Teniendo en cuenta su forma de nutrición, los hongos pueden clasificarse en tres categorías tróficas:

Transcripción

1 Las setas en La Rioja: conócelas, disfruta de ellas y respeta su medio ambiente Por Agustín Caballero Moreno Los hongos son organismos carentes de clorofila y, por tanto, incapaces de fabricar sus propios alimentos. Se nutren pues, de sustancias orgánicas vivas o muertas. El talo o micelio constituye su aparato vegetativo y está formado por filamentos llamados hifas. La seta o carpóforo es el cuerpo fructífero de algunos hongos. Muchas veces han sido incluidos en el reino vegetal dentro de las plantas sin flores o criptógamas. El criterio mayoritario actual es el de formar otro reino aparte, denominado reino fungi. La reproducción de los hongos es muy variada y demasiado extraña o complicada. En muchas ocasiones, una espora germina y da lugar al micelio (primario); cuando se une con otro micelio de sexo contrario se forma el verdadero micelio (secundario) del que surgirán los carpóforos o setas. En otras ocasiones, la reproducción es asexual, por gemación, formando conidios o esporas asexuadas. Por último, también puede ser por reproducción o propagación del micelio. Figura 1: Gymnosporangium tremelloides, ejemplo de La Rioja y sus setas hongo parásito. La vegetación riojana, como resultado evolutivo bajo la influencia de factores naturales (relieve, suelo, clima...) y la acción del hombre, se caracteriza por su gran diversidad. Si excluimos algunas formas exóticas, en La Rioja podemos encontrar gran variedad de setas muy diferentes, cosmopolitas, europeas o de reparticiones y hábitats más restringidos o específicos, cuyo número estimamos superior a Queremos indicar que también existen algunas especies descritas como nuevas para la ciencia encontradas, hasta la fecha, sólo en nuestra Comunidad, y cuyo estudio requiere un tratamiento aparte. Los hongos y sus categorías tróficas Teniendo en cuenta su forma de nutrición, los hongos pueden clasificarse en tres categorías tróficas: 1 - Parásitos, cuando se alimentan de otros seres vivos. Ejemplos de los mismos encontramos en: Ustilago maydis (carbón o mona del maíz); Gymnosporangium tremelloides, que ataca a los enebros (figura 1); Plasmopara viticola (mildiu de la vid) o Uncinula necator (oídio de la vid); e, igualmente, algunos como las tiñas, producidas por diversos hongos, que causan enfermedades en la piel de los animales y del hombre.

2 Figura 2: Calocybe gambosa, ejemplo de hongo saprófito. parásito. 2 -Saprófitos o saprobios, cuando se alimentan de desechos. Descomponen y mineralizan la materia orgánica reciclándola y poniéndola de nuevo a disposición de las plantas, contribuyendo así a cerrar los ciclos biológicos. Figura 3: Lipiota castanea, seta saprófita considerada muy venenosa o mortal. Algunas de las setas que producen son muy apreciadas y buscadas para el consumo o el comercio, como: Agrocybe aegerita (seta de chopo), que crece generalmente sobre madera degradada de chopos, pero también de higueras, saúcos, olmos, plátanos de los paseos, etc.; Pleurotus eryngii (seta de cardo), que fructifica sobre raíces de cardo corredor del segundo año; Marasmius oreades (senderuela, seta de carrerilla o clavitos); Calocybe gambosa, llamada fina o seda en La Rioja (figura 2); Coprinus comatus (barbuda); diversas especies del género Agaricus, conocidos como champiñones y denominados hongos en nuestra Comunidad; Macrolepiota procera y otras especies afines (parasoles); Helvella spadicea = Helvella leucopus = Helvella monachella, conocida curiosamente como perrochico en muchas localidades riojanas (en contraposición al mismo nombre vulgar aplicado en Álava y modernamente en La Rioja, para denominar a Calocybe gambosa); varias especies del género Morchella (colmenillas) y otras muchas. Algunas son objeto de cultivo a escala industrial, especialmente en La Rioja. Otras setas saprófitas son muy venenosas. Es el caso de Lepiota brunneoincarnata, Lepiota pseudohelveola, Lepiota castanea (figura 3), Omphalotus olearius, Galerina marginata, etc. Por último, muchas de ellas nos sorprenderán o resultarán curiosas por sus llamativos colores y/o sus formas caprichosas. Además, algunos hongos pueden ser, indistintamente, parásitos y/o saprófitos, como: Armillaria mellea, Fistulina hepatica o Fomes fomentarius, que viven en diversos árboles vivos o muertos. 3 -Simbióticos, cuando intercambian sustancias con algunas plantas formando micorrizas.

3 Figura 4: Boletus aereus y una joven y frondosa encina, ejemplo de simbiosis. Estos hongos son los más importantes para nuestros bosques. Las relaciones de simbiosis que se establecen en las raíces de los árboles son casi indispensables para el desarrollo de éstos: la planta proporciona al hongo los hidratos de carbono que necesita y, a cambio, el hongo beneficia a la planta dándole una mayor capacidad de absorción de agua, nitrógeno y otros elementos fundamentales, favoreciendo su crecimiento y creándole una mayor resistencia frente a diversos agentes patógenos (figura 4). Figura 5: Amanita Caesarea, considerada como la reina. Figura 6: Boletus aereus, considerado el rey Amanita caesarea (oronja) (figura 5) y Boletus aereus (boleto negro) (figura 6), entre otras, son las especies simbióticas más representativas de nuestros encinares o carrascales mediterráneos situados en las tierras bajas del Valle del Ebro. Lo mismo podemos decir de Boletus edulis (boleto comestible) y de Boletus pinophilus (boleto del pino), que viven, indistintamente, en los hayedos y pinares de montaña. Igualmente de Lactarius deliciosus y otras especies afines (níscalos), setas muy abundantes en muchos pinares riojanos, y que se encuentran bien distribuidas por toda la Comunidad Autónoma (figura 7). También haremos mención a Cantharellus cibarius (rebozuelo), abundante y repartido en nuestros bosques de planifolios (figura 8). Figura 7: Lactarius delicius, seta popular muy buscada Figura 8: Cantharellus cibarius, un buen comestible nunca atacado por larvas.

4 Todas estas especies son muy valoradas bajo el punto de vista gastronómico y muy buscadas por los aficionados, para consumo propio y/o para su comercialización. En los últimos años se pueden contar por cientos o, mejor, por miles las personas que, provenientes de muy diferentes regiones, vienen a recolectarlas. Esto supone una constante degradación del medio ambiente, al menos, en parte. A este respecto, sería conveniente una mayor protección de las mismas y de sus bosques. Se debería continuar o aumentar la vigilancia de posibles abusos en su recogida, así como de la utilización de rastrillos u otras herramientas que perjudiquen gravemente el medio. No descartamos que en un futuro próximo lleguen a esquilmarse dichas especies al no llegar los ejemplares a terminar su ciclo vegetativo natural. Las autoridades deben seguir poniendo especial interés en el seguimiento y cumplimiento de las medidas adoptadas a este respecto en el Decreto 114/2003, de 30 de octubre, de la Consejería de Turismo, Medio Ambiente y Política Territorial de La Rioja. Junto a esto, sería conveniente continuar legislando determinados aspectos puntuales relacionados con el tema, previamente consensuados con diversos sectores de la sociedad; sin olvidar el desarrollo de campañas divulgativas o educativas encaminadas a un mayor respeto y conservación del medio ambiente. Figura 9: Amanita phalloides, mortal. Figura 11:Amanita lactea, seta muy rara, a proteger. Por otra parte, unas cuantas especies de este tipo son mortales, estando considerada como dosis letal la ingestión de 20 gr. Ejemplos de esto son Amanita phalloides, bien distribuida por todo el territorio riojano en bosques de planifolios generalmente (figura 9); Amanita verna (figura 10), menos frecuente pero más fácil de confundir con algunas setas blancas comestibles; y Amanita virosa, mucho más rara, aunque también presente en nuestra Comunidad. Figura 10: Amanita verna, mortal Figura 12: Gyroporus cyanescers, en "lista Roja". Otras son muy tóxicas, como: Amanita muscaria, Amanita pantherina, Boletus satanas, Lactarius torminosus, etc. Y, algunas, muy raras: Amanita lactea (figura 11) o Gyroporus cyanescens (figura 12), por comenzar de algún modo una lista roja de especies a proteger, para lo que tendremos en cuenta que cuidar su medio ambiente es lo esencial. Además, existen muchísimas otras especies simbióticas incluidas en otros interesantes géneros, como: Cortinarius (algunas especies de este amplísimo género son mortales, como: Cortinarius orellanus,

5 Cortinarius speciosissimus o Cortinarius splendens; bastantes, con diversos grados de toxicidad y muy escasas, las comestibles), Tricholoma, Hygrophorus, Russula o Lactarius, entre otros. Hay, incluso, casos extremos de adaptación en simbiosis, como son diversos hongos hipogeos, trufas y setas afines. Algunos consejos Además de la recolección de especies para su consumo o estudio, en nuestras salidas al campo podremos apreciar que se trata de un saludable y equilibrado ejercicio deportivo con pocos inconvenientes, apto para todas las edades y para toda la familia, relajante, no violento, en contacto directo con la Naturaleza, etc. No obstante, es conveniente que, entre otras, sigamos estas normas: -Limitarse a recolectar para el consumo sólo las especies bien conocidas y familiares para nosotros. No abusar en caso de abundancia. Dejar los ejemplares viejos y los muy jóvenes. -No destruir las no conocidas. Cada especie tiene una función que favorece y/o equilibra el medio. Respetar, igualmente, el resto de la vegetación y el suelo. -Conviene distinguir muy bien las especies venenosas. Así evitaremos desenlaces fatales. -No utilizar bolsas de plástico para su recolección, mejor una cesta. Cuando cojamos algunas especies a fin de estudiarlas, no llevarlas conjuntamente con las que se van a consumir. -Descartar todos los procedimientos vulgares de reconocimiento y atenerse a los métodos científicos o características botánicas para la determinación de una especie. -No pretender identificar, por simple aproximación, todas las setas recolectadas a la vista de una guía; es una labor difícil y costosa y, muchas veces, casi imposible para un aficionado, aunque éste sea experimentado. -Resulta casi imprescindible tener algún libro. No comparar las especies recolectadas sólo con las fotografías del mismo, sino también con el texto. El conocimiento del modo de vida y el hábitat nos ayudará a la identificación. Igualmente, sus características organolépticas. -Consultar con algún experto o asociación micológica en caso de la menor duda. -No consumir una seta ante la mínima sospecha: más vale perder una seta en la vida que la vida por una seta. De todo lo expuesto hasta ahora, podemos deducir que las setas tienen una gran importancia económica en La Rioja, superior a la explotación maderera, por ejemplo. Su recolección es un ejercicio saludable que nos proporcionará satisfacciones personales y de interés práctico culinario, aunque deberemos tener en cuenta que existen especies venenosas. También sirven de aliciente o atracción hacia un sector del turismo de calidad. Junto a esto, no debemos olvidar que forman parte del ecosistema de los bosques y son imprescindibles en el ciclo vital. Conozcámoslas mejor para disfrutarlas, respetarlas, protegerlas y cuidar el medio ambiente! EL AUTOR Agustín Caballero Moreno es maestro de profesión y micólogo por afición o entusiasmo. autor del libro "Setas y Hongos de La Rioja" y de otras obras sobre setas en soporte informático. Ha publicado numerosos artículos sobre micología tanto en revistas riojanas, como nacionales o extranjeras. Ha descrito varias setas nuevas para la Ciencia encontradas en nuestra Comunidad, generalmente, en coautoría con el eminente micólogo Marcel Bon.