Alejandra Loray. El principio del placer y el más allá. Simbólico y real.

Transcripción

1 ACERCA DE REPETICION Y PULSION Alejandra Loray El principio del placer y el más allá. Simbólico y real. En 1920 Freud escribe Más allá del principio del placer, texto que constituye una bisagra en su obra, al introducir una modificación al supuesto de que el principio del placer gobierna los procesos anímicos (el aumento de tensión en el aparato psíquico es sentido como displacer, para buscar la regulación el principio del placer intenta bajar y mantener constantes los niveles de energía en el aparato). Descubre en su práctica que este principio funciona pero no rige de modo irrestricto sino que más allá de él existe algo que hace que el sujeto no busque su propio bien, los sueños de las neurosis traumáticas, el juego infantil, el destino de los seres humanos y la reacción terapéutica negativa entre otros, dan prueba de ello. Esto marca un límite al esfuerzo terapéutico, ya Freud había encontrado un primer tope a la posibilidad de hacer consciente lo inconsciente, un límite a la rememoración constituído por un núcleo no interpretable, todo lo reprimido es inconsciente pero no todo lo inconsciente es reprimido, por lo tanto, hay algo inconsciente que no podrá ser consciente vía el análisis. En 1920 aparece este límite al bienestar del sujeto sobre el que Freud dice habría que pensar en las enigmáticas tendencias masoquistas del yo. Esto señala un camino a quienes practicamos el psicoanálisis, que nos aleja del furor curandis, en nuestra práctica hay un imposible y se tratará de hacer con ello. Estos límites no dicen, de ninguna manera que no haya nada por hacer, lejos del pesimismo o la resignación el análisis permite según Freud, pasar de la miseria neurótica al infortunio de la vida, y no es poco. Años más tarde, Lacan en términos que implican la lógica hablará de la posibilidad, vía el análisis, de pasar de la impotencia a la imposibilidad, del yo no puedo de la neurosis al no se puede es la castración lo que marca la diferencia. Entiendo ambas afirmaciones en el sentido de la orientación a lo real, vinculado en lo que trabajaremos hoy con lo real de la pulsión, tal como indica en el Seminario 11 Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, El análisis, más que ninguna otra praxis, está orientado hacia lo que, en la experiencia, es el hueso de lo real. Este real es definido por Lacan como imposible de capturar por lo simbólico, se trata de un encuentro esencial en lo descubierto por el psicoanálisis de una cita siempre reiterada con un real que se escabulle 1. Lacan denomina a esto tyché, tomada de Aristóteles en su investigación de la causa, y lo traduce como encuentro con lo real, con 1 Lacan, J., El Seminario, libro 11 Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Bs.As., Paidós, 1964, p.62

2 aquello que está más allá del automaton del retorno, del regreso, de la insistencia de los signos, a que nos somete el principio del placer 2. Como la cita es siempre fallida, se repite. Sin embargo, la repetición no es el retorno de los signos, no es del orden significante, su verdadera naturaleza está velada en el análisis, ésta es la función de lo real en la repetición. Lo real es lo inasimilable, lo que Freud define en los inicios como el trauma que determina todo lo que sigue y que tiene un origen aparentemente accidental, (es algo que le sucedió al sujeto en su biografía), trauma que luego sustituye por la fantasía, este trauma es taponado por la homeostasis del principio del placer. Es decir por vía simbólica. Las pulsiones y el goce A lo largo de toda su obra Freud sostiene el dualismo pulsional (pulsiones yoicas/de autoconservación luego pulsión de vida/de muerte) explicando el conflicto entre las dos clases de pulsiones como determinante de la represión y formación de síntomas. Lacan anula este binarismo, diciendo, de un modo discreto: la distinción entre pulsiones de vida y pulsión de muerte es verdadera puesto que manifiesta dos aspectos de la pulsión. A la vez promueve la importancia de la noción de goce, que en gran parte de su enseñanza, sobre todo en el primer Lacan coincidente con Freud, es libido y pulsión de muerte. En la última parte de su enseñanza tomará más relieve el goce ligado a lo vivo, los goces buenos podríamos decir. El concepto lacaniano de goce, ligado a satisfacción pulsional, responde a la noción de una exigencia absoluta. A un placer puede renunciarse cuando satisfacerlo implica un displacer mayor, pero si se trata del goce es irresistible, a riesgo de muerte como dice en el Seminario 7, La ética del psicoanálisis, lo que es observable en la clínica. Este carácter irresistible conjuga muy bien con lo incoercible de la pulsión tal como Freud la define, una fuerza constante e indomeñable. Algo difícil de pensar en el terreno de la biología, donde el instinto, la autoconservación, preserva el bien del viviente. La clínica psicoanalítica Desde Freud es posible distinguir dos dimensiones en juego en la represión y formación de síntoma: la representación y algo cuantitativo a lo que da distintas denominaciones - monto de afecto, energía de investidura- a partir de las cuales es posible entender la enfermedad y la cura. Este binario recorre la enseñanza de Lacan en términos de 2 Ibid.

3 significante y goce. Algo que es del orden simbólico y otra dimensión que corresponde al registro de la satisfacción, el goce. Este orden de la satisfacción, del goce, es ineludible para pensar el síntoma, el padecimiento del sujeto, (aún en modernas prácticas muy distantes del psicoanálisis como el coaching o counseling, se habla de cierta recompensa secreta que el sujeto encuentra en aquello de lo que se queja). A lo largo de su enseñanza Lacan reformula el concepto de goce, lo que Jacques-Alain Miller ordena en lo que denomina 6 paradigmas del goce, que dan cuenta de las distintas conceptualizaciones lacanianas del concepto, las que reflejan la posibilidad de mayor conjunción o disyunción entre goce y significante. En relación a esto podemos formular algunos presupuestos y cuestiones para orientar nuestra reflexión sobre la práctica: - En el padecimiento del sujeto existe una satisfacción (goce) - El goce es imposible a lo simbólico, pues tiene que ver con satisfacción pulsional - La experiencia analítica es una experiencia de palabra (simbólico) Cómo producir un tratamiento de lo que es imposible a lo simbólico por una experiencia que es solo de palabra? Cómo producir un tratamiento de lo real por lo simbólico? Propongo la noción de discurso, tal como Lacan lo formaliza en el Seminario 17 El Reverso del psicoanálisis, como una respuesta posible. El discurso es una estructura que da cuenta de la realidad y expresa distintas formas de lazo social. En el discurso se articula el lenguaje (S1-S2), el sujeto ($) y el objeto a. Por lo que el discurso es un modo de tratamiento, de cierta articulación entre significante y goce, que podemos pensar a partir de una breve referencia clínica: C. de 40 años consulta luego de una operación importante por la que estuvo internada durante 3 meses, no logra recuperarse, vuelve a ser intervenida. Comienza su recuperación y aparece una enfermedad en la piel que periódicamente le provoca úlceras en distintas partes del cuerpo. Soltera y anclada desde hace años en una prolongada relación, que terminó hace tiempo, no puede armar otra historia. Entre los significantes que se recortan a lo largo del tratamiento cobra especial relevancia no elegida y sola que la ligan a su padre, quien siempre elegía a su madre y a su hermana. A partir de esto y como repetición fantasmática tampoco es elegida por sus amigas y por los hombres. Esa es su verdad.

4 Sin embargo, sabemos desde Freud que la verdad es engañosa, y que existe otra dimensión de la verdad que no aparece más que en las fisuras del discurso. Si no es elegida, se hace no elegir o huye cuando la eligen, la búsqueda activa de fines pasivos muestra el compromiso del goce que se anuda a los significante no elegida y sola. Un fantasma de rechazo que le permite el apego a la soledad. Lo que podríamos escribir en la fórmula del discurso del amo tal como Lacan lo formaliza en el Seminario 17 El Reverso del Psicoanálisis. S1 S2 NO ELEGIDA MI PADRE $ a $ goce Existe una satisfacción que se instala más allá del principio del placer, anudada a un significante amo (S1) que da cuenta de la una posición subjetiva, que el discurso del analista tal como Lacan lo formaliza posibilita invertir. a $ S2 S1 Es la verdad del sujeto, pero una verdad que no se trata solo del significante, sino que implica al goce, verdad que se expresa de distintas formas y que el análisis intenta tocar, como dice Miller A partir de Freud la verdad misma comenzó a hablar en el cuerpo hablante, a hablar en la palabra y en el cuerpo. Y desde que la verdad comenzó a tomar la palabra, a decirse en los traspiés de la palabra, el ingenuo digo la verdad cedió su lugar Porque no digo la verdad necesito que se me interprete, es decir, que alguien designe en la inevitable mentira de mi buena voluntad, en su malentendido, en su equivocación, el momento, el instante en que la verdad estalla, fulgura y se hace relámpago i.

5 i Miller, J.A., Biología lacaniana y acontecimiento del cuerpo, Colección Diva, Bs.As., 2002, p.65 BIBLIOGRAFÍA - Freud, S. (1995) Pulsiones y destinos de pulsión. En Obras completas Vol. XIV. Buenos Aires: Amorrortu (trabajo original publicado en 1915) - Freud, F. Mas allá del principio del placer. En OC. Vol.XVIII) Buenos Aires: Amorrortu - Lacan, J., (1987) Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano. En Escritos 2. Buenos Aires: Siglo XXI (Trabajo de 1960) - Lacan, J., (1988). El Seminario Libro 7 La ética del psicoanálisis, ( ). Buenos Aires: Paidós. - Lacan, J., (2006). El Seminario, Libro 10, La angustia, ( ). Buenos Aires: Paidós, - Lacan, J., (1997). El Seminario, Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Buenos Aires: Paidós - Lacan, J.,( 1996), El Seminario, Libro 17, El Reverso del Psicoanálisis, ( ).Buenos Aires: Paidós. - Miller, J.-A., (2000), El lenguaje aparato del goce, Buenos Aires, Colección Diva. - Miller, J.-A., (2006), La experiencia de lo real, Buenos Aires: Paidós. - Miller, J.-A., (2002), Biología lacaniana y acontecimiento del cuerpo, Colección Diva, Bs.As. -