Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo A.C. Unidad Cuauhtémoc.

Transcripción

1 FUNDACIÓN PRODUCE CHIHUAHUA IDENTIFICACIÓN MEDIANTE PCR DE Nosema apis y Nosema ceranae EN LAS COLONIAS DE ABEJAS DE LOS APICULTORES DEL ESTADO DE CHIHUAHUA A., Romo Chacón - Flores Casavantes P. - Nájera Frescas L. - Acosta Muñiz C. Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo A.C. Unidad Cuauhtémoc. Av. Rio Conchos s/n, Parque Industrial, Cd. Cuauhtémoc Chihuahua, México. Tel./Fax: (625) / archacon13@ciad.mx Folleto técnico generado en el proyecto Financiado por FUNDACIÓN PRODUCE CHIHUAHUA

2 INTRODUCCIÓN En la actualidad, la apicultura es una de las actividades más realizadas en todo el mundo, ya sea que se implemente para la producción de miel, polen, cera, propóleos, jalea real, etc., o, para la polinización entomófila de diversos cultivos. En nuestro país, esta industria es una de las más importantes a nivel nacional, ya que genera numerosas divisas. (SAGARPA, 2005). A la fecha, la apicultura en el país se encuentra entre los tres primeros lugares del sector pecuario. México cuenta con un total de 42 mil productores, que en conjunto poseen 1.9 millones de colmenas, de las cuales, 145 mil son destinadas a la polinización, mientras que parte de la producción de miel se exporta a varios países, principalmente europeos (SAGARPA, 2009). En el estado de Chihuahua, existen alrededor de 250 apicultores y más de 37 mil colmenas, estas no solo son destinadas a la producción de miel, sino también a la polinización, empleando colmenas y abarcando una superficie de 5,000 hectáreas de cultivo (SAGARPA, 2008). Al igual que en otras partes del país, en Chihuahua muchas colonias de abejas mueren cada año debido al ataque de plagas y enfermedades, afectando considerablemente la producción apícola. En el estado, se presenta la disminución o pérdida de las colmenas, se cree que es ocasionado por la alta incidencia de enfermedades y a su incremento. 1

3 Sin embargo, un problema que se ha presentado en gran parte del mundo, es denominado Síndrome de Colapso de las Colonias (CCD) en el cual se han encontrado colmenas vacías, reportándose en algunas regiones pérdidas del 60% de las colonias y en casos extremos el 80% (ABF, 2007). Como es el caso en algunas partes de Europa a principios de la década de 1990, como son: Francia, Bélgica, Italia, Alemania, Suiza, España, Grecia, Eslovenia y los Países Bajos, quienes han sido afectadas por las desapariciones de abejas, aunque esto no está necesariamente asociada con CCD (Dupont, 2007). Actualmente se están presentando pérdidas de colonias sobre todo porque las abejas no retornan a la colmena, lo cual es un comportamiento inusual. Las pérdidas han sido rápidas; se producen en gran número, y el motivo sigue siendo en gran parte desconocido. Las posibles causas, según lo informado por los científicos que están investigando este fenómeno, pueden ser las que se muestran a continuación; pero no se limita a ellas: Parásitos, ácaros y cargas de enfermedad en las abejas y crías Aparición de nuevos patógenos virulentos La mala nutrición entre las abejas adultasla falta de diversidad genética y el linaje de las abejas Nivel de estrés en las abejas adultas (ejemplo, el transporte y confinamiento de abejas, el hacinamiento, u otro tipo de estrés ambiental o biológico) Residuos químicos y la contaminación en la cera (Johnson, 2008) 2

4 Una de las posibles causas de la desaparición de abejas, mencionada con anterioridad, es una enfermedad parasitaria llamada Nosemosis, que se presenta en abejas adultas, es ocasionada por dos especies de microsporidios llamados Nosema apis (Zander, 1909) y Nosema ceranae (Fries et al., 1996). Además es una enfermedad ampliamente distribuida en todo el mundo (Klee et al., 2007). En México la existencia de la Nosemosis se comprobó por primera ocasión en el año de 1965 por Zozaya y desde entonces se tienen antecedentes de su presencia en los estados de la Península de Yucatán, en las regiones apícolas del Pacífico, como Jalisco; en el centro del país, entre los que se encontró Hidalgo y en el Golfo de México (Arriola-González, 1990, 1991; Wilson et al., 1983); sin embargo, en el norte del país la situación se desconocía hasta el año Análisis realizados por la CENEPA, 2009; muestran registros (Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica, 2009) donde se realizó un muestreo a 21 estados de la república mexicana y se encontró la enfermedad en 15 de ellos, cuatro correspondientes al norte del país. En el estado de Chihuahua se conoce que dos localidades arrojaron resultados positivos de Nosemosis (Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica, 2009), estas pruebas fueron realizadas mediante microscopía (Cantwell, 1970), la cual resulta muy laboriosa y complica la diferenciación entre las esporas de ambas especies (Larsson, 1986; Weiss et al., 1999). 3

5 Hasta la fecha, en México no se han llevado a cabo estudios que empleen el uso de la biología molecular [PCR basado en la 16s (o SSU) RNAr] para determinar la incidencia de N. apis o N. Ceranae. Esta es una herramienta muy rápida y precisa en la que se puede diferenciar sencillamente entre las dos especies de microsporidios (Klee et al., 2007). Por tal motivo el objetivo de este trabajo es detectar oportunamente las enfermedades ocasionadas por N. apis y N. ceranae, mediante la técnica de la PCR para que se lleven a cabo las medidas preventivas para su control. NOSEMOSIS La Nosemosis la mayor parte del año se encuentra en estado latente en el interior de las colmenas, pero se manifiesta después de prolongados periodos de confinamiento para las abejas, como pueden ser lluvias, vientos, nevadas, bajas temperaturas, etc.; entre más largo es el período de encierro, más se agravará la expansión de la enfermedad, ya que los niveles de infección se elevan cuantiosamente por el contacto tan estrecho entre las abejas (Calzada, 2009); por lo anterior, la Nosemosis tienen una gran importancia en los países con inviernos muy fríos y prolongados (Fries, 1993). Los niveles de infección más altos suelen presentarse en los apiarios que se ubican en lugares húmedos, fríos o con mucha sombra, en comparación con los que se ubican en lugares secos y soleados (Molina, 1990). 4

6 Los panales contaminados con heces de abejas enfermas, son los focos de infección más importantes, ya que son portadores de esporas de Nosema de una temporada a otra (Bailey, 1955). En menor grado de importancia, en cuanto a la diseminación de la enfermedad, se encuentran factores como el agua para beber, flores y vegetación contaminada (L' Arrivée, 1965). Una de las condiciones que favorecen la propagación y transmisión de la Nosemosis, es el uso de equipo contaminado en las colmenas, el pillaje y la adquisición de reinas de un criadero enfermo. La miel no se encuentra como fuente de contaminación, debido a que la deposición de excretas sobre los paneles, raramente se da cuando las celdillas de los mismos son llenadas y selladas durante la época de cosecha de miel (Molina, 1990). Si la infección no es controlada, ya sea por mejores condiciones ambientales o por medio de un tratamiento, las funciones digestivas de la abeja se inhiben en 2 ó 3 semanas, lo que trae consigo, un debilitamiento progresivo y una muerte prematura del insecto (Molina, 1990). Nosema aparece en la mayoría de las colonias infectadas sin signos obvios de la enfermedad, incluso cuando la enfermedad es suficiente para causar pérdidas en la producción de miel y la eficiencia de la polinización (Hornitzky, 2005). En general, N. apis ha sido históricamente un grave problema sólo en las zonas con inviernos fríos (Fries, 1988), y por lo tanto fue más evidente en los principios de la primavera. Sin embargo, en los últimos años, se han comenzado a observar problemas inusuales, presentándose Nosema durante el verano (Martín-Hernández et al., 2007) 5

7 La mayoría de las veces, la Nosemosis no se manifiesta clínicamente, ya que se encuentra en un estado latente o de desarrollo (Martín-Hernández et al., 2007), sus síntomas suelen presentarse cuando la enfermedad está en un nivel crónico (Molina, 1990). La abeja europea (Apis melífera), tiene una asociación de largo tiempo con el parásito N. apis, el cual es un parásito relativamente benigno en climas más cálidos, donde las abejas pueden volar libremente para los vuelos de limpieza durante el invierno, y generalmente sólo se convierte en un problema donde las abejas están restringidas por lluvias o inviernos largos y fríos (Oliver R., 2008). El parásito N. ceranae, aún no ha alcanzado una situación de equilibrio con Apis mellifera, por tanto, está empleando estrategias reproductivas muy agresivas, como la alta mortalidad que produce, la cual se debe a sus esporas autoinfecciosas, que promueven una rápida invasión de los tejidos digestivos de la abeja. Los microsporidios también tienen otros efectos más sutiles, algunos relacionados con la longevidad relativa de la reina y las obreras. Las larvas también se ven afectadas por los microsporidios, pero de diferente manera, ya que son mal alimentadas por las obreras enfermas, causando, posteriormente, una debilitación de la colmena (Sampedro, 2007). N. ceranae es originario de Apis ceranae (Fries et al., 1996) y en ocasiones no presenta síntomas (Martín-Hernández et al., 2007), principalmente no presenta diarrea pero si el evidente Síndrome de Despoblamiento en mayor o menor grado (Fries et al., 2006). 6

8 N. apis tiene como principal hospedero a Apis melífera (Zander, 1909), sin embargo, ambos han sido encontrados infectando ambas especies de abejas, incluso en co-infecciones (Higes et al., 2006; Klee et al., 2007; Huang et al., 2007; Chen et al., 2009). De acuerdo a Fries et al., en el (2006) mencionan que las esporas de Nosema presentan gran resistencia a temperaturas extremas y deshidratación. Por otra parte Sampedro, en el (2007) sugiere que El ciclo de reproducción óptimo del parásito es distinto para cada especie, ya que N. apis incrementa su reproducción durante primaveras húmedas, disminuyendo su nivel de infección en los años más secos. Mientras que N. ceranae no discrimina ninguna época del año, este microsporidio puede presentarse durante los doce meses con niveles de infección muy similares (Higes et al., 2007), lo que ha llevado a la conclusión de que la Nosemosis ya no es estacional. 7

9 MATERIALES Y MÉTODOS Para determinar la presencia de N. apis y N. ceranae se recolectaron muestras de abejas entre los meses de noviembre del año 2009 y mayo del 2010 en nueve localidades del estado de Chihuahua, y comprenden las siguientes ciudades: Jiménez, Delicias, Rosales, Casas Grandes, Cuauhtémoc, Parral, Chihuahua, Camargo, Ojinaga. En cada localidad se seleccionaron al azar ocho apiarios y de cada apiario se eligieron en igual forma ocho colmenas, en las cuales se realizaron en forma independiente muestreos de 25 abejas, recolectadas de la cámara de cría; las abejas fueron colocadas en vasos de plástico conteniendo alcohol al 70%, posteriormente se colocaron en una hielera para un total de 1600 abejas por localidad, finalmente fueron trasladadas al laboratorio donde se almacenaron a una temperatura de -20 C hasta su procesamiento. 8

10 Para llevar a cabo la obtención del DNA, se emplearon diez abejas de cada colmena, a las cuales se les extrajeron los ventrículo mediante disección. La extracción se realizó mediante el protocolo modificado del Kit High Pure PCR Template Preparation. En todas las muestras se determinó la concentración y pureza del DNA mediante métodos espectrofotométricos. La amplificación mediante la Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR) fue llevada a cabo en un termociclador marca Techne TC 312 versión Los productos de la amplificación fueron separados por medio de electroforesis en una cámara horizontal Owl EasyCast modelo B1, empleando gel de agarosa al 2%, teñido con bromuro de etidio. Para la visualización de los fragmentos se utilizó un transiluminador UV (UVP, Inc.), un fotodocumentador (MiniBis, Biolmaging System) y el programa Gel Capture versión 2.6 RESULTADOS De manera general, los resultados obtenidos en las principales regiones apícolas del estado muestran un porcentaje del 14.2 de colmenas con Nosema ceranae, detectando a esta especie en todas las localidades, y del 2.3% para Nosema apis. 9

11 Mientras que por localidad los mayores porcentajes de N. ceranae se detectaron en Cuauhtémoc, Chihuahua y Delicias con 34, 30 y 25 porciento respectivamente. Es importante mencionar que N. apis solo fue detectada en Cuauhtémoc, Jiménez y Camargo, con 17%, 1.6% y 1.6% respectivamente (Figura 1). En las muestras analizadas en todas las localidades el microsporidio N. apis siempre se encontró de manera conjunta con N. ceranae, es decir, se presentaron ambas especies en la misma muestra; nunca se detectó a N. apis de manera aislada. Figura 1.- Porcentaje de Colmenas Infectadas con N. ceranae y N. apis en las Principales Regiones Apícolas del Estado de Chihuahua 10

12 TRATAMIENTOS En el mercado mundial existen varios productos para tratar la Nosemosis, entre estos se pueden encontrar productos químicos o naturales, sin embargo, aún no se han realizado estudios donde se determine la eficacia de distintos tratamientos aplicados a cada especie de Nosema y de manera simultánea (Williams G.R. et al., 2008). Actualmente se han evaluado distintos tratamientos para contrarrestar la Nosemosis, pero pocas han dado resultado. La mejor opción es el uso de fumagilina, Katznelson y Jamieson en (1952), la evaluaron con éxito; como segunda opción, se pueden emplear las trisulfas (su efectividad es menor al 60% comparada con la fumagilina). Otra forma de tratar la enfermedad, son las medidas de manejo y fumigación del equipo, los cuales resultan costosos; por lo que su uso se recomienda solamente cuando los niveles de infección sean de 5 millones de esporas por abeja (infección regular) o superiores a esta (Molina, 1990). La fumagilina es un antibiótico obtenido del hongo Aspergillus fumigatus y se vende comercialmente como Fumidil B o como Nosema X. La fumagilina es 100% efectiva contra la forma vegetativa del Nosema apis, pero no destruye las esporas del parásito, motivo por el cual, la enfermedad solo puede ser controlada y no eliminada por completo. Es recomendable suministrar 25mg del producto activo por cada litro de jarabe de agua y azúcar que se proporcione a la colonia como alimento. Se debe proveer, a cada colonia, de 4 litros de jarabe (100mg de producto activo) (Molina, 1990). Se ha comprobado que este producto resulta muy eficaz para tratar N. apis (Williams G.R. et al., 2008). 11

13 En estudios recientes se observó que las colmenas tratadas con fumagilina en otoño mostraron mayor significancia, entre el grupo de colmenas tratadas y las colmenas control; al contrario de lo registrado en las colmenas tratadas en los meses de verano. Sin embargo después de un año de llevar a cabo este tratamiento se comprobó que la fumagilina no tiene efecto, debido a que las colmenas se recuperaron en temporada de verano (Williams G.R. et al., 2008). Williams G. R. et al. en el (2010), realizaron experimentos, donde infectaron colmenas con esporas de Nosema y al mismo tiempo, compararon colonias de abejas que reportaban muertes en invierno y colonias tratadas con Fumidil B, comprobando así que las colonias donde se reportaban muertes en invierno no tenían relación alguna con la infección de Nosema. Así mismo, N. ceranae no fue significativamente menor en las colonias tratadas con el medicamento Fumidil B, en comparación con las colmenas control que sobrevivieron la primavera 2008, pero se pudo determinar de manera general que la aplicación de Fumidil-B disminuyó la intensidad de esporas de N. ceranae en la primavera siguiente.. En otro estudio realizado en Canadá la aplicación de 100mg de fumagilina en el jarabe de azúcar resultó efectivo para suprimir la infección de N. ceranae durante los meses de primavera y verano (Pernal F. S. et al., 2009). Otro de los tratamientos utilizados es mediante Trisulfas, las cuales son una combinación de antibióticos (sulfas), que se pueden emplear a falta de fumagilina. En el mercado existen varias marcas, pero la más utilizada es el ESB 3 de Ciba. Se administran 7gr de este producto en un litro de jarabe (Molina, 1990). 12

14 Otro producto empleado para el control de la Nosemosis es el Sinefungin, el cual se recomienda a una concentración de 4.0µg/ml (en jarabe de fructuosa al 50%) está concentración fue la óptima para eliminar N. apis, sin causar mortalidad en las abejas. Debido a que una menor concentración no reduce la enfermedad y una mayor tiene efectos tóxicos sobre las abejas, causando mortandad (Sichtova M. et al., 1993). El thymol a concentraciones de 0.12g/kg y el resveratrol a 0.001g/kg han mostraro ser efectivos contra la nosemosis. El resveratrol aplicado en solución azucarada, no solo disminuye el número de esporas sino que incrementa el tiempo de vida de las abejas (Maistrello L. et al., 2008). El ácido acético también se ha empleado en diferentes dosis, como aditivo en el alimento suministrado a las abejas infectadas con N. apis, pero este no incide de ninguna manera sobre la predominancia o el desarrollo de la Nosemosis dentro del aparato digestivo de la abeja (Forsgren E. et al., 2004). En general, la fumigación con ácido acético, los tratamientos de calor e irradiación resultan efectivos para suprimir el desarrollo de las esporas de N. ceranae en las abejas, pero solo por un corto periodo de tiempo. No obstante, la irradiación es el método más efectivo para desinfectar los bastidores contaminados con N. ceranae (Pernal F. S. et al., 2009). El óxido de etileno, así como también el tratamiento de someter el equipo a una temperatura de 49C en un periodo de 24 horas, han dado muy buenos resultados, pero a nivel de campo son muy poco aplicables (Molina, 1990). 13

15 Los panales infectados con Nosemosis pueden tratarse con los gases liberados por una dilución de ácido acético al 80% (4 partes de ácido acético glacial por 1 de agua); estos gases destruyen las esporas del N. apis. El procedimiento consiste en apilar los paneles en cubos y colocar un trapo con 150ml de este producto sobre los cabezales de los bastidores de cada cuerpo de colmena. Al paso de una semana los paneles estarán libres de esporas. Estas fumigaciones también son útiles para combatir las polillas (Molina, 1990). Para matar las colonias con muy altos niveles de infección y mortandad se puede usar Resmethrin (Pyrethroid por su nombre comercial). Se recomienda la aplicación dentro de la colmena y la quema de abejas muertas y material infectado después de 12 horas de la aplicación (MAAREC et al., 2008). Entre las prácticas de manejo que favorecen el control de la enfermedad se encuentran las siguientes: cambio de reina cada año, eliminación de paneles viejos, alimentación artificial durante las épocas de escasez, pintar las colmenas de diferentes colores, colocar los apiarios en sitios bien drenados sin sombra excesiva, unir las colonias débiles, etc. En los criaderos de reinas, donde el problema sea grave, los tratamientos, fumigaciones y, medidas de manejo deben ser continuos. A su vez, si existe la enfermedad en la colmena, se deben realizar muestreos y diagnósticos cada año, con el fin de tomar decisiones apropiadas a tiempo. (Molina, 1990) 14

16 RECOMENDACIONES Se deben realizar análisis consecutivos año tras año, para evitar el contagio y diseminación de la enfermedad, ya que se ha reportado en otros países un incremento en el número de muestras positivas con Nosemosis (Martín- Hernández et al., 2007 y Klee et al., 2007). De acuerdo a Lotfi et al., (2009), se recomienda la elaboración de estudios epidemiológicos sobre la infección por Nosema de acuerdo con el clima y las condiciones geográficas de las regiones, llevándose a cabo en base a las estaciones y los meses del año. Aplicar las buenas practicas de producción de acuerdo al manual del mismo nombre. Proporcionar alimentación y agua de buena calidad.dar cumplimiento a la norma NOM-002-ZOO Referente al control de la abeja africana. 15

17 BIBLIOGRAFÍA ABF (Beekeeping American Federation), (2007). Colony Collapse Disorder. EUA. Arriola González T. y Fragoso Sánchez H., (1991). Enfermedades Parasitarias Diagnosticadas en Abejas Procedentes de Criaderos de Abejas Reinas de México. V Seminario Americano de Apicultura. Pág Bailey L., (1955). The epidemiology and control of Nosema disease of the honey bee. Ann. Appl. Biol. 43, Cantwell G. E., (1970). Standard methods for counting Nosema spores. Am. Bee J., 110, Cantwell G. E., and Shimanuki H., (1970). The use of heat to control Nosema and increase production for the commercial beekeeper. Am. Bee J. 110:263. Dupont G., (2007), Les abeilles malades de Forsgren E., Fries I., (2004). El Alimento ácido y la Nosemosis. Comisión Permanente de Patología Apícola. Fries, I., Feng, F., Silva, A. d., Slemenda, S. B. & Pieniazek, N.J. (1996) Nosema ceranae n. sp. (Microspora, Nosematidae), morphological and molecular characterization of a microsporidian parasite of the Asian Honey bee Apis ceranae (Hymenoptera, Apidae). European Journal of Protistology 32, Fries, I., Martín R., Meana, A., García-Palencia P. & Higes, M. (2006) Natural infections of Nosema ceranae in European Honey bees. Journal of Apicultural Research. In press. Fries I., (1988). Infectivity and multiplication of Nosema apis Z. in the ventriculus of the honey bee. Apidologie 19, Fries I., Feng F., Silva A. D., Slemenda S. B. & Pieniazek N. J., (1996). Nosema ceranae n. sp. (Microspora, Nosematidae), morphological and molecular characterization of a microsporidian parasite of the Asian Honey bee Apis ceranae (Hymenoptera, Apidae). European Journal of Protistology 32, Higes M., García-Palencia P., Martin-Hernández R., Meana A., (2007). Experimental infection of Apis mellifera honeybees with Nosema ceranae (Microsporidia). J. Invertebr. Pathol. 94,

18 Higes, M., García-Palencia, P., Hernández, M., Aránzazu, M., (2006). Experimental infection of Apis mellifera honeybees with Nosema ceranae (Microsporidia). Elsevier. España. 1-7pag. Hornitzky M., (2005). Nosema disease. Literature review and survey of beekeepers. RIRDC Publication No. 05/055, Australian Government, Rural Industries Research and Development Corporation. Huang, W. F., Jiang, J. H., Chen, Y. W., Wang, C. H. (2006) A Nosema ceranae isolate from the honey bee Apis mellifera. Apidologie. In press. Johnson R. (2008), Recent Honey Bee Colony Declines. CRS report for congress. Katznelson H., Jamieson C.A., (1952). Control of Nosema disease of honeybees with fumagillin. Science 115, Klee, J., et. al., (2007). Widespread dispersal of the microsporidian Nosema ceranae, an emergent pathogen of the western honey bee, Apis mellifera. Elsevier. 1-10pag. L'Arrivée J. C. M., (1965). Sources of Nosema infection, Am. Bee J. 105, Larsson J.I.R. (1986) Ultrastructure, function and classification of Microsporidia, Protistology 1, Lotfi A., Jamshidi R., Aghdam H., Yousefkhani S. and Yousefkhani M., (2009). The Prevalence of Nosemosis in Honey Bee Colonies in Arasbaran Region (Northwestern Iran). IDOSI Publications. American-Eurasian J. Agric. & Environ. Sci., 5 (2): MAAREC, Southern Region IPM Center Virginia TECH, North Carolina State University, (2008). Pest Management Strategic Plan for Honey Bees in the Mid-Atlantic States (DE, MD, NC, NJ, PA, SC, VA, WV). Maistrello L., Lodesani M., Costa C., Leonardi F., Marani G., Caldon M., Mutinelli F., Granato A., (2008). Screening of natural compounds for the control of Nosema disease in honeybees (Apis mellifera). Apidologie 39, Martínez L. (2008). Gran preocupación mundial por la Despoblación de Colmenas o CCD. CONASA. México. Martín-Hernández R., Meana A., Prieto L., Martínez A., Bailón E., Higes M. (2007). Outcome of Colonization of Apis mellifera by Nosema ceranae. American Society for Microbiology. Madrid, España. 1-8pag. Molina A., Guzmán E. et al. (1990). Enfermedades y Plagas de la Abeja Melífera occidental. Secretaria de Agricultura y Recursos Humanos. Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria (OIRSA). San Salvador, El Salvador,

19 Oliver R., (2008). Nosema Twins. ScientificBeekeeping.com. Digital Tsunami, Inc. Pernal F. S., Ibrahim A. and Melathopoulos P. A., (2009). Evaluation of the effectiveness of fumagillin and alternative therapies for the control of Nosema ceranae. Agriculture and Agri-Food Canada, Beaverlodge Research Farm, Box 29, Alberta, Canada. SAGARPA (Secretaria de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación), (2005). Aumentó México un 26.5 por ciento sus exportaciones de miel a Europa en el Núm. 164/05. México. SAGARPA (Secretaria de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación), (2009). Resumen Nacional de producción, precio, valor, animales sacrificados y peso. Lugar que ocupan los estados por producto. México. Sampedro J. (2007). El asesino de las abejas se llama Nosema. Biología. Sichtova M., Azizul Haque Md., Vávra J., Canning E. U. and Robert-Gero M., (1993). Evaluation of the antibiotic Sinefungin as an antimicrosporidial drug. Folia Parasitologica. 40: SIVE (Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica), (2009). Relación de estados que realizaron diagnóstico de nosemosis en México. Williams G. R., Shafer A. B. A., Rogers R. E. L., Shutler D., Stewart D. T., (2007). First detection of Nosema ceranae, a microsporidian parasite of European honey bees (Apis mellifera), in Canada and central USA. Department of Biology, Acadia University, Wolfville, NS, Canada. Williams G. R., Sampson M. A., Shutler D., Rogers R. E. L., (2008). Does fumagillin control the recently detected invasive parasite Nosema ceranae in western honey bees (Apis mellifera) J. Invertebr. Pathol. 99,

20 AGRADECIMIENTOS A FUNDACIÓN PRODUCE CHIHUAHUA. Por el apoyo Financiero para llevar a cabo el proyecto AL SISTEMA PRODUCTO APICOLA DE CHIHUAHUA y a todos los apicultores involucrados. Por el apoyo financiero, así como a la colaboración en el muestreo. A la EMPRESA MIEL NORTEÑA. Por el apoyo financiero, así como a la iniciativa para llevar a cabo el proyecto. A la MVZ ELOISA LURUEÑA CABALLERO. Por su valiosa cooperación en el desarrollo del proyecto. 19

21 20 FUNDACIÓN PRODUCE CHIHUAHUA