Cuentos I EDGAR ALLAN POE, GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ, ANTÓN CHÉJOV, GIOVANNI BOCCACCIO, OSCAR WILDE, HORACIO QUIROGA, HUMBERTO COSTANTINI, O.

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Gregorio García Salas
hace 7 años
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1 ANTOLOGÍA Cuentos I EDGAR ALLAN POE, GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ, ANTÓN CHÉJOV, GIOVANNI BOCCACCIO, OSCAR WILDE, HORACIO QUIROGA, HUMBERTO COSTANTINI, O. HENRY

2 Cuentos I Antología

3 Esta obra fue realizada por el equipo de Editorial Estrada S. A. bajo la coordinación general del profesor Diego Di Vincenzo. Director de colección: Alejandro Palermo. Compilación, introducción, notas y actividades: Isabel Vassallo. Editores: Silvana Daszuk y Alejandro Palermo. Corrección: Ediciones Pluma Alta. Realización gráfica: Luz Aramburú. Foto de tapa: Sebastián Izquierdo. Documentación gráfica: María Alejandra Rossi. Jefe del Departamento de Diseño: Rodrigo R. Carreras. Gerente de Diseño y Producción Editorial: Carlos Rodríguez. Cuentos I / Oscar Wilde...[et.al.]; compilado por Isabel Vassallo; dirigido por Alejandro Palermo - 1 a ed. 5 a reimp. - Buenos Aires: Estrada, p., 19 x 14 cm - (Azulejos; 31) ISBN Material Auxiliar de Enseñanza I. Vassallo, Isabel, comp. II. Palermo, Alejandro, dir. CDD Colección Azulejos 31 Editorial Es tra da S. A., Editorial Estrada S.A. forma parte del Grupo Macmillan. Avda.Blanco Encalada 104, San Isidro, provincia de Buenos Aires, Argentina. Internet: Queda he cho el de pósito que mar ca la Ley Impreso en la Argentina. Printed in Argentina. ISBN No se per mi ten la re producción par cial o to tal, el al ma cenamiento, el al qui ler, la trans mi sión o la trans formación de es te li bro, en cual quier for ma o por cual quier me dio, sea elec tró ni co o me cánico, me dian te fo tocopias, di gi ta li za ción y otros mé to dos, sin el per mi so pre vio y es cri to del edi tor. Su in frac ción es tá pe na da por las le yes y

4 Cuentos I Antología

6 Índice La narración: el cuento... 7 Dos grandes clases de cuentos... 8 El cuento a través del tiempo... 9 El corazón delator, de Edgar Allan Poe Un día de estos, de Gabriel García Márquez Una broma sin importancia, de Antón Chéjov El cocinero Chichibío, de Giovanni Boccaccio El Príncipe Feliz, de Oscar Wilde Los cazadores de ratas, de Horacio Quiroga El cielo entre los durmientes, de Humberto Costantini.. 65 Mil dólares, de O. Henry Actividades Actividades de comprensión de lectura Actividades de producción de escritura Actividades de relación con otras disciplinas... 92

7 7 La narración: el cuento La literatura es ficción. Las obras literarias son ficciones no porque sean mentira, sino porque son fruto de la imaginación; representan un mundo que puede ser totalmente diferente del que conocemos o parecerse muchísimo a él. Pero ese mundo inventado, aun en el caso de que se parezca al mundo real, nunca se confunde con él. Se trata de un mundo creíble en sí mismo, que convence por sí mismo, sin necesidad de compararlo con el mundo en que vivimos. Un mundo verosímil. Los cuentos son ficciones narrativas. En esto, se asemejan a los poemas épicos, que relatan, en verso, hazañas de héroes de otros tiempos; también a los apólogos, que cuentan una breve anécdota con la finalidad de dejar una enseñanza; a las novelas, extensos relatos en los que se entrelazan historias que les suceden a diferentes personajes Qué tienen en común estas formas literarias? Responder a esta pregunta es definir al género narrativo, o la narrativa: a diferencia de los poemas y de las obras teatrales, las narraciones se caracterizan por presentar una voz, la del narrador, que cuenta una serie de hechos y, al hacerlo, crea un mundo. Esos hechos se suceden en el tiempo, se producen en un espacio y están protagonizados por personajes. Pero, además, para que haya narración, tiene que haber un conflicto. Básicamente, querer tener algo que no se tiene y luchar para alcanzarlo. Así, un rey puede querer recuperar un territorio que le han arrebatado, y para eso debe hacer la guerra; una muchacha que vive en un pueblito sueña con marcharse a la gran ciudad; un chico desea volar Si no hay un deseo que rompa el orden habitual de las cosas, no hay narración. Ahora bien, el cuento tiene esos rasgos en común con otras formas de la narrativa. Pero posee, además, características propias, que lo distinguen de ellas. Es una narración breve, que desarrolla el conflicto y, muchas veces, su resolución, con una gran tensión. Es un relato que no le permite descansar al lector, sino que le exige una gran concentración, ya que se desenvuelve en forma rápida y condensada. Esto quiere decir que reúne en poco espacio, en unas pocas pero imprescindibles pinceladas y de modo muy intenso, lo que hay para decir.

8 8 Dos grandes clases de cuentos El escritor norteamericano Edgar Allan Poe definió al cuento como una narración que debe, antes que nada, producir en el lector un efecto generador de una unidad de impresión. Esto no se logra solamente contando un hecho único, sino contándolo de tal modo que el lector sea atrapado por la lectura y no pueda abandonarla hasta el final. Hay muchos relatos que cuentan una historia, con un conflicto y una resolución; por ejemplo, un chico quiere comprarle un regalo a su abuelo para mostrarle su especial afecto. Será necesario, entonces, seguir las acciones que el personaje realiza (ahorrar, o robar, u obtener alguna ganancia, o todo esto junto) para adquirir el objeto y hacer el regalo. Esas acciones entran en una relación de causa y efecto: un hecho tiene la función de ser causa de algo, y ese algo tiene la función de ser efecto del hecho anterior, y, a su vez, será causa de otro hecho. Se dice que los relatos de este tipo están estructurados por las acciones. Pero el lector no solo es atrapado por el relato de hechos. Hay muchos otros cuentos que, en lugar de darles importancia clave a los acontecimientos, centran el interés del lector en lo que sienten y piensan los personajes, y en el ambiente del que forman parte. Ese ambiente puede ser físico (una cabaña, una gran ciudad), social (un clima de bienestar o de pobreza), espiritual (hostilidad o comprensión entre personas). Estos ambientes influyen en los personajes para que sean y actúen de cierta manera. Los relatos que se centran en estos aspectos crean un clima (de ternura, de angustia, de miseria, de ansiedad ante lo desconocido, etcétera). Por ejemplo, un habitante del planeta Tierra está por emprender un viaje al espacio, con su familia, y el cuento presenta los recuerdos que tiene de su vida en la Tierra y las esperanzas que pone en la vida que va a iniciar. Se dice que los relatos de este tipo están estructurados por los indicios; es decir, aquellos elementos que permiten descifrar todo lo que rodea a las acciones. Los relatos estructurados por las acciones se llaman funcionales. Los que se estructuran a partir de los indicios se denominan indiciales. Ejemplo típico del primer modo es el cuento de aventuras; del segundo, el relato psicológico.

9 9 El cuento a través del tiempo La significación que hoy le damos al término cuento, vinculada a la brevedad, a la precisión, al efecto unitario, se basa en las ideas de Poe, que vivió en la primera mitad del siglo XIX. Pero, con anterioridad, esta forma ha tenido a veces otro nombre: es el caso, por ejemplo, de los cuentos de Boccaccio, uno de los cuales aparece en esta antología. Denominados novelle, eran relatos más bien breves, que representaban los modos de vida y las costumbres propias de la época. Relatos como esos, en los que los lectores ven reflejada su propia época, serán característicos de la segunda mitad del siglo XIX: son los cuentos realistas. En ellos, la historia que se cuenta y el ambiente que se recrea generan en los lectores la ilusión de estar frente a experiencias semejantes a las que ellos viven en la vida real. En oposición a estos, el cuento maravilloso y el fantástico presentan seres y hechos sobrenaturales: en los cuentos maravillosos, lo sobrenatural es aceptado por el lector con naturalidad; en cambio, en los relatos fantásticos, crea en los lectores angustia, deseo por explicar lo inexplicable y una duda constante entre aceptar lo anormal como parte de la ficción o buscarle una explicación racional. Pero, frente al relato maravilloso y al realista, que han atravesado las épocas desde tiempos lejanos y que logran separar claramente lo que pertenece al mundo de la experiencia de aquello que queda excluido de él, el relato fantástico se afirma en el siglo XIX: parecería un modo de escapar, a través de la literatura, a las soluciones racionales, que no alcanzan para explicar ciertos fenómenos ni para responder a ciertas preguntas. Como se ve, maravilloso, realista, fantástico son clases de relato concebidas teniendo en cuenta el modo de representación de la realidad. En cambio, la clasificación en cuentos policiales, de aprendizaje, didácticos, humorísticos, etc., depende del tratamiento de cierta temática o de la inclusión de determinados recursos. Así, lo más frecuente es encontrar que estas clases se entrecruzan: por ejemplo, un cuento maravilloso que enseña; un cuento policial que utiliza recursos humorísticos, etcétera. Es indudable que el vigor de esta bella, rigurosa y sugestiva forma el cuento está muy lejos de haberse agotado.

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