CCS: Productividad en economía no extractiva creció en 1% durante 2013

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1 21 Abril 2014 CCS: Productividad en economía no extractiva creció en 1% durante 2013 La productividad o eficiencia económica es reconocidamente uno de los aspectos más debiles que caracteriza a la economía chilena, lo que nos distancia de las rutas seguidas por naciones altamente productivas en Asia, en las regiones nórdicas y en algunas europeas. De acuerdo a estimaciones de la CCS, durante 2013 la productividad total de factores (PTF) volvió a marcar un retroceso, al contraerse en un -0,2%. De esta manera se mantiene la tendencia observada desde 2008, con la sola excepción de 2012, en que tuvo un aumento de 0,7%. En los últimos 10 años se aprecia que la PTF ha tenido avances muy marginales, de sólo 0,2% promedio anual. Sin embargo, tal como se verá más adelante, este resultado negativo esta fuertemente influido por las agudas caídas de la PTF de la minería. En efecto, la productividad de la economía no minera ha alcanzado un desempeño con crecimientos del 1,1% a partir de En 2013, la estimación de la CCS sitúa el crecimiento de la productividad no minera en torno a un 1%.

2 En la actualidad uno de cada cuatro pesos que se invierte en Chile es destinado a la minería, que ha estado afecta a importantes deterioros en su productividad factorial, por efecto de la caída en las leyes mineras, el aumento de los costos operacionales y crecientes regulaciones medioambientales. Todo ello, además, en un contexto en que las fuertes inversiones del sector en los últimos años hacen naturalmente caer el rendimiento del capital, dados los largos ciclos de maduración de las inversiones en este sector. Este escenario de pérdida de productividad en el sector minero es inevitable, y también afecta a otras naciones intensivas en este tipo de recursos naturales. Un reciente informe del Consejo Minero de Australia señala que la PTF del sector habría descendido un 30% en la última década en ese país. De acuerdo a nuestros cálculos, en Chile esta caída es superior al 50%. Es decir, la productividad en este sector está mucho más influida por la caída en las leyes de los minerales y el aumento de costos que por las ganancias en eficiencia. Si se aísla a la minería de las mediciones, el diagnóstico sobre la evolución reciente de la productividad en la economía chilena es bastante menos negativo. Bajo esta mirada, la PTF muestra varios períodos de crecimiento saludable. En los últimos 10 años, como se indicó, su crecimiento promedio fue de 1,1% anual (vs 0,2% para la economía total, incluida minería). Tasas similares se encuentran entre 1997 y 2007 (previo a la crisis global) y más recientemente, entre 2010 y Lo opuesto ocurrió en , en que la minería vió aumentos de la PTF cercanos al 6% promedio anual, moderando el deterioro de la productividad agregada de esos años por efecto de la crisis asiática.

3 Según nuestros cálculos, la PTF en la economía no extractiva habría ya prácticamente recuperado en 2013 los niveles que tuvo antes de la crisis global, situación que se debiera extender hacia La PTF en el sector minero, en cambio, ha permanecido más o menos donde quedó después de la crisis de En relación a los países de la OCDE, los resultados de la economía chilena son satisfactorios, ya que la PTF de las actividades no mineras es incluso superior a la que muestra este conjunto de países y sigue también la misma forma del ciclo, decayendo sustancialmente en los años en torno a la crisis global de En términos promedio, la PTF del período arroja un promedio de 0,6% en los países de la OCDE y de 0,9% en Chile. En los años de crisis, en , tanto Chile como la OCDE muestran un deterioro en su productividad. El efecto del mayor crecimiento de la productividad en la economía no minera se ha manifestado directamente en la magnitud del crecimiento económico. La variación real del PIB no minero ha sido de 5,6% promedio en la última década y de 5,9% en el período El crecimiento del PIB minero, en tanto, ha promediado sólo 0,2% en el decenio y 1,6% en Rendimiento del Stock de Capital Una forma indirecta de apreciar las diferencias de productividad entre el sector minero y el resto de la economía es medir el rendimiento del stock de capital en términos de PIB. La minería ha elevado el PIB en sólo 0,2% anual promedio en la última década, pero ha elevado el stock de capital en 10,8% en el mismo período. En contraste, el resto de la economía ha elevado su PIB en 5,6%, y el stock de capital en sólo 4,8%. El menor rendimiento actual del stock de capital en la minería está explicado no sólo por la caída en las leyes del mineral y el aumento de costos, sino también por el mayor tiempo que

4 toman las inversiones en hacerse productivas. Tras un prolongado ciclo de inversiones, puede producirse posteriormente un impacto positivo en productividad y crecimiento del PIB. De hecho, en 2013, en que se cierra un prolongado ciclo de inversiones, el PIB del sector minero se expandió en 6,1% y la productividad parece haberse estabilizado, luego de un extenso período de cifras en rojo. En la medida que el sector se desplace de la fase de inversión a la fase de producción, los resultados en productividad pueden cambiar sustancialmente. En todo caso, aislar el sector minero de la medición de productividad no es un mero ejercicio matemático para forzar mejores resultados. Por el contrario, tiene lógica analítica aislar de las macro mediciones aquellos rubros cuya productividad tiene un fuerte componente exógeno, como lo es la ley minera. Ello significa en definitiva que los requerimientos de capital y trabajo necesarios para generar una unidad de producto son cada vez mayores, dando lugar a una menor eficiencia productiva. De hecho, los antecedentes muestran que el rendimiento del stock de capital disponible en el sector minero (maquinarias, instalaciones y obras de infraestructura), ha descendido ininterrumpidamente desde el año 2000 en adelante, lo cual da cuenta del mayor esfuerzo en inversión que requiere la faena minera, tanto por su menor ley como por las mayores exigencias del proceso productivo. La relación entre PIB y stock de capital ha caído en ese lapso de 1,15 en 1999 a una cifra estimada de 0,33 en Otros sectores también han visto decrecer el rendimiento de las instalaciones y maquinarias, medido como la relación entre PIB y stock de capital, pero de ninguna forma con la severidad que ha sucedido en la minería. Ello es consistente con los mayores requerimientos técnicos en las funciones de producción inherentes al desarrollo económico. Sólo son excepción a esta norma el sector comercio y el silvoagropecuario, que han visto enormes ganancias de productividad asociadas a la incorporación de nuevas tecnologías en sus procesos productivos. La relación entre PIB y stock de capital en el sector comercio ha crecido de 0,75 a 1,03 en 2012, con un aumento de la PTF que ha promediado 3,7% en la última década y 3,2% en los últimos cinco años. Crecimiento de los Factores Productivos

5 En contraste con la volatilidad que ha tenido la PTF en los últimos años, la utilización de factores productivos en la economía ha crecido de forma asombrosamente similar en cada uno de los períodos analizados, situándose entre 4% y 4,5%. La excepción a esta regla de oro del crecimiento factorial la constituyó el lapso de la crisis asiática en , en que se produjo una fuerte contracción de la inversión y del empleo en Chile, que derribó el crecimiento factorial a sólo 2,7% promedio anual. Posteriormente, en el período , la disponibilidad de factores productivos se mantuvo cerca del tope del rango, en 4,7%, debido a que durante esos años tendió a producirse una sobre utilización de recursos en la tarea de reconstrucción del stock de capital destruido por el terremoto y la recuperación post crisis global de Esta gran estabilidad que muestra el crecimiento factorial tiene relación con la estabilidad en las condiciones macroeconómicas del país, en las políticas y en las reglas del juego. Bajo este marco global, la respuesta del sector productivo es la creación de valor a través de la generación de empleo e inversión, que aseguran un cierto piso al crecimiento del PIB. En definitiva, la economía chilena muestra que los problemas de productividad agregada han estado fuertemente ligados a los procesos mineros extractivos, que tienen una dinámica similar en otros lugares del mundo. La inversión específica tiene un horizonte de maduración muy extendido, que puede alterar las mediciones en pleno período de incorporación de capital, tal cual ha sido el caso en los últimos años, coincidiendo con un gran auge en la incorporación de capital. La productividad en el resto de la economía ha tenido un desempeño superior con avances del orden del 1% entre 2010 y 2013, lo que es superior a la productividad media de los países de la OCDE.