GESTION CULTURAL Diplomado en Gestión Cultural Universidad de Barcelona. Director Escuela de Diseño / U.de Valparaíso Exploremos en primer término el sentido de la palabra profesión. Profesión es el dominio de un cuerpo sistematizable de conocimientos y capacidades que hace posible desarrollar ciertas habilidades personales para actuar sobre un ámbito del quehacer humano. Frente a la pregunta acerca de si la Gestión o Administración Cultural es una profesión habría que analizar cada uno de estos términos. Por ejemplo, cabe preguntarse acerca de la diferenciación que existe entre un Administrador Cultural y un Administrador a secas o la diferencia que se puede crear a partir de la palabra Gestión o la palabra Administración. Tengo para mí que la idea generalizada del perfil de un Gestor Cultural dice relación con una suerte de intermediador o facilitador entre quienes crean una obra artística o científica, quienes poseen la capacidad financiera y quienes acceden a un determinado bien cultural, esto es, el público. En este sentido, el Gestor o Administrador Cultural es una persona que a través de su trabajo, hace posible que la obra de un artista o un científico, o una expresión cultural sea conocida y valorada por el público. Frente a la pregunta de si existe alguna diferenciación entre un Administrador Cultural y un Administrador en mi opinión lo que marca la diferencia entre estos dos dominios es una cuota de sensibilidad hacia la cultura, que permite que el Administrador Cultural, valore la expresiones del arte y el patrimonio y sea capaz de descubrir en quienes generan bienes culturales las proyecciones que posee la obra. Prefiero la palabra Gestión para definir el campo de acción de este profesional. La palabra Gestión me sugiere acción; se trata de una palabra que sugiere una cierta capacidad emprendedora y creadora. El concepto de administración me sugiere, por el contrario, una actitud pasiva, que organiza lo existente, sin 1
proponer o participar creativamente en la elaboración del evento o del producto cultural. 1 : Concepto de gestión CONFORMAR, ORGANIZAR Y DIRIGIR EQUIPOS. Cuando nos referimos al concepto de gestión cultural, debemos intentar acotar el término; definir en cierto sentido de qué hablamos cuando nos referimos a la Gestión Cultural. A mi juicio, la gestión cultural, es un concepto que refiere a la idea de crear, organizar, dirigir y evaluar acciones tendientes a promover y presentar a la comunidad, el producto del trabajo de los artistas en las multiples disciplinas en que se manifiesta su sensibilidad y su expresión: música, teatro, danza, literatura, plástica, video, fotografia etc., como asimismo, el producto de la capacidad de reflexión y creación en las humanidades, las ciencias y la tecnología. La gestión cultural, se compone de variados factores, entre los cuales destaca, la administración de centros culturales, la creación y el diseño de "productos culturales" artísticos, científicos y tecnológicos, las relaciones públicas, la creación de imágenes de marca, el desarrollo de proyectos; pero, por sobre todo, el situarse en los intereses, creencias, necesidades de una comunidad específica, para la cual trabaja, definiendo objetivos generales que permitan visualizar tendencias y conectar a dicha comunidad con los grandes temas, desafíos y problemáticas de la cultura de hoy, tanto en una perspectiva histórica, como contingente y de futuro. 2
2 VISUALIZACION Capacidades del Gestor Cultural DE CONJUNTOS Y DEL DETALLE, FLEXIBILIDAD MENTAL, CAPACIDAD DE DISEÑAR. En este sentido, el gestor cultural debe desarrollar ciertas habilidades y destrezas y manejar un conjunto de conocimientos; entre las destrezas, podemos distinguir la capacidad para visualizar y estructurar un conjunto de ideas, objetivos, planteamientos y contenidos temáticos, en un plan coherente, articulado, y organizado que permita tener una idea general y a la vez pormenorizada de un determinado proyecto o producto cultural; visión de conjunto y visión pormenorizada de los detalles simultáneamente. El gestor cultural, en su función de creador de instancias de vinculación entre los generadores de acciones culturales y el público especializado o general, debe ser capaz de diseñar sus programas y sus acciones, lo que implica situarse en el presente e imaginar lo que su proyecto va a ser, o sea proyectar el futuro, en base a ciertos objetivos que deberá trazar y frente a los cuales deberá generar un conjunto de acciones e instancias que hagan posible que dichos objetivos se concreten. Ello implica que el gestor cultural deberá estar permanentemente atento al acontecer social, adelantándose a los temas que en un momento determinado puedan ponerse en un primer plano de los intereses del grupo para el cual trabaja. Para ello, deberá desarrollar una capacidad de comunicación muy abierta, pluralista y tolerante, en permanente contacto con su comunidad, creando redes de conversaciones que gatillen iniciativas y que le permitan no cerrar puertas, sino más bien, coordinar, vincular y generar las instancias de cooperación que las circunstancias demanden para el mejor logro de sus objetivos, generando de este modo nuevas instancias de participación. Surge, entonces como una de las claves para el desarrollo de la función de gestor cultural, una especial flexibilidad mental, que le permita vivir en un ámbito de permanente incertidumbre. Por último, dada las particulares circunstancias en que se desarrolla en nuestro país la actividad cultural, siempre con escasez de 3
recursos financieros, es necesario que el gestor cultural sea capaz de desarrollar una especial capacidad de venta de "productos culturales". La creación de "productos culturales", demanda de estos profesionales, la capacidad de generación de un discurso que fundamente y acredite las propuestas definidas, haciendo posible, de este modo, la generación de "imágenes", que facilitan la "venta" de tales productos. 3 Gestión Cultural y Comunicación DISEÑO GRAFICO, CREACION DE IMAGEN, RELACIONES PUBLICAS, COMUNICACION SOCIAL El rol de las comunicaciones en este proceso, es pues de vital importancia. En este ámbito, podemos distinguir cuatro planos: el de las comunicaciones interpersonales, el de las comunicaciones sociales, el de las comunicaciones visuales y el de las relaciones públicas. En el primer plano, de las comunicaciones interpersonales, aparecen, por una parte los públicos para los cuales se trabaja y con los cuales el gestor cultural deberá estar permanentemente comunicado y por otra los creadores culturales propiamente tales, es decir los artistas, científicos y técnicos que desarrollan con su trabajo la cultura de un determinado grupo humano y que son en definitiva los protagonistas del quehacer cultural. Finalmente, esta capacidad de comunicación interpersonal es clave a la hora de construir equipos con un claro liderazgo capaz de definir las metas y crear las condiciones para que se produzca un ambiente de colaboración y desarrollo. En segundo lugar, en el plano de las comunicaciones sociales, se requiere un conocimiento de los medios de comunicación social con los cuales se puede contar, para la mejor y más amplia difusión de los proyectos y de los "productos culturales". 4
Esta capacidad de situarse correctamente en los medios de Comunicación demanda del gestor cultural un conocimiento de los códigos y de las formas de trabajo que tales medios implementan para la difusión de las actividades culturales; la radio, la T.V., la prensa escrita, los suplementos especializados, los informativos institucionales etc., son medios con diferentes características que implican especiales adecuaciones a la información que se les entrega. Aquí es donde adquiere su importancia el fundamento o discurso que debe sustentar cada proyecto cultural, de manera que genere noticia, que se transforme en un evento, es decir, en algo eventual, extraordinario, en el cual el público quiera participar. En un tercer plano, distinguimos la comunicación visual o diseño gráfico. El diseño gráfico, permite la creación de una identidad visual del producto cultural. Pero, para que ello sea posible, se requiere que el trabajo de los diseñadores sea incorporado desde el comienzo en los niveles en los cuales se definen los conceptos y el fundamento de los proyectos culturales. Ello facilita e incentiva la capacidad creativa de los diseñadores, generando de este modo un verdadero sistema que permite que cada una de las instancias de comunicación visual potencie a las demás, reforzando de este modo su identidad y la imagen del producto. En una sociedad en la que lo visual ha adquirido gran relevancia, no es posible dejar de lado este factor, que debe ser utilizado en toda su potencialidad comunicativa, integrando con ello a la gestión cultural el concepto de calidad total. El diseño, más aún, no sólo puede ser integrado en la definición de la imagen y su aplicación en afiches, programas, invitaciones, catálogos, publicaciones en general, sino también en la ambientación de los eventos mediante el uso del color, la distribución espacial de los elementos, la hipergráfica, etc. 5
Por último, el plano de las relaciones públicas, las cuales, integradas también en el concepto de calidad total, cumplen un rol fundamental en el manejo de los bancos de datos, organización de eventos, generación de instancias de vinculación y proyección de imagen de un determinado "producto cultural". 4 Conclusiones En síntesis, yo diría que este breve análisis nos muestra claramente la existencia de un campo estructurado de conocimientos y habilidades que nos permite definir un perfil profesional y por lo tanto podemos afirmar que efectivamente existe un campo o dominio de acciones en el que surge la necesidad de contar con un especialista que contribuya a generar las instancias de comunicación y vinculación entre los creadores y el público, generando nuevas y más participativas oportunidades que hagan posible un desarrollo cultural cada vez más extendido al conjunto de la sociedad chilena o sea, crear las condiciones para que exista una mayor equidad en la distribución e intercambio de los bienes culturales, proceso que forma parte integral de los desafíos que el país debe plantearse frente a la modernización y la globalización. 6
Anexo 4. GESTION CULTURAL EN LA REGION. DISPERSION, DESCOORDINACION, ESFUERZOS AISLADOS V/S IDENTIDAD Y CREACION COLECTIVA. La quinta región posee dos grandes polos de desarrollo. La zona interior, que gira en torno a la producción agricola y la zona de la costa, que gira en torno a la actividad portuaria y turística. Se olvida casi siempre, que esta es también una región de servicios y principalmente una región universitaria, especialmente concentrada en Valparaíso y Viña del Mar. Desde esta perspectiva, la rica y variada acción que llevan adelante en el campo cultural estas instituciones, deberían coordinarse, concertarse entre ellas y con otras instituciones tanto estatales como privadas para la formulación de un proyecto de desarrollo de la actividad cultural en la región, como una de las ventajas competitivas que podemos integrar fuertemente a los planes de desarrollo regional, que producirían efectos, a lo menos, en dos planos: 1. En el enriquecimiento de la capacidad de apreciar los valores éticos y estéticos del arte y de la ciencia, lo que haría, a mi juicio posible mejorar la calidad de vida de la sociedad en su conjunto. Desarrollar la sensibilidad es una tarea que hará posible que las personas deseen mejorar su entorno y que sean más exigentes con la calidad, tanto de los productos que consumen, como de los objetos y sevicios que producen. Por ello, el arte y la cultura, son dos componentes esenciales del desarrollo económico y no sólo una actividad propia de los artistas o de reducidos grupos de intelectuales. 2. En el mejoramiento de la proyección de imagen de la Quinta Región, más allá del número que la identifica. Un proyecto de identidad corporativa de la región, constituye una herramienta de desarrollo que potenciaría la identidad hacia el interior de la región generando sentimientos de pertenencia y a la vez hacia el exterior de la región, generando la proyección de una imagen que la distiguiría de otras por, precisamente, su gran diversidad de posibilidades. Para lograr estos objetivos, no es posible que la tarea cultural se aborde descoordinadamente, sin un norte común, un objetivo regional y concertado. Para ello, sería necesario que se constituyera un organismo representativo a nivel de región con el propósito de generar y proponer las políticas que se puedan 7
implementar en el ámbito del arte y la cultura, un organismo coordinado por el gobierno regional en el que tengan representación amplios sectores e instituciones públicas y privadas y en el que se pueda realizar un análisis estratégico de este tema, con el fin de integrar en forma definitiva la participación de los intelectuales en el proceso de desarrollo. 8
Algunas de las tareas que este organismo, debería considerar son: 1. La creación de formas de capacitación y profesionalización de la gestión cultural. 2. El desarrollo e implementación de una adecuada y sólida infraestructura cultural, que permita que esta actividad abandone definitivamente su estrato marginal, para convertirse en una de las actividades que asociadas al turismo, y a los servicios, sea perte integrante del proceso de modernización y desarrollo. 3. Definir las areas de prioridad en el corto, mediano y largo plazo y las ventajas comparativas que posee la región en este plano. 4. Generar un plan de desarrollo estratégico que permita que la integración regional, en torno a su identidad cultural que da cuenta de una extraordinaria diversidad y complementación, genere un espíritu de cuerpo de los habitantes de la región, que reconozcan en la actividad cultural una de nuestras características regionales. 5. Generación de fondos concursables regionales para el desarrollo de la cultura, con mecanismos transparentes e informados. 6. Desarrollo de estrategias y generación de planes globales de mejoramiento de la educación en el ámbito artístico. 9