MENSAJE DEL GOBERNADOR DEL ESTADO LIBRE ASOCIADO DE PUERTO RICO HONORABLE RAFAEL HERNANDEZ COLON EN OCASION DE LA DEVELACION DEL FOTOMURAL DE DON LUIS MUÑOZ MARIN EN EL AEROPUERTO INTERNACIONAL 5 DE ABRIL DE 1988 ISLA VERDE, PUERTO RICO
Es para mí un honor ser partícipe de este acto en que nos proponemos develar la figura de Don Luis Muñoz Marín plasmada en un fotomural de gran belleza y significación. Este mural ayudará a todos, puertorriqueños y visitantes, a recordar la visión del hombre que dirigió la dramática transformación de Puerto Rico, que en el curso de una vida encauzó las energías de todo un pueblo para modificar el contorno del país y la realidad en cada hogar. Muñoz supo y pudo conjugar el imperativo del crecimiento económico y el imperativo de la justicia social partiendo de una filosofía profundamente humana, compasiva a la vez que visionaria. En sus Memorias relata Muñoz cómo el mundo de la política captó totalmente su imaginación al relacionarlo con la justicia y con la creatividad, que Muñoz entendió como "funciones de la poesía-- de la poesía que no se escribe porque gasta toda su energía en vivirse".
2 La búsqueda de la verdad, de la justicia, de la belleza, fueron para él una misma búsqueda: la búsqueda del bien para todos sus semejantes. A ese bien quiso consagrar el Aeropuerto que hoy lleva su nombre. Al inaugurar este Aeropuerto en 1955, Muñoz expresó su deseo de que sirviera "a los grandes valores del espíritu, y no al mero incremento de la riqueza por la riqueza en sí; a la confraternidad del hombre americano y al entendimiento profundo de que la riqueza es para servirle justicieramente al hombre, y no el hombre para servirle sin plan o finalidad a la riqueza". Esas palabras de Muñoz se han grabado en una placa de mármol junto al fotomural que hoy se devela, y que plasma los preocupaciones de don Luis para con su pueblo de una manera verdaderamente excepcional. La mirada intensa y enérgica; el gesto de acción y decisión. La bota como símbolo del cambio dinámico de una economía estrictamente agrícola a una pujante economía industrial. Y como
3 trasfondo, arabescos españoles simbolizando el origen de los valores de nuestra cultura. Puerto Rico ha vivido en los últimos años experiencias de desarrollo que recuerdan los niveles alcanzados durante los años de lucha de Muñoz Marín. Con el esfuerzo conjunto del gobierno, de la empresa privada y del hombre y la mujer trabajadores del país, hemos creado y añadido nuevos niveles de riqueza material. Trabajamos sin descanso por llevar el Puerto Rico de hoy al que soñó Muñoz, al que dedicó el brillo de su mente y la nobleza de su ser. Como decía Muñoz Marín en esa forma tan suya de expresar las cosas: "tenemos que trabajar como el demonio y vivir como ángeles". Ese precepto tiene tanta vigencia hoy como cuando Muñoz lo pronunció. La obra de nuestro momento no es sólo aumentar los niveles de riqueza material, sino traducirla en nuevas dimensiones de solidaridad humana, y en la forja de excelencia en la civilización. Enaltecer la belleza natural de
4 Puerto Rico, y preservar nuestro patrimonio cultural. Auxiliar a quienes aún sufren pobreza o desventaja, y formar valorativamente nuestra juventud. Abrir brechas que faciliten la expresión creativa del talento puertorriqueño. La obra que hacemos aquí, con nuestras manos y nuestro empeño, tiene que ir dirigida a servir a los más altos valores del espíritu; de otra forma será obra hueca, base trunca para la calidad de vida que deseamos compartir como puertorriqueños. Asimismo estamos empeñados en que Puerto Rico crezca en sus relaciones con el resto del mundo; que sea, según expresó Muñoz, "frontera de entendimiento y crisol de buena voluntad en América". Este Aeropuerto Luis Muñoz Marín el año pasado recibió 7 millones de viajeros de todas partes del mundo. Somos sede donde se han congregado organizaciones nacionales e internacionales a concretar y adelantar planes de intercambio y cooperación en diversas áreas del quehacer:
5 educación, arte, industria, comercio, ciencia y tecnología. Delegaciones nuestras han llevado al exterior el mensaje de buena voluntad de Puerto Rico, su talento artístico, y sus iniciativas para desarrollo económico compartido con justicia. Hemos abierto horizontes de empleo y esperanza con nuestro programa de Plantas Gemelas. Gracias a la fuerza de voluntad de los puertorriqueños, a su capacidad para aprender y su empeño en superarse, a nuestra resilencia y a la grandeza del corazón boricua, somos un punto geográfico en el globo terráqueo que ha acrecentado y multiplicado en miles de veces su tamaño físico. Este Aeropuerto Luis Muñoz Marín es para muchos punto de partida para un viaje de encuentro con otros países y otros pueblos: de encuentro con nuestros conciudadanos de los Estados Unidos; de encuentro con nuestros pueblos hermanos caribeños y latinoamericanos; y remontando océanos, de encuentro con el continente europeo desde donde hace cinco siglos arrancó el tronco principal de
6 nuestra cultura. Y aún más allá, pues las técnicas de transportación y de comunicación aceleran el pulso de la historia y generan interrelaciones cada vez más intensas entre países y regiones del mundo. En esta parte final del siglo veinte, iremos al encuentro con los países de la cuenca del Pacífico, según dictan las realidades cambiantes de la economía y las finanzas contemporáneas. Puerto Rico pertenece a ese mundo del futuro, lo cual requiere también un reencuentro con nosotros mismos-- con ese pueblo que tendremos que ser dentro del concierto mayor de pueblos del mundo. Un pueblo con los conocimientos y las destrezas que nos permitan participar, adelantar y cambiar con la rapidez que exige la realidad mundial. Pero también con la sabiduría y la sensibilidad para saber lo que queremos conservar, proteger, cultivar, para persistir y crecer con la personalidad y con el perfil propio que a lo largo de la historia nos hemos forjado.
7 Ese pueblo --ágil, moderno y emprendedor, a la vez que sabio, sereno y humilde, como son humildes las cosas de Dios-- es el pueblo en que no habrá un solo puertorriqueño que no se siente orgulloso de haber nacido en esta tierra. A esa visión dedicó Luis Muñoz Marín su vida. Su figura y su mensaje en este fotomural será no sólo un recuerdo de su grandeza, sino un llamado a la superación personal y colectiva. A todos los miembros del Comité Aeropuerto Luis Muñoz Marín, y a todos los que contribuyeron para hacer posible este sentido tributo de honor a don Luis Muñoz Marín, le extiendo el agradecimiento del pueblo de Puerto Rico.