CELEBRACIÓN EN EL CUMPLEAÑOS DE DON BOSCO

Transcripción

1 CELEBRACIÓN EN EL CUMPLEAÑOS DE DON BOSCO Base para una adoración eucarística, a la que se pueden agregar otros elementos simbólicos y celebrativos adaptados a las condiciones del lugar. Durante el canto se lleva el Santísimo al altar. CANTO INICIAL: CORAZÓN ANIMADOR Por qué has venido hasta aquí, brindándote así? Por qué besas nuestra pobreza? Por qué gozas entre nosotros? Por qué prefieres los gestos a las palabras? De dónde viene tu luz? Y cómo tienes a la vez coraje y sencillez?. Por qué no te escandalizas del mal que nos paraliza? Qué hay siempre joven en tu alma, que cada joven sabe que estás y estarás? Pues lo mismo sueño yo. Pues lo mismo busco, ruego, lucho, intento Por qué sentimos a Dios ahí en tu humanidad? Cómo no quedarnos contigo viviendo así como vives? A quién no cuestionará tu autenticidad? Tu gran secreto, cuál es? Cómo es que el santo trabajo tu mano atravesó? De quién tienes bien aprendido el gesto total del amigo? Por qué el lenguaje no alcanza, y lo que nos une es mucho más que amistad? Pues lo mismo sueño yo. Pues lo mismo busco, ruego, lucho, intento Tu ser nos hace crecer, nos hace seguir Por qué? Por qué das tu primer abrazo al más pobre y más desolado? Y cómo una casa generas, una familia, que nos cura el corazón?. Por qué es tu felicidad ser nuestro servidor? De qué están hechos tus sueños: Amor más grande que el amor? Adónde alimenta tu acción tanta esperanza aguantadora y audaz? Pues lo mismo quiero yo 1

2 GUÍA Esta noche está presente en medio de nosotros Jesús en el sacramento de la Eucaristía. Su presencia nos transmite la intensa y serena alegría de su amistad. Nosotros, jóvenes que seguimos a Jesús en la escuela espiritual de Don Bosco, tenemos en él un maestro en el amor a Cristo en la Eucaristía. Él solía detenerse a visitar al Señor hecho pan y, por muchos testimonios, sabemos que su rostro reflejaba la paz y la calidez de ese encuentro amoroso. En esta celebración, dejémonos guiar por la imagen de su rostro en la contemplación, para que también nosotros, podamos detenernos ante de que el gran milagro que es Jesús hecho pan. EVANGELIO (Jn 21,15-19) Cuando terminaron de comer, dice Jesús a Simón Pedro: Simón, hijo de Juan, me quieres más que éstos? Le responde: Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dice: Apacienta mis corderos. Le pregunta por segunda vez: Simón, hijo de Juan, me quieres? Le responde: Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dice: Apacienta mis ovejas. Por tercera vez le pregunta: Simón hijo de Juan, me quieres? Pedro se entristeció de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le dijo: Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero. Jesús le dice: Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro, cuando eras mozo, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras. Lo decía indicando con qué muerte había de glorificar a Dios. Después de hablar así, añadió: Sígueme. Palabra del Señor Breve silencio. ENTRE DOS LECTORES NARRAN EL SIGUIENTE RELATO: En aquel tiempo, Miguel comenzó a frecuentar las escuelas elementales en Porta Palazzo, que habían sido confiadas por el Ayuntamiento a los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Don Bosco se dirigía con frecuencia allí a confesar, predicar y también a dar clase de catecismo. Los jóvenes, apenas lo veían, le rodeaban. A Miguel no le iba eso de meterse en apretujones ni empujar para abrirse paso, pero de lejos sonreía a Don Bosco, y se sentía lleno de alegría cuando Don Bosco lo miraba y a su vez le sonreía. 2

3 Al ir y volver de la escuela, Miguel se encontraba alguna vez con Don Bosco. Corría a su encuentro con alegría, le besaba la mano (como se acostumbraba entonces con los sacerdotes) y le preguntaba: Me quiere dar una estampa? Don Bosco, como si no hubiese oído nada, le ponía en la cabeza su bonete de sacerdote, le presentaba la palma de la mano izquierda, y con la derecha hacía un gesto como de cortarla por la mitad: Toma, Miguelito, toma! Miguelito quedaba desconcertado, estrechaba aquella mano y pensaba: Qué me querrá decir? En 1852, a los quince años, Miguelito, junto con Don Bosco, mamá Margarita y 26 compañeros partió a pie hacia I Becchi de Castelnuovo. Allí fue donde Miguel recibió el hábito clerical, la sotana. Vuelto al Oratorio, Miguel preguntó a Don Bosco: Se acuerda de nuestros primeros encuentros, cuando iba a clase con los Hermanos? Yo le pedía una estampa, y usted me hacía la señal de querer darme la mitad de la mano. Qué quería decirme? Ya deberías haberlo comprendido le dijo Don Bosco serio. Quería decir que contigo lo haríamos todo a medias. CANTO : Ven y sígueme Oigo una voz que llama, oigo una voz cercana: eres Tú, Señor, qué quieres que yo haga? Señor qué puedo darte? Soy pobre e ignorante. Háblame, Señor, qué quieres que yo haga? Ven y sígueme. Contigo yo estaré luchando por la paz. Ven y sígueme, yo te daré una red para poder pescar. Mis manos están ya prontas mi corazón está ardiendo. Háblame Señor, qué quieres que yo haga? Dispuesto estoy a todo: con mi cruz iré a tu lado Vamos ya, Señor, te seguiré confiado. Silencio para adorar. 3

4 ENTRE DOS LECTORES NARRAN EL SIGUIENTE RELATO: Un ermitaño vio una vez en un bosque, un halcón. El halcón llevaba a su nido un pedazo de carne: cortó la carne en trozos pequeños, y comenzó a cuidar a un pequeño cuervo herido. El ermitaño se quedó asombrado y pensó: "Dios me envió una señal, ni siquiera un cuervo pequeño y herido es abandonado por Dios; incluso ha enviado un halcón feroz para alimentar a una criatura de otra raza, que estaba huérfana en el mundo. Se ve precisamente que Dios da a todas sus criaturas lo que necesitan. Quiero dejar de preocuparme por mí mismo! Dios me mostró lo que debo hacer. No voy a preocuparme más por lo qué comer! Si Dios no abandona a ninguna de sus criaturas, no me abandonará a mí". Y así lo hizo: estaba sentado en ese bosque y no se movió de allí, dedicándose a orar, orar y nada más. Durante tres días y tres noches se mantuvo así; sin un vaso de agua, sin comer un bocado. Después de tres días, el ermitaño estaba tan débil, que ya no era capaz de levantar la mano. Debido a esa gran debilidad, se quedó dormido. Y he aquí que un ángel se le apareció en un sueño. El ángel frunció el ceño y dijo: "La señal era para ti, por supuesto, pero para que aprendieras a imitar al halcón. GUÍA: Aquello que Don Bosco nos ha dejado es una enseñanza clara: ser halcones y no ermitaños para los jóvenes. Ahora es nuestro el deber de continuar su obra. Hagamos como él, siendo pacientes y atentos a las necesidades de los jóvenes. CANTO: Un hombre de Dios Fruto de un lugar, fruto de una historia: Juan fue un hombre. Fruto de un llamado, fruto de una entrega: Juan fue un Santo. Acción de Dios que se hace vida, proyecto real de redención, para salvar a la juventud, a don Bosco suscitó. Manos de Madre intervinieron para forjar un corazón de Padre y Maestro capaz de una entrega total. "He prometido siempre a Dios: mi último aliento yo daré, estoy dispuesto a dar mi vida, todo por ellos arriesgaré. Hay proyecto que me mueve: Cristo a los jóvenes llevar para que el Evangelio sea su camino, su verdad." San Juan Bosco llegó a mí, rescató todo lo bueno. Él en mí a Cristo vio, el mi corazón sanó. La alegría, el entusiasmo, y las ganas de vivir, todo en Cristo unificó, y en compromiso transformó. 4

5 Silencio de adoración Rezamos con las palabras de Don Bosco. Uno o dos lectores proclaman las oraciones, con un silencio entre una y otra, y la asamblea responde cantando un estribillo. Puede proponerse y dejarse un tiempo para oraciones personales espontáneas. Estribillo: Queridos salesianos, así haremos con nuestros muchachos, seremos atentos a dejarnos guiar por ellos para encontrar su bondad, especialmente aquella más escondida. Recemos para que este mismo espíritu guíe nuestra acción. Queridos jóvenes, no quiero quitarles la libertad, ni manipularla, porque tengo a mi cuidado la vida de ustedes. Mi deseo es que lleguen a ser, junto a Dios, dueños de sus vidas, que sepan ser cíticos frente al mundo y ustedes mismos, que sepan pensar con su propia mente. Queridos jóvenes, ustedes saben cuanto amo al Señor porque es por Él que los amo a ustedes, y quisiera que este amor lo vean en mí porque es la raíz desde la cual ha nacido el Oratorio. Queridos jóvenes, los estoy acompañando hacia el mañana que está delante de ustedes; no busco ningún beneficio propio si no la alegría de saberlos encaminados con confianza en el camino de la vida. He creído y creo en todos ustedes, me arriesgué y sigo arriesgando por una razón : ayudarlos a descubrir y cuidar los generosos dones que Dios les ha regalado. 5

6 En esto se muestra el amor de Don Bosco hacia ustedes: impedir que se encierren en ustedes mismos, hacerlos tomar conciencia del tesoro que son, y cuando me han visto sonreír es porque los veía crecer en el conocimiento de ustedes mismos. Les he ofrecido mi amistad, se las he transmitido con la palabra, la mirada, encontrándoles un trabajo, haciéndolos parte de mi vida. Si alguna vez me han causado una decepción, rápidamente lo he olvidado porque se han recuperado. Los quiero, y lo quiero ver felices. Silencio. Espacio para oraciones personales espontáneas. Todos juntos rezan la siguiente oración, que habrá sido repartida previamente: Padre y Maestro de la juventud, San Juan Bosco, que, dócil a los dones del Espíritu, has transmitido a la Familia Salesiana el tesoro de tu predilección por los pequeños y los pobres. Enséñanos a ser cada día para ellos Signos y portadores del amor de Dios, cultivando en el ánimo los mismos sentimientos de Cristo Buen Pastor. Intercede por todos los miembros de tu Familia Para conseguirnos un corazón bueno, La tenacidad en el trabajo, la sabiduría para discernir, el coraje para testimoniar, el sentido de Iglesia, la generosidad para la misión. Obtenenos la gracia De la fidelidad a la especial Alianza Que el Señor ha sellado con cada uno de nosotros Y haz que, guiados por María, recorramos alegremente junto a los jóvenes el camino que conduce al Amor. Amén. 6

7 Puede hacerse la bendición o simplemente retirar el Santísimo. CANTO, mientras se lleva el Santísimo al sagrario: Espíritu de Cristo: Espíritu joven. Espíritu de Cristo: Espíritu alegre tu que hiciste santo a Don Bosco vives hoy entre nosotros. Espíritu libre para llamar Padre a nuestro Dios y vivir la ley del amor; para ser familia, para dialogar, para que aprendamos a amar. Espíritu ardiente para servir al hombre que sufre y al que nunca oyó hablar de Dios. para dar la vida, para conquistar, tiempos de justicia y de paz. Espíritu amable para mostrar el rostro de un Padre que no quiere más que salvar, para ser los signos de su comprensión, para que sembremos amistad. Espíritu fuerte para ganar la lucha de los días renovando la fidelidad. Para ser coherentes en todo lugar, para ser cristianos de verdad. Espíritu Santo, fuerza de amar viviendo la alegría para construir la santidad. Y que el entusiasmo que tu soplo da entierre la mediocridad. 7