Madrid, 24 de septiembre de 2013

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Sara Ojeda Padilla
hace 5 años
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1 INTERVENCIÓN DEL MINISTRO DEL INTERIOR, JORGE FERNÁNDEZ DÍAZ, EN EL ACTO DE ENTREGA DE LAS MEDALLAS QUE SE CONCEDEN CON MOTIVO DE LA FESTIVIDAD DE NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED, PATRONA DE LA INSTITUCIÓN PENITENCIARIA Madrid, 24 de septiembre de 2013 Volvemos a encontrarnos en torno a la festividad de La Merced, que comparte ser la patrona de mi querida Barcelona, y de la Administración Penitenciaria. Por eso, en primer lugar, quiero trasladar mis más sinceras felicitaciones a todos cuantos trabajáis en el medio penitenciario. Formáis un colectivo muy amplio de más de personas, si incluimos el personal de la secretaría general de Instituciones Penitenciarias y del organismo autónomo Trabajo Penitenciario y Formación para el Empleo. Pero también quiero agradecer muy sinceramente en este acto a los centenares de instituciones religiosas y seglares; a los voluntarios que colaboran con la administración penitenciaria; a los ayuntamientos, a las administraciones autonómicas y estatales, a las numerosas universidades públicas y privadas, fundaciones, empresas de todo tipo, etc.; que están ayudando a consolidar un modelo penitenciario que se ha convertido en un referente para muchos países.

2 En el acto de esta mañana, como ya hice en las reuniones que celebraron los Directores de centros Penitenciarios y de Centros de Inserción Social en abril y mayo respectivamente, y en las que estuve presente, quiero volver a manifestaros a vosotros y a todo el colectivo de la Institución, mi profunda admiración por la tarea que desempeñáis, y por la dedicación, el compromiso, el sentido del deber y la responsabilidad, con la que lleváis a cabo vuestra tarea profesional. En ella siempre están presentes la eficacia, el servicio público, la eficiencia, la humanidad, y el sentido de la solidaridad como características esenciales, y también el mandato que la Constitución os encomienda de rehabilitación y reinserción social del penado, para que éste tenga un retorno a la sociedad con voluntad y capacidad de respetar las leyes. Porque quiero recordar que todas las actuaciones de quienes forman la Administración Penitenciaria están siempre guiadas y son realizadas bajo el escrupuloso respeto a la legalidad vigente, como no podía ser de otra manera. Hoy, es un día de reconocimientos, de reencuentros, y de reflexión sobre la labor del personal penitenciario en todos nuestros centros. Este reconocimiento tiene su máxima expresión en la entrega de las Menciones y Medallas tanto en su modalidad al Mérito Penitenciario por prestación de servicios, como al Mérito Social Penitenciario, valorando el apoyo, colaboración o servicio a la Administración Penitenciaria.

3 A todos ellos felicito y quiero dar mi más sentida enhorabuena. Pero permitidme detenerme en quienes han sido distinguidos con las medallas de oro. En cuanto a la Medalla de Oro al Mérito Penitenciario, se ha querido reconocer por su gran esfuerzo, interés y generosidad en el desempeño de sus funciones a Don José Ángel Badiola, director del centro penitenciario de Bilbao durante veintitrés años de manera ininterrumpida, muchos de ellos bajo el azote terrorista, que a muchos compañeros golpeó, y a los que nunca podremos olvidar. El Sr. Badiola a pesar de las dificultades siempre ha desempeñado ese puesto con rectitud y plena dedicación, sin olvidar nunca que los destinatarios directos e inmediatos de su trabajo son personas, que por unos motivos o por otros han terminado en un centro penitenciario, porque han infringido normas esenciales. Profesionales como él, y también como otros muchos en los numerosos centros de España, son merecedores de mi felicitación. El Director del centro penitenciario de Bilbao es un ejemplo para todos los estamentos de la Institución, incluidos los internos e internas que están o han pasado por ese centro y que sin duda, en gran medida, han visto favorecida su reinserción por el trabajo que bajo su dirección se ha llevado a cabo a lo largo de tantos años. En cuanto a las Medallas de Oro al Mérito Social Penitenciario, este año se han entregado a la Orden de la Merced con la que compartimos la advocación patronal que da nombre a la festividad que celebramos, y al General de División de la Guardia Civil, José Ignacio Laguna Aranda.

4 La Orden de la Merced, que en 2018 cumplirá ocho siglos de vida, y que fue fundada por San Pedro Nolasco, con la presencia del entonces Rey Jaime I y ante el Obispo de Barcelona Berenguer de Palou, nació denominándose Orden de la Virgen María de la Merced de la Redención de los Cautivos, poniendo desde entonces a las personas privadas de libertad en el centro de su misión. La medalla que hoy entregamos a la Orden de la Merced, quiere ser un reconocimiento a la larga y mantenida colaboración con la administración penitenciaria; quiere servir de acicate para quienes, de una forma o de otra, dedican parte importante de sus vidas al servicio a los demás; y quiere destacar su capacidad de adaptación a las necesidades, teniendo siempre presente su cercanía con los reclusos y sus necesidades de formación humana y cristiana. Desde el espíritu que alienta a los Mercedarios basado en valores eternos como la caridad, como acto de solidaridad, afecto y comprensión, y la ayuda al marginado y necesitado, tanto material como espiritualmente, para nosotros su colaboración siempre ha sido un recurso necesario para favorecer la resocialización y reinserción de quienes han estado en prisión. En nuestros centros penitenciarios, como todos sabéis, hay que combinar la reinserción y la seguridad. Sin seguridad difícilmente se puede conseguir el objetivo fundamental de la resocialización del interno o interna. Para ello contamos siempre con la inestimable y permanente colaboración de un colectivo importante como son las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

5 Con la entrega de la Medalla de Oro al Mérito Social Penitenciario al General de División de la Guardia Civil José Ignacio Laguna Aranda, que ha dedicado su vida profesional al servicio de todos los españoles, reconocemos hoy la tenacidad de un hombre cuyo acierto profesional y convicción personal permitió solucionar el secuestro más inhumano que ha vivido la Institución Penitenciaria. I Para mí como Ministro del Interior es hoy un orgullo renovar públicamente la expresión del acierto de vuestro trabajo y reconocer, además, que gracias a todos vosotros, podemos cumplir los fines constitucionalmente asignados. Con las Medallas y las menciones que hoy se han entregado, reconocemos que sin vuestro esfuerzo y sin la implicación de todos cuantos trabajáis en el medio penitenciario, tanto en el medio cerrado como en el abierto así como en el cumplimiento y seguimiento de la penas y medidas alternativas, no sería posible contemplar la realidad penitenciaria actual en la que cada vez es más reseñable el alto nivel de respeto y de convivencia existentes, sin apenas conflictos significativos. Todo esto es motivo de felicitación y por ello mismo os animo a que sigáis dando lo mejor de vosotros, a que no dejéis de luchar por las metas propuestas, con la convicción de que la sociedad a la que servimos será la primera en agradeceros tan magnífica tarea. Enhorabuena a todos los galardonados, y feliz día de la Merced

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