Bosquejo #3 EL DIACONADO El servicio a las mesas Filipenses 4:10-13

Transcripción

1 Bosquejo #3 EL DIACONADO El servicio a las mesas Filipenses 4:10-13 Si leemos 2 Corintios 8 y 9 nos daremos cuenta de que toda la congregación estaba envuelta activamente en el servicio de apoyo para los pobres, huérfanos, viudas, presos, tristes, atribulados, etc. Incluso, podemos ver la preocupación por los necesitados no sólo estaba circunscrita a una congregación individual, sino que se preocupaban los unos por los otros ; del mismo modo ocurría a nivel de iglesias, como si poseyesen un plan cooperativo de asistencia recíproca y organizada. Estas ofrendas las estaban recogiendo los ministros misioneros; estos donativos no eran para ellos específicamente, aunque sabemos que parte de los mismos fuesen utilizados para algunos pastores de las iglesias a las que fuesen enviadas. La iglesia no es un negocio terrenal sino espiritual, nuestro Dios no es el vientre ni estamos pensando sólo en lo terrenal; el oro no santifica nuestro altar, sino el altar es el que santifica nuestro dinero (Mt. 23:18-20), sin embargo, el dinero para todo sirve según Eclesiastés 10:19, además se entiende que los pastores tenemos familia, tenemos que sostenerlas y tenemos que cubrir nuestras necesidades a base del trabajo que desarrollamos. El mismo apóstol Pablo dijo en 1 Corintios 9:14: Así también ordenó el Señor a los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio. Y aún agrega para que lo supiesen: Pero yo de nada de esto me he aprovechado, ni tampoco he escrito esto para que se haga así conmigo; porque prefiero morir, antes que nadie desvanezca esta mi gloria. Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ay de mí si no anunciare el evangelio! (1 Co. 9:15,16). Son muchas cosas las que los diáconos tienen que tener en cuenta para financiar la obra del Señor en una localidad; entre ellas debe tener la primera posición en el presupuesto, el sostén económico de los pastores. Mientras más entregado se halle un ministro a la predicación del evangelio, más posibilidades habrá de que la obra prospere. En cuanto a eso tenemos que también recordar las palabras del mismo Señor cuando dijo en Mateo 10:9, 10: No os proveáis de oro, ni plata, ni cobre en vuestros cintos; ni de alforja para el camino, ni de dos túnicas, ni de calzado, ni de bordón; porque el obrero es digno de su alimento. Así también lo declara el apóstol Pablo en 1 Timoteo 5:18 cuando dice: Pues la Escritura dice: No pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su salario.

2 2 Como dice 1 Corintios 16:2 ya era una demanda del apóstol Pablo por la inspiración divina el que se hiciesen dos cosas, sugiere que el domingo se lleven las ofrendas a la reunión de la iglesia y no haya que colectarlas en los hogares por manos de los diáconos. Veamos el servicio de los diáconos en detalle. Los diáconos han de servir: I. LA MESA DE LOS POBRES II. LA MESA DEL SEÑOR III. LA MESA DE LOS PASTORES I. LA MESA DE LOS POBRES A. LA MINISTRACIÓN HACIA LOS POBRES 1. El concepto general del oficio del diácono envuelve el deber de ministrar a los pobres de la iglesia y sobre velar o supervisar en los negocios asuntos temporales de la iglesia. De acuerdo con lo que nos enseña el Nuevo Testamento, una de las atribuciones de los diáconos es la ministración hacia los pobres. 2. Como hemos dicho los pastores o ancianos son los llamados por Dios a gobernar y a administrar la iglesia de Cristo, a cargo de ellos se ha entregado todo asunto de la congregación y sus áreas de trabajo las cuales se pueden dividir en dos: La espiritual y la material. De la primera parte se han de ocupar los pastores personalmente; de lo segundo, estos han de delegar todo asunto en manos de los diáconos. 3. Por tanto, los diáconos no deben decidir nada por ellos mismos, ya que estos deben estar al servicio de los pastores quienes como gobernantes de la iglesia les asignarán las tareas a realizar en el área de lo material. De igual manera los pastores no deben enseñorearse sobre el rebaño, sino administrarlo todo según lo que ha ordenado Cristo a quien éstos deben estar sujetos (1 P. 5:2-4). 4. Esto no quiere decir que, en cuanto a su ministerio, estos no deben tener iniciativa dentro de sus funciones, de tal manera que puedan ministrar con sabiduría, pero para

3 3 ejecutar o llevar a cabo sus ideas necesitan necesariamente oír la voz de aprobación de sus pastores. B. LA LISTA DE AYUDA A LAS VIUDAS POBRES 1. En 1 Timoteo 5 el apóstol Pablo le da instrucciones precisas a Timoteo sobre la ayuda de los pobres y de las viudas de la iglesia que están pasando por precariedades. No obstante, notemos algunas advertencias que encontramos en los (vv. 3-5) cuando dice: Honra a las viudas que en verdad lo son. Pero si alguna viuda tiene hijos, o nietos, aprendan éstos primero a ser piadosos para con su propia familia, y a recompensar a sus padres; porque esto es lo bueno y agradable delante de Dios. Mas la que en verdad es viuda y ha quedado sola, espera en Dios, y es diligente en súplicas y oraciones noche y día. Noten lo que dice Proverbios 13:7. 2. Después que el apóstol Pablo dice esto, agrega las condicionantes que deben prevalecer para que la iglesia ponga en la lista de ayuda a las viudas que verdaderamente deben ser ayudadas. En los (vv. 9-10) declara: Sea puesta en la lista sólo la viuda no menor de sesenta años, que haya sido: esposa de un solo marido, que tenga testimonio de buenas obras; si ha criado hijos; si ha practicado la hospitalidad; so ha lavado los pies a los santos; si ha socorrido a los afligidos; si ha practicado toda buena obra. 3. Evidentemente que el apóstol Pablo como gobernador de la iglesia de Dios, no está dispuesto que el dinero que se ofrende para la obra del Señor sea dilapidado inconscientemente, sino que este sea administrado con justicia y equidad. Es de suma importancia que se entienda que pobre es aquel que cumple las condiciones para serlo, pues como dice también el (v. 8) de este mismo capítulo: porque si alguno no provee

4 4 para los suyos y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo. C. EL CUIDADO DE LAS NECESIDADES DE LOS POBRES 1. Son los diáconos los elegidos por la iglesia de Cristo para ocuparse de las necesidades materiales de aquellos que están pasando por dificultades económicas difíciles. El mismo Señor Jesucristo declaró que los pobres siempre han de existir en esta tierra, haciendo alusión al hecho de que el ungimiento que se le hacía para su sepultura era más importante que los pobres mismos (Mt. 26:11). 2. Esto no quiere decir que Jesús no deseaba que a los pobres se le ayudase, por el contrario, Dios siempre ha sido solidario para aquellos que ayuden a los pobres en sus necesidades. Como podemos ver en Proverbios 14:21 cuando dice: Peca el que menosprecia a su prójimo; Mas el que tiene misericordia de los pobres es bienaventurado. Asimismo, dice el Salmo 41:1: Bienaventurado el que piensa en el pobre; En el día malo lo librará Jehová. 3. No es por casualidad, que Dios haya escogido el venir al mundo y hacerse hombre en la pobreza en que lo hizo, pues él sabe que en la pobreza hay debilidad y también no hay de que jactarse. Dios por tanto desea que nosotros como iglesia nos ocupemos de la mesa de los pobres y estemos apercibidos de sus necesidades. Para esto dispuso la posición del diaconado en la iglesia. II. LA MESA DEL SEÑOR A. LA PREPARACIÓN DE LA MESA DEL SEÑOR 1. Es bueno recordar que el día en que el Señor celebró la cena de la pascua e instituyó la santa cena utilizó a sus discípulos para su preparación, ellos mismos sabían que esta era su responsabilidad como siervos o diáconos del Señor. 2. En Marcos 14:12,13 se narra: El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, cuando sacrificaban el cordero

5 5 de la pascua, sus discípulos le dijeron: Dónde quieres que vayamos a preparar par que comas la pascua? Y envió dos de sus discípulos, y les dijo: Id a la ciudad, y os saldrá al encuentro un hombre... Aquí vemos como los discípulos estaban prestos a ocuparse de la preparación de la pascua y como el Señor les dio la orden de buscar el lugar para tomarla. 3. Los diáconos deben entender que este servicio, más que una responsabilidad, es un privilegio muy grande y alentador, pues el mismo Señor Jesucristo nos muestra el privilegio que les concedió a sus diáconos. Notemos ahora los (vv. 15, 16), Y él os mostrará un gran aposento alto ya dispuesto; preparad para nosotros allí. Fueron sus discípulos y entraron en la ciudad, y hallaron como les había dicho; y prepararon la pascua. B. SIRVIENDO LA CENA DEL SEÑOR 1. No solo preparar la cena del Señor es un privilegio de los diáconos, sino el servirla a sus hermanos es más privilegio todavía, pues en este servicio los diáconos están mostrando a sus hermanos lo que significa su verdadera función. Es como diciéndole a la iglesia; Te estamos sirviendo, así como Jesús también les sirvió a sus discípulos. 2. La enseñanza bíblica dice que en aquella noche Jesús lavó los pies de sus discípulos y también les dio el pan y les pasó la copa para que ellos tomaran con él. Allí aprovechó para darles una enseñanza: Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis. De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió. 3. La enseñanza está clara y es precisa. Todos los que optarán por participar del diaconado de la iglesia tienen que saber que su labor es de servicio a los demás, como explicamos en el primer estudio y más todavía, cuando

6 6 vemos esta enseñanza tan precisa y tan clara del mismo Señor Jesucristo. III. EL SERVICIO A LA MESA DE LOS PASTORES Y MISIONEROS (Fil. 4:10-13) A. EL CUIDADO DE LOS PASTORES 1. Si leemos Filipenses 4:10-13 veremos cuando dice el apóstol Pablo: En gran manera me gocé en el Señor de que ya al fin habéis revivido vuestro cuidado de mí; de lo cual también estabais solícitos, pero os faltaba la oportunidad. No lo digo porque tenga escasez pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. 2. Aquí se nos muestra que un requisito básico para el amor, la unidad en la ayuda mutua es el entendimiento. Cada hermano debe procurar entender al otro, poniéndose en el lugar del otro; especialmente cuando se trata de un ministro o de un misionero enviado por Dios. Estos siervos del Señor necesitan de la comprensión de sus trabajos y de sus sentimientos para poder amarlos y apoyarlos. Porque de lo contrario los trataremos sin misericordia. 3. A continuación veamos juntos algunos aspectos que destaca el apóstol Pablo en esta porción de la escritura donde nos hace tener conciencia de la responsabilidad del cuido de la mesa de los pastores y misioneros de parte de los diáconos y de la misma iglesia en sentido general. B. ASPECTOS PARA LLENARNOS DE MISERICORDIA 1. Las señales de cooperación deben ser manifestadas a los ministros: Algunas veces los pastores y misioneros nos sentimos solos y pensamos que nuestros hermanos se

7 7 han olvidado de nosotros. No vemos ni oímos las intercesiones que se elevan a Dios el Padre por nosotros o como dice Gálatas 6:6. No oímos que se nos haga partícipe de las cosas buenas que vienen como beneficio de una buena instrucción. Notemos la expresión usada aquí por el apóstol habéis revivido vuestro cuidado de mí. Esto causó regocijo en el corazón de Pablo. La palabra revivir es una figura tomada del renacimiento de la vida de los árboles que pasan del invierno a la primavera. 2. La iglesia a través de los diáconos es la que debe desvanecer el temor del ministro: El apóstol Pablo era un ser humano como tú y como yo, y tenía temores iguales a los nuestros y aunque la vida fue una tremenda escuela donde aprendió a estar contento cualquiera que fuera su situación, no dejó de pensar en que sus necesidades no podían ser cubiertas. Pero cuando vio que Epafrodito (Fil. 4:18) llegó con obsequios, dinero, ropa, alimento, supo que su temor le había llevado a una fantasía que había obrado en contra suya. La iglesia mostró su cuidado de su ministro y misionero. Ahora, por esta enseñanza debemos saber que la iglesia es la que debe preocuparse por cuidar a sus pastores o misioneros, pensando en ellos y poniéndose en su lugar, esta no debe esperar que éstos sean los que digan lo que necesitan para vivir. 3. Los pastores vamos a estar gozosos cualquiera que sea nuestra situación: Así como lo expresa el apóstol Pablo, cuando Dios nos llama al ministerio, nos enseña a vivir contentos en la escasez, así como nos enseña a vivir gozosos en la abundancia (Tener lo necesario y poder compartir con los demás (Ef. 4:28). Los diáconos son los llamados por el Señor para leer las necesidades de los pastores y de los ministros. Como vemos aquí no es Pablo el que dice lo que le es de necesidad, sin embargo, lo que recibió lo aceptó con gozo. Más que por el contenido de lo enviado, por saber que la iglesia tenía cuidado de él. No deben engañarse los diáconos o los miembros de la iglesia porque los ministros no pedimos y estamos alegres, pues Dios nos dará capacidad para estar alegres, aunque estemos pasando necesidad.

8 8 C. LA INVERSIÓN CELESTIAL QUE HACE LA IGLESIA 1. Si tienes un gran ministro, un varón con espíritu apostólico, tratarás de entender sus escrúpulos financieros; por qué prefiere delegar en los diáconos y no formar parte del presupuesto donde se estudie su salario o de las reuniones donde se trate algo relativo a hacerle algún regalo o proporcionarle algún beneficio adicional a su salario. Lo que reciba el ministro lo pondrá alegre y bajo temor de Dios. Estará feliz por la expresión de amor y cuidado de sus diáconos y de la iglesia y estará en temor porque la generosidad pueda ser usada por Satanás para alzar barreras en contra de su ministerio. 2. Sin embargo el apóstol explica en Filipenses 4:14-20 todo lo que entiende que debe explicar concerniente al hecho de que ha recibido algo de los hermanos de la iglesia. El sabe que esto es un asunto delicado, sabe que hablar de dinero es algo que lo pone sensible y son innumerables las excusas que da para que el criterio y testimonio que tienen de él no sea cambiado, sabiendo que él mismo había declarado en 1 Corintios 9:18 condenando a aquellos que usaban el derecho de ser sostenidos en el ministerio para su propio provecho. 3. Siguiendo lo narrado en Filipenses 4, vemos que, no obstante, el derecho que le asistía, el apóstol Pablo sabía lo que había en su corazón, lo podemos ver en los (vv. 8-9), así como vemos como desde el (v. 14) les declara el bien que le hizo la iglesia, a través de Epafrodito (diácono de Filipos) de participar con él en su tribulación (necesidad económica). Esta ofrenda es catalogada por Pablo como: Olor fragante, sacrificio acepto, agradable a Dios (v. 18). 4. Por último vemos como el apóstol Pablo hace entender la inversión celestial que hace la iglesia cuando bendice así a sus ministros. El servicio del apóstol y de todo buen ministro de Dios es el que se menciona en el (v. 17) No es que busque dádivas, sino que busco fruto que abunde en vuestra cuenta. Por esto concluye diciendo en los (vv ): Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os

9 9 falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. Al Dios y Padre nuestro sea gloria por los siglos de los siglos. Amén. CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN: Para concluir, debemos decir que por lo que hemos visto, todo aquel que entienda que Dios le ha dado el don de servicio y desea aspirar a la posición de diácono de la iglesia, tiene que saber que su responsabilidad delante de Dios es servir a estas tres mesas a las cuales el Señor le ha llamado. Dios les bendiga en su labor y le ayude a ganar para sí ese grado honroso, y mucha confianza en la fe que es en Cristo Jesús.