Nueva Cátedra de Psicopatología I Ciclo Nociones introductorias al psicoanálisis

Transcripción

1 Ciclo: Nociones Introductorias al Psicoanálisis Clase Inaugural 2013 Fabián Naparstek Iniciamos hoy una actividad nueva de la cátedra. Lo hemos decidido fundamentalmente a partir de los aportes de los alumnos que recibimos los 2 primeros años de cursada, quienes con mucho interés fueron criticando, proponiendo, diciendo lo que les parecía apuntar y a partir de eso armamos este espacio. De hecho existía, pero nunca lo habíamos utilizado para dar lo que va a ser este ciclo de no se qué titulo ponerle, no pensé en el titulo, pero tiene que ver con Nociones Introductorias del Psicoanálisis. Hoy también realizamos lo que denominamos la apertura oficial del ciclo lectivo Más allá de que todos ya estuvieron cursando en los diferentes espacios, decidimos darle un lugar particular a la inauguración del ciclo lectivo. Seguramente esto nos va a llevar tener que hacer una actividad de cierre a fin de año también. Así es que hoy están presentes muchos de los docentes de la cátedra, a quienes agradezco la presencia; veremos durante el transcurso de la clase si alguno tiene interés de intervenir podemos aprovechar que están presentes, no solamente para que escuchen sino que puedan participar. Bien, hay varios temas que podrían permitirles contar con herramientas para entender un poco mejor algunas la nociones que intentamos de trasmitir a lo largo de la cursada. No perdemos de vista que estamos en psicopatología; que el centro de la atención es la psicopatología, que no se trata del psicoanálisis en tanto tal. Lo he planteado en un teórico que seguramente han podido leer; mi idea - compartida con los docentes - es que el psicoanálisis permite dar un paso más en el campo de la psicopatología y por eso le damos el lugar que tiene en la materia. Especialmente en el campo que Jaspers define como psicopatología, cosa que no voy a repetir hoy aquí, a mi modo de ver las cosas es el psicoanálisis el que toma la posta de la propuesta de Jaspers. Es decir, todo lo que trabajemos del psicoanálisis tiene que estar al servicio de poder captar el campo de la psicopatología. Y captar el campo de la psicopatología es necesario para la dirección de la cura, no cabe duda que hacer un diagnóstico es en si mismo un acto clínico. Quizás sea el primer acto clínico; a partir de que uno tiene un diagnostico es que puede imprimir una orientación a la dirección de la cura. No es sin un diagnóstico clínico. Quizás el primer acto clínico tiene que hacer cualquier psicoanalista o psicólogo clínico, es el acto del diagnóstico. Aunque no sea necesariamente diagnostico de neurosis, psicosis o perversión; mínimamente un 1

2 diagnostico de con quién estamos hablando, como lo planteaba también en el teórico: el diagnóstico del sujeto. Es en este sentido que el psicoanálisis debería ser un aporte. Una indicación que también di en el teórico a la noche, es sobre la relación que tiene que haber entre lo universal y lo singular. Los diagnósticos, en general, no dejan de ser - y no hay porque escaparle a eso - una clasificación universal. Cuando uno diagnostica es bajo ciertas categorías, está poniendo a la persona en un grupo, el grupo X. Se podría decir la paranoia, la esquizofrenia, la neurosis, etc. Cualquier clasificación que uno haga implica poner a alguien dentro de un grupo y siempre implica la clasificación universal. Suponemos que todos los que están en X cumplen determinados requisitos, sin todavía tener necesariamente las características singulares de ese sujeto. Y, también dentro de la cátedra, partimos de la idea de que no hay manera de hacer un diagnostico si no es en esta intersección de lo singular y lo universal. Quiero decir que hace falta tener la presencia de un sujeto, una entrevista, mínima; por lo menos en principio, hay ciertas contingencias de la vida que pueden llevar a que alguien haga entrevistas un poco más fuera de lo común, pero en general se trata de la presencia efectiva de la persona. Digo esto porque podría pasar que alguien llame por teléfono, que quiera tener una entrevista vía skype o todas esas cosas que suelen suceder, pero en principio partimos de la idea de que hace falta estar cuerpo a cuerpo en una entrevista para poder obtener este diagnostico. Y que en este diagnostico tenemos ciertas categorías universales que nos orientan; pero además tenemos el discurso del sujeto que se nos presenta, que - hay que decirlo - no encaja nunca del todo con las categorías universales que tenemos. No es que no encaja a veces. No encaja nunca. Y, también hay que decirlo, cada sujeto singular tiene una manera singular de cuestionar las categorías universales. Independientemente de que uno pueda decir paranoia. Ustedes van a trabajar en esta parte de la cursada el caso Schreber, que dentro de la obra de Freud es el caso princeps de la paranoia, cuando no se trataba de una paranoia. No solamente no encaja del todo, sino que además no era una paranoia. El psicoanálisis tiene la idea de que en esta intersección, entre lo singular y lo universal, se puede producir una elaboración de lenguaje que nos permita ir avanzando en nuestras categorías psicopatológicas. Quiero decir que gran parte de nuestra elaboración no es más que una elaboración sobre el discurso de nuestros pacientes. No es que esto surge de la estratosfera, de cualquier lugar, que a alguien se le ocurrió; sino que a partir de lo que los pacientes mismos nos cuentan es que podemos hacer elaboraciones conceptuales como lo propone Jaspers. Ubicada esta primera indicación general, anuncio los temas que vamos a trabajar, por lo menos en este primer ciclo de tres encuentros que van a ser este lunes y los siguientes. Después 2

3 van a tener en la página que es lo que va a suceder todos los lunes a las 6 de la tarde. No solamente va estar este ciclo, si no que va a haber otras actividades. Dos temas que vamos a ver, al menos en estas primeras dos clases: en la primera, se los digo de esta manera, vamos a trabajar alrededor del tema que fue nombrado por Lacan como goce. Ahora voy a justificar esto. La segunda, va estar relacionada a lo que Lacan ubica en diferentes momentos de su enseñanza como tres dimensiones, tres registros. Que son lo real, lo imaginario y lo simbólico. Yo tengo la idea - no es la primera impresión cuando leen a Lacan - que Lacan tiene la función, además de hacer sus propios aportes, de aclarar las nociones del psicoanálisis. Ustedes me dirán, yo leo Lacan y no entiendo, desde que dice hola hasta que termina la clase no entiendo nada. Efectivamente tiene un modo discursivo que no es muy común, no es muy habitual. Y cuando escribe, quizás aun más. Pero mi idea del asunto la he obtenido de la experiencia, de seguir los ordenamientos que realiza Lacan, fundamentalmente en su primera enseñanza que es un intento como él mismo lo dice de leer a Freud. Aclara mucho la clínica y van a ver ustedes con respecto a la psicopatología; cómo aclara el campo, por ejemplo, de la psicosis. Como da un paso central dentro del campo de la psicopatología. Los dos temas que elegí para este comienzo, tienen estas características: tanto los tres registros que, como Lacan dice, son ordenamientos, son registros. Sirven para ordenar el campo de lo que Freud había trabajado en toda su obra. Y lo que Lacan llama goce no va a ser más que una idea freudiana. Freud no la nombró de esa manera a lo largo su obra, vamos a ver de qué manera lo hizo; ustedes seguro la van a reconocer, es una idea central para dividir dos campos dentro de lo que podríamos llamar el campo psi. Por lo menos en lo tiene que ver con lo terapéutico y con la psicopatología. Hay una idea en Freud - que está muy ligada a la noción de pulsión sobre la cual vamos a hablar ahora - que para decirlo rápidamente: muestra, en contra de toda una tradición del pensamiento por lo menos de Aristóteles en adelante, que la satisfacción y el bien del individuo no van de la mano. No van juntos. Esto quiere decir que alguien puede obtener satisfacción en algo que no le hace ningún bien. Ustedes dirán: no le hace ningún bien, para quién?. Porque quién determina qué es un bien? y tenemos toda una problemática. En principio partamos de la idea de que no le hace ningún bien entendido así para el mismo individuo. Que es algo de la clínica de todos los días, hay gente que viene a vernos porque hacen cosas que no le hacen bien, y que a la vez no pueden dejar de hacer. Freud tenía esta idea, casi básica, que si alguien hace algo sistemáticamente a sabiendas de que no le hace bien pero no lo puede dejar, es que obtiene alguna satisfacción. 3

4 Es una deducción clínica de Freud; que hoy más o menos está instalada en nuestra cultura nacional. Si alguien hace algo que no está muy bien para esa persona, uno supone que es para llamar la atención, querrá tal cosa. Es que uno ya le supone alguna intención a la cuestión. No era tan así en la época de Freud. Pero con un agregado más, que decir que eso implica alguna satisfacción no es solamente que quiera llamar la atención. Lo que Freud plantea es que no le trae ningún tipo de beneficio. Ni llamar la atención, porque uno podría suponer que llamar la atención podría llegar a ser un beneficio para el individuo. Lo digo de otra manera: Freud demuestra, de múltiples formas y en contra del sentido común, que los niños meten los dedos en el enchufe y, a pesar de lo que uno creería que entonces va a aprender, a la vez siguiente va a meter los mismos dedos en el mismo enchufe que la primera vez. Y para peor, a la tercera vez ya van a estar desesperados por ir a meter los dedos en el enchufe, en el mismo enchufe que la segunda vez. Y cada vez, lo va a querer a hacer más rápido y van a querer volver muchas más veces al mismo enchufe a meter los dedos ahí. Por qué digo que esto divide el campo psi? Como primera cuestión: porque esto va en contra de toda idea de aprendizaje. La idea de Freud es que el sujeto, en un punto, en lo que tiene que ver con la satisfacción, no aprende. Pero no es que no aprende porque Freud piensa: este tipo es un tarado. El sujeto sabe muy bien lo que está haciendo, sabe muy bien que eso le hace mal. En algunos casos sabe muy bien que eso lo lleva a la muerte y sin embargo no puede dejar de hacerlo. No les estoy diciendo nada que los vaya a sorprender, es de la vida cotidiana. Es tan de la vida cotidiana, que a veces es sorprendente que haya todo un mundo psi armado sobre la idea de que el sujeto aprende. Que podría haber una terapéutica de la conducta. Que si nosotros le damos electroshock a alguien va a aprender que eso no lo tiene que hacer más y, paradójicamente, no solamente no va a dejar de hacerlo, sino que además va pedir más electroshock. Es decir que esta primera idea, tan simple pero en un punto revolucionaria del pensamiento - por lo menos occidental - hasta la época de Freud, divide aguas claramente en la actualidad. En todo caso si pensamos en las conductas, al menos Freud no las piensa al modo del animal: que de tantas veces que le damos un golpecito en el hocico va a aprender eso no se hace así. Entonces, primera idea de dónde Lacan saca esta noción de goce es de la noción de pulsión de Freud, con al menos tres características de la pulsión: Una característica para Freud es que la pulsión no tiene objeto. Esto es equivalente a decir que no hay un objeto predeterminado por la especie. Es decir, la especie humana no dice cual va ser el objeto de la pulsión de cada uno. Lo cual no quiere decir que después de un tiempo quizás 4

5 se instale un objeto para cada individuo y sea lo más fijo que hay, pero no es un objeto predeterminado por la especie. Lo que tiene que ver con lo sexual lo vamos a ver más adelante también. El sujeto humano puede encontrar satisfacción sexual de diversas formas. Hay gente que encuentra satisfacción sexual con gente de otro sexo, hay gente que encuentra satisfacción sexual con gente del mismo sexo, hay gente que encuentra satisfacción sexual con objetos, etc. Lo que dice Freud, justamente, está tomado de esto, de que no hay algo predeterminado por la especie; pero una vez que se instala un objeto, difícilmente sea cambiable para ese sujeto. Entonces primera característica: no hay un objeto predeterminado por una especie. La segunda característica, es que la pulsión no encuentra nunca una satisfacción total. Y ésta característica tiene una consecuencia; que, como nunca se encuentra una satisfacción total, nunca se deja de buscar la satisfacción total. La tercera característica. Freud habla de la anarquía de las pulsiones. Esto quiere decir que para Freud, la pulsión se satisface a sí misma, independientemente de toda otra pulsión y de toda dirección que no sea buscar la satisfacción de sí misma. Se los digo de otra manera, también Freud lo plantea así, la pulsión es acéfala es decir que no responde a ninguna autoridad, a ningún jefe que le dé órdenes. Freud da un ejemplo que todos deben conocer, los labios se besan así mismos. A mi gusto es una ironía freudiana, que indica efectivamente que lo que importa ahí no es el objeto, poco importa si se chupa el dedo, si es el pecho, si es la punta de la sábana, lo que sea. Lo importante es que la pulsión haga su recorrido de búsqueda de la satisfacción, y eso es independiente para Freud de la persona misma. Esta es la idea de Freud que la pulsión es la acéfala, la pulsión es independiente de la persona. Es más, la manera que tenemos de vivir la pulsión, es que la pulsión encuentra satisfacción a expensas nuestras. Si ustedes quieren, la pulsión oral - les pongo ejemplos cotidianos - que se satisface al fumar, a expensas de la persona. Eso que la persona dice: yo quiero dejar de hacer eso, pero sin embargo no puedo. Hay algo que se satisface ahí mas allá de lo que uno quiere. Yo no quiero seguir poniendo los dedos en el enchufe, sin embargo eso me produce unas cosquillas en el cuerpo y no puedo dejar de hacerlo. Es algo que también deben haber leído de Freud cuando, por ejemplo, el describe ese plus de satisfacción que hay cuando el bebe se queda chupeteando. No tiene nada que ver con la alimentación, con ninguna necesidad, sino que hay una satisfacción, un plus ahí que si uno se quedara toda la vida chupándose el dedo, se entienden cuales son las consecuencias. Freud lo 5

6 describe de entrada. Lacan lo dice mucho tiempo después. Dice: esa satisfacción no sirve para nada; define eso como el goce, como lo que no sirve para nada. No tiene ninguna utilidad. La manera que tiene Freud de detectar esto, es fundamentalmente a partir de lo que llamó la repetición. Si uno se tropieza en la calle con una piedra y pasó, pasó. Pero si uno se tropieza todos los días con la misma piedra, a sabiendas que está la piedra ahí y que hay que levantar la pierna para pasarla por arriba; entonces Freud dice que ahí hay algo de otro orden. Vean cualquier serie de detectives, dónde se busca, se intenta encontrar al asesino serial. Los detectives piensan de manera freudiana. Ustedes dirán que nunca mencionan a Freud; posiblemente, pero todos piensan bajo esta perspectiva. Buscan cómo el criminal mató a la 1ª mujer, cómo mató a la 2ª mujer, como mató a la 3ª; buscan cuál es el rasgo que se repite cada vez y lo van a esperar ahí. Y si hay una ley para los criminales es que nunca se vuelve al lugar del crimen. Sin embargo, esa persona vuelve al lugar del crimen y necesita matar a una cuarta persona, a una quinta, etc. Y los detectives están tratando de detectar, efectivamente, en qué encuentra satisfacción esa persona, qué lo lleva a ser un criminal serial. Jacqueline Lejbowicz: en la película de Campanella, El Secreto de sus ojos, hay un discurso muy lindo de uno de los personajes, que dice: lo que no se cambia seguro se puede cambiar la cara, se puede cambiar de país; lo que no se cambia seguro es la pasión. Y lo van a buscar a la cancha de fútbol, que justo es la de Racing, y ahí es donde lo logran encontrar al violador. F.N. Si, está lleno de series. Todas las series de detectives tienen estas características. Un grupo, uno, o dos de detectives que están tratando de pescar cual es el rasgo de satisfacción de esa persona que hace que repita ese modo seriado. Entonces Freud lo llama pulsión, Lacan luego lo llama goce. Vamos a ver qué quizás el concepto de goce después lo podemos ampliar. Es Lacan mismo que dice: aquello que Freud llama pulsión, lo que Freud dice pulsión de muerte, yo lo llamo goce. No estoy inventando nada, ni estoy haciendo mucha lectura de interpretación de las cosas; Lacan mismo dice que aquello que Freud dice así yo lo llamo asá. Después podemos ver algunas variaciones con el tiempo. (Pregunta inaudible) A eso que Freud le dice pulsión de muerte, yo lo llamo goce. Y con la pulsión de muerte se nota mucho más, porque se ve muy bien que eso no sirve para nada. No sirve para nada de lo que tiene que ver con la persona, y partimos de allí. Entonces, primera cuestión: ubicado este primer punto, lo que Lacan llama goce, lo que aparece en Freud como la pulsión, tiene una característica temporal. 6

7 Por eso les hablé de la repetición. Es decir, tiene una temporalidad, más allá de la duración en la que esto sucede. Insisto, esto no es nada abstracto, es algo muy concreto en la vida de la gente. Por eso la insistencia de los psicoanalistas en la temporalidad. Alguien viene con un problema y uno le pregunta: es la primera vez que le sucede esto? Y seguramente si, porque es la primera vez que viene. Pero quizás, si se le insiste, sale otra. Y la gente dice: no vengo acá a cambiar mi infancia, mi infancia pasó no quiero hablar de todo eso. Sin embargo, en esa repetición podemos pescar algo del núcleo de la pulsión. Y es por eso, fundamentalmente que hacemos una historia en psicoanálisis. Porque apunta localizar temporalmente algo de esto. Por otro lado, se encuentra muy claramente lo que podemos llamar la perdurabilidad, que es un rasgo esencial de esta noción de pulsión. Y es que en algún sentido, la pulsión misma no persigue ningún fin más que perdurar, no busca un final. Porque hay que estar advertidos que la pulsión de muerte no es equivalente a la muerte. Si algo indica la muerte, es que el individuo del que se trata ya no goza más. Se entiende lo que estoy planteando? Para el que muere no hay más allá del principio de placer, se acabó el principio de placer. Y la vez, hay que indicarlo también, el goce es parte de la vida. Lacan decía: el universo es vano sin el goce. Pero también se puede leer esto en Freud porque si vos encontraras la satisfacción total, entonces a lo mejor dejarías de buscar la satisfacción y dejaría de haber un movimiento. Bien, doy un paso más. Entonces, el goce tiene una temporalidad; ahora debemos decir el goce tiene un lugar. Voy manejando dos variables básicas: lugar y tiempo. Lacan lo dice con todas las letras: El lugar del goce es el cuerpo. Freud quizás lo dice de manera un poco más rebuscada. No tan directa, no yendo tan al grano. Porque ustedes saben que donde encuentra la pulsión Freud es en determinadas zonas del cuerpo, es lo que Freud llama: las zonas erógenas. Cuestión que nos va a llevar a tener que definir, posiblemente la vez que viene o la otra, el cuerpo. No siempre que decimos cuerpo decimos lo mismo. Vamos a ver que hay maneras dentro del psicoanálisis de referirse al cuerpo; y no solo dentro del psicoanálisis sino que los pacientes tienen maneras diferentes y también, de acuerdo a su estructura, de acuerdo a la patología, van a tener una manera, si se puede decir así, de relacionarse con su organismo diferente. Simplemente doy un ejemplo: en la neurosis, en general, el neurótico tiene la idea de que el cuerpo es como una bolsa donde se pueden meter y sacar cosas. Pero eso es una idea que no viene con el individuo, que el cuerpo seria una unidad sellada con un orificio de entrada y un orificio de salida. Hay muchas sensaciones que tiene en la vida cualquier neurótico que marcan esto, por ejemplo cuando uno come mucho y dicen: me llené. Como si fuera una bolsa con una 7

8 capacidad, que puede tener una cantidad de elementos X. Van a ver que a veces, en ciertos sujetos psicóticos esa idea no está. Por ejemplo había un paciente psicótico que tenía el temor que cada vez que iba de cuerpo; además lo tomaba literalmente, ir de cuerpo; los órganos se le fueran en ese acto. Que los intestinos se pudiesen ir en ese acto. Como si no tuviese esa idea de la bolsa cerrada. Uno no va por la vida pensando que puede ir perdiendo los órganos por ahí. Uno podría perder lo que sale por los orificios, nada más. Pero no los órganos. Y esto se debe a que no tiene esa noción de cuerpo cerrado. Cuestión que veremos. Y van a ver que los orificios son centrales para pensar la cuestión de la pulsión. A tal punto que Freud da la idea que la pulsión es un concepto límite entre lo psíquico y somático. Van a ver como nosotros eso mismo lo vamos a articular en nociones lacanianas respecto de los registros. Me interesa resaltar que la noción de sujeto si tiene una mayor abstracción que la de goce No quiero hoy detenerme demasiado en esto, pero la noción de sujeto para Lacan parte de una definición: un significante representa al sujeto para otro significante. Lo escribo así: S1 S2 $ Un significante 1 (S1) representa al sujeto ($) para un significante 2 (S2) Esto permite situar que a cualquier texto nosotros podamos tratar de buscar el sujeto. Por ejemplo, alguien se encuentra en una cueva con pinturas rupestres y puede suponer ahí la escritura, y puede suponer un sujeto. Aunque no entienda demasiado lo que esto quiso decir. Es decir, que donde hay significante uno puede encontrar sujeto. Lo digo de otra manera, leemos a Freud hoy y Freud cuenta sus fallidos, sus sueños; podemos hablar del sujeto Freud, y él no está vivo. Es más, podemos hablar de un sujeto que como individuo nunca existió. Alguien escribe una novela y podemos encontrar el sujeto de la novela. Y nunca estuvo, y nunca ha hablado con nadie. Es decir que el sujeto esta totalmente ligado al lenguaje. La idea de Lacan es que no alcanza con esto para que haya goce. Y para que haya goce, para Lacan, tiene que haber un encuentro entre lo simbólico, los significantes, con un cuerpo. La pulsión para Lacan es efecto del encuentro del lenguaje con un cuerpo. Se los digo de manera freudiana: cuando Freud distingue el instinto animal de la pulsión humana, el instinto muestra que tiene un objeto determinado, la pulsión - dijimos recién - no tiene un objeto predeterminado. También Freud distingue la pulsión de la necesidad. La necesidad tiene un ritmo. Por ejemplo: tengo hambre; como y cesa el hambre, pero al tiempo vuelvo a tener hambre. Tengo sueño; duermo, etc. Justamente lo que decíamos antes es que la pulsión entra cuando además del hambre yo quiero seguir chupeteando. Esto ya es propiamente humano. Y 8

9 para Lacan este es el efecto de la entrada del lenguaje. Y la entrada del lenguaje altera al cuerpo del viviente, si ustedes quieren. En Lacan pueden encontrar una comparación cuando sitúa estas cuestiones tanto con los animales, como con las máquinas. Hay que indicar que cuando Lacan, al final de su enseñanza, empieza insistentemente a hablar de las máquinas, se refiere a las computadoras; pero piensen que son los años 70 en los que las computadoras no eran lo que son ahora. No eran personales, al menos. no eran PC. Eran computadoras que entraban en una habitación como esta con muchas lucecitas y botoncitos y se podía ver en las películas que las manejaban súper entendidos en esas maquinas. Cuando Lacan compara esto, lo que plantea finalmente, es que en los animales tenemos cuerpo, pero no tenemos lenguaje. Haciendo la salvedad de los animales domésticos, porque domesticar a un animal no es más que hacerlo entrar en el lenguaje. Sea el inglés o sea el castellano. A los perros no se porque se les habla en inglés. (Risas) Se les dice: SIT! Finalmente, no importa en qué idioma, domesticar a un animal implica tratar de hacerlo entrar en el lenguaje. No es otra cosa que esto, tratar que responda a una palabra. Entonces, había que aclarar un poco la cuestión de los animales domésticos, sacando eso del horizonte, los animales tienen un cuerpo, pero no un lenguaje. Y el cuerpo funciona de una manera, por instintos. Un animal X, cuando huele cierto olor desencadena las pasiones necesarias para responder a un encuentro sexual. Nada más lejano a lo que sucede con el ser humano. Por más que se quiera inventar olores especiales y convoquen a quien sabe qué. Y si sucede algo de esto, el ser humano tiene una extrañeza total. Es decir, que si sucede algo del instinto, eso es verdaderamente un modo patológico, para decirlo de alguna forma. Entonces; tenemos el ejemplo de los animales, que es un cuerpo sin lenguaje, y eso funciona a su manera. Tenemos el ejemplo de las máquinas: lenguaje sin cuerpo. Las computadoras tienen un lenguaje y no tienen cuerpo. Lo que diferencia al ser humano, es la idea de Lacan a partir de esta noción de Freud, es que es un ser parlante y que el lenguaje impacta en el cuerpo. Amén de que podamos suponerle a todas las cosas un goce. Es decir que, bajo nuestra perspectiva podamos suponer un goce a los animales, le podamos suponer un goce a las máquinas. Más a las máquinas personales que nos acompañan, o también al animal doméstico que nos acompaña que se transforma finalmente en un partenaire de uno y entonces uno a veces le termina hablando un poquito a su propia computadora, a su propio perro, gato y ni hablar los hombres a su propio pajarito, le hablan, le dicen cosas. 9

10 Quiero decir que, la idea tanto de Freud como la enunciada con todas las letras por Lacan es que el lugar del goce, es el cuerpo. Y que lo que define al ser humano es que el encuentro del lenguaje con el cuerpo define a la vez la misma noción de goce. La primera experiencia que tenemos de eso es que es algo totalmente ajeno, que no manejamos. En algunas estructuras, a partir de determinado momento, perdemos la noción de que eso no lo manejamos. Es más, en general, el neurótico anda por la vida creyendo que maneja la mayoría de las cosas, al menos lo que tiene que ver con su propia vida, y fundamentalmente con su propio cuerpo. Y muchas veces nos vienen a ver cuando se encuentran con algo que creían que podían manejar y no manejan. Cuando se manifiesta algo de eso que ha quedado desconocido para el individuo. Y hay toda una serie de teorías y prácticas que están a favor de apropiarse del cuerpo y apropiarse de las sensaciones, de manejar las sensaciones. Desde teorías sistémicas orientales y no tan orientales que están al servicio de que uno puede apropiarse de la cuestión. Dentro de este campo hay teorías que apuntan a lo sexual, que primero hay que apropiarse y conocerse a sí mismo para después poder abordar al otro sexo, etc., etc. Es decir, que eso está al servicio de algo, que si se arma esa teoría es porque parte de la idea de que en algún punto hay algo que no manejamos. Bien entonces voy concluyendo y haciendo algunas indicaciones. Primera indicación entonces es que el sujeto no es equivalente a la noción de goce. Quiero decir que el sujeto puede estar más allá del organismo, de la carne, lo voy a llamar así, del cuerpo; que está antes del nacimiento concreto del individuo, que puede estar después de la muerte del individuo. No solamente los ejemplos que daba antes, un padre que piensa en un hijo, y que ese hijo va hacer así o asá. Pónganle la firma que todo eso que pensaron antes tiene una incidencia sobre el sujeto. La discusión, por ejemplo, sobre el aborto esta, entre otras cosas, ligada a esto; porque, en qué momento ya es, en qué mes, en qué día? Si partimos de la noción de sujeto yo podría decir que había sujeto antes. Ciertos casos de madres psicóticas, donde se ve muy bien que no tienen manera de nombrar a eso que están haciendo, lo digo así a propósito, a eso que está saliendo de su propio cuerpo. Que hay que poder, que la madre tiene que poder, subjetivar eso que es un embarazo, que va a ser un hijo, y que el ejercicio de poner un nombre a un hijo, entre otras cosas tiene que ver con esto. Ahora, segunda indicación. Partimos de la idea freudiana de que no hay la satisfacción total. Partimos del encuentro del lenguaje con un cuerpo, entonces tenemos una satisfacción a partir de eso, que Freud dice parcial. Son las pulsiones parciales, cada una encuentra su 10

11 satisfacción anárquicamente independientemente de la otra. Si ustedes quieren hacemos la lista: pulsión oral, anal cada una independientemente de la otra, pero también independientemente de Pedro, José, Juana o quien sea. Comúnmente vamos a decir: la pulsión oral Dora, en todo caso si uno fuera más estricto tendría que decir: la pulsión oral en Dora ; porque no es de ella, no le pertenece, es más, lo que decía antes, es que más bien uno vive eso padeciéndolo. Pero no vamos a decir cada vez que hablamos de la pulsión, la pulsión oral que padece Dora. Esa pulsión, esa satisfacción es parcial respecto de que no es una satisfacción total y es parcial respecto de una supuesta satisfacción unificada que podría tener el individuo a partir de un momento. Como quien dice: yo encuentro satisfacción en ir a la playa. Puede ser, pero a la noche meto los dedos en el enchufe. Es decir, llévenme a la playa, la paso re bien. Pero quiero una playa que tenga electricidad. No me manden a esas playas en Uruguay, y todo eso donde no hay electricidad, yo quiero meter los dedos en el enchufe. Entonces hay una creencia que podría haber una satisfacción unificada y a la cual uno apunta, pero además está este pedacito de satisfacción parcial respecto de eso que uno buscaría en la vida. Pero también esa pulsión, esa satisfacción, es parcial respecto de algo que una vez que uno está en este mundo humano supone como perdido y que es una satisfacción total, lo voy a decir así, que debe haber habido. Nos dice Freud en muchos pasajes de su obra, por ejemplo la primera experiencia de satisfacción, que es perdida para Freud, que no es la primera vez que el bebe se prendió a la teta de la madre. Freud nunca plantea eso. Y van a ver que en varios momentos de la obra de Freud está planteado en éstos términos: a partir de que esta satisfacción nunca es total, se supone que debe haber habido una que fue total. Se sigue la idea. Es decir, esa satisfacción total es supuesta y está perdida. Supuesta como perdida. Esto no evita que uno quiera lograrla, entonces la busca en la manera que se le ocurra. La clínica no deja de sorprendernos de cómo la gente trata de buscar la satisfacción total. Ahora también esa satisfacción parcial es parcial en relación con una noción que vamos a ver, que es la noción de tener un cuerpo. Es a partir de que uno tiene la idea de que tiene un cuerpo único, es a partir de que alguien puede decir este es mi cuerpo - le guste o no le guste el cuerpo que tiene - es con la noción de que hay un cuerpo entero que uno dice: la zona erógena es una partecita de este cuerpo. Pero para Freud eso no está dado desde el vamos, es desde un momento que uno tiene la idea del cuerpo unificado. Entonces, la pulsión también es parcial respecto a la idea de un cuerpo unificado y que eso trae consigo también la idea que uno podría obtener una satisfacción total. Por ejemplo hay toda una corriente psicoanalítica que creía que un análisis lo tendría que llevar a que uno encuentre esta satisfacción unificada a partir de la 11

12 etapa fálica. Que en la etapa fálica, todo debería unificarse y cobraría una unidad. Y la satisfacción sexual sería el sumun de esta satisfacción. Otra cuestión es que esta satisfacción en principio no tiene nada de sexual. Quiero decir que, que el niño se chupa el dedo, en sí mismo no tiene nada de sexual. Es desde la perspectiva sexual que uno le puede poner la connotación erótica a eso. Pero en sí mismo no tiene nada de sexual. Freud lo dice con todas las letras, es a partir de entrar en la etapa fálica que todo eso puede ser leído sexualmente y por ejemplo, el pecho de una mujer, los pechos de una mujer cobran valor erótico. Sino también hay que verlo en la clínica con ciertos pacientes, que ciertas partes del cuerpo no tienen el valor erótico que deberían tener desde cierta perspectiva. Otra cuestión es que, a partir de que la satisfacción no es total siempre la tendencia es a un intento de recuperar satisfacción. Se los digo de otra manera, partimos de una pérdida, todo lo que viene es ganancia. Como quien dice: perdido por perdido, yo me tiro al agua y nado; total todo lo que venga va a ser a favor. Entonces, esto nos permite distinguir diferentes satisfacciones: una satisfacción total perdida, una satisfacción parcial con las características que vimos antes. Es parcial con respecto a qué también, con la característica que no tiene nada sexual y que a partir de un momento, puede ser leído como sexual; mismo esto que está perdido esta satisfacción total perdida, podría ser leída como sexual. No tanto como sexual sino del lado del amor, si ustedes quieren. El amor intenta recuperar, a partir de cierta idea de que uno se va a completar con el encuentro del objeto amoroso, recuperar algo de lo perdido. Bien la vez que viene vamos a trabajar los tres registros. Desgrabación: Cynthia Barreiro Aguirre Edición: Nicolás Bousoño Versión no revisada por el Prof. Naparstek. 12