EN LAS PRIMERAS CIVILIZACIONES FARAÓN. No hay nada nuevo bajo el sol, pero cuántas cosas viejas hay que no conocemos. Ambrose Bierce ( )

Transcripción

1 Miljardines ARTE EN LAS PRIMERAS CIVILIZACIONES FARAÓN No hay nada nuevo bajo el sol, pero cuántas cosas viejas hay que no conocemos. Ambrose Bierce ( ) Horus, Osiris, Isis, Ra los dioses egipcios son seres todopoderosos, inalcanzables, omnipotentes alejados de la condición humana Y su panteón configura una estructura jerarquizada, a modo de pirámide, donde el faraón también tiene su lugar: es el mediador entre dioses y humanos. Por extensión, los atributos y poderes que ostentan las más altas deidades también son propios del faraón y la familia real; el arte también está imbuido de esa percepción del mundo, de la vida; fíjate en esta máscara de oro hallada en la tumba de Tutankamón (Tut Anj Amón quiere decir imagen viviente de Amón ) Qué te sugiere? Como hemos visto en la exposición, la enorme preocupación por el Más Allá ( qué ocurre tras la muerte?) confiere al arte funerario egipcio una importancia de proporciones colosales: tanto en los monumentos funerarios donde, en muchos casos, arquitectura y escultura rivalizan en gigantismo- como en las artes de momificación y conservación. Para los egipcios, la vida es un tránsito hacia la muerte, que será la morada eterna. Se muere para luego vivir eternamente; o, lo que es lo mismo, hay que morir en la vida para vivir en la muerte. En la ilustración de la página iguiente, podemos ver una pintura en la que se representa a Anubis realizando una momificación.

2 IN ILLO TEMPORE (II) Anubis, uno de los dioses más antiguos del panteón egipcio, está representado por una fi-gura zoomórfica: cabeza de perro chacal o lobo- en un cuerpo de hombre. Su relación con los difuntos era debida, quizá, a las vivencias cotidianas de las gentes norteafricanas: observaban cómo los perros del desierto desenterraban a los muertos para procurarse alimento, entendiendolo como algo así; el dios acude para llevarse al difunto a la otra vida. Nada tiene que ver todo éso con el Mito del Eterno Retorno, de las tradiciones primitivas a finales del período Paleolítico y durante el período Neolítico. Para aquellas gentes, el ser humano vive según los ciclos de la Luz del Padre- Sol: una persona muere y nace cada año. En cada nuevo renacer, tiene otra oportunidad de volver a ser fiel a sus creencias, a las ceremonias que Interpretan y escenifican los mitos que narran sus orígenes, que explican los fenómenos naturales y que, en fin, les proporcionaban una comunión con las fuerzas de la naturaleza, viviendo en armonía con sus entes animistas: Luz Noche, Luna, Viento, Fuego, Lluvia, Trueno, Relámpago Las primeras civilizaciones occidentales, como la egipcia y la sumeria, se caracterizan porque los humanos se asentaron en planicies aluviales, de grandes ríos, que les dispensaban agua recuerda la importancia del agua en todos los aspectos de la vida- y alimentos: el Nilo para los primeros; el Eufrates y el Tigris para los segundos. La regularidad de los ciclos biológicos de esas enormes corrientes de agua, les proporcionaban la estabilidad de siembras/cosechas y de crianza de ganado doméstico. En estas condiciones, comienzó la construcción de ciudades, de grandes edificaciones eran los albores de otra forma de vivir en sociedad. Dos son los nuevos conceptos que arraigan, lentamente, en la mente humana de las gentes de la cuenca del Mare Nostrum y que dan forma y contenido a las cosmogonías de las civilizaciones mediterráneas: - Se muere una sola vez- para vivir eternamente Es, por ello, un único viaje hacia el Paraíso; hacia Aquel Tiempo, de felicidad eterna.. - Hay una cierta independencia de aquellos entes animistas, de los primitivos humanos, que guardaban los secretos de Madre Natura. Textos 2005 Juan José Lara Peral 2

3 FARAÓN El Conocimiento con relación a las Artes Ahora, los dioses se tornan en figuras antropomorfas o zoomorfas; pero son seres sublimes, como los son esas gigantescas edificaciones donde moran. Los dioses tienen aspecto humano, sí incluso aparece la dualidad masculinidad/feminidad- pero son sobrehumanos, inhumanos Esas nuevas ideas, que nacen en los comienzos del tercer milenio a de Jc., se proyectarán luego, tomando nuevo impulso, en las religiones monoteístas: judaísmo, cristianismo e islamismo. Aunque, curiosamente, aquellos ritos y ceremonias, que escenificaban los mitos ancestrales de los humanos prehistóricos, persisten aún hoy entre nosotros Fíjate,si no, en algunos carnavales paganos, como los de Laza (Ourense) o los de Almiruete (Guadalajara) Cuando hablamos de arquitectura egipcia, rápidamente se nos viene a la mente la imagen de las pirámides que se encuentran en la explanada de Gizeh; las de los reyes Keops, Kefrén y Micerinos. Mucho se ha hablado sobre los secretos que guardan las pirámides: sus dimensiones, la relación de su posición en la tierra con la de ciertos astros en el cielo, las técnicas que posiblemente se emplearon para su construcción Una idea es común a todos los egiptólogos: las pirámides fueron como montañas sagradas, construidas por humanos, para venerar a su dios/faraón. Son las montañas que penetran en la tierra y se elevan desde la superficie de ésta hasta alcanzar los cielos; unen, por tanto, los tres mundos: Cielo, Tierra y BajoTierra. Es interesante otra característica común en esta arquitectura monumental: la sensación de armonía, de estabilidad, que dan las proporciones de sus elementos geométricos. Es decir, el hecho de que esa proporcionalidad sea debida a que, posiblemente, los constructores de las pirámides conociesen, y aplicasen en sus planos y construcciones, un canon, un módulo particularmente estudiado; nos referimos a la Medida Aúrea. El gigantismo de las esculturas y edificios tie-nen, entre otros, el papel de sobrecoger, impresionar, dominar a quien ose acercase a sus pies: así debería ser la sensación de un humano al aproximarse a cualquier deidad, o al mismísimo faraón, representados por una escultura. Textos 2005 Juan José Lara Peral 3

4 IN ILLO TEMPORE (II) Éso ocurre con otros monumentos, como podemos ver en esta ilustración; es la fachada del templo principal de Abu-Simbel. Para que te hagas una idea de su tamaño, la altura de uno cualquiera de nosotros sobrepasaría en algo más de medio metro la que tienen los pretiles de la escalinata de la entrada. La escultura egipcia, en las primeras dinastías, es hierática, distante, inerte, intemporal, Una leve sonrisa fría, un gesto que logra dar la sensación de que los seres ahí representados se encontrasen en otra dimensión Como si se ubicaran en unas coordenadas espacio/tiempo distintas a las nuestras Nosotros, humanos que las hemos contemplado ahora con el mismo asombro que aquellos que las presenciaron hace miles de años.. Observa estas figuras hombros, brazos, tronco y piernas están esculpidos con el propósito de representar una cierta idea de perfección de las formas. Pero veamos otros aspectos Recuerdas las esculturas y estatuillas que vimos en la exposición? Ya estuvieran hechas en alabastro, granito negro u otro material cualquiera, el pulimento del acabado final de las figuras proporciona, entre otras sensaciones, la percepción de una piel que se halla exenta de cualquier indicio de vejez; nos encontramos ante la eterna juventud Por último, los pies suelen tener un tamaño mayor de lo que sería proporcional a la figura. Hay una razón: dar sensación de estabilidad, de que todo aquello que contemplamos y que, por su majestuosidad, se escapa a nuestro entender del mismo modo, la grandiosidad de aquellos dioses/faraones formidables- es inmutable; y no puede ser contestado, como tampoco puede ser destruido. Por todo ello, en conjunto, la intención no es reproducir la anatomía de una persona, o la de crear un modelo ideal de escultura humana sino la de representar, en un material tenaz -la piedra-, una figura que capta en un sólo gesto las cualidades de lo sublime, lo eterno y que nos remontase a la Cumbre de los Tiempos Un ser que, incomprensible para nuestros conceptos y sensaciones de tiempo de vida, es, precisamente, inhumano. Textos 2005 Juan José Lara Peral 4

5 FARAÓN El Conocimiento con relación a las Artes Al parecer, sólo una excepción se encuentra en esta tradición egipcia: el período del reinado de Amenophis IV, de Akenatón como se hizo llamar ese faraón [ilustración contigua]. La propuesta de este rey fue toda una revolución: la pretensión de que todo el panteón politeísta egipcio debía desaparecer, para dejar paso a un dios único: Atón, el Sol. Recuerdas los rasgos de la escultura que vimos? No tenían que ver, en absoluto, con lo descrito hasta ahora: la sensualidad de sus labios; su rostro levemente marcado por las angulaciones de los músculos y huesos que tenemos bajo la piel; sus ojos rasgados, pero vivaces su fisonomía, en fin, típica de un habitante del Valle del Nilo Un humano, sí; un rey, pero no un dios. Las mismas características humanizantes tiene el busto de la reina Nefertiti, esposa de Akenatón, que podemos ver copiado más abajo, a la izquierda. Y es curioso observar, en fin, bajorrelieves/altorrelieves o frescos: la cabeza y los pies de las figuras aparecen de perfil y el tronco de frente. Sin duda, los egipcios conocían y dominaban la perspectiva, por lo que es posible que esta manera de trabajar el arte correspondiera más bien a un mandato institucional. Sin embargo, hay un arte menor donde sí podemos ver figuras más humanizadas, que son como instantáneas, realizando labores normales de la vida cotidiana. La figurilla que puedes ver aquí (derecha), representa un campesino trillando mies; u- tiliza, para ello, un brazo articulado de madera. Espero que la visita a la exposición haya sido agradable. Luego, podremos comentar lo que hayamos visto de interés en nustra próxima sesión de trabajo. Un saludo, Juan* Textos 2005 Juan José Lara Peral 5