DEL SILENCIO AL CANTO Un estudio bíblico teológico sobre el Tabernáculo de David basado inicialmente en Amós 9:11-12 (21 Agosto, 2005)

Transcripción

1 DEL SILENCIO AL CANTO Un estudio bíblico teológico sobre el Tabernáculo de David basado inicialmente en Amós 9:11-12 (21 Agosto, 2005) Señor presidente del Honorable Presbiterio Nacional Tabasqueño, estimado pastor y miembros del Respetable Consistorio de la Iglesia Presbiteriana Jesucristo de Galilea, amados hermanos miembros de esta querida iglesia, muchos de ustedes fieles a través de los años, otros recién enlistados en los ejércitos del Señor; señoras y señores, que en esta ocasión memorable se unen a nosotros para celebrar el Nombre de nuestro bendito Salvador: escuchad Palabra de Dios, la cual se encuentra en Amós 9: En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David, y cerraré sus portillos y levantaré sus ruinas, y lo edificaré como en el tiempo pasado; para que aquellos sobre los cuales es invocado mi nombre posean el resto de Edom, y a todas las naciones, dice Jehová que hace esto. Qué razón nos mueve a reunirnos en un día tan memorable como el día de hoy? Qué es lo que queremos agradecer a Dios al reflexionar sobre los 15 años que han transcurrido, y empezar a mirar con la providencia de Dios los años por venir? Qué es lo que verdaderamente celebramos este día? Como dijera el profeta Samuel, Hasta aquí nos ayudó Jehová, y en palabras de su ungido, David, Porque tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza. (1 Sm 7:12; Sal 71:5) Sí, nuestro Dios es dueño del pasado y de la historia, fortaleza en el presente, esperanza del porvenir. Tomo, pues, en esta ocasión el tema de una casa, pero no la casa de adoración, no una iglesia o un templo, sino la casa de David, más en concreto, el tabernáculo de David. Pues si hemos de celebrar lo que Dios ha hecho en tiempos pasados, y si hemos de comprometernos con él para los días por venir, nos estimulará a ello ver en el tabernáculo de David dos cualidades divinas que hoy podemos celebrar: su bendita gracia, y su eterna fidelidad El tabernáculo de David, signo de la GRACIA bendita de Dios. Al decir tabernáculo de David, no se refiere al templo que luego edificaría Salomón, pues aunque David planeó y preparó todo para su construcción, no se le identifica en la Biblia con ese fastuoso inmueble. No se refiere tampoco el otro tabernáculo mencionado en la Biblia, a saber, el que construyera Moisés por órdenes precisas de Dios en el desierto de Sinaí. Se refiere a una tienda especial que levantó David para albergar al arca del pacto cuando subió el arca al monte Sion en Jerusalén, una tienda que fue muy especial por varias razones que luego comentaré. Pero primero, repasemos un poquito la historia del arca de Dios. 1

2 Recordarán que siendo Elí ya grande de edad, y Samuel todavía un niño, sirviendo en el tabernáculo que estaba a la sazón en Silo, los israelitas salen a la guerra en contra de los filisteos, liderados por 2 corruptos hijos del sacerdote Elí, Ofni y Finees. Los filisteos ganan la primera escaramuza, por lo q. los israelitas deciden llevar el arca al campo de batalla, pensando que así asegurarían la victoria que la presencia de Jehová representada en el arca les daría. Mas nuevamente Israel es vencido, y el arca capturado por los filisteos y llevada a Asdod. La noticia causa trauma en Israel: la mujer de Finees que estaba encinta no soporta y fallece, no sin antes dar a luz a un niño al q le ponen nombre de Icabod, sin gloria, pues la gloria había traspasado de Israel. El propio suegro, el viejo Elí, recibe la noticia de la muerte de sus dos hijos, pero al escuchar que el arca de Dios había sido tomada, cae hacia atrás de su silla, se desnuca y muere. El arca luego pasa 7 meses en poder de los filisteos. Pero tantos males les causa, ídolos de sus dioses caídos, plagas de ratas, pestes de tumores, todo ello en ciudad tras ciudad, que al fin deciden devolver el arca a territorio israelita, enviándola en una carreta tirada por dos vacas recién paridas (pues desean saber si era por pura suerte, o por intervención divina lo que les estaba pasando), hasta llegar a un pueblo habitado por levitas, llamado Bet-semes. (ver 1 Sam. 4:1-6:12) Desgraciadamente, los mismos levitas, aunque celebran con gran regocijo y con sacrificios de holocaustos el retorno del arca, se atreven a mirar dentro del mueble, lo cual no era permitido; y Jehová los castiga, haciendo morir del pueblo a 50,070 personas. Entonces ni ellos quieren tener el arca, y piden a los del pueblo vecino, Quiriat-jearim, a venir y llevarse el arca, lo cual hacen y la ponen en casa de un tal Abinadab, santificando a su hijo Eleazar para que guarde el arca. (1 Samuel 6:13 7:2) De allí, no sabemos más del arca hasta subir David al trono, quien reina 7½ años en Hebrón, toma la ciudad jebusea de Jerusalén y la establece como su ciudad capital. David ahora desea llevar el arca a su nueva sede, y hace un primer intento de trasladarla de la casa de Abinadab. El intento es sin éxito, debido a que uno de los bueyes tropieza en el camino, el arca se tambalea y la tiene que sostener Uza, hijo de Abinadab. Mas el furor de Jehová se enciende contra Uza, el cual cae muerto al lado del arca; así es que comprende David que estaba haciendo las cosas a su propia manera, no siguiendo las indicaciones de la ley. Entonces David hace llevar el arca a casa de Obed-edom geteo, quien la guarda y la atiende, y dice la Biblia que bendijo Jehová a Obed-edom y a toda su casa. (2 Sam. 6:1-11) Pasan 3 meses, luego de los cuales David con mucha pompa y ceremonia sube el arca a la ciudad de David, y en palabras de 2 Sm 7:17, metieron el arca de Jehová y la pusieron en su lugar en medio de una tienda que David le había levantado, el referido tabernáculo de David. Esta tienda, queridos hermanos, fue un gran 2

3 signo de la maravillosa gracia de Dios, pues los tiempos eran revolucionarios, y David estaba cumpliendo en forma insospechada las promesas dadas a Abraham. David tipifica al mismo tiempo a uno mayor que él, al Hijo de David, quien renovaría todas las cosas. Consideremos la gracia admirable de Dios por lo siguiente: 1.1- La arquitectura de la tienda davídica tan diferente a la del tabernáculo de Moisés tiene gran relevancia. La santidad en grados que caracterizaba el tabernáculo mosaico: sus divisiones en atrio, Lugar Santo y Lugar Santísimo, simboliza las distinciones de santidad que hubo entre diferentes grupos del pueblo del Antiguo Testamento. Se hacía división por espacios entre el pueblo en general, los sacerdotes y el sumo sacerdote. Al atrio podía acudir el pueblo para ofrecer sacrificio. Al Lugar Santo sólo podían entrar los sacerdotes para ministrar ante la mesa de los panes, el candelero y el altar de incienso. Pero en el Lugar Santísimo, únicamente entraba el Sumo Sacerdote, y esto una vez al año, pasando por el velo de separación, para hacer expiación por el pueblo ante el arca, el trono mismo de Dios. (Heb 9:1-7) Gentiles tenían que quedar afuera del tabernáculo, y los levitas porteros armados hacían guardia, a fin de no permitir la entrada de personas no autorizadas. En contraste, la tienda de David aparentemente no tenía más que una sola pieza, y un solo mueble, por lo que no hubo división de espacios ni cortinas de separación. No hubo otro mueble de menor o mayor valor, por lo tanto no hubo otro espacio de menor o mayor santidad; no tenía espacio santo, ni espacio santísimo. Este hecho de que el tabernáculo de David era sin división es una de sus características más sobresalientes. La tienda hecha por Moisés apuntaba al hecho de que Israel quedaba excluido de la presencia inmediata de Dios. En esa tienda la gloria de Dios quedaba escondida dentro de un cuarto interior del tabernáculo, separada del pueblo por el velo y el espacio ocupado por el Lugar Santo. Por el contrario, la tienda de David no tenía división, pues no tenía una primera tienda. Esto nos sugiere que el camino al Lugar Santísimo del que habla la epístola a los Hebreos sí se había manifestado desde los días de David. La tienda de David apunta, pues, hacia el futuro, al santuario no dividido de su Hijo Mayor, con cuya muerte el velo que separaba el templo se rompió para abrir el camino al Lugar Santísimo. (ver Ef 2:18; Heb 9:8; 10:19-22) 1.2- No sólo la arquitectura del tabernáculo de David nos sorprende, sino también los que ministran ante el arca. Siguiendo la línea de pensar que sugiere la arquitectura de la tienda, esperaríamos que el tabernáculo de David ofreciera un acceso más cercano a Jehová que el tabernáculo de Moisés. Nuestra esperanza no es frustrada. En varios lugares de 1 Crónicas 16 se nos señala la ubicación de los ministros levitas: en el v. 4 dice que David puso delante del arca de Jehová ministros de los levitas. En el verso 6 dice que los sacerdotes Benaía y Jahaziel sonaban continuamente las trompetas delante del arca del pacto de Dios. 3

4 Y el verso 37 dice que David dejó allí, delante del arca del pacto de Jehová, a Asaf y a sus hermanos, para que ministrasen de continuo delante del arca. De modo que levitas que no hubieran podido estar ante el arca cuando éste se ubicaba en el tabernáculo de Moisés, ahora gozan de acceso directo y ministran delante del arca, en la presencia de Jehová. No sólo los levitas, sino oh sorpresa! el rey David también tiene libre acceso a la tienda y al arca ahí adentro. Después de llevar el arca a Sion, David se propone edificar un templo como casa permanente para Jehová; pero el Señor, por conducto de Natán, le comunica que sería su hijo quien completaría el proyecto. Después de escuchar las promesas de Dios en voz de Natán, la Biblia dice que David entró y se puso delante de Jehová (2 Sam 7:18). El lugar más obvio para estar delante de Yahvé era dentro de la tienda, delante del arca. Cuando Salomón construye el templo, y se coloca nuevamente el arca en el Lugar Santísimo, no se repite el hecho de que un rey pudiera entrar y estar delante de Jehová. La tienda del arca, pues, no sólo significaba acceso a Dios, sino simbolizaba también la posición del rey davídico. David, como un nuevo Moisés, podía entrar delante de Jehová y hablar cara a cara con él; David, como un nuevo Adán, el hijo de Jehová, podía entrar a hablar con su Padre; David como el ungido del Señor, podía incluso tomar su asiento y estar sentado a la diestra de su Padre Pero además, la gracia de Dios incluye a los gentiles. El que la tienda de David no tuviera división sugiere que sería más accesible a la participación de los gentiles. Es decir, el hecho de que no había velos o muros de separación sugiere no sólo un mayor acceso de israelitas a la presencia de Jehová, sino también acceso para diferentes clases de personas. Podemos esperar, que incluso gentiles se incluirían en el culto de Israel como nunca antes lo habían sido. La gracia de Dios se hace extensiva hacia los gentiles. Nuevamente, nuestra esperanza no se frustra. Los gentiles empezaron a ministrar a Jehová, incluso antes del día de David, pues previo a llegar el arca a Sion, estuvo durante un siglo en la casa de una persona gentil, Abinadab Abinadab de Quiriat-jearim. Este pueblo se identifica en el libro de Josué como un pueblo de gabaonitas (Jos 9:17), que eran cananeos y específicamente hivitas. Recordamos que los gabaonitas fueron los que engañaron a Josué, quien hizo pacto con ellos, pero al descubrir la verdad de que eran cananeos, no tuvo más remedio que respetar su pacto y los designó como ayudantes de los levitas, concretamente como los leñadores/aguadores para los sacrificios (Jos 9). Muy probablemente, pues, Abinadab no era siquiera judío. Pero aun cuando lo haya sido, sabemos que no era levita, pues al morir su hijo Uza, David reconoce que fue por no haber sido levitas los que transportaban el arca (Números 4:15; 1 Crónicas 15:11-15). Luego, si Uza no era levita, tampoco lo fue Abinadab. Mas sin embargo, vemos que por casi un siglo el arca de Dios, el trono de Jehová de los ejércitos, con su tapa de 4

5 oro como propiciatorio, y encima las alas de los querubines, había estado en manos de personas gentiles, sin que aparentemente Dios se haya ofendido por ello. Por supuesto, los gabaonitas habían servido ante el altar antes, pero nunca habían tenido a su cuidado el arca. En realidad, nunca ningún gentil había cuidado del arca, aparte de los filisteos, y éstos salieron muy mal librados. Cómo les iría ahora a los gabaonitas de Quiriatjearim? Aparentemente nunca les pasó ningún mal, y estuvo el arca en casa de Abinadab durante todo el ministerio del profeta Samuel, en los últimos años del reinado de Saúl y los primeros 7 años del reinado de David. En todo este período, pues, hubo una participación sin precedente de parte de personas no levitas en el ministerio ante Jehová y su trono. Cuán grande la gracia del Señor! Hubo otro más, Obed-edom, geteo. Pues bien, al fracasar el primer intento de subir el arca a Sion, según 1 Cr 13:13-14, la llevan a casa de Obed-edom geteo. Y el arca de Dios estuvo con la familia de Obed-edom, en su casa, tres meses; y bendijo Jehová la casa de Obed-edom, y todo lo que tenía. Varios detalles dan evidencia de que Obed-edom también era gentil. Primero, su nombre significa en hebreo siervo de Edom, inimaginable para un israelita. Por otra parte, se le califica de geteo, y en todos los demás lugares esto quiere decir que era originario de la ciudad filistea de Gat. Recordamos que Gat fue la ciudad de Goliat, pero también la ciudad donde se refugia David cuando escapa de Saúl. El rey Aquis en ese tiempo traba amistad con David, hacen un pacto, y David vive en una de las aldeas, llamada Siclag (1 Sam 27:1-7). Al regresar a Judea para asumir el trono, la Biblia dice que 600 valientes filisteos deciden echar suerte con David y se identifican con él. Es muy posible, pues, que Obed-edom haya sido uno de ellos. Imagínense... un filisteo, del pueblo enemigo de Israel, permitido a ser custodio del arca, símbolo de la presencia de Dios! Sí, hermanos, así lo somos nosotros, pues como dice Pablo en Ef 2:12-14, estábamos sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, nosotros que en otro tiempo estábamos lejos, hemos sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación ; de modo que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús por medio del evangelio, del cual yo (casa Iglesia Betel) fui hecho ministro por el don de la gracia de Dios (Ef 3:6) Sucede que al llevar David el arca a Sion, lleva también a Obededom geteo para ministrar ante el arca, primero como portero, como dice en 1 Cr 26:4-6, pues Dios había bendecido a Obededom ; y también como músico. Me preguntarás: qué derecho tiene un geteo para hacer labor de levita? Y te contesto, NINGUNO, sólo por la gracia de Dios. Cuando sale el pueblo de Israel de 5

6 Egipto, leemos en Éxodo que sube con él una grande multitud de toda clase de gentes ; pero leemos que cuando entran a la tierra prometida, sólo son las 12 tribus las que reciben cada una su herencia. Qué había sucedido con esa grande multitud de toda clase de gentes? Obviamente, en los 40 años en el desierto, quedan incorporados dentro de las tribus de Israel. El ejemplo más notable es Caleb, cenezeo, que tuvo parte con la tribu de Judá (Jos 14:6,14; Núm 13:6). Obed-edom geteo, por la gracia de Dios ahora es Obed-edom levita. Obed-edom, pues, sirve como precedente histórico de la esperanza de que los gentiles algún día llegarían a participar en forma más plena en el culto de Israel. Esto lo expresa muy claramente Is. 66: Porque yo conozco sus obras y sus pensamientos; tiempo vendrá para juntar a todas las naciones y lenguas; y vendrán, y verán mi gloria. Y pondré entre ellos señal, y enviaré de los escapados de ellos a las naciones, a las costas lejanas que no oyeron de mí, ni vieron mi gloria; y publicarán mi gloria entre las naciones. Y traerán a todos vuestros hermanos de entre todas las naciones, por ofrenda a Jehová, a mi santo monte de Jerusalén, dice Jehová, al modo que los hijos de Israel traen la ofrenda en utensilios limpios a la casa de Jehová. Y tomaré también de ellos para sacerdotes y levitas, dice Jehová. Así en Isaías 56:6-7: Y a los hijos de los extranjeros que sigan a Jehová para servirle, y que amen el nombre de Jehová para ser sus siervos y abracen mi pacto, yo los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos los pueblos. La incorporación de los gentiles al sacerdocio levítico será, entonces, una de las características centrales de los cielos nuevos y la nueva tierra que Jehová ha prometido crear (66:22). Esto es céntrico a la escatología de Israel. Ya vimos que esto no es algo etéreo, no una promesa imposible de cumplir, no un soplo de aire solamente. Crónicas le da a esta esperanza un local y un nombre. Ese nombre es Obed-edom geteo. Todo por gracia! 1.4- La arquitectura del tabernáculo de David nos sorprende; nos sorprende los que pueden ministrar ante el arca; y más nos sorprende el que gentiles hayan sido privilegiados. Pero nuestra sorpresa aumenta al ver qué hacen estos ministros, pues David organiza a los levitas para dar a Dios delante del arca un culto muy diferente al que se daba en el tabernáculo mosaico. La liturgia se vuelve totalmente nueva! 6

7 Por lo que nos dice la Escritura, no había en el culto mosaico regular cantos ni alabanzas. Solamente sonaban las trompetas en ciertas ocasiones solemnes, y para el Día de Expiación las voces de los que se confesaban se podían escuchar como parte de la ceremonia. Fuera de ello lo que caracterizaba el culto mosaico era su total silencio. Ahora David organiza a los levitas, como dice 1 Crónicas 16:4, para que recordasen y confesasen y loasen a Jehová Dios de Israel. Sigue diciendo, Asaf el primero; el segundo después de él, Zacarías; Jeiel, Semiramot, Jehivel, Matatías, Eliab, Benaía, Obed-edom y Jeiel, con sus instrumentos de salterios y arpas; y Asaf sonaba los címbalos. Los sacerdotes sonaban continuamente las trompetas delante del arca del pacto de Dios (v 6). Vemos, pues, que el culto del tabernáculo de David consistía principalmente de canto. No había sacrificio de animales, solamente sacrificio de alabanza. En el tabernáculo de Moisés imperaba el silencio; ahora en el tabernáculo de David hay canto. Posteriormente, el coro y la orquesta de levitas se incorporarían a la liturgia del templo en los días de Salomón. De modo que cuando los cristianos hoy cantamos himnos y salmos y cánticos espirituales en el culto, somos herederos de la revolución litúrgica de David. Por las misericordias a David, ya no guardamos silencio en el culto, sino que elevamos nuestras voces en alabanza y adoración a nuestro Dios. El salmo que el cronista nos ofrece en 1 Crónicas 16 quizás sea el primer salmo cantado en esta nueva liturgia, y comienza de la manera siguiente (vv 8-10): Alabad a Jehová, invocad su nombre, dad a conocer en los pueblos sus obras. Cantad a él, cantadle salmos; hablad de todas sus maravillas. Gloriaos en su santo nombre; alégrese el corazón de los que buscan a Jehová. (vv 8-10) David, pues, nos enseña a traer a Dios no sacrificios de animales sino sacrificios de alabanza. En palabras del verso 42, todo es para glorificar a Jehová, porque es eterna su misericordia. Entendemos con esto que el ministerio con sacrificios y el culto del sacrificio no cesaron cuando el arca fue puesta en la tienda en Sion. Aun cuando no se derramaba sangre allí, aun cuando no había altar, aun cuando humo no subía; con todo, seguía dándose el sacrificio. El arca había subido a su lugar en Jerusalén; por lo que es ya el principio del fin. En un momento así, lo más natural es el canto. En un momento así, los levitas ofrecen sus cuerpos en sacrificio vivo y suben sus voces a Jehová en una nube de canto. Cuán asombrosa es la gracia de nuestro Dios! Si algo ha hecho Dios en medio de nosotros, por nosotros, con nosotros, a través de nosotros, es sólo por su infinita gracia, pues no hay mérito alguno en ninguno de nosotros. Tomamos como nuestras las frases del apóstol Pablo: por la gracia de Dios soy lo que soy (1ª Cor 15:10); y a mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada esta gracia de anunciar entre los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo (Ef 3:8). 7

8 Pero meditemos de nuevo en nuestro texto (Amós 9:11-12) En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David, y cerraré sus portillos y levantaré sus ruinas, y lo edificaré como en el tiempo pasado; para que aquellos sobre los cuales es invocado mi nombre posean el resto de Edom, y a todas las naciones, dice Jehová que hace esto. Este pasaje nos invita a reflexionar no sólo en la gracia de Dios, sino en una cualidad más que en una reunión como ésta viene a ser motivo de nuestra alabanza, y es la siguiente: 2.0 El tabernáculo de David, signo de la FIDELIDAD eterna de Dios 2.1- Fiel para proteger: En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David, y cerraré sus portillos y levantaré sus ruinas, y lo edificaré como en el tiempo pasado. Amós, pues, nos habla de un retorno futuro a una gloria de antaño, y que para ello se levantará un tabernáculo que estaba caído. David gozó esa gloria cuando dijo: Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo. Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; me ocultará en lo reservado de su morada; sobre una roca me pondrá en alto. Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean, y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo; cantaré y entonaré alabanzas a Jehová. (Sal 27:4-6) También lo vemos en el Salmo 31:19-21 Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, a los que esperan en ti En lo secreto de tu presencia los esconderás ; los pondrás en un tabernáculo a cubierto de contención de lenguas. Bendito sea Jehová, porque ha hecho maravillosa su misericordia para conmigo en ciudad fortificada. David halla su refugio debajo de las alas de los querubines que están sobre el arca de Dios. Refugio de sus enemigos; refugio en la presencia de Dios. Así el Salmo 76:1-3 (de Asaf), Dios es conocido en Judá; en Israel es grande su nombre. En Salem está su tabernáculo, y su habitación en Sion. Allí quebró las saetas del arco, el escudo, la espada y las armas de guerra. De modo que David vivió bajo la protección del Señor, un Señor fiel en medio de las tormentas y vicisitudes de la vida. No hay mejor lugar para estar que en lo secreto de su presencia, en lo reservado de su morada. Así en estos años de existencia como presbiterio o en los de tu ministerio, lo mismo es hoy, y así ha de ser en el porvenir. 8

9 2.2- Dios es fiel para proteger, porque es fiel para recordar. La liturgia de canto que David estableció en su tabernáculo, fue precisamente para celebrar la fidelidad de Dios. Según 1 Crón 16:4, David puso delante del arca de Jehová ministros de los levitas, para que recordasen y confesasen y loasen a Jehová Dios de Israel. El verbo recordasen (o celebrasen), es traducción de una forma del verbo hebreo zakar, que normalmente significa recordar, como en el nombre Zacarías (Jehová recuerda). Específicamente, significa hacer recordar. De modo que el ministerio de música de los levitas tenía el objetivo no sólo de agradar y glorificar a Jehová por medio de acciones de gracias y alabanzas, sino también de hacer que él recuerde su pacto, su testamento, sus promesas. En verdad, Dios es fiel para recordar! También en la ley de Moisés se describe el ministerio de trompetas como una memoria. Según Números 10, Jehová instruyó a Moisés a hacer dos trompetas de plata, las cuales servirían para llamar a la tropa a la guerra, y también en ciertos momentos del culto de Israel. Rezan así los versos 9 y 10: Y cuando saliereis a la guerra en vuestra tierra contra el enemigo que os molestare, tocaréis alarma con las trompetas; y seréis recordados (una forma de zakar ) por Jehová vuestro Dios, y seréis salvos de vuestros enemigos. Y tocaréis las trompetas sobre vuestros holocaustos, y os serán por memoria delante de vuestro Dios. Yo Jehová vuestro Dios. 2.3 Fiel para proteger, fiel para recordar, fiel también para cumplir. Amós usa la figura del tabernáculo de David, más que nada para hablar del plan eterno de Dios para la salvación de todos los elegidos, judíos y gentiles. Amós advierte de que ante la desobediencia de los israelitas, favorecerá a los enemigos de Israel, castigará a su pueblo con el exilio; pero luego los restaurará con predominio sobre todas las naciones ( dice Jehová que hace esto ). Pasando ahora a Hechos 15, vemos que la iglesia primitiva vivía una situación de parte aguas. Hay lugar para los gentiles en el evangelio, o es necesario que se conviertan en judíos por el rito de la circuncisión para ser parte de Cristo? El Concilio que se reúne escucha los testimonios de Pedro, Bernabé y Pablo, quienes afirman que Dios no hace ninguna diferencia, y purifica los corazones de gentiles así como de judíos por la fe en la gracia del Señor Jesús. Luego Jacobo toma la palabra para dar el veredicto, (Hch 15:15-18), y cita precisamente las palabras de Amós: Con esto concuerdan las palabras de los profetas, como está escrito: Después de esto volveré y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído; y repararé sus ruinas, y lo volveré a levantar, para que el resto de los hombres busque al Señor, y todos los gentiles, sobre los cuales es invocado mi nombre, dice el Señor, que hace conocer todo esto desde tiempos antiguos. 9

10 De modo que Amós 9:11-12 es una profecía de la exaltación de Cristo su resurrección y ascensión el tabernáculo de David que sería levantado. Y el tabernáculo se refiere por lo mismo al cuerpo de Cristo, la iglesia, pues los que estamos en Cristo formamos un templo/tabernáculo con él. La iglesia es, pues, morada del Espíritu, un pueblo santo compuesto de piedras vivas, el tabernáculo de David abierto para todos, ofreciendo acceso libre a Dios, ya que no hay división entre judíos y gentiles en la tienda; la iglesia, es, pues, una multitud que expresa su gozo porque han sido incorporados a ella los gentiles. El tabernáculo es la historia de la muerte y resurrección, ruina y restauración, exilio y retorno; o sea, es tipo de la muerte y resurrección del totus Christus. Hoy en día no hay culto separado; pues ambos judíos y gentiles hemos sido unidos en un nuevo hombre, y adoramos juntos en un templo no dividido, el templo que es la iglesia de Cristo. Qué, pues, hermanos? Démosle hoy loor y gloria, por su gracia y por su fidelidad Aboquémonos con nuevo entusiasmo a publicar y proclamar el camino abierto para todos a la presencia de Dios. Adoremos ya no en silencio, sino siempre con cantos de gratitud la gracia y la fidelidad de Dios. Participemos con todas las veras de nuestro ser en la nueva obra q. realiza Dios en nuestro día, en este maravilloso estado de Tabasco, y en toda nuestra amada república, para restaurar el tabernáculo de David, antes caído, hoy por la gracia y por la fidelidad de Dios, levantado. Sólo a Dios la gloria 10