Serie Informes INDICADORES LABORALES DE LAS MUJERES EN NAVARRA GABINETE DE ESTUDIOS

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1 Serie Informes INDICADORES LABORALES DE LAS MUJERES EN NAVARRA 2013 GABINETE DE ESTUDIOS

2 La cercanía de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, el próximo 8 de marzo, exige que el Departamento de la Mujer de la UGT de Navarra vuelva a reivindicar la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, así como a reflexionar sobre la situación en términos de igualdad. Con este doble objetivo presentamos en el siguiente informe los principales datos socioeconómicos que permiten obtener una nueva fotografía, actualizada, de la situación de la igualdad en Navarra. En concreto, se van a ofrecer datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), del paro registrado en las oficinas del Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE), así como de las contrataciones y la estructura salarial. Comenzamos este análisis observando la evolución, en los últimos años, de tres indicadores laborales fundamentales a la hora de posicionar a las mujeres en el mercado laboral: las tasas de actividad, empleo y paro. Navarra presentaba, a 1 de enero de , una población de personas, de las cuales , prácticamente la mitad, eran mujeres. Sin embargo, la pirámide que distribuye a las personas en función de la edad muestra que, por encima de los 60 años, el número de mujeres es superior al de hombres. En cuanto a la población mayor de 16 años, la Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre de 2012 señalaba que había en Navarra personas, de las cuales eran mujeres, de ellas activas y inactivas. Los hombres presentaban mayor actividad, con activos y inactivos. La tasa de actividad de los hombres (65,80%) sigue siendo muy superior a la de las mujeres (54,28%) En cuanto a la evolución, en los últimos años, de la diferencia entre hombres y mujeres respecto a su tasa de actividad, destaca que en el último dato disponible de 2012 existe una diferencia entre ambas tasas de 11,52 puntos, inferior a las observadas en los últimos trimestres de 2011 (11,66), 2010 (14,54), 2009 (15,07) y de 2008 (17,13). La diferencia entre las tasas de actividad ha evolucionado positivamente y la distancia entre la actividad de hombres y mujeres ha ido acortándose, si bien esta tendencia pueda deberse a uno de los efectos derivados de la crisis. Una de las estrategias que se ha llevado a cabo en muchos hogares afectados por el desempleo del hombre es que las mujeres, antes inactivas, pasen a la situación de actividad y búsqueda de empleo. Así, en el periodo se incorporaron a la situación de actividad mujeres por hombres. A pesar de ello, muchas de estas mujeres se encuentran en desempleo. En el mismo periodo han aumentado en las mujeres en desempleo, por lo que podemos afirmar que se encuentran con dificultades a la hora de pasar a la categoría de ocupadas, a la hora de encontrar un empleo, sobre todo en tiempos de crisis. 1 Instituto de Estadística de Navarra (IEN). 2 EPA (IV trimestre de 2007-IV trimestre de 2012). 2

3 La tasa de paro de las mujeres es superior a la de los hombres Del total de mujeres activas ( en el último trimestre de ), estaban ocupadas y en paro, lo cual hizo que terminaran el año con una tasa de paro del 17,68%. Parecido porcentaje de paro presentan los hombres en Navarra, 16,70%, si bien presentan un mayor número de personas ocupadas, , y, por tanto, también una mayor tasa de empleo (54,78%, frente al 44,68% de las mujeres). También resulta esclarecedor observar la evolución de estos indicadores, tasa de paro y tasa de empleo, a lo largo de los últimos años, puesto que nos permiten comprobar hasta qué punto los valores mostraban tendencias hacia la igualdad entre hombres y mujeres. Hay que hacer además referencia a los últimos años, en los que la crisis económica ha modificado ciertos comportamientos de las personas hacia la actividad. La evolución de estos datos muestran claramente cómo, durante la época de bonanza económica, los hombres presentaban tasas de paro cercanas al pleno empleo en Navarra, mientras que las mujeres continuaban con tasas entre el 7 y 8%. La crisis económica ha afectado en mayor medida a los hombres, que han multiplicado por cuatro sus tasas de paro desde el año 2007 a 2012, muchos de ellos provenientes de los sectores más afectados inicialmente por la crisis económica, como la Construcción y la Industria. Esto ha provocado que las tasas de hombres y mujeres se aproximen, si bien no porque la situación de las mujeres en desempleo haya cambiado, ya que casi se ha cuadruplicado la tasa de paro de las mujeres en Navarra respecto a En definitiva, los buenos años para el empleo en Navarra no han supuesto la igualdad para las mujeres a la hora de acceder al mercado laboral, mientras que la crisis económica ha afectado más a los hombres. No obstante, la situación de las mujeres, lejos de mejorar, ha empeorado, aunque menos que la de los hombres. En resumen, el paro sigue recayendo en mayor medida sobre la menor proporción de mujeres que constituyen la población activa femenina. Estos aspectos, la diferente afección de la crisis y la no mejoría de la situación de las mujeres, se reflejan claramente en la evolución de la tasa de desempleo, que ha variado de manera muy negativa en el caso de los hombres y ha empeorado también, pero en menor medida, la de las mujeres. Vista la evolución de estos indicadores en el tiempo, se continúa el estudio de los indicadores desde una perspectiva fija, en concreto, a partir de los datos proporcionados por la EPA en el cuarto trimestre de 2012 e incluyendo en el análisis otras variables importantes como la edad y el nivel de formación. En cuanto a las diferencias de actividad, inactividad, ocupación y paro de hombres y mujeres en función de la edad, son destacables las mayores tasas de actividad de los hombres en todos los tramos de edad. Cabe destacar que los hombres de entre 25 y 54 años alcanzan casi el 95% de tasa de actividad, mientras que las mujeres llegan en ese mismo tramo de edad a casi un 84% de tasa máxima. 3 Encuesta de Población Activa (EPA). IV trimestre de

4 En cuanto al paro por edades, hasta los 34 años hombres y mujeres aportan aproximadamente el mismo número de personas en paro. A partir de esta edad, el 56,93% del total de personas paradas son hombres. Respecto a las mujeres, el 52% del total de las paradas tiene menos de 35 años, mientras que en los hombres este porcentaje es del 44%, lo cual parece indicar que las mujeres jóvenes, aún con mayor formación que los hombres, como veremos a continuación, se encuentran con mayores dificultades de incorporación al mercado laboral que éstos. Estas dificultades, unidas a la mayor inactividad a partir de los 55 años, así como a otros factores de precariedad laboral, como la parcialidad y la temporalidad, que afectan en mayor medida a las mujeres, influirán decisivamente en el futuro de las pensiones que cobrarán estas mujeres, más si cabe con la reforma de las pensiones, que aumenta los años de cotización tanto para el derecho de pensión como para su cálculo y, por tanto, incidirán en la consolidación de la feminización de la pobreza. Destaca el mayor nivel de formación de las mujeres respecto a los hombres que, sin embargo, no evita sus peores condiciones laborales Lo más destacable es que una de cada tres mujeres alcanza niveles de formación o estudios superiores, mientras que otro 42% aporta niveles formativos de nivel secundario. En el caso de los hombres, 3 de cada 10 alcanzan estudios superiores, mientras que un 47% llega a niveles formativos de carácter secundario. Si tenemos en cuenta a los hombres y las mujeres activas, las diferencias en cuanto a estudios superiores son aún mayores: 47 de cada 100 mujeres activas tienen estudios superiores, por 41 hombres. Destaca, asimismo, el mayor porcentaje de hombres con estudios secundarios, 50 de cada 100 hombres por 46 mujeres de cada 100. Finalmente, son menos las mujeres que solamente disponen de estudios primarios o menos, 7% por un 9% en el caso de los hombres. En cuanto a la incidencia del paro en función de la edad y de forma diferenciada entre hombres y mujeres, las mujeres presentan mayores porcentajes de paro que los hombres de los 16 a los 44 años, mientras que a partir de esta edad y hasta los 64 años los hombres casi duplican a las mujeres en paro. El mayor porcentaje de hombres en paro se produce en el tramo de edad de 25 a 44 años aunque le sigue de cerca el tramo de edad más joven de 16 a 24 años y en las mujeres, es el de los 16 a los 24 años y muestra las dificultades que las personas jóvenes están teniendo, en estos tiempos de crisis, para entrar a formar parte del mercado laboral. Sobre la distribución de las mujeres ocupadas por ramas de actividad y por categorías profesionales, una de las características del mercado laboral es la segregación de género existente. Las mujeres no ocupan los mismos puestos de trabajo que los hombres, por lo que podemos afirmar que existe una importante segregación ocupacional, tanto sectorial como en las categorías profesionales que ocupan unos y otras. La mayoría de las mujeres trabajan en el sector de los Servicios en categorías generalmente más bajas que los hombres. 4

5 Según los datos de la EPA del último trimestre de 2012, en Navarra 82 de cada 100 mujeres que trabajaban lo hacían en el sector de los Servicios, 15 en la Industria, 2 en la Agricultura y una en la Construcción. Los hombres presentaban un reparto sectorial más equitativo y 48 de cada 100 hombres que trabajaban lo hacían en los Servicios, 34 en la Industria, 12 en la Construcción y 6 en la Agricultura. Si realizamos el análisis por sectores, 83 de cada 100 trabajadores que se dedican a la agricultura son hombres y 17 mujeres; en la Industria, encontramos 73 hombres por 27 mujeres; en la Construcción, el porcentaje de hombres es del 93%; y en los Servicios, las mujeres son mayoría, con el 59%. Datos que nos muestran la mencionada discriminación sectorial mediante la cual las mujeres se concentran mayoritariamente en unos sectores de actividad que tienen menor consideración social y, en general, peores condiciones de trabajo. 4 Por categoría profesional los datos continúan reflejando las dificultades de acceso de las mujeres a las categorías de dirección Así como el gran peso que tienen en las Categorías Técnicas, donde una de cada cuatro mujeres ocupadas realiza labores Técnicas y Científicas, dato que comienza a reflejar el alto nivel formativo adquirido por las mujeres en las últimas décadas. También se encuentran supra representadas en los empleos de tipo administrativo, en servicios de restauración, personales y vendedoras y en la de trabajadores no cualificados, categorías estas últimas en las que el número de mujeres ocupadas es superior al de hombres. Analizando los datos de la situación profesional, 13 de cada 100 mujeres ocupadas son empresarias; 20, asalariadas públicas; 66, asalariadas privadas, y 1, cooperativista, ayuda familiar u otros. En el caso de los hombres, 21 de cada 100 ocupados son empresarios, casi el doble que las mujeres; 12 son asalariados públicos, casi la mitad que las mujeres; 66 asalariados privados y 1 cooperativista, ayuda familiar u otros, es decir, que en estas dos categorías profesionales el peso de hombres y mujeres ocupados es idéntico. Otra perspectiva de los datos indica que 65 de cada 100 personas empresarias con o sin asalariados son hombres, por 35 mujeres, mientras que 59 de cada 100 personas asalariadas públicas son mujeres por 41 hombres. En el caso de asalariados privados, la relación se invierte y son 54 hombres por 46 mujeres. En cuanto a la categoría de cooperativistas, ayuda familiar y otras, se asigna el mismo número de hombres que de mujeres. Otro aspecto que refleja claramente las peores condiciones laborales de las mujeres con respecto a los hombres son los tipos de contratos que se les realizan. Así, siguiendo los datos del cuarto trimestre de 2012, se observa que 76 de cada 100 mujeres ocupadas son indefinidas y 24 temporales, mientras que en el caso de los hombres ocupados 84 de cada 100 son indefinidos y 16 temporales. Desde otro punto de vista, 45 de cada 100 personas ocupadas con contrato indefinido son mujeres y 55 hombres, y, sin embargo, 59 de cada 100 contratos temporales corresponden a mujeres y 41 a hombres. 4 INSTITUTO DE LA MUJER. Acceso al mercado laboral de las tituladas superiores en España: empleabilidad y cualificación. Madrid,

6 La jornada laboral parcial y la contratación temporal afectan de manera más intensa a las mujeres De esta forma, solamente 39 de cada 100 contratos a tiempo completo pertenecen a mujeres, mientras que 61 pertenecen a hombres. Esta situación se invierte si hablamos de contratos a tiempo parcial, ya que 79 de cada 100 contratos corresponden a mujeres y 21 a hombres. Si tomamos en consideración a hombres y mujeres separadamente, los porcentajes son los siguientes: 70 de cada 100 mujeres ocupadas asalariadas tienen un contrato a tiempo completo y 30 a tiempo parcial; sin embargo, los hombres disponen de un 94% de contratos a tiempo completo y sólo 6 de cada 100 tienen un contrato a tiempo parcial. Este aspecto de la jornada a tiempo parcial se debe, creemos, a dos aspectos concretos. Por una parte, a las mayores dificultades de acceso a empleos a tiempo completo por elección empresarial, es decir, nos referimos a la discriminación empresarial que lleva a ofrecer en mayor medida los contratos a tiempo parcial a las mujeres (en este caso, consideramos que las mujeres no deciden este tipo de contrato) y, por otra parte, a que la mujer sigue haciéndose cargo en mayor medida de la esfera privada (cuidado de dependientes, del hogar, etc.), potenciado, además, por la atribución social del trabajo de la esfera privada a las mujeres, lo cual les obligaría a optar por este tipo de contrato con el fin de realizar tanto el trabajo de la esfera privada como el de la pública, y tratando de reducir el estrés de la doble jornada disminuyendo de manera voluntaria la jornada laboral en la esfera privada. En este caso, el aspecto crítico que obliga es la falta de corresponsabilidad por parte de los hombres en las tareas del hogar y el cuidado familiar. Se comienza el análisis del paro registrado indicando que la evolución señalada en el caso de la EPA se refrenda a través de estos datos que mensualmente ofrece el Servicio Navarro de Empleo, salvo que en los datos de paro registrado siempre hay un mayor número de personas. En todo caso, se observa cómo, en los años de bonanza económica, el paro registrado de las mujeres era superior al de los hombres en aproximadamente personas. La crisis económica ha igualado el número de hombres y mujeres en desempleo, lo que supone un aumento mayor del número de hombres (en 2012 hay hombres más en desempleo por mujeres respecto a la misma fecha de 2005). Más allá del sexo, la crisis ha aumentado más del doble el número de personas en desempleo en 2012 respecto a siete años antes. Como datos significativos respecto a la edad, el 41% de las mujeres en desempleo en Navarra tiene entre 30 y 44 años, el 19% tiene menos de 30 años y el 40% restante tiene más de 44 años. Los hombres, sin embargo, presentan un porcentaje mayor en las edades más jóvenes, con un 23% de hombres menores de 30 años desempleados sobre el total de hombres. En el tramo etario de 30 a 44 años hombres y mujeres presentan aproximadamente el mismo porcentaje, 41%, mientras que en las edades de más de 44 años los hombres tienen un porcentaje menor de desempleados, con un 36%. Los datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) también nos permiten realizar cierto análisis de género respecto a las contrataciones que se realizaron durante Además, realizaremos una 6

7 comparativa respecto a las contrataciones realizadas antes y durante la crisis, en concreto, desde el año En primer lugar, es destacable la disminución de contratos respecto a 2008 como uno de los efectos de la crisis económica. Así, durante 2012 se realizaron en Navarra contratos, menos que en el año En todo caso, las mujeres se están viendo afectadas por una disminución de los contratos respecto a 2008, año en el que firmaban 52 de cada 100 contratos. En 2008 y 2009 se refleja la mayor intensidad de la crisis en los hombres, ya que las mujeres firmaban, aunque con poca diferencia, más contratos que los hombres. En el año 2010 la situación de las mujeres empeora respecto a la contratación, cuando firmaron 48 de cada 100 contratos en Navarra. Por el contrario, en 2012, la situación de las mujeres vuelve a mejorar, con el 51% de contratos femeninos. Estas diferencias contractuales entre hombres y mujeres se reflejan de manera más clara comparando por modalidad de contratación. Así, los hombres firmaron 60 de cada 100 contratos de carácter indefinido a tiempo completo que se firmaron en 2012 en Navarra y solamente 40 las mujeres. Sin embargo, si tenemos en cuenta la tipología de contratos más precarios, los temporales a tiempo parcial, 71 de cada 100 son los correspondientes a las mujeres. Navarra es la Comunidad Autónoma con la diferencia más grande entre los salarios de los hombres y de las mujeres Como denunciamos con motivo de la celebración del Día por la Igualdad Salarial, Navarra sigue siendo la Comunidad con las mayores divergencias de ganancias entre mujeres y hombres, ya que la ganancia media anual femenina supuso en 2010 el 73,8% de la masculina, frente al 77,4% nacional. El informe realizado por la UGT, a partir de los últimos datos de la Encuesta de Estructura Salarial, publicada por el Instituto Nacional de Estadística, demuestra que han perdido vigor las tesis que fundamentaban la brecha salarial tanto en la escasa formación de las mujeres, como en la inserción laboral tardía de las mujeres al empleo, y de sus interrupciones de carrera, por alejarse del mercado laboral para cuidar de sus hijos e hijas y otros familiares. Por un lado, los datos constatan que las diferencias salariales superan la media en todos los niveles educativos, salvo en el del grupo de personas que cuentan con una licenciatura o una ingeniería de grado superior, pero que se sitúa por encima del 22%; por otro, al relacionar la brecha salarial con la antigüedad, descubrimos que las diferencias persisten a pesar de contar con el mismo número de años de permanencia en el empleo. 7