ESTUDIO DEL EVANGELIO DE JESUCRISTO Por: Rubén Álvarez Parábola de la cizaña Introducción Mateo 13: 24 Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; 25 pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y se fue. 26 Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció también la cizaña. 27 Vinieron entonces los siervos del padre de familia y le dijeron: Señor, no sembraste buena semilla en tu campo? De dónde, pues, tiene cizaña? 28 Él les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? 29 Él les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. 30 Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero Introducción. Hemos aprendido mucho acerca de las semillas. Jesús habló por parábolas ejemplificando con cosas terrenales y simples los grandes misterios del Reino de Dios. Nos ha dicho que hay una semilla que contiene toda la información genética del Reino de Dios y esta semilla es la fe. Así que cuando esta semilla ha sido sembrada en una buena tierra, de suyo producirá el fruto esperado, el fruto del Reino de Dios: Amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. La fe es comparada por Jesús como una semilla de mostaza, la cual es la más pequeña de todas las semillas que existen, pero tiene la capacidad de producir un gran árbol en el cual aún vendrán aves y pondrán sus nidos y que dará buena sombra de cobertura a muchos. La fe entonces entendemos que da inicio de una manera muy pequeña, que hasta parecería insignificante y por muchos menospreciada; pues apenas con una oración de fe se reciben los beneficios ganados por Jesús en Su sacrificio en la cruz; pero esta fe, dada por Dios, en esa pequeña oración, es capaz de producir el Reino de Dios y sus frutos. La Palabra de Dios, comprendimos también, es el agua con la que Dios riega la semilla para que germine y crezca grande y fuerte hasta dar fruto abundante. Sin embargo, hemos aprendido también, que no todos los corazones están preparados para recibir la semilla del reino. Hay corazones endurecidos, hay corazones con grande piedras de dolor y daño que son incapaces de permanecer en la
fe, y otros mas tan llenos de actividades, amistades y compromisos que la incipiente plantita, producida por la semilla, se ahoga y no llega a dar fruto. Cada uno de estos terrenos tiene una posible acción correctiva desde el Poder de Dios, mientras que la persona lo quiera. El corazón duro puede ser cambiado por un corazón de carne, las piedras puedes ser quitadas por el grande amor de Dios sanando el corazón, y el corazón puede ser circuncidado quitando todo lo que impide el crecimiento sano de la fe en él. Así que ya hemos comprendido bastante acerca de la reproducción del fruto del Reino de Dios en los corazones, pero el día de hoy conocemos una parábola que nos arroja mas información muy valiosa. En esta parábola Jesús enseña que el Reino de los Cielos es semejante a un hombre que sembró su buena semilla en su terreno. Creo que hasta aquí comprendemos muy bien de lo que está hablando. Pero dice que llegó el enemigo y sembró también una semilla de cizaña. Así que crecieron ambas plantas en el terreno, pero al darse el fruto, los que cuidaban del campo, se dieron cuenta que no todas las plantas eran de trigo sino que habían plantas que no estaban dando el fruto correcto. Por qué no se dieron cuenta de esto antes? Pues porque ambas plantas son casi iguales. Tienen la misma coloración, el mismo tamaño, la misma apariencia, y hasta que se da el fruto entonces se puede apreciar que no eran iguales. DESARROLLO 1. Jesús explica esta parábola. Los discípulos de Jesús le preguntaron aparte sobre el significado de ésta parábola, y entonces les dijo: Mateo 13: 36 Entonces, despedida la gente, entró Jesús en la casa; y acercándose a él sus discípulos, le dijeron: Explícanos la parábola de la cizaña del campo. 37 Respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre. 38 El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo. 39 El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles. 40 De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo. 41 Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, 42 y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. 43 Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga.. Como podremos apreciar, el diablo también usa la ley de la siembra y la cosecha. El también siembra, pero mala semilla, que produce un fruto muy diferente al
fruto del Reino de Dios: Celos, iras, contiendas, divisiones, adulterios, fornicaciones, borracheras, homicidios, corrupción, robos, etc. Notemos que la parábola da inicio diciendo: El Reino de los Cielos es semejante a, por lo cual podemos apreciar que aún esto se da dentro de la misma iglesia, donde el enemigo ha sembrado a su gente para intentar hacer daño en la misma. El Señor ha sembrado la buena semilla que produce el fruto del Reino, sin embargo podemos ver que hay gente dentro de la iglesia que produce un fruto muy diferente. Ambas personas, como las plantas mismas, parecerían iguales en su crecimiento, ambos asisten a las congregaciones, cantan las mismas canciones, escuchan las mismas predicaciones, hasta participan de las mismas actividades; sin embargo la diferencia entre ambos solo se notará cuando empiecen a dar fruto. Es entonces, que cuando es evidente el mal fruto y el daño que este hace, que los pastores y demás líderes quisiéramos arrancar la mala hierba, tal como los siervos de aquel hombre le propusieron. Sin embargo la instrucción es: No, no lo hagan; porque al arrancar la mala hierba también se llevarán a mucho trigo. Sucede que las raíces de ambas plantas están entrelazadas por debajo de la tierra, así que al arrancar a una planta de cizaña es muy probable que se vengan con ella algunas plantas de buen trigo. Las relaciones humanas dentro de la iglesia existen, así que si quisiéramos arrancar una mala hierba pues, por la relación que tiene con otros, echaríamos a perder el buen fruto de un verdadero hijo de Dios. Qué podemos hacer entonces? a) Enseñar a la gente la diferencia entre el trigo y la cizañan para que puedan aprender a reconocerla cuando la vean, y sobre todo que no acepten ser mala hierba sino que puedan arrepentirse. b) Ministrar en la Palabra de Dios y el Espíritu de Dios para que las personas puedan crecer de la buena semilla y dar fruto abundante del Espíritu aunque estén entrelazados con malas hierbas. 2. Reconociendo a la cizaña. Como hemos hablado, la cizaña es el producto de una semilla muy diferente a la semilla del Reino, la fe. La semilla de la religiosidad no produce fruto del Espíritu, sino solamente cizaña. Igualmente la semilla de un evangelio diferente al que predicaron los apóstoles producirá solamente cizaña y fruto de la carne. a) Los que enseñan un evangelio diferente Un ejemplo muy claro de esta mala semilla sembrada dentro de la iglesia, es lo que sucedió con los Gálatas, una vez que Pablo les había predicado y la iglesia había
sido establecida, llegaron otros religiosos para enseñar cosas diferentes, en el mismo nombre de Cristo y la gente les hizo caso. Gálatas 3: 1 Oh gálatas insensatos! quién os fascinó para no obedecer a la verdad, a vosotros ante cuyos ojos Jesucristo fue ya presentado claramente entre vosotros como crucificado? 2 Esto sólo quiero saber de vosotros: Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe? 3 Tan necios sois? Habiendo comenzado por el Espíritu, ahora vais a acabar por la carne? 4 Tantas cosas habéis padecido en vano? si es que realmente fue en vano. 5 Aquel, pues, que os suministra el Espíritu, y hace maravillas entre vosotros, lo hace por las obras de la ley, o por el oír con fe? Quién los fascinó?, dice el apóstol Pablo. Fascinación es ejercer una atracción irresistible sobre una personas, atracción que causa dominio sobre ella. Cuántas personas veo en estos tiempos que son fascinadas por otras personas, de tal forma que son dominadas! El evangelio jamás debe predicarse sobre la base de la atracción hacia un líder, porque terminarán siendo controlados y dominados en sus vidas por esta persona. Jamás el líder, pastor o ministro debe ser la atracción, sin Jesucristo. Ahora bien, ellos fueron fascinados para no obedecer a la verdad. Les enseñaron otros principios, los alejaron de la verdad del evangelio de Jesucristo y los llevaron a la religiosidad de cumplir mandatos intentando agradar a Dios por la obediencia de los mismos. Así que los Gálatas, habiendo comenzado si vida cristiana correctamente, por el Espíritu, de pronto ya estaban obrando por la carne. Hasta dónde puede llegar la mala influencia de una enseñanza equivocada! Ahora bien, esa gente que llevó esa falsa enseñanza a los Gálatas eran hombres perversos que buscaban alejar a las persona de Dios? No, no es así. Eran hombres bien intencionados, que pensaban que para agradar a Dios debían seguir la ley y así enseñaban a los demás. Sin embargo, aunque eran bien intencionados, quién los sembró? No, no fue Dios; sino el enemigo de Dios, el diablo. Así que pensando hacer lo correcto, en realidad estaban sembrando una semilla diabólica dentro de la iglesia. Puedes darte cuenta que puede haber gente con las mejores intenciones pero que enseñan religiosidad, a seguir mandatos, a que el Señor te hará daño debido a tus pecados porque te ama; pero que estos no son sino una semilla del diablo? Pueden estar escuchando la Palabra verdadera, pero esta gente ejerce su fascinación sobre otra gente, a los cuales les quieren impedir recibir por la fe, la vida eterna que Dios les quiere dar.
Cuídate bien de estos hombres o mujeres que quieren controlar tu vida enseñándote un evangelio diferente del evangelio que proviene únicamente de la fe en Cristo Jesús. El apóstol Pablo les dice: El Espíritu Santo que fluye en ustedes lo recibieron por las obras de la ley, o por haber escuchado las buenas noticias con fe? La respuesta es obvia, pues no hay otra forma de recibir del Espíritu de Dios sino a través de la fe en Cristo Jesús. Por lo cual, yo te prevengo: Ten cuidado. No te dejes llevar de apariencias de bondad, o incluso de simulaciones de recibir del Espíritu Santo; mira bien que no seas fascinado, si yo como pastor nunca he ejercido control sobre nadie, mucho menos alguna persona debe dictarte como vivir o como tratar a tu familia o si debes hacer o esto. Si alguno te enseña un evangelio diferente al que te hemos hablado, huye de él o ella. Mira lo que le advierte el apóstol Pablo a los Gálatas 1: 6 Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. 7 No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. 8 Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. 9 Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema. b) Los que causan divisiones Judas 1: 19 Pero vosotros, amados, tened memoria de las palabras que antes fueron dichas por los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo; 18 los que os decían: En el postrer tiempo habrá burladores, que andarán según sus malvados deseos. 19 Éstos son los que causan divisiones; los sensuales, que no tienen al Espíritu. 20 Pero vosotros, amados, edificándoos sobre vuestra santísima fe, orando en el Espíritu Santo, 21 conservaos en el amor de Dios, esperando la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna. 22 A algunos que dudan, convencedlos. 23 A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne Otro fruto muy palpable que puedes apreciar de la cizaña sembrada por el diablo dentro de la iglesia, son aquellas personas que causan divisiones dentro de ella. A diferencia de un hijo de Dios lleno del Espíritu Santo, estos son sensuales, es decir dirigidos por sus sentimientos y emociones. Si algo no les pareció bien, entonces rápidamente empiezan a criticar y juzgar a los demás, sobre todo a las autoridades establecidas por Dios. Llevan sus críticas a otras personas, ellos tampoco saben quien es trigo y quien cizaña, pero el diablo quiere
que todos sean contaminados de ese espíritu de crítica y chisme dentro de la iglesia de forma tal que se produzca una gran división entre ellos; pues un reino dividido no prevalecerá. Es gente que forma parte de una congregación pero para sacar a otros de ella y llevarles o otros lugares, para esparcirles, y que no puedan dar el fruto del Espíritu echando raíces firmes. Te invito a este otro lugar!, conozco otra congregación que te podría ayudar mas!. Estas son palabras de deslealtad de gente que se hace pasar como muy espiritual pero que en realidad no son otra cosa sino una cizaña sembrada por el diablo. Tengan cuidado de estos, son lobos rapaces disfrazados de ovejas, que intentan dividir. Dice el apóstol Juan: 1 Juan 2: 19 Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros Esta gente que fascina a otros, hace su grupo de personas solo para sacarlos de la iglesia donde están y llevarles a otro lugar por medio de juicios y críticas hace otras personas, solo dejan manifiesto que no eran de nosotros, no eran de Cristo. 3. Llegará el tiempo de ser separados. Ahora bien, miren bien lo que dijo Jesús en su parábola. Llegará el tiempo en que sean separados el trigo y la cizaña. No serán los pastores quienes hagan esta separación, sino que crecerán juntos, aunque su fruto sea totalmente diferente. Serán los ángeles quienes realicen esta separación. Los justos, los que han dado fruto abundante del Espíritu serán separados para Dios y Su Reino, en tanto que aquellos que solo aparentaron ser pero eran, los que causaron divisiones, lo que se empeñaban en enseñar un evangelio diferente, los que dañaron mucho la obra del Señor; serán atados y echados al fuego. 41 Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, 42 y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. 43 Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga Y aún agrega: Mateo 13: 47 Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces; 48 y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera. 49 Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos, 50 y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.
Como pueden notar, la separación que harán los ángeles no será entre malos y buenos, sino entre malos y justos. Justos son aquellos que han sido justificados por la fe en Cristo Jesús. Todos aquellos que fueron piedra de tropiezo para otros, quienes fueron pescados por el evangelio pero no dieron el fruto correcto, serán apartados y serán echados en el horno de fuego. Mis amados, la iglesia no es un juego, para aquellos que piensan que pueden jugar a dividir, a controlar a otras personas para sentirse importantes; a ellos les espera un final terrible. 4. Ministración Por lo anterior: - Mira ser verdadero trigo y dar fruto del Espíritu. - Aléjate de personas que sean cizaña, está tu vida en juego; que no ahoguen la buena semilla que en ti fue sembrada.