San Pedro 6:tu palabra es fuego 28/5/09 13:11 Página 1 PEDRO EL APÓSTOL

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Marcos Alvarado Reyes
hace 7 años
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1 PEDRO EL APÓSTOL

2 Colección Raíces de la fe

3 DAG TESSORE PEDRO EL APÓSTOL y el primer siglo cristiano

4 Título original: San Pietro: un uomo alla ricerca di Dio 2007, Città Nuova Editrice Via degli Scipioni, Roma Traducción: Eduardo Ortubia Maquetación y diseño gráfico: Antonio Santos Imagen de cubierta: Domenikos Theotokopoulos «El Greco», San Pedro (h ) Archivo Fotográfico, Museo del Greco (Toledo) 2009, Editorial Ciudad Nueva José Picón, Madrid ISBN: Depósito legal: M- Imprime: Publidisa - Sevilla

5 Introducción La figura de san Pedro está tan impregnada de una dimensión de fe y, admitámoslo, de leyenda pía, que parece atrevido e insólito trazar su perfil biográfico, como se haría de cualquier otro personaje histórico. Por otra parte, las fuentes sobre las que basarse son muy escasas: los Evangelios y los Hechos de los Apóstoles (textos cuya perspectiva es realmente más espiritual y teológica que histórica), y algunos relatos hagiográficos apócrifos. No obstante, este material es suficiente para reconstruir con cierta exactitud el recorrido de uno de los personajes más ilustres y significativos del cristianismo: Simón de Betsaida, llamado Pedro, nacido en Palestina hacia el año 5 a. C. y muerto en Roma en 64 o 67 d. C. Nuestra intención ha sido escribir un libro ágil y de lectura fácil a la vez que riguroso desde el punto de vista histórico-científico (lo que explica el uso de citas y notas). Además de basarnos en los resultados de los estudios históricos y arqueológicos más recientes, nos hemos basado en las fuentes antiguas principales y más fidedignas, ante todo en los cuatro Evangelios y en los Hechos de los Apóstoles, los cuales se redactaron, como el Evangelio de san Marcos, cuando Pedro quizás aún estaba vivo. En segundo lugar nos hemos basado también en las obras de los Padres de la Iglesia y de historiadores anti- 5

6 guos. En algunos casos nos hemos encontrado ante material claramente legendario, que también hemos usado, con las debidas explicaciones, en la medida en que ha sido aceptado por la tradición de la Iglesia. El mismo martirio de san Pedro, por ejemplo, nos llega sólo por la tradición y a través de varios textos apócrifos; sin embargo, no sólo constituye uno de los elementos fundamentales de la tradición de la Iglesia sobre san Pedro, sino que también está reconocido como un hecho histórico casi seguro. Ante datos controvertidos según algunos, san Pedro sufrió el martirio durante la persecución de Nerón del año 64, mientras que según otros fue en el 67; hay quien afirma que la segunda carta de san Pedro es auténtica, mientras que hay quien lo niega, hemos seguido la versión «tradicional», aunque advirtiendo al lector de dicho desacuerdo. Además del Nuevo Testamento, las principales fuentes hagiográficas antiguas sobre san Pedro son los Hechos de Pedro y las Homilías de san Clemente. Los Hechos de Pedro, texto apócrifo redactado hacia el año 180, tuvieron una gran difusión en la Antigüedad, e incluso muchos de los Padres de la Iglesia más ortodoxos los leían y los consideraban auténticos. Este escrito apócrifo, que contiene sin duda muchos hechos inventados y de tipo milagroso, nos transmite también un material histórico relativamente abundante, por lo que resulta un documento muy valioso para nosotros considerando también su antigüedad. De él se hicieron en distintos momentos reelaboraciones, resúmenes y modificaciones, como por ejemplo las dos Passio de Pseudo-Lino y de Pseudo-Hegesipo, y los Hechos de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo de Pseudo-Marcelo. 6

7 Las Homilías de san Clemente (Clementinae), que fueron redactadas probablemente en Siria en el siglo III, presentan no pocos rasgos claramente heréticos desde el punto de vista teológico (la obligatoriedad de la circuncisión, por ejemplo), y desde el punto de vista narrativo son bastante poco fiables en cuanto a su historicidad. Sin embargo, tienen el mérito de proporcionarnos muchos detalles interesantes sobre la vida de san Pedro, los cuales, a pesar de su carácter apócrifo, han influido en la biografía tradicional y en la iconografía sobre el apóstol y consiguen acercarnos su persona y reavivar su figura. Por lo que respecta al denominado Evangelio de Pedro, del que quedan pocos fragmentos, y al Apocalipsis de Pedro, son dos obras apócrifas redactadas hacia el año 130 que no hablan de la persona de Pedro. Finalmente queremos recordar que, además de los hechos biográficos y acontecimientos históricos relacionados con el apóstol, en este libro hemos tratado de dar gran relieve a su itinerario interior y espiritual, sobre todo a través de una nueva lectura de sus dos cartas. Ésta es la biografía de un hombre en busca de Dios. 7

9 1. Los años de infancia y juventud Pedro, que significa «piedra», es la forma griega del arameo Cefas. Y «Piedra» es precisamente el nombre que Jesús le puso al apóstol, pero su nombre original era Simón, o bien Simeón (cf. 2 P 1, 1). Ambas formas son la transliteración griega del nombre hebreo Shim on, un nombre antiguo y glorioso en Israel. El primero en tener este nombre fue el patriarca Simeón, uno de los doce hijos de Jacob. Lo llamaron Simeón porque cuando Lía, su madre, lo concibió en su seno, dijo: «El Señor ha oído que yo era menospreciada y me ha dado también este hijo» (Gn 29, 33). En hebreo «ha oído» se dice shama a, de donde deriva el nombre Shim on. Simón Macabeo, el gran héroe nacional de Israel, también se llamaba así, y con seguridad debía de ser un nombre bastante corriente en Palestina. Simón Pedro era natural de Betsaida (cf. Jn 1, 44), que se puede identificar probablemente con Betsaida Julia, la capital de la tetrarquía de Filipo. Betsaida estaba situada a los pies del macizo montañoso del Golán, en la orilla oriental del Jordán, al norte del lago de Tiberíades (llamado también de Genesaret) en Galilea, en el lugar donde hoy se encuentra la aldea palestina de El-Tell. La fecha de nacimiento de Simón no se conoce, pero considerando que murió en 64 o 67, es probable que tuviese 9

10 más o menos la edad de Jesús o que quizá fuera un poco mayor que Él. El Evangelio nos dice de Simón que era «hijo de Jonás» (o también «hijo de Juan» 1 ), que era de Betsaida, como hemos visto, y que era hermano de Andrés. Sobre su vida anterior a su encuentro con Jesús, el Evangelio no dice nada, por lo tanto en la medida de lo posible trataremos de reconstruir la infancia y la juventud de Simón basándonos en las noticias que nos han transmitido la tradición apostólica y patrística y en lo que nosotros mismos podamos deducir sobre la base de la realidad histórica, religiosa y social de la Palestina de esa época, además de los escasos datos que nos proporciona el Evangelio. Cuando conoció a Jesús, Simón era pescador (cf. Mt 4, 18); probablemente lo era ya desde pequeño, como también eran pescadores su padre, Juan (o Jonás), y toda su familia. De hecho, en el lago de Genesaret la pesca era una actividad floreciente, y tener la posibilidad de ejercerla era sin duda una gran suerte en un contexto en el que el desempleo, la miseria y el hambre estaban muy extendidos y muchos se veían obligados a emigrar con la esperanza de encontrar algún trabajo por humilde que fuera. En las Homilías de san Clemente, Pedro dice: «Desde pequeños, Andrés, mi hermano en la carne y en Dios, y yo crecimos como huérfanos y nos acostumbramos a trabajar a causa de la pobreza y de la miseria. Por eso ahora también soportamos fácilmente las dificultades del camino» 2. Desconoce- 1 Mt 16, 17; Jn 1, 42. Probablemente en este caso «Jonás» es simplemente una corrupción o una transcripción equivocada de «Juan» (cf. la glosa del Sion Evangelium a Mt 16, 17). 2 Clementinae, XII, 6. 10

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