Comentario sobre la función del más uno*

Transcripción

1 1 Comentario sobre la función del más uno* Sagrario García Antes de hablar sobre el Más-Uno, lo que yo pienso de su función y lo que la experiencia de ejercerla en un Cartel que terminó en Diciembre puede haberme enseñado, quisiera hacer una recomendación. Creo que aquellos que acepten ser Más-Uno a petición de otros cuatro deben leer unos pocos textos. No creo que sea una función para la que prepare el trabajo clínico ni el trabajo analizante, y que es necesario esfuerzo suplementario. Así como para formar un cartel los cuatro pueden ponerse al trabajo desde la ignorancia, para el Más-Uno no me parece lo mismo. Es una opinión particular y pienso que no compartida por muchos, por ejemplo, se ha puesto de moda, hace un poco de tiempo ya, el elegir a los Más-Uno en función, precisamente, de su no saber de Psicoanálisis, basándose en que este lugar de no-saber permitiría hacer las buenas preguntas que pusieran a los cuatro a trabajar en la buena dirección. Estoy de acuerdo y no estoy de acuerdo con ello. Creo que, ciertamente, el Más-Uno no sepa del tema que agrupa a los cinco es ya una garantía de que no va a ocupar un lugar de saber, de que el agente que provoque el trabajo no sea el saber, pero no garantiza nada de que se produzcan efectos de discurso analítico y menos aún de que se elaboren y puedan hacer transmisibles los efectos cualesquiera que se produzcan. Me parece preferible que el Más-Uno sepa de su función y, después, se las apañe para operar en el cartel dejando el saber en los lugares que le corresponden. Los textos imprescindibles son, de Lacan: El «Acto de fundación» de 1964, «Decolage» y «Sr. A» de Y de Miller «Cinco variaciones sobre el tema de la elaboración provocada». En 1964, Lacan dice que el Más-Uno estará encargado de la selección, discusión y el destino que se reserva al trabajo de cada uno. n 1980 dice que el Más-Uno, si bien es cualquiera, debe ser alguien. Y que está a su cargo velar por los efectos internos de la empresa y de provocar a su elaboración. Para entender esto me resultó muy esclarecedora la matematización que hace Miller en el texto citado.

2 2 El atractivo el + ó - 1 a S S 1 el enjambre S 2 S 2 Lo que Lacan sabía el + de saber lado: Tomando por partes este despliegue de la estructura del discurso tenemos por un 1) S S 1 agente otro S 2 producción Son lugares claros los que han de ocupar el Más-Uno, los otros cuatro y el Más- Uno en su función de uno más y la producción de cada uno de ellos. Menos claro es aquello que mueve al Más-Uno, cómo se hace cargo de soportar el lugar de agente, de amo, de encarnar la falta al mismo tiempo sin apropiarse del atractivo y sosteniendo fuera de él el saber de Freud y Lacan. El Más-Uno se encuentra con la paradoja de tener que operar desde dos discursos o desde dos lugares, si lo preferimos, ya que su función es siempre la misma, escrita como S, pero evidentemente no es lo mismo hacerse cargo del vado desde el lugar de agente de amo del discurso -ahí en el matema anterior-, o desde el lugar del Otro: 2) a S Provocador provocado, lo llama aquí Miller. S 1 Consecuentemente, para los cuatro, tampoco es lo mismo ser S 1 en el lugar del producto, o S 1 en el lugar del Otro. Esto último vale también para el Más-Uno, que es uno-más cuando se trata de su sujeto temático. Así pues, el Más-Uno ha de estar en todas partes, según los distintos momentos del cartel, en todas partes menos una: el lugar de la verdad queda para Freud y Lacan. De aquí extraigo primera orientación para la función del Más-Uno. No tiene derecho a apropiarse del saber de Freud y Lacan, ese saber ha de dejarlo ciliado en los textos y sólo le es posible, como uno más, desde el S 1, elaborar su saber sobre esos textos, pero como saber particular que le es propio (S 2 en el lugar de la producción).

3 3 Hay dos momentos cruciales, al menos, en el tiempo del cartel, el de su formalización y el de su terminación. En la formalización de qué se trata?. Se trata de pasar de S S 1, -en los matemas en el nº 2-. Como veis es un momento de entrada opuesto a la entrada en análisis. Cada sujeto ha de darse un nombre, nombrar su sujeto temático. En este momento el Más-Uno ha de velar por que la formalización no sea un mero trámite. Para ello la convocatoria a la inscripción desde la Escuela puede venir bien, logrando una precipitación o por el contrario precipitar los sujetos temáticos prematuramente. Esto es una llamada de atención para el tiempo de inscripción, no hay que «achuchar» demasiado con las fechas, como nos ocurrió, por ejemplo, en la última. Es indudable que los sujetos temáticos elegidos sin razones de peso van a provocar efectos posteriormente, efectos que habrán de ser recogidos y expuestos como clínica del cartel. Segunda orientación. Cuidar la formalización, que cada uno tenga su motivo para estar ahí y que el sujeto temático sirva como nombre propio. Mi experiencia, no precisamente en el cartel en que hice de Más-Uno, sino en los carteles en los que había participado antes, es que si la formalización no está bien planteada tiende a hacerse masa, cada cual escabulle su sujeto poniendo en ese lugar, bien el tema general -no es un deslizamiento difícil cuando se ha quedado en hacer la lectura de un texto común, por ejemplo un Seminario-, o bien el sujeto temático de cualquiera de los otros cuatro. S 1 Tema general Creo que es un efecto frecuente, los bandazos no vienen dados sólo por la metonimia del deseo, de un texto a otro cuando se ha perdido la orientación, sino por adherirse a los sujetos temáticos de los otros. Tercera orientación. Velar por los inevitables efectos de grupo, no sólo imaginarios, sino las identificaciones simbólicas. Con velar por ellos no entiendo reprimidos, sino precisamente sacarlos a la luz. Las Soirées de carteles pueden ayudar al Más-Uno en esta labor. El tiempo que media hasta la conclusión del cartel es para el Más-Uno el tiempo de provocar la elaboración - en el matema 1 - S S 1 S 2. El artículo de Miller es muy claro al respecto y no voy a insistir sobre ello. Ni analista, ni amo, ni sabio, el Más-Uno será preferiblemente histérico, que hable mucho pero que preserve el vado en su corazón. En nuestro cartel, a posteriori, creo que podría decir que esa función: a S S l S 2, se ha sostenido por los análisis de cada uno, ha sido un cartel en el que se ha hablado mucho de la experiencia como analizantes, eso diría yo que ha sido el atractivo, el a del cartel.

4 4 La disolución me resulta el punto más oscuro. Dos cosas están claras. Un producto escrito es deseable, un Otro que recoja ese producto también es deseable. Para mí es necesario, pero que para mí sea necesario quizás sea un síntoma. Hubo un pequeño escándalo cuando en la Soirée anterior pregunté por el interés que la Escuela tenía por estos productos. Quizá tengan razón y es escandaloso esperar de la Escuela un interés. Mi lectura de los textos de Lacan es que no. Lacan dice que se necesitan pocas cosas para sostener los carteles: «un buzón, un correo, un foro y la inevitable publicación». En otro lugar dice que los trabajos se publicarán en un anuario y que cualquiera puede figurar en él con sólo pedirlo. Lo dice justo después de decir que el mayor esfuerzo económico irá dirigido a las publicaciones -se refiere al esfuerzo de la Escuela-. Yo me pregunto por qué la Escuela publica un anuario con la inscripción de los carteles? Eso ayuda a la formalización, es cierto, pero si eso no tiene consecuencias, si con la inscripción no se corre el riesgo de que le pidan a uno exponer su trabajo en un foro, si su producto no tiene destino, no va a ser publicado o expuesto qué le animaría a escribir? Se hace el pase para la Escuela por qué no se escribiría también para la Escuela?, por qué si hay un anuario de inscripciones y no hay todavía una publicación de productos? En nuestro cartel el momento de concluir no fue una necesidad interna dada por un tiempo lógico. Tendemos a pensar que el tiempo de comprender puede durar indefinidamente. Concluimos forzados por el tiempo cronológico máximo de dos años. Incluso así, apareció como una sorpresa. Otra sorpresa fue el que pidiera un producto a cada uno, tuvo un aire de encerrona y he de decir que como Más-Uno tampoco yo este punto lo tenia muy claro, no estoy segura de que no fuera un ajustarse a las normas sin más. Pienso que en el momento en que estamos ahora en el G.E.V. sería deseable que los Más-Uno trabajaran junto a la Secretaría de Carteles sobre este punto, pensar el destino de cada producto juntos. El destino que elegí para mi producto, el Otro que elegí, fue el Espacio de Trabajo con Niños. Me quedó una cierta insatisfacción, creo que no fue una buena elección. Tampoco el más de saber producido me dejó conforme. Hubo un producto que tuvo su lugar de recogida en la anterior Soirée de carteles. Quedan otros tres Qué puedo decir de ellos? En uno se trató de una inhibición para la escritura que pienso que fue del orden de la que planteó Araceli Fuentes en el Coloquio Uno por Uno Inhibición para la demostración, efecto de la intrusión de lo imaginario en lo simbólico. El sujeto temático no dio su producto escrito, pienso que por falta de articulación en un saber demostrable más que porque no hubiera habido elaboración. Otro sujeto temático produjo angustia, angustia en lugar de elaboración, sin embargo, en el momento de concluir esa angustia encontró significantes para decirse. El último sujeto temático se precipitó en el momento de concluir con algo que llamaría, siguiendo a Lilia Mahjoub, efecto de sujeto. Provocó un cambio de posición,

5 5 un cambio de discurso, el saber de Lacan, que había soportado, que había sido elevado al lugar del amo, S 1, dificultando una elaboración propia, cambió de lugar. Agradezco a la Secretaría de Carteles que finalmente estos efectos hayan podido encontrar un lugar donde depositarse. *Soirée de Carteles en Bilbao,, Abril de 1993.