AÑO IV - Edición XXXIX - Noviembre, Panamá, Panamá de octubre de 2011

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1 AÑO IV - Edición XXXIX - Noviembre, 2011 CONTENIDO 1. Editorial Panamá, Panamá de octubre de 2011 VI Foro de Integración Energética Regional 2. Dirección de Integración 2.1 Integración Energética Regional y la Contribución al Bienestar Social - LECCIONES DEL VI Foro de la Integración Energética Regional Editorial El tema que ha convocado recientemente a diversos representantes de los gobiernos, empresas y academia de los Países Miembros y No Miembros al Foro de la Integración Energética Regional de OLADE, año 2011, se refiere a un tema crucial en el ámbito de las políticas energéticas en la actualidad: Seguridad Energética e Integración. Es por ello que este tema ha orientado también las discusiones técnicas del principal evento anual de la Organización, la XLII Reunión de Ministros, realizada posteriormente al FIER, en Panamá, el 28 de octubre de Las presentaciones realizadas en el FIER indican los avances, pero también las dificultades que surgen en el transcurso de un largo y algunas veces difícil proceso de integración energética en la Región. Las ideas presentadas en el FIER 2011 han permitido definir algunas conclusiones que fueron compartidas con las máximas autoridades del sector energético regional, como una manera de motivar el panel ministerial. Tales conclusiones se resumen de la siguiente manera: 1. La economía de América Latina y El Caribe ha presentado indicadores de crecimiento. Sin embargo, los beneficios del desarrollo económico deben distribuirse de manera más equitativa a todos los segmentos de la sociedad, lo cual está de acuerdo con las principales políticas de desarrollo de los Países Miembros, a saber: el desarrollo de los sectores productivos, el bienestar de la población y la inclusión social y económica de los segmentos más vulnerables. La energía cumple un rol central y estratégico para el cumplimiento de esos objetivos. 2. Atender la demanda creciente de energía requiere de esfuerzos en la implementación y desarrollo de mecanismos que faciliten la disponibilidad y el acceso a la energía en cantidad, calidad y a precios reducidos, considerando el aprovechamiento y las posibilidades de complementariedad de los abundantes recursos no renovables y renovables de los Países de la región, los cuales deben aprovecharse de manera eficiente en toda la cadena de la industria de la energía. 3. La integración energética permite varios beneficios para la región, tales como: el mejor aprovechamiento de los recursos y de complementariedades entre sistemas energéticos que posibilitan una mejor asignación de inversiones en instalaciones de la industria energética; además, puede reducir asimetrías. 4. Para avanzar en la integración energética es crucial contar con una política energética regional o coordinada que busque el desarrollo socioeconómico con criterios de solidaridad, sostenibilidad y equidad. Con ello, se podrá contar con una cartera de proyectos viables, definir un mecanismo de repartición de beneficios, respetando la soberanía de los países. Asimismo, es fundamental contar con un marco institucional que facilite la integración energética acorde con la visión política regional. Para esto se deben tenerse en cuenta los procesos de integración regional en curso, tales como UNASUR, SICA, CARICOM, entre otros. Fernando Ferreira Director Integración 1/6

2 5. Existen en la región experiencias exitosas concentradas en proyectos binacionales, sin embargo se demuestra que los beneficios podrían ser mayores si se prevaleciera el enfoque regional. 6. La promoción e intercambio de información sobre experiencias constituye una herramienta valiosa para fomentar la cooperación e integración regional. 7. América Latina y El Caribe cuenta con importantes recursos energéticos y acceso a recursos financieros, que pueden generar grandes oportunidades para el suministro de energía sostenible en la región. Por su parte, el panel de Ministros ha mostrado que se verifica en la Región diversos grados y modalidades de esfuerzo que los gobiernos vienen realizando en pro de la seguridad energética. Es notable el propósito de diversificar aún más la matriz energética de los Países Miembros, buscando impulsar el aprovechamiento de recursos naturales de cada País. La mayoría de los gobiernos viene desarrollando proyectos de infraestructura, tanto para la producción de energía como para su transporte. Se ha mencionado la importancia de iniciativas de cooperación e integración, tales como Petrocaribe, para países consumidores de hidrocarburos. Algunos países exportadores de energía resaltan que es fundamental contar con marcos regulatorios que faciliten la integración de sistemas energéticos y que los beneficios deben ser compartidos de manera equitativa entre las partes involucradas. En la presente edición se desarrollan algunas de las ideas discutidas en el FIER Victorio Oxilia D. - Secretario Ejecutivo - 2/6

3 Después de décadas de notable crecimiento de la pobreza (años 80 y 90) muchos gobiernos se plantean la necesidad de una distribución más equitativa de los beneficios, a través del desarrollo económico y la meta que se persigue está más allá del desarrollo de los sectores productivos, se habla de contribuir para lograr el bienestar de la población, la inclusión social y económica de los segmentos más vulnerables. En este contexto, la energía cumple un rol central y estratégico como elemento de soporte para el cumplimiento de estos objetivos. Para lograrlo, es necesario alcanzar la integración energética plena, pero con equidad distributiva. Es decir, homogeneizar la repartición de los beneficios entre los pueblos de las regiones. Para esto, es crucial contar con una política energética regional o coordinada que busque el desarrollo socioeconómico con criterios de solidaridad, sostenibilidad y equidad. Con ello, se podrá contar con una cartera de proyectos viables, definir un mecanismo de repartición de beneficios, respetando la soberanía de los países. Asimismo, es fundamental contar con un marco institucional que facilite la integración energética acorde con la visión política regional. Para lo cual, se debe trabajar en cooperación con organismos que tienen como objetivo promover el desarrollo y la integración como: CEPAL, UNASUR, SICA, CARICOM, entre otros. En la última década la economía de América Latina y El Caribe ha demostrado una gran capacidad de crecimiento, como muestran los indicadores económicos de casi la totalidad de los países que componen esta Región, con notable reducción de las deudas externas, crecimiento de las reservas internacionales (alcanzaron valores históricos del orden de 800 millones US$) y expansión de algunos segmentos productivos relacionados, en buena parte, con las demandas de países del Asia Pacífico. Sin embargo, los indicadores de inclusión social no siguen, en algunos casos, la misma velocidad de los indicadores económicos. Si bien ha habido una sensible reducción de la pobreza, debido principalmente a la implementación de políticas públicas en la última década y en países con gobiernos orientados a atender requerimientos de los sectores más vulnerables de la población, las desigualdades sociales persisten. En la actualidad, después de décadas de crecimiento notable de la pobreza, durante los 80 y 90, muchos gobiernos se plantean la necesidad de una distribución más equitativa de los beneficios logrados con el desarrollo económico. Por: Fernando Ferreira Es el Director de Integración de OLADE y Consultor IPEA para la cooperación internacional entre Brasil y Venezuela. De nacionalidad brasileña es doctor, máster en Ingeniería de la Producción y economista. Posee más de 30 años de experiencia en el sector de la electricidad. 3/6

4 El adelanto de la condición económica en la última década se debe, en buena parte, a las políticas de desarrollo aplicadas en los Países Miembros y también al mejoramiento de la industria nacional de base empresas petroleras, mineras, eléctricas, y otras - las cuales se transforman, en algunos casos, en empresas internacionalizadas y de notada capacidad competitiva con otras fuera de América Latina y el Caribe. La meta que se persigue está más allá del desarrollo de los sectores productivos. Se habla de contribuir a lograr el bienestar de la población y la inclusión social y económica de los segmentos más vulnerables. En este contexto, la energía cumple un rol central y estratégico como elemento de soporte para el cumplimiento de estos objetivos. Las fuentes no renovables de generación de energía son agotables. Es decir, que las mismas tienen una fecha de término, esto independiente de cualquier acción que se lleve a cabo para postergar el día que se confirme la inevitable reducción sostenida de la producción de combustibles tan importantes como son el petróleo, el gas natural y el carbón mineral. Así que el problema puede ser resumido en equilibrar la ecuación de atender, por un lado, una demanda de energía en cantidades siempre crecientes con niveles de calidad adecuados y precios reducidos y, por otro lado, considerar el aprovechamiento y las posibilidades de complementariedad de los recursos renovables y no renovables que de manera abundante disponen los Países de la Región. Además, existe siempre la posibilidad de aprovechar las ganancias de productividad mediante la eficiencia energética. 4/6

5 La resolución de este sistema, que parece presentar un equilibrio tenue a lo largo del tiempo, pasa por lograr el mejor aprovechamiento de los recursos y de complementariedad entre sistemas energéticos que posibilitan una mejor asignación de inversiones en instalaciones de la industria energética; además, puede reducir asimetrías entre Países. Los proyectos realizados y en estudio muestran que la integración energética es un factor relevante para la seguridad energética regional y que, al mismo tiempo, contribuye para la seguridad individual de los Países Miembros, en la medida que garantice el abastecimiento interno y permita acceso a fuentes más económicas y sistemas más eficientes al posibilitarse alguna forma de interconexión con países que poseen ventajas comparativas en la producción de determinadas fuentes y formas de energía. en proyectos binacionales, sin embargo se demuestra que los beneficios podrían ser mayores si prevaleciera el enfoque regional. Esto es exactamente una de las funciones establecidas para la OLADE. Los programas de trabajo actuales de OLADE, en el marco del Plan Trienal , incluyen aspectos que no solo consideran la seguridad energética y los cuidados ambientales necesarios, sino que apoyan a los países para que éstos desarrollen tanto los recursos renovables como los no renovables, de forma que se busca la eficiencia en toda la cadena de la industria de la energía, con el mejor aprovechamiento de los resultados posibles para los pueblos involucrados. Ahora bien, más que interconectar sistemas energéticos es necesario alcanzar la integración energética plena, pero con equidad distributiva. Es decir, homogeneizar la repartición de los beneficios entre los pueblos de las regiones. Para esto, es crucial contar con una política energética regional o coordinada que busque el desarrollo socioeconómico con criterios de solidaridad, sostenibilidad y equidad. Con ello, se podrá contar con una cartera de proyectos viables, definir un mecanismo de repartición de beneficios, respetando la soberanía de los países. Asimismo, es fundamental contar con un marco institucional que facilite la integración energética acorde con la visión política regional. Para esto, se debe trabajar en cooperación con organismos que tienen como objetivo promover el desarrollo y la integración, tales como: CEPAL, UNASUR, SICA, CARICOM, entre otros. Hoy, más que nunca, es necesario conocer para reproducir los aspectos más importantes de las experiencias exitosas existentes en la región, las mismas que todavía se concentran 5/6

6 Para que eso se convierta en una realidad y sea factible el avance, la OLADE debe profundizar la promoción y el intercambio de conocimientos y la información sobre experiencias exitosas, al igual que aquellas que no logran resultados satisfactorios. Las primeras para que sean reproducidas y las segundas que deben servir para mejorar la curva de aprendizaje de la integración regional. El FIER plasmó la idea de reconocimiento general de que la cooperación y la voluntad política son la clave para la integración y la seguridad de los países de América Latina y El Caribe, los cuales cuentan con importantes recursos energéticos, posibilidades y credibilidad para el acceso a recursos financieros, que pueden generar grandes oportunidades para el suministro de energía sostenible y eficiente en la región. Es bajo el entendimiento de que es necesario profundizar la cooperación y la interacción de organismos y agentes involucrados en las tareas concernientes al desarrollo y eficiencia de los sistemas energéticos que OLADE sabiendo que cumple con un rol importante en todo ese proceso propone estudios, investigaciones, capacitaciones y herramientas para formar un menú apropiado de alternativas a los Países Miembros. El reciente acercamiento que OLADE tuvo con instituciones de investigación y académicas, ha hecho propicia la posibilidad de aumentar la creatividad de las alternativas y soluciones para los problemas de integración y se espera que la excelente relación con los organismos de financiación puedan transformar todo este proceso de discusión y creación en proyectos y por consecuencia, en crecimiento de calidad de los servicios energéticos con mayor beneficios para los pueblos involucrados. Cabe mencionar, en línea con lo expuesto, el lanzamiento del Observatorio de la Integración Energética de América Latina y el Caribe, proyecto que se viene desarrollando con base en una red de universidades de la Región. Especialmente en lo referente a la integración, OLADE pretende estudiar la posibilidad de desarrollar dos importantes proyectos complementarios: la substitución parcial de la moneda corriente (dólar) por un sistema de compensación en los contratos de intercambio de energéticos; y un modelo informático de optimización de escenarios energéticos que servirá como señalizador para políticas públicas y posibles planes de integración regional en los Países Miembros. 6/6