos 15 y 19 de la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacional y el artículo 27 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, ha asumido decisiones en este sentido, con lo cual logró mandar un fuerte mensaje a la sociedad. En 2010, el entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa declaró duelo nacional el 5 de junio por la tragedia de la Guardería ABC en Hermosillo, Sonora, en donde fallecieron 49 infantes y 75 resultaron lesionados. En 2014, el
Presidente Enrique Peña Nieto decretó tres días de duelo nacional por las victimas de la explosión del Edificio B2 de la Torre de Petróleos Mexicanos. Para qué decretar tres días de luto nacional por nuestros periodistas asesinados? Tres días de duelo nacional, no para paralizarnos y que después las cosas continúen igual. En estos tres días de luto tendrían que ocurrir muchas cosas. En primer lugar, dejar plena constancia de que el asesinato de periodistas conmueve a la sociedad y que la nación en su conjunto expresa su solidaridad con los familiares de las víctimas; en segundo lugar, que reconocemos la magnitud de la crisis, al mismo tiempo que el país entero reiteraría su voluntad de mejorar las condiciones del trabajo periodístico y se comprometería para que ningún asesinato o agresión en contra de periodistas quedará impune. En tercer lugar, para dar oportunidad de que la sociedad exprese su solidaridad con los periodistas en la calle, en las plazas públicas, en los centros de trabajo y de estudio. En cuarto lugar, para que la Comisión Nacional y las comisiones estatales de derechos humanos presenten informes de las agresiones y ataques de las cuales son objeto los periodistas y los comunicadores. En quinto lugar, para que el Secretario de Gobernación, el Procurador General de la República y el Fiscal Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión presenten al Congreso de la Unión los avances y el estado que guarda las investigaciones de los asesinatos y agresiones en contra de periodistas. En sexto lugar, para que se presenten nuevos protocolos y medidas cautelares para protección de los periodistas. Y en séptimo lugar, para que se presenten políticas públicas de apoyo efectivo a las víctimas y a los familiares de los periodistas asesinados. Por lo anteriormente expuesto, sometemos a la consideración de la Asamblea, la siguiente proposición con
Punto de Acuerdo Primero.- La Comisión Permanente del Honorable Congreso de la Unión, en términos de los artículos 89, Fracción I; 15 y 19 de la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacional, y el artículo 27 de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, solicita al Presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, declare tres días de luto nacional por los periodistas mexicanos asesinados hasta hoy, para dejar plena constancia que la nación mexicana exige justicia, poner un alto a la impunidad y garantizar que nunca más ocurra un homicidio en el gremio de quienes ejercen la libertad de prensa. Segundo.- Que al decretar los tres días de luto nacional, el Estado reconozca la magnitud de la crisis que representa el asesinato de periodistas, comprometiéndose los poderes públicos de la República, federales, estatales y municipales, a que no vuelva a ocurrir ningún atentado en contra de periodistas. Tercero.- Que en estos tres días de luto nacional, la bandera se izará a media asta y se darán las garantías para que la sociedad exprese su solidaridad con los periodistas en la calle, en las plazas públicas, en los centros de trabajo y de estudio. Cuarto.- La Comisión Nacional y las comisiones estatales de derechos humanos presentarán informes de las agresiones y los ataques de las cuales son objeto los periodistas y los comunicadores. Quinto.- El Secretario de Gobernación, el Procurador General de la República y el Fiscal Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión presentarán al Congreso de la Unión los avances y el estado que guardan las investigaciones de los asesinatos y agresiones en contra de periodistas.
Sexto.- El Gobierno Federal persentará nuevos protocolos y medidas cautelares efectivas para la protección de los periodistas. Séptimo.- El gobierno federal presentará políticas públicas de apoyo efectivo a las víctimas y a los familiares en los casos de los periodistas asesinados. SUSCRIBE SEN. MIGUEL Comisión Permanente del H. Congreso de la Unión, 24 de mayo de 2017