Actualidad Bíblica para todos

Transcripción

1 Actualidad Bíblica para todos Y POR CUANTO SOIS HIJOS Propósito: Recordar que la Iglesia, que somos nosotros, es el Cuerpo de Cristo y Él es la cabeza, por tanto, cada hijo o hija de Dios debe mantener una relación íntima y real de amor con su Padre, por medio del Espíritu Santo, en fe, humildad y obediencia a su voluntad, revelada en su Palabra. Gálatas 4.6, veámoslo en seis distintas traducciones de la Biblia: RV60: Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: Abba, Padre! BLS: Ahora, como ustedes son sus hijos, Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo a vivir en ustedes. Por eso, cuando oramos a Dios, el Espíritu nos permite llamarlo: «Papá, querido Papá». Biblia de Jerusalén 2001: Y, como sois hijos. LBLA: Y porque sois hijos DHH versión Latinoamericana 1996: y porque ya somos sus hijos. BL95: Ustedes ahora son hijos. Gálatas 4.4-7, Biblia de Jerusalén: Pero, al llegar la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que se hallaban bajo la ley, y para que recibiéramos la condición de hijos. Y, como sois hijos, Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: Abba, Padre! De modo que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero por voluntad de Dios. Ser hijo de Dios es la condición, el estado, el don, la posición y la posesión más grande e incomparable, sublime y eterna que Dios le regala a un ser humano. Es el producto, incomprensible a la mente humana, del amor y de la gracia de Dios, según su beneplácito, su soberanía, su santidad y su absoluta voluntad. Todo absolutamente, en todo sentido, en todos los aspectos y detalles, es algo que sólo procede de Dios, en donde no media intervención alguna de la voluntad humana. Por tanto, es un privilegio inmerecido y a la vez, difícil de entender y comprender, porque es divino y de

2 procedencia celestial. Realmente es una buena dádiva y un don perfecto de Dios que se recibe sólo por la fe en la obra redentora del Señor Jesucristo y la revelación del Espíritu Santo. Para ello, tomemos en cuenta que la razón por la cual Dios mandó al Espíritu Santo a nuestros corazones es porque somos sus hijos, para que vivamos por medio de Él. Esto significa que cuando nosotros aceptamos la obra redentora de Cristo y lo recibimos como Salvador y Señor nuestro, por la gracia de Dios y la ayuda directa del Espíritu Santo, nos arrepentimos de nuestros pecados y los dejamos, entonces nacimos de nuevo como hijos de Dios, nacidos de Dios, según Juan y 3.5-6, RV60: Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. Así fue al principio de la iglesia, según Hechos , RV60: Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Observemos el cumplimiento de la Palabra de Dios, leyendo de nuevo Gálatas 4.6, RV60: Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: Abba, Padre! BLS: Ahora, como ustedes son sus hijos, Dios ha enviado el Espíritu de su Hijo a vivir en ustedes. Por eso, cuando oramos a Dios, el Espíritu nos permite llamarlo: «Papá, querido Papá». Sin embargo, muchas veces no lo entendemos ni lo creemos, más bien, lo dudamos y endurecemos el corazón, por lo cual, no vivimos como hijos de Dios sino en constante desobediencia a su voluntad. Y como es obvio, el pecado nos enceguece el entendimiento, nos separa de Dios, contrista al Espíritu Santo y nos aleja cada día de Dios. No obstante y muy a pesar de cualquiera que sea nuestra situación, Dios nos está llamando a reconocer los pecados, Él quiere que nos arrepintamos y dejemos el pecado, es su voluntad que nos volvamos a Él, a la comunión de su Hijo por medio de la comunión del Espíritu Santo, para entrar en una relación de amor con Él, como nuestro Padre y nosotros como sus hijos amados, por eso nos ha dejado su palabra para instruirnos y enseñarnos acerca de cómo vivir para Él. 2

3 Santiago , RV60: Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. Humillaos delante del Señor, y él os exaltará. 1ª de Juan , RV60: Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros. Apocalipsis 2.4-5, RV60: Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido. Salmo , NVI: Dichoso aquel a quien se le perdonan sus transgresiones, a quien se le borran sus pecados. Dichoso aquel a quien el Señor no toma en cuenta su maldad y en cuyo espíritu no hay engaño. Mientras guardé silencio, mis huesos se fueron consumiendo, por mi gemir de todo el día. Mi fuerza se fue debilitando como al calor del verano, porque día y noche tu mano pesaba sobre mí. Pero te confesé mi pecado, y no te oculté mi maldad. Me dije: "Voy a confesar mis transgresiones al Señor", y tú perdonaste mi maldad y mi pecado. Pero, además, preguntémonos: Para qué nos ha dado Dios su Espíritu? - Para que tengamos una relación de Padre a hijo y de hijo a Padre: Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: Abba, Padre! Gálatas 4.6, RV60. - Para amarnos: porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado. Romanos 5.5, NVI. - Para morar en nosotros: O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? - 1ª a los Corintios 6.19, LBLA. - Para enseñarnos y recordarnos sus enseñanzas: Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les hará recordar todo lo que les he dicho. Juan 14.26, NVI. 3

4 - Para guiarnos a glorificar y conocer más de Jesús: Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad, porque no hablará por su propia cuenta sino que dirá sólo lo que oiga y les anunciará las cosas por venir. Él me glorificará porque tomará de lo mío y se lo dará a conocer a ustedes. Todo cuanto tiene el Padre es mío. Por eso les dije que el Espíritu tomará de lo mío y se lo dará a conocer a ustedes. Juan , NVI. - Para que podamos vencer los deseos de la carne: Porque si vivís conforme a la carne, habréis de morir; pero si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Romanos 8.13, LBLA. - Para guiarnos como a sus hijos: Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios. Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud para volver otra vez al temor, sino que habéis recibido un espíritu de adopción como hijos, por el cual clamamos: Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios Romanos , LBLA. - Para guiarnos a orar como conviene: Y de la misma manera, también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; porque no sabemos orar como debiéramos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles; y aquel que escudriña los corazones sabe cuál es el sentir del Espíritu, porque El intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios. Romanos , LBLA. Quieres tener una verdadera relación de Padre a hijo y de hijo a Padre con Dios, en una relación personal e íntima por medio del Espíritu Santo, en Cristo Jesús? Dios bendice a los que obedecen su voluntad, reconcíliate con Él, vuélvete a Dios, ajusta tu vida a su voluntad. Disfruta su amor y su presencia. Por favor, estudia su Palabra con humildad, fe y obediencia. - Estudia estos pasajes bíblicos: Romanos 8 y 12, Gálatas 5; y también las siguientes cartas apostólicas: Efesios, Filipenses, Colosenses, Santiago, 1ª y 2ª de Pedro y 1ª, 2ª y 3ª de Juan. Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: Abba, Padre! Propósito: Recordar que la Iglesia, que somos nosotros, es el Cuerpo de Cristo y Él es la cabeza, por tanto, cada hijo o hija de Dios debe mantener una relación íntima y real de amor con su Padre, por medio del 4

5 Espíritu Santo, en fe, humildad y obediencia a su voluntad, revelada en su Palabra. Para que una Iglesia local se desarrolle como Cuerpo d Cristo y llegue a conocer la Voluntad de Dios y realizar los propósitos de Dios, cada uno de sus miembros, o sea cada hijo o hija de Dios debe tener y mantener una relación íntima de Amor con Dios, en Cristo, por medio de la comunión del Espíritu Santo, como está revelado en la Palabra de Dios. De todo corazón y por el amor de Dios, recomiendo a cada hijo de Dios que haga el curso bíblico Mi Experiencia con Dios. Ese curso ayuda a comprender mejor lo que es vivir definitivamente por Dios y para Dios. Por tanto, hágalo! 5