Nicolás Copérnico (1473-1543) Nace en Thorn -Prusia Oriental- Defensor del sistema heliocéntrico. Fundador de la astronomía moderna.
Formación 1491. Se forma en Matemáticas y Astronomía en la Universidad de Cracovia. 1495. Canónigo de Warmia. 1496. Estudia Derecho y Astronomía en la Universidad de Bolonia. 1500. Estudia filosofía y filología en Padua. Posible influencia de la hipótesis pitagórica del fuego central. Rechazo a la idea de que un cuerpo como la Tierra pueda ser el centro de la creación. Defensa del carácter divino del Sol.
1507. Commentariolus Primera exposición del sistema heliocéntrico. No destinada a publicación. Cuestiona el sistema de Ptolomeo por su incoherencia matemática. Busca reducir el número de epiciclos del sistema geocéntrico. Mantiene epiciclos de dimensiones constantes en todos los planetas, a excepción de Mercurio.
1507. Commentariolus (1-2) 1. No hay ningún centro de todos los círculos o esferas celestes. 2. El centro de la Tierra no es el centro del universo sino el centro de la gravedad (mundo sublunar y supralunar).
1507. Commentariolus (3-4) 3. Todas las esferas rotan alrededor del Sol, que está en el punto medio; por consiguiente el Sol es el centro del universo. 4. La distancia de la Tierra al Sol es imperceptible... cuando se la compara con la altura del firmamento (de las estrellas fijas).
1507. Commentariolus (5) 5. Todo movimiento aparente del firmamento es resultado, no del movimiento del firmamento mismo, sino del movimiento de la Tierra. Esta, junto con los elementos materiales que se encuentran cerca de ella, cumple una rotación completa alrededor de su eje cada día, mientras que el firmamento y los cielos superiores permanecen inmóviles.
1507. Commentariolus (6) 6. Lo que se nos aparece como el movimiento (anual) del Sol es el resultado, no del movimiento de este, sino del movimiento (lineal) de la Tierra y su esfera, por el cual viajamos alrededor del Sol al igual que cualquier otro planeta. Por consiguiente la Tierra tiene más de un movimiento.
1507. Commentariolus (7) 7. Las retrogradaciones y (las reanudaciones de) los movimientos directos aparentes de los planetas son el resultado, no de su propio movimiento, sino del de la Tierra. El movimiento de la Tierra por sí solo, por lo tanto basta para explicar muchas anomalías aparentes en los cielos.
Modelo planetario concentrobiepiclíclico en Comentariolus
1507. Planetas y epiciclos. Mercurio: 7 círculos. Venus: 5. Tierra: 3. Marte: 5. Júpiter: 5. Saturno: 5. Total: 30.
1543. Revoluciones Período de redacción: 1520-1530 aprox. 1539. Georg Joachim de Porris -Rheticuscontacta a Copérnico. 1542. Andrés Osiander es encargado de la publicación del manuscrito. 1543. Osiander agrega un prefacio anónimo en el cual reduce el contenido de la obra a una hipótesis matemática.
Modelo planetario excentroepicíclico en Revoluciones
Objeciones astronómicas El paralaje anual de las estrellas fijas. El movimiento de rotación y de traslación de la Tierra. Las fases de Venus. Igualdad predictiva respecto del sistema ptolemaico. Simplicidad relativa respecto del sistema ptolemaico. Imposibilidad de situar al Sol como centro absoluto.
Objeciones teológicas 1. Libro de Josué. Versículos 12-14, Capítulo 10. Dios a pedido de Josué mandó al Sol detenerse para que los israelitas pudieran triunfar sobre los gabaonitas. 2. Eclesiastés. Versículos 4-6, Capítulo 1. Salomón dice que la Tierra siempre permanece en su lugar y que el Sol sale y se pone, volviendo al lugar desde el cual vuelve a nacer.
Objeciones teológicas 3. Eclesiastés. Versículos 1, Salmo 92. Dios afirmó tan bien el mundo que este no se moverá. 4. Libro del Profeta Isaías. Versículo 8, Capítulo 38. Jehová dice: He aquí que yo vuelvo atrás la sombra de los grados, que ha descendido en el reloj de Achaz por el Sol, diez grados. Y el Sol fue tornado diez grados atrás, por los cuales había ya descendido.
Dificultades teológicas...la teoría de Copérnico planteó algunos problemas de enorme importancia a los cristianos. Si había otros cuerpos celestes semejantes a la tierra, con toda seguridad la bondad de Dios habría querido que también se hallaran habitados. Cómo habrían podido conocer los hombres de otros planetas la presencia del Salvador, que le abría la posibilidad de una vida eterna? Y lo peor de todo: si el universo es infinito, tal como piensan muchos copernicanos, dónde puede estar situado el trono de Dios? Cómo van a poder encontrarse el hombre y Dios en el seno de un universo infinito? [...] Thomas Kuhn (1996)
La ciencia comienza a reclamar derechos gnoseológicos. Al astrónomo no le bastará con salvar los fenómenos, predecir la marcha aparente de trazas luminosas en el cielo: ahora querrá decir también si la Tierra, en realidad se mueve. Jose A. Coffa (1969)