LA CRISÁLIDA QUE QUISO SUBIR AL EVEREST

Transcripción

1 Pilar García Reche LA CRISÁLIDA QUE QUISO SUBIR AL EVEREST {COLECCIÓN ETCÉTERA}

2 Primera edición, mayo 2015 Pilar García Reche, 2015 Esdrújula Ediciones, 2015 ESDRÚJULA EDICIONES Calle Martín Bohórquez 23. Local 5, Granada Edición a cargo de Víctor Miguel Gallardo Barragán y Mariana Lozano Ortiz Diseño de cubierta: Guido Carini Espeche Impresión: Safekat «Reservados todos los derechos. De conformidad con lo dispuesto en el Código Penal vigente del Estado Español, podrán ser castigados con penas de multa y privación de libertad quienes reprodujeren o plagiaren, en todo o en parte, una obra literaria, artística, o científica, fijada en cualquier tipo de soporte sin la preceptiva autorización.» Depósito legal : GR ISBN : Impreso en España Printed in Spain

3 K a i r ó s Aún nos queda camino por recorrer y el minutero de la vida física avanza cada vez más rápido y en sentido contrario a aquello que algunos llaman tiempo. En ese natural fundido en blanco, acaba un ciclo y comienza su opuesto; natural transición del equilibrio vital. En ese lapsus de dualidad, va despertando el conocimiento alienado: el inconsciente apego a la naturaleza de nuestros orígenes, acaso enraizado bajo la cueva de nuestros ancestros. Comienza a desperezarse el subconsciente y atrae a aquellas fuerzas que nos complementan. Nuestra pertenencia al universo esa incógnita de qué o quién hizo posible este misterio nos hará gravitar alrededor de su misteriosa y aparente liviandad. Tras este despertar habremos salido de la involución. Y, de vuelta al planeta tierra, no quedará de Cronos más que la esencia efímera de un yoctosegundo; alcanzaremos la plenitud del clímax con la magia del momento preciso. Será el momento de Kairós. { 19 }

4 I d e a l e s i d e a l e s Decía Cortázar que «cuando te regalan un reloj te regalan un calabozo de aire». Vivimos en un mundo sin tiempo medido por el tiempo, porque el ritmo frenético de los relojes de nuestras vidas lo ha devorado todo. Vivimos tan deprisa Empieza la cuenta atrás: tres, dos, uno, cero. Apenas ha comenzado el día y aquellos que intentan secuestrar nuestras ideas ya consiguieron su objetivo: que no nos parasemos a pensar. La esencia del Ser se ha evaporado en el infierno del materialismo y somos tan solo números dentro de una sociedad que valora lo superfluo y menosprecia lo trascendente. Tener un fantástico coche, un trabajo envidiable, una bonita casa si es posible dos, prestigio social, buena presencia, amistades influyentes, eterna juventud, un móvil de cuarta generación, un ordenador de quinta y dinero a espuertas Este cúmulo de materialidades es un reflejo de los sueños de muchos seres humanos. Se podría subsistir todo un día sin aparatos electrónicos, ni internet, ni redes sociales, ni coche, ni...? Sin dinero? El resultado sería el mismo que el primer día de abstinencia cuando uno deja el tabaco. Se nos escapa la vida porque nos empeñamos en tomar el tren de alta velocidad en lugar de pasear disfrutando el paisaje. Y cuando nos preguntan por nuestros ideales tenemos que hacer un reset porque nuestro hardware no reconoce nuestro software. No hay tiempo que perder: nada de pensar en ideales, que son cosa de ingenuos y necios. Hay que ser realistas, que de ideales no se come. Bien lo decía Cortázar: «cuando te regalan un reloj te regalan un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire.» Olvidémonos del tiempo y quedémonos con el espacio, ese donde vuelan libres los proyectos y las utopías. Ese donde no existe el reloj, porque la vida no merece contarse en pedacitos de tiempo. { 21 }

5 N u m e r a r El camino se torna oscuro, más oscuro que nunca. La tierra no gira y los pensamientos permanecen planos en el horizonte de un mar sin olas. Como en un infierno frío, se hiela la sangre y sístole y diástole laten con arritmia de desidia. Agua Aparece una nube negra y rompe a llover a cántaros con amargura. No hay refugio. Las madres abrazan impotentes a sus hijos, los ancianos rezan y los hombres... en la más absoluta desnudez caminan por senderos llenos de penuria a la búsqueda de no se sabe qué. Las piedras observan impotentes. Cala los cuerpos el pecado del mundo. Hoy la oscuridad no precede a la luz; hoy la oscuridad es el todo. El pan es un olvido y el hambre una condena. Mientras, el resto se empeña en numerar mundos. { 23 }

6 S i n p a s a p o r t e Kilómetros de angustia rugen más allá del mar. Hombres, mujeres y niños viajan hacinados por los caminos o en pateras sin saber si el hombre o la mar se los tragará antes de llegar a la tierra prometida del maná del primer mundo. En el intento de cruzar una línea imaginaria que separa una tribu de otra, rezan a sus dioses para no ser descubiertos. Años de trabajo para pagar un viaje de dudoso destino, en una valiente huida de su paupérrimo origen hacia un anhelado futuro mejor. Y es que el hambre no entiende de fronteras Ya están a las puertas del sueño de su vida y se encuentran con la primera barrera: «Prohibido el Paso Hombre Pobre», mas no dudan en atravesar todos los obstáculos que el otro mundo les ha impuesto. Se dejan la piel por cruzar lo que llaman frontera porque saben que si los cogen sus compatriotas les darán una terrible paliza y si lo hacen los de la nueva tribu acabarán de nuevo en la pobre tierra de donde salieron. Un hatillo de nada, un presente de hambre y un futuro de pan. Nada vale más que la vida de un hombre, que el sustento de un hijo, que el dolor de una madre Apenas hay distancia de un lado a otro, y se empeña el hombre en alejarlos. Una línea marcada: «Hasta Aquí Es Mío». Hombre necio! Una misma tierra nos enterrará a todos. { 25 }