Viaje al centro de Sierra Morena

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José Ángel Robles Cáceres
hace 6 años
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1 de 5 Contenido publicado en Entrelíneas, la revista digital de Red Eléctrica de España. http.//www.revistaentrelineas.

1 1 de 5 Contenido publicado en Entrelíneas, la revista digital de Red Eléctrica de España. http.// Viajes Viaje al centro de Sierra Morena Historia y naturaleza se dan la mano en la Sierra Norte de Sevilla, parque natural y reserva de la biosfera Asunción Fernández de Castillejo Solo unos ochenta kilómetros separan el bullicio de la capital sevillana de la tranquilidad de los pueblos que forman la comarca de la Sierra Norte. Es como trasladarse a otra época, a otra vida. Sus otrora pésimas comunicaciones muy mejoradas en la actualidad han mantenido esta serranía ajena a la especulación del suelo y a la contaminación de las costumbres. Sus paisajes indemnes se ofrecen ahora al visitante, protegidos y reservados, para transitarlos con la calma de la mochila al hombro y el cayado en la mano. una hora escasa de Sevilla se localiza la Sierra Norte, una comarca de media montaña que desde 1989 está catalogada como parque natural. En 2002 pasó a formar parte también de la reserva de la biosfera las Dehesas de Sierra Morena, que agrupa no solo a la serranía sevillana, sino a las vecinas sierras de Huelva y Córdoba, formando a lo largo de hectáreas el mayor espacio que disfruta de esta figura de protección en nuestro país. Dehesa, bosque mediterráneo en estado puro, con sus encinas, alcornoques y quejigos, es lo que encuentra el viajero que se acerca hasta el parque natural de la Sierra Norte. También olivares y vides; pueblos blancos y monumentales; ríos que surten de agua a toda Sevilla y refrescan la vista; antiguas explotaciones mineras, convertidas en atracción turística, y arte y vestigios de otras épocas en palacios, iglesias, monasterios y ermitas.

2 2 de 5 El acceso desde Sevilla se puede hacer por Constantina vía Carmona y Lora del Río o por El Pedroso y Cazalla de la Sierra vía Cantillana. También el ferrocarril lleva a la estación de Cazalla, situada entre esta localidad y Constantina. Entre por donde entre, el visitante se topa con lo que es ahora el principal sustento de la Sierra Norte: el aprovechamiento agropecuario de la dehesa. En otras palabras: alcornoques, de los que se obtiene el corcho; encinas, que alimentan con sus bellotas a cerdos ibéricos que luego se transformarán en chacinas serranas, y rebaños de vacas retintas, ovejas y cabras, que pastan libres tras los cercados de las fincas. Más difíciles de divisar son los venados, jabalíes y águilas imperiales que, entre otros animales salvajes, habitan en estos campos. Pueblos serranos. Constantina es una de las dos grandes poblaciones de la sierra sevillana. La otra es Cazalla de la Sierra. Ambas agrupan la mayor parte de los habitantes de la comarca. Hay ocho municipios más: Alanís, Almadén de la Plata, Guadalcanal, Las Navas de la Concepción, El Pedroso, La Puebla de los Infantes, El Real de la Jara y San Nicolás del Puerto. Todos ellos forman parte del parque natural, que ocupa un total de hectáreas. Este dato da una idea de la variedad de atractivos que ofrece la comarca: grutas prehistóricas; minas abandonadas; morerías y juderías; casas palaciegas y monumentales; conventos e iglesias; haciendas y cortijos; villas burguesas del XIX y XX; tabernas antiguas y modernos restaurantes; casas rurales y hoteles de lujo. Todo lo que la historia ha ido dejando tras de sí comienza ahora a enfocar su futuro hacia el turismo.

conocer el Cerro del Hierro, una mina que comenzaron a explotar los romanos y que acabó como casi todas en manos británicas; otro camino que dirige, a través de castañares, al castillo de Constantina

3 3 de 5 Parte del encanto de la Sierra Norte es precisamente esta mezcla de pasado y presente. Así, hay un hotel en lo que fue el monasterio de la cartuja de Cazalla; una casa rural, en los antiguos almacenes de una industria de aguardientes; otra en lo que era molino; un sendero que lleva a conocer el Cerro del Hierro, una mina que comenzaron a explotar los romanos y que acabó como casi todas en manos británicas; otro camino que dirige, a través de castañares, al castillo de Constantina y a su morería; otro más hacia las fortalezas medievales de El Real de la Jara; un paseo, a las afueras de Almadén de la Plata, que transporta al visitante a un pasado de molinos de rueda y muela. La vía verde y el Cerro del Hierro. Dos de las atracciones más populares de la zona son la vía verde Sierra Norte de Sevilla y el Cerro del Hierro. La primera es una antigua vía ferroviaria, precisamente la que se usaba para trasladar el material de minería del Cerro del Hierro hasta la línea que unía Zafra con Sevilla, donde se embarcaba con destino a los altos hornos de Glasgow (Escocia), ciudad en la que la compañía minera que explotaba el yacimiento tenía su sede principal. Esto ocurría a finales del siglo XIX, en plena revolución industrial. Si desde Constantina se avanza en dirección a San Nicolás del Puerto, el viajero encuentra ya a pocos kilómetros la indicación del Cerro del Hierro, y muy cerca de ella también la entrada a la vía verde. Tomándola desde el Cerro del Hierro en dirección a Cazalla se recorre en sentido descendente, una ventaja, y además se puede dar antes una vuelta por el sendero que rodea la antigua explotación minera. El circuito lleva poco más de media hora y merece la pena ver este extraño paisaje, declarado monumento natural, producto al 50% de la naturaleza y de la mano del hombre. Ante los ojos se muestra una masa de agujas, pináculos, cañones y desfiladeros en la que se mezclan los tonos grises y acerados de la piedra con todos los ocres que le proporciona el mineral de hierro. La ruta muestra profundos pozos las cortas de la mina, los túneles por donde circulaban las vagonetas cargadas de mineral, e incluso se puede bajar por unas escaleras de madera para contemplar desde abajo las caprichosas formas de las rocas, que ahora tienen nuevo uso como pista de entrenamiento de montañeros. Muy cerca del poblado minero de Cerro del Hierro se encuentra la entrada a la vía verde, que se puede tomar bien andando o bien en bicicleta. Es como un ancho carril bici en mitad del campo, pero con el atractivo de discurrir en paralelo al curso del Huéznar y de ofrecer algunas de las mejores vistas sobre este cauce. La ruta, de 15 kilómetros, acaba en la estación de tren de Cazalla, desde donde también se puede partir, pero en este caso en sentido ascendente, con una inclinación media del 2%. Por el camino, acompañan al visitante el constante susurro del agua, que cobra fuerza en las cascadas del Huéznar, declaradas monumento natural, y parajes como Isla Margarita o las riberas colindantes con la estación de Cazalla, en las que el tupido bosque de galería ofrece un paisaje casi fantasmal.

a los que surte de toda la gastronomía típica de la zona (croquetas caseras de venado, perdices estofadas, caldereta de jabalí y una variedad de piezas y platos del cerdo ibérico).

4 4 de 5 A las cascadas se puede llegar también en coche desde la carretera que va desde San Nicolás del Puerto a Cazalla de la Sierra. La entrada al paraje, conocido como El Martinete, está señalizada y se accede directamente desde los exteriores de un restaurante del mismo nombre que hace su agosto con los hambrientos senderistas, a los que surte de toda la gastronomía típica de la zona (croquetas caseras de venado, perdices estofadas, caldereta de jabalí y una variedad de piezas y platos del cerdo ibérico). La bajada a las cascadas es corta y fácil, y, justo antes de llegar, hay un prado acondicionado para hacer una barbacoa o tomar un refrigerio. Cazalla de la Sierra, el destino de esta ruta si se ha seguido la vía verde que termina en la estación, a unos ocho kilómetros del casco urbano, es un pueblo repleto de monumentos y casonas, producto del auge económico experimentado, sobre todo en los siglos XVI y XVII, gracias al prestigio que alcanzaron sus vinos y licores. Ahora cuenta con unos habitantes, entre los que hay personas procedentes de distintos lugares del mundo que han elegido este lugar especial para alejarse del tráfago urbano. Es la moda neorrural a la que se suman las oportunidades turísticas de la comarca. Además de esta, en la sierra están señalizadas rutas de senderismo que pueden llevar al visitante, según el ánimo, a visitar molinos, ermitas, grutas prehistóricas o lugares en los que en verano se escucha la berrea de los ciervos. Hay recorridos para todos los gustos y capacidades. Uno accesible para todos y muy recomendable, es la visita, caminando o en coche, a la cartuja de Cazalla, monumento nacional y en manos particulares desde la desamortización de Mendizábal, ubicado en la carretera de Cazalla a Constantina. Y todo ello sin olvidar un paseo imprescindible por las calles del pueblo, con sus casas blancas, sus fuentes y sus palacios, como el de San Benito, que, restaurado, acoge una de las casas rurales más espectaculares de España. Anisados y aguardientes El éxito de una marca es evidente si por lo particular se conoce lo general. Así ocurre con cazalla, sinónimo de aguardiente anisado y que, por cierto, no solo se producía y se produce en Cazalla de la Sierra sino también en Constantina. En ambos casos, el proceso fue parecido: durante los siglos XV y XVI y en relación directa con la exportación a las Indias, la enorme producción vinícola de la zona dio como resultado la destilación de los sobrantes para obtener alcohol, con el que se empezó a fabricar el famoso aguardiente. Este producto se sigue elaborando según las técnicas de entonces y con buena parte de las instalaciones de antaño, aunque en la actualidad la mayoría de las marcas más famosas están en manos de grandes compañías, caso de El Clavel y Miura de Cazalla. En Constantina, una de las más populares es La Violetera, que produce anís y licor de guindas y, además, despliega sus productos en un curioso museo.

5 5 de 5 Asunción Fernández de Castillejo es periodista especializada en temas agroambientales. adecastillejo@hotmail.com Publicado en Entrelíneas (

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