diálogos Rusia y la Unión Europea en el marco del nuevo desorden europeo

Transcripción

1 diálogos Rusia y la Unión Europea en el marco del nuevo desorden europeo Palau Macaya, Barcelona, martes 28 de abril de 2015 Orden y desorden en Europa en el siglo XXI: de la Europa de las instituciones a la Europa de las fronteras Relatoría del diálogo Dentro del ciclo Rusia y la Unión Europea en el marco del nuevo desorden europeo, se celebró la primera sesión de diálogo de las cuatro que forman el ciclo. La sesión constó de una ponencia por parte de la catedrática Esther Barbé y concluyó con un debate entre los asistentes. La relatoría de la sesión tiene por objetivo mostrar los planteamientos expuestos durante la sesión ordenados por ideas y conceptos. No responde a un resumen del posicionamiento específico de cada uno de los participantes.

2 Sumario 1. Introducción y objetivos de los diálogos 3 2. Tesis expuesta 4 3. Abstract 4 4. Ideas clave 5 5. Miradas 7 6. Ponente 8 Rusia y la Unión Europea en el marco del nuevo desorden europeo 2

3 1 Introducción y objetivos de los diálogos En los últimos veinticinco años, pasada ya la guerra fría, Europa ha querido ser un modelo para el mundo. La presencia de Rusia en Ucrania y la anexión de Crimea han puesto de nuevo sobre la mesa conceptos de la geopolítica que parecían olvidados. Para describir las relaciones entre Rusia y la UE hay que hablar de esferas de influencia, de rivalidad entre potencias y de equilibrios de poder. El modelo europeo, con su complejidad institucional y sus fronteras borrosas, se enfrenta con un nuevo escenario: crisis de las instituciones multilaterales y nuevas reivindicaciones territoriales. Rusia marca la pauta. Qué podemos esperar de esta situación? Cómo se desarrollarán las relaciones entre Rusia y la UE en el futuro inmediato? Sobre qué bases se reconstruirá la relación? Cómo afecta a los otros vecinos del este, como Moldavia o Georgia, lo que ha pasado en Ucrania? Nos encontramos ante un proceso de creación de esferas de influencia? Dónde está el discurso que proclamaba la bondad de la interdependencia económica como medio para construir espacios regionales en paz? Cómo hacer compatibles los principios y los intereses económicos relacionados con las fuentes de energía? Qué habrá que entender a partir de ahora como una relación de buena vecindad entre países? Las cuatro conferencias han abordado las relaciones entre Rusia y la UE desde cuatro perspectivas diferentes: la evolución de las instituciones y las fronteras, el nuevo rol de Rusia en el escenario europeo, las percepciones mutuas de rusos y europeos occidentales y el papel de la energía. El ciclo ha sido dirigido por Esther Barbé, catedrática de relaciones internacionales de la Universitat Autònoma de Barcelona y coordinadora de un programa de investigación del Institut Barcelona d Estudis Internacionals. Rusia y la Unión Europea en el marco del nuevo desorden europeo 3

4 2 Tesis expuesta La tesis fundamental que se ha expuesto en esta conferencia tiene que ver con el error que ha cometido la Unión Europea a la hora de diseñar las políticas hacia Rusia al terminar la guerra fría, partiendo del supuesto de que Rusia respondería, a medio plazo, al perfil de un Estado débil (por sus debilidades materiales) y de un Estado que compartiría plenamente los valores liberales de la Unión. Este error de partida, tal como se constata actualmente, tiene consecuencias para la transformación del orden internacional en proceso y, sobre todo, para el futuro inmediato, teniendo en cuenta que Rusia forma parte, hoy en día, de un grupo de Estados (potencias emergentes) que contestan la base normativa de un sistema internacional diseñado por las potencias occidentales (Estados Unidos y Unión Europea). La Unión Europea ha cometido un error a la hora de diseñar las políticas hacia Rusia al terminar la guerra fría, partiendo del supuesto de que respondería al perfil de un Estado débil. 3 Abstract El orden europeo entre 1989 y 2015 ha pasado de ser un orden hegemónico a ser un orden contestado. Ese cambio se explica por la redistribución de poder que ha habido en el continente, donde Rusia ha pasado a tener una posición de poder (gracias a sus recursos materiales) que había perdido al terminar la guerra fría, y que se había traducido en cambios institucionales (ampliación de la OTAN) y de fronteras (recomposición del mapa de los Balcanes). Las relaciones de poder entre la UE y Rusia, asimétricas al terminar la guerra fría, explican que en Europa se dieran esos cambios institucionales que ahora son contestados por parte de Rusia. La contestación rusa se ha traducido en decisiones que afectan a las relaciones bilaterales por cuestiones normativas (rechazo por parte de Rusia de normas básicas de la UE, tales como la libre competencia) o por conflictos territoriales y de estatus (Ucrania), pero también los marcos multilaterales, donde Rusia, junto con potencias emergentes y con países del tercer mundo, forma nuevas alianzas para desafiar la estructura hegemónica de poder existente desde el final de la guerra fría. Rusia y la Unión Europea en el marco del nuevo desorden europeo 4

5 4 Ideas clave La primera idea clave de la sesión es presentar la erosión del sistema internacional construido en la inmediata posguerra fría a partir de dos variables que interactúan entre sí: instituciones y fronteras. En otras palabras, no se puede diferenciar entre fronteras, como una variable propia de la geopolítica y, por lo tanto, exclusiva y tendente al conflicto, e instituciones, como una variable propia del derecho y tendente a la cooperación. Se pretende, de entrada, desmitificar la idea de unas organizaciones occidentales (incluida la Unión Europea) que piensan en reglas y acuerdos y generan certeza, y una Rusia que piensa en territorio y en soberanía nacional y genera inquietud. Así, el diálogo establece unos supuestos de partida que luego se desarrollan y sirven para situar las relaciones entre la Unión Europea y Rusia en el momento presente: las instituciones pueden ser responsables de crear fronteras de inclusión y exclusión en Europa, y las fronteras sirven a veces para poner en marcha dinámicas institucionales. Dos frases provocadoras para entendernos. Primero, la UE es Europa. No son europeos los que no forman parte de la UE? Segundo, existiría hoy en día la OTAN si no hubiese habido guerra en la antigua Yugoslavia? La segunda idea de la sesión es ejemplificar las relaciones entre la UE y Rusia en términos de poder a partir de la interacción entre instituciones y fronteras. Esas relaciones de poder son un buen ejemplo de cómo el sistema internacional, que al terminar la guerra fría tiene una estructura de poder claramente hegemónica, pasa a ser un orden contestado. En términos institucionales, el orden hegemónico se traduce en una serie de decisiones entre las que destacan la progresiva paneuropeización de las organizaciones (fundamentalmente, el Consejo de Europa), comportando inclusión de Rusia, pero también las progresivas ampliaciones de la OTAN, que son sistemáticamente rechazadas por Rusia (entre 1999 y 2009) con una argumentación de percepción de ataque sistemático por parte de sus vecinos occidentales. En términos de fronteras, el orden europeo sufre un proceso de cambio fundamental, que deja el mapa de Europa con la aparición de nuevos Estados (procedentes de conflictos armados), pero también de conflictos congelados (en la ex Unión Soviética) y de protectorados en los Balcanes (Kosovo). Los eventos más recientes en Ucrania (anexión de Crimea, conflictos armados en el este de Ucrania) dan pie a ver cómo instituciones y fronteras se articulan de nuevo en un escenario de enfrentamiento directo entre la UE y Rusia (sanciones). La tercera idea de la sesión es ilustrar la imagen que la UE tenía de las relaciones de poder UE - Rusia a la hora de diseñar las políticas hacia ese país. Esta imagen se basaba en tres dimensiones del poder y cómo éstas situaban a la UE en una posición Rusia y la Unión Europea en el marco del nuevo desorden europeo 5

6 de asimetría respecto a Rusia. Desde el punto de vista de las capacidades materiales, hay que destacar la dimensión económica (entre la UE y Estados Unidos se sumaba más del 40% del PIB mundial) y la dimensión militar (los europeos occidentales como socios de Estados Unidos en la OTAN se ven bajo el paraguas de la hiperpotencia militar). En términos ideacionales, la economía liberal y la democracia forman la estructura hegemónica compartida por la UE. Finalmente, en términos institucionales, el orden europeo se basa en las instituciones del mundo occidental supervivientes de la guerra fría (OTAN y UE), que se convierten en legitimadoras de las ideas y sirven para ejercer el poder. La cuarta idea de la sesión es identificar cómo la imagen de la Rusia débil y liberal, que establece la base para las políticas de la UE, da paso a una Rusia fuerte y contestataria (contesta las normas básicas del orden establecido, mercado y democracia, cómo se entienden en el discurso de la UE, libre competencia, derechos y libertades y participación política). La Rusia débil, que pasa de tener un 4% del PIB mundial a un 2%, entre 1990 y 1999, es la que rechaza (sin éxito) el proceso de ampliación de la OTAN y, en consecuencia, la creación de un nuevo mapa institucional en la Europa central y oriental que no comparte. El caso de Kosovo (1999) constituye el punto de inflexión. Una Rusia que se fortalece desde la dimensión de las capacidades económicas (aumento del precio del petróleo de 20$ el barril, en 1990, a 100$, en 2005) se traduce en más capacidad militar (modernización del 70% del armamento para 2020) y en acciones militares con efectos territoriales (Georgia, 2008; Ucrania, 2015). Una Rusia que se fortalece desde la dimensión de las capacidades económicas se traduce en más capacidad militar y en acciones militares con efectos territoriales. La quinta idea, y conclusiva, es que el cambio en las relaciones de poder entre la UE y Rusia (convertida en fuerte y contestataria) sirve para explicar las actuales dificultades en las relaciones entre las dos en dimensión bilateral (sanciones, suspensión de acuerdo, etc.), en relación al orden europeo (Ucrania es el mejor ejemplo) y en relación al orden global, donde las diferencias entre la UE y Rusia se traducen en dificultad para sacar adelante decisiones en el marco de las instituciones multilaterales, donde el poder de la UE se ha visto erosionado, en estos últimos años, por la formación de nuevas alianzas, donde Rusia, junto a otros Estados, como potencias emergentes o Estados del tercer mundo, desafía marcos normativos promovidos por la UE (Tratado de la Carta Energética) o su propio espacio de poder en instancias internacionales (FMI, Banco Mundial). Rusia y la Unión Europea en el marco del nuevo desorden europeo 6

7 5 Miradas La sesión abre dos miradas muy diferentes a la relación UE - Rusia. De entrada, una primera mirada en la que la Unión Europea actúa en posición de asimetría, elaborando un marco de relaciones para Rusia (acuerdo bilateral) que dura entre 1990 y Es la mirada de la UE hacia una Rusia débil y que comparte las ideas liberales que han ganado la guerra fría (democracia y libre mercado). Los hechos que más marcan el periodo, desde el punto de vista de las consecuencias posteriores, tienen que ver con la ampliación de las instituciones, especialmente de la OTAN, hacia la Europa central y oriental. A continuación, una segunda mirada, que cubre el periodo que va de 1999 hasta nuestros días, donde debemos hablar de una recuperación de fortaleza (de base material) por parte de Rusia, que va acompañada de contestación respecto a ideas sobre las que se ha construido la Unión (caso de la libre competencia, por ejemplo, que se ve contrapuesta en el terreno de la energía a la noción de soberanía de los recursos energéticos). El paso de la primera a la segunda mirada es al mismo tiempo el paso de un orden internacional hegemónico a un orden contestado, donde el caso UE - Rusia es un indicador más de las transformaciones profoneras que sufre. Rusia y la Unión Europea en el marco del nuevo desorden europeo 7

8 6 Ponente Esther Barbé es coordinadora del programa de investigación del IBEI Seguridad, Poder y Multilateralismo en un Mundo Globalizado desde diciembre de Es catedrática de relaciones internacionales en la Universitat Autònoma de Barcelona. Es doctora en ciencias políticas por la Universidad Complutense de Madrid (1986). Sus áreas de investigación se centran en la política exterior española, la política exterior de la Unión Europea, las relacioes euromediterráneas, la seguridad internacional, la resolución de conflictos, la transición de poder en el sistema internacional y el multilateralismo. Es miembro del Consejo Científico del Real Instituto Elcano y del Observatorio de Política Exterior Española (OPEX). También es miembro del consejo asesor de diferentes revistas científicas, entre las que destacan European Journal of International Relations, Foreign Policy, Revista Española de Derecho Internacional, Mediterranean Politics e International Insights/Regards sur l International. Desde 2001, es directora del grupo de investigación consolidado Observatorio de Política Exterior Europea, reconocido por la Generalitat de Catalunya (AGAUR). También ha participado y participa como investigadora principal en los proyectos CHALLENGE (6º Programa Marco de la UE), EUPROX (Pla Nacional I+D+i ), DYNAMUS (Pla Nacional I+D+i ) y EUIANUS (Plan Nacional I+D+i ). Además, forma parte del Consejo Científico del proyecto EU4SEAS (7º Programa Marco de la UE). Ha publicado la Memoria de la Transición en España y Cataluña (2000), Irak en la encrucijada (2003) y numerosos artículos en revistas especializadas. Rusia y la Unión Europea en el marco del nuevo desorden europeo 8