TIEMPOS DE AVIVAMIENTO El cielo en la tierra Juan 14: 1 No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. 2 En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. 3 Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. 4 Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino. 5 Le dijo Tomás: Señor, no sabemos a dónde vas; cómo, pues, podemos saber el camino? 6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Introducción. Hay un lugar celestial ya preparado por Jesús para que estemos con Él para siempre. Sí, es la casa del Padre, un lugar lleno de gloria donde disfrutaremos por la eternidad. Jesús dijo que iba preparar el lugar, pero también dijo que vendría otra vez para llevarnos con Él a esa gran morada. Como muchas veces les he dicho, cuando un hijo de Dios muere en esta vida de carne, no es la muerte quien viene por él; sino es el mismo Señor Jesús quien lo toma de la mano y le lleva hasta Su morada eterna. Así lo dice también el Salmo 23: 4 Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento Así que podemos comprender que existen dos lugares diferentes donde la iglesia de Jesucristo se encuentra: Los que ya están disfrutando de aquella morada celestial y los que nos encontramos aún en la tierra. Ahora bien, la iglesia de Jesucristo es una sola, tanto en el cielo como en la tierra. No son dos iglesias, sino una; lavada con la sangre del Cordero, santificada en Él y llena de Su Gloria. DESARROLLO 1. La iglesia en la tierra. Pero nosotros hoy vivimos en la tierra, en una realidad completamente diferente. Una tierra llena de maldad, de escasez, de violencia, de frustraciones y de dolor, mucho dolor. Nada parecido a lo que ocurre en el cielo. Echemos un vistazo al cielo: Salmo 103:19 Jehová estableció en los cielos su trono, Y su reino domina sobre todos. 20 Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles, Poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra, Obedeciendo a la voz de su precepto. 21 Bendecid a Jehová, vosotros todos sus ejércitos,
Ministros suyos, que hacéis su voluntad. 22 Bendecid a Jehová, vosotras todas sus obras, En todos los lugares de su señorío. Bendice, alma mía, a Jehová. En el cielo, lugar donde está establecido Su trono, hay ángeles poderosos en fortaleza que ejecutan Su Palabra, que le obedecen en todo momento. Hay ejércitos de ministros suyos listos para hacer Su Voluntad. En el cielo, nos dice también Apocalipsis, que hay una constante adoración. Ángeles, ministros y todos los redimidos levantan canciones y adoran. Apocalipsis 4: 2 Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado. 3 Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda. 4 Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas. 5 Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios. Apocalipsis 4: 8 Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de venir. 9 Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos, 10 los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas delante del trono, diciendo:11 Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas Pues bien, cuando nos reunimos aquí como el Cuerpo de Cristo, estamos creando un ambiente artificial en la tierra. Es algo así como un invernadero, donde se establece una temperatura y una humedad artificial que favorece el crecimiento ya sea de flores o de alimentos. Cuando estamos aquí reunidos como iglesia, levantamos alabanza a nuestro Dios, le adoramos en espíritu y en verdad; y entonces se crea un ambiente celestial. La Presencia de Dios desciende, se funde con nosotros. Ángeles de Dios acompañan Su Presencia, y nuestro Dios se sienta en el trono. Aquí en la tierra, en este lugar precioso, hay una extensión del cielo. Jacob lo dijo así: Este lugar es casa de Dios y puerta del cielo El había soñado que había una escalera que tocaba en uno de sus extremos el cielo y con el otro la tierra. Por esa escalera subían y bajaban ángeles, y entonces dijo: Ciertamente Dios está en este lugar y yo no lo sabía El lugar era lo menos importante, no fue debido al lugar que La Presencia de Dios estaba allí, sino porque el hijo del pacto, el hijo de bendición estaba en ese lugar. De esa misma manera te digo, que no es el lugar, sino los que están en este lugar por lo
que la Presencia de Dios desciende, nos visita, nos bendice y unge. Aquí hay una escalera que une el cielo con la tierra, es gracias a Jesús, esa escalera es Su Gracia, es Su Pacto con nosotros mediante Su sangre. Y cuando estamos aquí reunidos, el cielo mismo desciende aquí en la Presencia de Dios. Así que aquí los ángeles y los ministros ejecutan la Palabra de Dios. Muchos aquí son muy diferentes a como son afuera de este lugar, y entonces muchos les juzgan como hipócritas; pero no es así. Aquí son transformados en lo que de verdad son. Aquí hablan Palabras poderosas, ministran formidablemente, su corazón arde, son felices, no hay escasez, no hay odio, no hay infelicidad. Muchos dicen: Es una catarsis, yo te digo: Es el Cielo. Aquí hay en este momento un ambiente totalmente diferente al del mundo, es el cielo en la tierra. Es un ámbito de gloria para tu crezcas y te desarrolles en el ambiente correcto como un hijo de Dios. En este ambiente todo puede cambiar: Habitar en Su casa, disfrutar de Su Gloria. Salmo 84 Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos! 2 Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo. 3 Aun el gorrión halla casa, Y la golondrina nido para sí, donde ponga sus polluelos, Cerca de tus altares, oh Jehová de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío. 4 Bienaventurados los que habitan en tu casa; Perpetuamente te alabarán.selah 5 Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, En cuyo corazón están tus caminos. 6 Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente, Cuando la lluvia llena los estanques. 7 Irán de poder en poder; Verán a Dios en Sion. 8 Jehová Dios de los ejércitos, oye mi oración; Escucha, oh Dios de Jacob. Selah 9 Mira, oh Dios, escudo nuestro, Y pon los ojos en el rostro de tu ungido. 10 Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad. 11 Porque sol y escudo es Jehová Dios; Gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad. 12 Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía. Aquí tus lágrimas son cambiadas por fuentes, tus estanques son llenos, tomas poder y vas de poder en poder. Aquí puedes ver a Dios manifestarse con amor sobre tu vida, aquí es un lugar donde tus oraciones son escuchadas y donde Dios pone Su mirada sobre ti.
2. El Reino de Dios. El trono de Dios, dicen las escrituras, está establecido en el cielo. Pero cuando el cielo desciende sobre la Iglesia entonces podemos comprender que el trono de Dios está aquí. Su Reino es establecido en este lugar gracias a Su Presencia. Jesús, al enseñarnos a orar dijo: Lucas 11: 2 Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra En esta oración dice Jesús que pidamos que el Reino de Dios venga desde los cielos hasta la tierra. Esto ocurre aquí, en este lugar, pero, como dije, no es el lugar, sino quien está en el lugar quien lo hace descender. El Reino de Dios puede descender en tu hogar y hacer de ese lugar un sitio de paz, de amor, de felicidad. El Reino de Dios puede descender en tu oficina, en tu sitio de trabajo, en tu negocio; y hacer de ese lugar una empresa de bien, próspera, generosa, un lugar de bendición para muchas personas. La Gloria del Reino puede descender en cualquier lugar donde tu estés, si es que estas dispuesto a realizar lo que dice la oración: Hágase Tu Voluntad, como en el cielo, así también aquí donde estoy. La verdad es que muchos cristianos anhelan la Gloria del Reino de Dios, pero haciendo su propia voluntad y siguiendo sus propios pensamientos; o peor aún pretendiendo que sea Dios quien haga su voluntad. La Gloria del Reino de Dios está disponible siempre bajo este principio claro y sencillo. Quien quiera el Reino en la tierra deberá sujetarse a la Voluntad de quien está sentado en el trono, y ese es Dios. Así que este ambiente maravilloso que tu disfrutas en cada una de nuestras reuniones donde no hay dolor, no hay rencor, no hay maldad; sino por el contario hay felicidad, gloria, poder, unción y el amor de Dios se derrama sobre todos; puede crearse en cualquier sitio. Adora, pide a Dios Su Reino y obedécele en todo; pronto verás Su Gloria manifestada donde tu estás. 3. Todo cambia cuando el Reino se manifiesta. Ahora bien, el Reino de Dios ya ha sido sembrado en ti. Mateo 13: 31 Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y sembró en su campo; 32 el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, y se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo y hacen nidos en sus ramas Esta Gloria que tu disfrutas en este lugar, el cielo en la tierra, ha sido sembrada dentro de ti. Dice Jesús que el Reino de los Cielos, donde está el trono de Dios, es semejante a un grano de mostaza que un hombre sembró en su campo.
Sí, podría parecer que tu fe es muy pequeña, como un grano de mostaza. Podría parecer que lo que tienes es muy pequeño; pero Jesús dice que allí, en esa fe que has recibido por revelación, esta el ADN de todo el Reino de Dios. En tu fe está toda la información genética del Reino, está toda Su Gloria y la capacidad de transformación de todo tu entorno. El trono de Dios, Su buena Voluntad, Su gobierno, Sus riquezas, Su Poder; todo está allí; de forma tal que donde quiera que estés pueda ser vista una escalera que toca el cielo, por donde suben y bajan ángeles obedeciendo y ejecutando la Voluntad de quien está sentado en el trono. Pero dijo Jesús además: Mateo 13: 33 El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado El Reino de Dios tiene la capacidad de transformar todo el entorno en donde es establecido. Tu eres portador del Reino, y puedes hacerlo manifestar donde quiera que estés. El cielo en la tierra puede ser una experiencia que no solo sea disfrutada en la congregación. La tierra puede ser invadida por el Reino de Dios cuando sus portadores se determinan a ejecutar la Voluntad de Dios por encima de todas las cosas o de todos los intereses. Entonces la Gracia de Dios en Cristo Jesús correrá como río, entonces el Poder de Dios fluirá en tus manos, entonces las riquezas del Reino serán transferidas a tus manos, entonces la sabiduría oculta será revelada en tu mente para beneficio de multitudes, entonces usarás tu boca ya no comunicar sino para crear por el poder del Reino.