Miguel Ángel Gallo Profesor Emérito del IESE Empresa familiar multigeneracional: Familia empresaria comprometida (II) En un artículo anterior se comentó que lo que conduce a la longevidad multigeneracional de una empresa familiar son, fundamentalmente, las cualidades de los miembros de la familia y el modo como viven su relación con la empresa. El modelo CAVA (familias: Comprometidas. Activas. Virtuosas. Avanzadas) presentado en el anterior artículo está formado por cuatro grupos de principios y reglas de actuación correspondientes, respectivamente, a la familia empresaria comprometida, la empresa como comunidad de personas, el poder como servicio y la transmisión del patrimonio como responsabilidad. A continuación se desarrollan los dos primeros grupos de principios y reglas. En la actuación de las familias empresarias comprometidas (FEC), se observa que al mismo tiempo están operando tres escuelas y tres estructuras, formando parte de una misma realidad, no siendo fácil separar unas de otras aunque sí resulta posible distinguirlas. Las tres primeras son escuelas de aprendizaje, pues tienen la finalidad de que los miembros de la familia adquieran determinadas cualidades, y son básicamente informales si bien, como más adelante se hará notar, se acostumbra a formalizar alguna de sus actividades. Las tres segundas son estructuras más formales y tienen como objetivo delimitar los papeles de los miembros de la familia en la comunidad de personas que es su empresa familiar. En la siguiente figura, se representa la FEC como un hexaedro cuyas caras son cada una de las escuelas y estructuras recién citadas. 1
Emprendimiento Libertad Participación Representación Pertenencia Remuneración Escuela de libertad: Un miembro de la familia es verdaderamente libre en su toma de decisiones cuando tiene conocimiento suficiente de aquello sobre lo que está decidiendo y fuerza de voluntad para asumir las consecuencias de su decisión. La libertad no se confunde, por tanto, con la falta de vínculos, ni con un individualismo independentista o con una espontaneidad caprichosa. En las FEC es notable la dedicación de los padres a enseñar el ejercicio de la libertad a sus hijos desde que son muy pequeños. Les ayudan a incrementar sus conocimientos, abren oportunidades a su consideración sin elegir por ellos, fortalecen su voluntad sin ahorrarles las eventuales consecuencias negativas de sus decisiones, ofrecen alternativas de relación con la empresa sin forzar a tomarlas con penalizaciones que a veces son auténticos chantajes. Los padres, además de animar a sus hijos a que aprendan por vía de propia experiencia, dando oportunidades para elegir y motivándoles a hacerlo, también enseñan por vía de ejemplo cuando se exigen a sí mismos para conocer mejor y tener más fortaleza. Las FEC hacen del ejercicio personal de la libertad uno de sus principios rectores, y así se nota, por ejemplo, en las actitudes en relación con la elección de estudios y con la decisión de incorporación a la empresa familiar, en el nivel de autonomía que se confiere en el desempeño de responsabilidades en la empresa, y en las posibilidades 2
de liquidez que se ofrecen a los accionistas que desean separarse de la propiedad de la empresa familiar. Escuela de participación: Sólo se ama lo que se conoce y sólo se confía en lo que se cree. Las FEC son escuelas de amor y confianza hacia la empresa familiar, a través del fomento de la participación de los miembros de la familia, para que la conozcan mejor y adquieran fundamentos de credibilidad. En las FEC la participación es entendida en sus diferentes niveles y no exclusivamente en el nivel de intervenir en una votación. Para estas familias, informar es dar la oportunidad de participar, e informan mucho pero siempre en el marco del respeto a los derechos de terceros. Para ellas, participar es ofrecer la posibilidad de manifestar la propia opinión y poder con ello influir en las opiniones de los demás, sin olvidar que para participar es necesario desarrollar las habilidades propias de comunicar, la virtud humana de la paciencia y el compromiso de no cometer indiscreciones. En las FEC, la escuela de participación llega a formalizarse con frecuencia mediante órganos como la asamblea familiar y el consejo de familia, en donde se trabaja para que los miembros de la familia conozcan su empresa y se conozcan mejor entre ellos, se formulen las reglas del protocolo familiar y se resuelvan los problemas de su implantación. Escuela de emprendimiento: Emprender es iniciar, emprender es desarrollar lo iniciado y emprender es también cambiar, por eso una empresa familiar multigeneracional no se puede concebir sin un continuado emprendimiento a lo largo de muchos años, y las FEC son escuelas de emprendimiento en varios sentidos. En primer lugar, por su lucha contra el acomodamiento en las siguientes generaciones que acostumbran a nacer y a vivir en una mayor abundancia. En segundo lugar, por la promoción del emprendimiento en los miembros jóvenes de la familia, favoreciendo que imaginen actividades, tomen los riesgos de iniciarlas y las responsabilidades de llevarlas a cabo. En tercer lugar, por el apoyo de la familia a nuevas actividades de negocio, no sólo dando ánimo y consejo, 3
sino también cuando éstas no puedan desarrollarse en el seno de la empresa familiar con recursos financieros y con la dedicación de tiempo. Estructura de pertenencia: En la estructura de pertenencia es donde las FEC definen quién forma parte de la familia, en cuanto a las relaciones formales empresa familia se refiere, definición en la que aparecen varios tipos de retos. El reto de mantener el sentido de familia empresaria, cuando el número de personas va haciéndose elevado, logrando que éstas no se centren exclusivamente en su función personal de utilidad sino que consideren la amplitud de la función social de la familia y de la empresa. El reto de mantener reglas adecuadas de inclusión y exclusión para establecer una relación duradera y positiva, en un entorno social en el que se producen importantes cambios de las normas tradicionales sobre la familia. El reto de que la propiedad percibida por los miembros de la familia, sean o no accionistas, responda a un concepto positivo de propiedad psicológica, enfatizando las obligaciones que se tienen con la empresa familiar por lo mucho que de ella se ha recibido, y evitando exigencias basadas en los apellidos o en esfuerzos realizados por algún antecesor que, habitualmente, por no tener fundamento legal, están fuera de lugar. Como es evidente la participación y la pertenencia tienen una estrecha relación entre sí, por eso tanto el consejo de familia como la asamblea familiar, órganos anteriormente citados, forman parte al mismo tiempo de la estructura de pertenencia. Estructura de representación: La estructura de representación se refiere a la representación de la familia en el gobierno de la empresa y se fundamenta, por tanto, en los derechos legales de la propiedad. Esta representación depende de la legislación sobre sociedades, de la forma legal que tenga la empresa familiar y de lo establecido en sus estatutos. La representación tiene como principal objetivo el buen gobierno de la empresa familiar, por eso no es de extrañar el esfuerzo que se hace en las FEC para que sus propietarios sean activos y serenos, y consejeros administradores profesionalmente preparados cuando corresponda. 4
Estructura de remuneración: La última de las estructuras, la estructura de remuneración, está también directa y plenamente relacionada con la empresa pues su objetivo son las reglas sobre las rentas del trabajo y las rentas del capital. En las empresas multigeneracionales propiedad de EFC, se observa el esfuerzo por la claridad en los contratos de trabajo de los directivos que son miembros de la familia, así como por las remuneraciones de los consejeros administradores y por establecer políticas de dividendos objetivas, siempre teniendo en cuenta la situación de la empresa y sus resultados económicos y las prácticas de mercado y poniendo en su justo término, sin excesos pero también sin defectos, lo que se ha dado en llamar rentabilidad emocional de la empresa para la familia. Toda propiedad tiene su correspondiente hipoteca social, en el sentido de la responsabilidad de los propietarios de administrarla bien y de que termine dando servicio a la sociedad. Las escuelas y estructuras anteriormente comentadas manifiestan, aunque sea parcialmente, cómo las FEC viven la hipoteca social administrando su empresa familiar en nombre de las generaciones futuras. 5