LA LÍRICA POSTERIOR A LA GUERRA CIVIL

Transcripción

1 LA LÍRICA POSTERIOR A LA GUERRA CIVIL En los años anteriores al estallido de la Guerra Civil ( ), la literatura española había llegado a tales niveles que algunos no han dudado en hablar de un segundo Siglo de Oro. Dentro del campo de la poesía, a los grandes maestros (Machado, Juan Ramón Jiménez) se unía la calidad técnica de los poetas del 27 y el brote de una nueva promoción de jóvenes poetas que iban a publicar sus primeras obras en torno a 1935 ó 1936, destacando entre ellos la figura de Miguel Hernández. La guerra civil, pues, cortó bruscamente las líneas poéticas que a la altura de 1936 se mostraban en toda su variedad y riqueza y consecuentemente, cambió el signo de la poesía española posterior. La primera consecuencia es la dispersión de los autores. No pocos poetas, sobre todo aquellos que habían asumido un papel destacado en la política cultural e ideológica durante el periodo de la República, se vieron en la necesidad de asegurar sus vidas, primero en las regiones controladas por la República (mientras duró la Guerra Civil), después en el exilio. A este grupo se sumarían después otros poetas (principalmente, de generaciones posteriores), que abandonaron el país por razones ideológicas (rechazo al régimen franquista y a la aplicación de la censura). Así, tenemos a dos grupos claramente diferenciados, que siguieron una evolución distinta. Por un lado, tenemos la España del interior, a su vez dividida en vencidos y vencedores y, por otro lado, la España peregrina, quebrantada y dispersa. Entre los poetas que, fieles a la República, optaron voluntaria o violentamente por el exilio hay que nombrar a Juan Ramón Jiménez, a León Felipe y a la mayor parte de los poetas del 27: Salinas, Guillén, Cernuda, Alberti, Prados, Altolaguirre. No se puede concebir la poesía del exilio como un bloque monolítico, puesto que su característica más llamativa es la diversidad. Pese a esto, puede intentar sintetizarse un rasgo común: la preocupación por la patria dejada atrás. España como patria perdida fue el tema clave y ante él se adoptaron dos actitudes: en el primero predomina un tono apasionado, desgarrado y violento que acogía la negación de la patria abandonada e imprecaciones contra los vencedores, tal como se ve en los poemas de Albeti o León Felipe. Más adelante, la distancia transforma la exasperación en nostalgia de la patria perdida, al tiempo que se recuerda a los amigos muertos y a las tierras lejanas. Esta nueva actitud propia una poesía más honda y reflexiva, la aparición de nuevos temas y la recuperación del espacio interior, es decir, del mundo personal del poeta, que aparece en libros verdaderamente trascendentales, entre los que cabe citar El contemplado, de Pedro Salinas y En el otro costado, de Juan Ramón Jiménez. En cuanto a la evolución de la poesía que se hizo en España, se puede trazar una panorámica en la que se suceden generaciones poéticas con rasgos literarios comunes y que fueron copando el protagonismo en sucesivas décadas. 1.- LA POESÍA EN LOS AÑOS 40 Acabada la Guerra Civil, los poetas decidieron adoptar diferentes posturas, que podemos reunir en cinco grupos o tendencias: 1.1.Generación del 36 o Grupo Escorial: poesía arraigada La lírica de posguerra la inician dentro de la Península poetas que habían surgido inmediatamente antes de la contienda. Se trata de un grupo nido por la amistad y la poesía y formado fundamentalmente por Luis Rosales (La casa encendida), Luis Felipe Vivanco (El descampado), Leopoldo Panero (Escrito a cada instante) y Dionisio Ridruejo (Sonetos a la piedra). Entre las características más llamativas de este grupo cabe citar: a. La vuelta al intimismo, a la intimidad cotidiana, que incluye una poesía arraigada en el terruño natal, en la familia y en Dios.

2 b. Un formalismo clasicista en sus comienzos que parte de la métrica tradicional -el soneto- y de las fórmulas poéticas del Siglo de Oro. c. Un lenguaje deliberadamente sencillo y cotidiano. 1.2.Garcilasistas El grupo de los garcilasistas nace en torno a la revista Garcilaso y reúne nombres como el de José García Nieto, fundador de la publicación. Las características del garcilasismo son, entre otras: a. Reviviscencia del Cancionero del siglo XVI y del neopopularismo de Alberti y Lorca. b. Predominio de la poesía sacra y religiosa; empleo de tópicos amorosos en torno a la ausencia, pérdida o desdén de la amada; recurrente evocación del paisaje castellano contemplado como expresión de espiritualidad. c. Visión positiva del mundo que calla la penosa realidad del momento. 1.3.La poesía desarraigada 1944 es un año clave, considerado por algunos como el verdadero comienzo de la poesía de posguerra. La reacción contra el garcilasismo la encarnó una revista, Espadaña. Pero son dos poetas del 27 los que impulsaron esta renovación estética: Dámaso Alonso y Vicente Aleixandre. Hijos de la ira, de Dámaso Alonso, fue el gran libro del decenio; un grito de protesta en sentido amplio en el que el poeta vierte su angustia en una poesía desarraigada. Aleixandre, en Sombra del Paraíso, reconstruyó el mito del Paraíso perdido o no alcanzado. 1.4.Poesía existencial Bajo el marbete de poesía existencial se aglutina una serie de nuevas voces que, o bien son de tendencia realista y adoptan una actitud ética de compromiso existencial e histórico, al tiempo que rehúyen el esteticismo formal; o bien son de tendencia metafísica e intentan bucear en los esenciales humano. Entre los primeros destacan obras y autores como Gabriel Celaya (Tranquilamente hablando) o Blas de Otero (Ángel fieramente humano). Entre los segundos, Vicente Gaos (Sobre la tierra) o Carlos Bousoño (Primavera de la muerte). 1.5.Voces disidentes Al margen de las líneas dominantes, la lírica ofreció en los años 40 algunas otras manifestaciones que sólo en los años setenta fueron revalorizadas. a.- El postismo El postismo es un movimiento heredero de los demás ismos que protagonizaron la Vanguardia, con respecto a la que el postismo se sitúa como último movimiento (de ahí son nombre: post-ismo). Uno de sus promotores fue Carlos Edmundo de Ory. Entre los rasgos más llamativos del postismo anotamos: a. Su carácter experimental. b. Su defensa de la imaginación y el humor. c. Su conexión con el vanguardismo de preguerra. b.- La corriente surrealista Hubo poetas voluntariamente adscritos al surrealismo que, quizá por lo que este movimiento tenía de subversivo, fueron relegados o silenciados. Sólo en años recientes se ha recuperado la obra de estos poetas, entre los que cabe destacar a Juan Eduardo Cirlot. c.- El grupo Cántico Alrededor de la revista cordobesa Cántico surgen una serie de voces, como la de Pablo García Baena, caracterizadas por: a. La presencia abrumadora de un intimismo de contenido culturalista.

3 b. Un refinamiento formal. c. El tratamiento vitalista del tema amoroso. 2.- LA POESÍA EN LOS AÑOS 50: LA POESÍA SOCIAL La poesía social, continuando la línea iniciada por la poesía desarraigada de la década anterior, es un arte de urgencia que se ve motivado por la situación sociopolítica del país, a cuya transformación quiere contribuir mediante la denuncia de la opresión y la injusticia. Cuando el poeta toma conciencia de la realidad histórico-social, la poesía se convierte en testimonio y denuncia, e incluso en un instrumento para transformar el mundo. Entre sus características destacan: a. Parte de una concepción realista de la literatura. b. Sus fines son: constituirse en testimonio crítico de la época, redimir a los humildes y transformar la sociedad en otra más justa. c. La poesía se define como comunicación y se dirige a la inmensa mayoría. d. Posee un tono narrativo y un estilo sencillo, coloquial y directo. e. El tema es el eje de la composición. La solidaridad con el proletariado, la represión política, las injusticias sociales, la lucha por la libertad...son algunos de sus temas. Entre los poetas más destacados figuran: Eugenio de Nora (España, pasión de vida), Blas de Otero (Pido la paz y la palabra), José Hierro (Cuanto sé de mí), Gabriel Celaya (Cantos iberos) o Victoriano Crémer (Nuevos cantos de vida y esperanza). 3.- LA PROMOCIÓN DE LOS 60 A mediados de los 50, hace su aparición un nuevo grupo de poetas que, sin renunciar al compromiso, consideran que esto no debe implicar una renuncia a la condición del poema como objeto literaria y, por ello, juzgan necesario elevar la calidad artística de las composiciones poéticas, cuidar más el estilo. Se denominan promoción de los 60 debido a que ésta es la década en la que se consolidan como poetas, aunque también se les conoce como la Generación poética del 50 o del medio siglo, porque es en este periodo cuando comienzan a publicar. Entre los aspectos generales caben señalar los siguientes: a. Parten de los presupuestos de la poesía social, pero pronto se inclinan más hacia la persona. A diferencia de la poesía que los precedió (que hablaba desde un nosotros), parten del yo para poetizar la circunstancia, de ahí la importancia de lo autobiográfico en esta poesía. b. Entre sus influencias destacan: los españoles Antonio Machado, Luis Cernuda, y los hispanoamericanos Pablo Neruda y César Vallejo. c. Intentan una dignificación del lenguaje poético, convirtiendo el lenguaje coloquial en artístico. d. Los asuntos más frecuentados son: la evocación de la infancia y de la adolescencia como paraíso roto (en casi todos ellos este periodo coincide con el conflicto bélico); el fluir del tiempo; el amor y la amistad; los asuntos políticos y la reflexión sobre la palabra poética. Los autores fundamentales son: Ángel González (Tratado de urbanismo), José María Caballero Bonald (Descrédito del héroe), Carlos Barral (Diecinueve figuras de mi historia civil), José Agustín Goytisolo (Salmos al viento), Jaime Gil de Biedma (Moralidades), José Ángel Valente (La memoria y los signos), Francisco Brines (Palabras a la oscuridad), o Antonio Gamoneda (Descripción de la mentira). 4.- LA POESÍA EN LOS AÑOS SETENTA: LOS NOVÍSIMOS En 1970, José María Castellet quiso dar cuenta del nuevo clima poético juvenil con una antología titulada Nueve novísimos poetas españoles. En el prólogo, habla de ruptura y de cambio radical. La poesía novísima no fue la única tendencia existente entre los jóvenes, pero sí la dominante,

4 a la que de forma despectiva se tildó de estética veneciana o venecianismo. Los poetas novísimos comparten los siguientes rasgos estéticos: a. Culturalismo y esteticismo: a la poesía afluyen lecturas, conocimientos, hechos culturales..., que llenan el poema de títulos y nombres propios, en un verdadero alarde de exhibicionismo cultural. b. Incorporación de la sensibilidad camp, es decir, un gusto por las mitologías creadas por los mass media o por la innovación. Estos autores participan de la creación de una mitología popular que incluye el mundo del cine, el deporte, el cómic, la política... c. Recuperación de la tradición vanguardista de los años veinte: despreocupación hacia las formas tradicionales, evitación del discurso lógico por medio de la escritura automática o técnicas de collage, experimentación sobre la estructura del lenguaje, desmitificación del lenguaje cotidiano, aprovechamiento de recursos rítmicos y musicales del lenguaje... Entre los poetas novísimos podemos destacar a: Manuel Vázquez Montalbán, Félix de Azúa, Pere Gimferrer, Guillermo Carnero, Ana María Moix, Leopoldo María Panero, Luis Antonio de Villena LA POESÍA A PARTIR DE 1975 La fecha de 1975 marca en la historia española reciente un antes y un después. En dicha fecha, la llamada estética veneciana de los novísimos puede darse por terminada. Los mismos novísimos han evolucionado y se dan a conocer algunos poetas de la misma generación ajenos a la estética entonces dominante como Ana Rosseti. la experiencia estética de la realidad. De ahí derivan las diferentes características: a. Concepción del poeta como una persona normal. b. Reivindicación de las viejas nociones de realismo y verosimilitud. c. Predominio de los temas y situaciones de carácter realista, es decir, los que afectan al hombre contemporáneo en su vida diaria. d. El lenguaje se orienta hacia lo coloquial para facilitar el acceso al lector común. e. Monólogos dramáticos o soliloquios reflexivos que acentúan el carácter meditativo de la poesía. f. Uso de las formas métricas tradicionales. g. Relectura de la tradición. La antología poética La otra sentimentalidad (1983) fue el pistoletazo de salida de esta nueva poesía, que lideraban autores como Luis García Montero o Jon Juaristi. 5.2.Otras corrientes Desde los años ochenta, encontramos diferentes corrientes poéticas como son: la poesía elegíaca, el neoimpresionismo, el neosurrealismo, la poesía del silencio, la poesía trascendente, la poesía épico-lírica. Figuras destacadas de las últimas generaciones de poetas son: Vicente Gallego, Carlos Marzal, Luis Muñoz o Ada Salas, entre otros. 5.1.Poesía de la experiencia A principios de los ochenta surge una nueva poesía realista que ha recibido el nombre de poesía de la experiencia, una poesía relacionada con

5 TEXTOS Insomnio Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas).] A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace 45 años que me pudro,] y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros, o fluir blandamente la luz de la luna.] Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como un perro enfurecido, fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla.] Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por qué se pudre lentamente mi alma,] por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid,] por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo. Dime, qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre? Temes que se te sequen los grandes rosales del día, las tristes azucenas letales de tus noches?] (Dámaso Alonso) La poesía es un arma cargada de futuro Cuando ya nada se espera personalmente exaltante, mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia, fieramente existiendo, ciegamente afirmado, como un pulso que golpea las tinieblas, cuando se miran de frente los vertiginosos ojos claros de la muerte, se dicen las verdades: las bárbaras, terribles, amorosas crueldades. Se dicen los poemas que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados, piden ser, piden ritmo, piden ley para aquello que sienten excesivo. Con la velocidad del instinto, con el rayo del prodigio, como mágica evidencia, lo real se nos convierte en lo idéntico a sí mismo. Poesía para el pobre, poesía necesaria como el pan de cada día, como el aire que exigimos trece veces por minuto, para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica. Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan decir que somos quien somos, nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno. Estamos tocando el fondo. Maldigo la poesía concebida como un lujo cultural por los neutrales que, lavándose las manos, se desentienden y evaden. Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse. Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren y canto respirando.

6 Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas personales, me ensancho. Quisiera daros vida, provocar nuevos actos, y calculo por eso con técnica qué puedo. Me siento un ingeniero del verso y un obrero que trabaja con otros a España en sus aceros. Tal es mi poesía: poesía-herramienta a la vez que latido de lo unánime y ciego. Tal es, arma cargada de futuro expansivo con que te apunto al pecho. No es una poesía gota a gota pensada. No es un bello producto. No es un fruto perfecto. Es algo como el aire que todos respiramos y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos. Son palabras que todos repetimos sintiendo como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado. Son lo más necesario: lo que no tiene nombre. Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos. (Gabriel Celaya) Cruzo un desierto y su secreta desolación sin nombre. El corazón tiene la sequedad de la piedra y los estallidos nocturnos de su materia o de su nada. Hay una luz remota, sin embargo, y sé que no estoy solo; aunque después de tanto y tanto no haya ni un solo pensamiento capaz contra la muerte, no estoy solo. Toco esta mano al fin que comparte mi vida y en ella me confirmo y tiento cuanto amo, lo levanto hacia el cielo y aunque sea ceniza lo proclamo: ceniza. Aunque sea ceniza cuanto tengo hasta ahora, cuanto se me ha tendido a modo de esperanza. (José Ángel Valente) Canción para Billie Holiday Y la muerte nadie la oía pero hablaba muy cerca del micrófono Con careta antigás daba un beso a los niños Lady Day las gaviotas heridas vuelven a la luz del puerto Extraña fruta en el aire el crepúsculo se ausenta Con una espada con un guante con una bola de cristal la pecera magnética la cueva del pasado el submarino bajo las mareas que fulgen]

7 Lady Day cuánto amor en una juventud cuántos errores cuántas tardes hablando qué deseo qué eléctricos jazmines] cuántos cow-boys muertos como trovadores la sonrisa en los labios que se tiñen de sangre] los gritos en las calles las manifestaciones disueltas bajo el arco voltaico del poniente y los lóbregos edificios irreales] Lady Day el amor como una libélula cazador de libélulas Lady Day qué despacio nos viene la experiencia todo cobra un sentido se ordena como el paisaje en los ojos cuando recién despiertos corremos las persianas] o intentamos ordenar las palabras de un poema Lady Day Animales heridos en el bosque nuestros ojos qué piden qué desean qué desea esta voz en el viento de otoño un lebrel o su presa disueltos en la fría oscuridad del tiempo escamoteados como naipes de una baraja los años de nuestra juventud Con dos vueltas de llave cerraron la cocina No nos dan mermelada ni pastel de cereza ni el amor ni la muerte extraña fruta que deja un sabor ácido. (Pere Gimferrer)