DISCURSO 6to FORO DE LA ALTILLANURA Noviembre 30 de 2013 El Plan Nacional de Desarrollo (PND) Prosperidad para todos (2010-2014) tiene un marcado énfasis en promover el desarrollo territorial como herramienta para propiciar la convergencia regional a través de la generación de más empleo, menos pobreza y más seguridad, particularmente en las regiones periféricas del país que presentan mayores rezagos en sus indicadores socioeconómicos. Por esta razón, identifica las brechas en el desarrollo regional del país y reconoce que uno de los mayores desafíos para alcanzar la prosperidad social es lograr niveles de crecimiento y desarrollo socioeconómico, sostenible y convergente, reconociendo y aprovechando las capacidades económicas, sociales, institucionales e iniciativas de desarrollo regional. La región de la Altillanura que se proyecta como una oportunidad para reducir la pobreza (que en la región de la Altillanura según el índice de pobreza multidimensional, llegó a 90%, muy por encima de la media nacional que es de 49%), aumentar la competitividad, garantizar la seguridad alimentaria de los colombianos y potenciar el crecimiento económico del país. Con un área potencial para desarrollos forestales y agrícolas de cerca de 3 millones de hectáreas, la región de la Altillanura se perfila como la nueva frontera agrícola de Colombia, por su capacidad, a mediano y largo plazo, para atender la seguridad alimentaria, el autoabastecimiento para la agroindustria y la generación de la bioenergía en el país. Es indudable que la Altillanura, como la última frontera agrícola del país representa una oportunidad inigualable para contribuir a la seguridad alimentaria mundial pues según la FAO, son pocos los países que reúnen las condiciones para aumentar la frontera agrícola. De hecho, son únicamente 6 los países que cuentan con tales condiciones, no solo climáticas y de composición de suelos, sino principalmente de extensión: Colombia, Angola, Congo, Sudán, Argentina y Bolivia, los cuales contienen cerca del 68% de la tierra que podría ingresar a la producción agrícola mundial bajo esta nueva modalidad de producción. Aunque esta región presenta excelentes condiciones de luminosidad, brillo solar, y temperatura, tiene características agrológicas y climáticas que han limitado el aprovechamiento de la tierra para las actividades agropecuarias y forestales: Baja fertilidad debido a los elevados niveles de acidez Alta saturación de aluminio, bajos contenidos de materia orgánica y muy baja saturación de bases intercambiables como calcio, magnesio y potasio. Una fuerte temporada seca entre diciembre y marzo que se intensifica a medida que se avanza hacia el oriente de la región. 1 1 Instituto Agustín Codazzi, 2002.
Lo anterior hace que los proyectos productivos agrícolas en la Altillanura deban hacer uso de un complejo paquete tecnológico en temas de pastos, mejoramiento genético, recuperación de suelos, desarrollo de nuevas variedades de semillas, manejo de las plagas, uso eficiente del recurso hídrico y adaptación al cambio climático. El desarrollo y la utilización de este paquete tecnológico es exigente en inversiones de capital. No obstante, estos factores NO constituyen una barrera definitiva para el desarrollo de la agricultura, en la medida que saquemos adelante 5 apuestas importantes: 1. Investigación tecnológica 2. Ordenamiento productivo del suelo 3. Catastro rural actualizado y formado para los siete municipios de la región 4. Alianzas estratégicas entre grandes, medianos y pequeños productores 5. Seguridad jurídica de la propiedad de la tierra 1. Investigación tecnológica: Desde el sector agropecuario le estamos apostando a generar avances en materia de investigación que permitan superar estas limitantes agroecológicas para mejorar la competitividad de la producción agropecuaria. En este sentido, CORPOICA, en asocio con el Centro Internacional de Agricultura Tropical-CIAT, las universidades de la región y recientemente con EMBRAPA del Brasil, han retomado con fuerza la agenda de investigación en esta materia. De hecho, la experiencia del desarrollo de la región del Mato Grosso en Brasil demuestra que en la Altillanura, con los paquetes tecnológicos adecuados, también se podrían superar limitaciones en términos climáticos y de las condiciones físicas de los suelos de la región. Logros de la Cooperacion Corpoica CIAT, y Corpoica Embrapa: Recursos genéticos: Las variedades están en proceso de registro ante el ICA: Dos variedades de soya para altillanura Dos variedades de soya para piedemonte Tres variedades de sorgo forrajero Un hibrido de maíz para altillanura Tres clones del cultivo de marañón Una variedad de Algodón para altillanura Entrega de variedad de arroz, Corpoica Llanura 11 (liberada en 2012) Dos líneas avanzadas de arroz para Altillanura
Tecnologías y procesos: Identificación de 32 genes de resistencia a razas de Pirycularia (hongo que ataca al arroz) Nuevos clones de caucho para incremento de diversidad genética introducido. Nueva presentación (liquida vs solida) de biofertilizante líquido para soya Recomendaciones tecnológicas para incrementar capacidad productiva de los suelos (desarrollo de capa productiva) o Incrementa saturación de bases de 50 a 60% Avances en la generación de un modelo de agricultura especifica por sitio ( o agricultura por ambientes) Avances en logros de indicadores de producción en los sistemas CRIA (ganado bovino) Desarrollo de tecnologías para producción y uso de ensilajes de soya, maíz y sorgo para suplementación de alimentación animal en época seca. Avances en la generación de recomendaciones tecnológicas para la implementación de modelos de sistemas silvopastoriles. Desarrollo de indicadores de ecofieciencia en diferentes sistemas productivos (pasturas, cultivos transitorios, cultivos perennes, sabana nativa). Los indicadores de ecoeficiencia miden textura del suelo, capacidad de almacenamiento de agua, contenido nutricional, biodiversidad. Estandarización de metodologías para evaluación de stocks de Carbono en diferentes sistemas productivos. Conclusiones con respecto a las variedades más promisorias en la zona: Alto potencial productivo de proteína animal (bovinos, cerdos, aves), granos, frutas y maderables. Recursos invertidos en investigación: 2011: 6.000 millones 2012: 8.000 millones 2013: 10.000 millones 2014: 10.000 millones Esto ha incluido inversión en activos fundamentales como equipos de investigación y predios para pruebas científicas. 2. Ordenamiento productivo del suelo: El MADR y la UPRA están promueviendo procesos de evaluación de tierras, en los cuales se determina la aptitud de uso de cada una de las clases de tierras existentes en el país; su principal objetivo está orientado a proponer sistemas de uso que sean biofísicamente apropiados, socialmente aceptables, económicamente viables y sostenibles ambientalmente. En pocas palabras es mirar más allá de lo que los suelos y el clima pueden ofrecer, planificar con un enfoque socio-ecosistemico que contemple al hombre como un agente
estructurante y dinamizador del equilibrio que debe existir entre el modelo de desarrollo y la oferta natural de las regiones del país. Durante el 2013 la UPRA desarrollo para Colombia la metodología de evaluación de tierras con fines agropecuarios a escala general (1:100.000); con 2 casos aplicados en los municipios del norte del Cauca y Sur del Tolima, ejercicios que permitirán orientar técnicamente la apuesta productiva de estas 2 regiones y así mismo orientar la política agropecuaria con un enfoque territorial. Adicionalmente la evaluación de tierras se aplicó a nivel nacional para la cadena forestal y como resultado de este ejercicio se podrán determinar las áreas con aptitud para el establecimiento de planciones forestales con fines comerciales e industriales y orientar los recursos que se asignen en el CIF; en este mismo sentido con el resultado de esta evaluación, se podrá analizar la aptitud de la altillanura en materia forestal comercial. Para el 2014 se tiene previsto continuar avanzando en este importante instrumento, para ello se van a evaluar las tierras de los municipios de la altillanura que tengan estudios semidetallados de suelos a escala 1:25.000, lo cual permitirá planificar técnicamente el desarrollo agropecuario e igualmente servirán para formular a futuro planes de ordenamiento productivo. Para ello, ya se comprometieron 500 millones de pesos. 3. Catastro rural actualizado y formado para los siete municipios de la región: El Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) ya terminó la actualización del catastro rural del Meta y en 2017 terminará la construcción del catastro en el departamento del Vichada. Esta actividad se realiza con tecnología de punta para lograr una correcta identificación de los predios y por tanto un registro adecuado de la propiedad. Esto contribuirá a dar una mayor seguridad jurídica a las transacciones que se realicen sobre la tierra, a conocer con mayor precisión las tierras baldías de la nación, a mejorar las finanzas territoriales y a facilitar la restitución de tierras despojadas. Para ello ya se comprometieron 1.636 millones de pesos. 4. Alianzas estratégicas entre grandes, medianos y pequeños productores: El Gobierno alianzas estratégicas en las que los grandes productores ayudan a los campesinos a resolver las imperfecciones del mercado a las que frecuentemente se enfrentan, haciendo que estos logren: 1. mayor acceso a crédito y en mejores condiciones, 2. economías de escala en la compra de insumos, 3. mayor y mejor acceso a información de mercado, 4. mejor acceso a tecnología y asistencia técnica, 6. Comercialización garantizada de la producción a precios de mercado y reducción de la estacionalidad de la oferta, 7. inserción efectiva en cadenas de producción y comercialización, 8. transmisión de Knowhow, 9. mayor valor agregado de la producción y, por tanto, mayor competitividad, 10. Reducción de la perecibilidad de los productos y de las pérdidas pos cosecha,
11. Aplicación de estándares de calidad y finalmente, 11. Propiedad plena sobre la tierra y sobre el cultivo. En esta medida, las alianzas de este estilo entre grandes productores y campesinos ofrecen mejores posibilidades de progreso y bienestar a los campesinos que la simple entrega de tierras por parte del Estado. Al inducir a los empresarios agrícolas, pecuarios, agroindustriales y forestales a ejercer el papel de agente de transformación productiva de los campesinos colombianos, se deja el camino abierto para que los pequeños productores que hoy se ven forzados a abandonar el campo por falta de oportunidades para explotar adecuadamente su tierra, puedan crecer en su tarea, aprender, producir más y mejor, y comercializar sus productos a precios que les permitan asegurar unos activos y un ingreso que los saque finalmente de la pobreza. Con visión revolucionaria, estas alianzas entre grandes, medianos y pequeños permiten pensar en grande, promoviendo la justicia social y consolidando esfuerzos para darle un impulso importante al crecimiento de la economía agrícola, pecuaria, agroindustrial y forestal del país. Para ello, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural está diseñando una política de apoyo a los proyectos asociativos descritos en el artículo anterior, que fortalezca los esfuerzos de promoción de alianzas productivas orientadas a asegurar el acceso a la propiedad de los campesinos sin tierra. Esto incluye medidas relacionadas con: a) la creación de líneas de crédito especiales para estos modelos de asociación b) la creación de mecanismos especiales de garantía para el acceso de estos campesinos sin tierra al crédito productivo y a la financiación de la tierra c) estímulos a la promoción, formación, capacitación y empresarización de alianzas productivas para el acceso a la tierra d) la creación de incentivos a la capitalización de las empresas que resulten de las alianzas así concebidas Este tipo de alianzas han sido recogidas en el PROYECTO DE LEY DE BALDIOS (Por medio del cual se crean nuevas modalidades de acceso a la propiedad de la tierra y se modifica el régimen de baldíos). 5. Seguridad jurídica de la propiedad de la tierra La inversión en la Altillanura está paralizada a raíz de la confusión que ha generado la interpretación del artículo 72 de la Ley 160 de 1994. El proyecto de ley de baldíos hace una interpretación legislativa del artículo con base en la jurisprudencia del Consejo de Estado, que de ser aprobada por el Congreso dela República, retornaría al campo colombiano la seguridad en las inversiones.
MENSAJES El país está en mora de mejorar la competitividad de la producción agropecuaria y forestal, para lo cual es necesario crear las condiciones jurídicas, económicas e institucionales que permitan el desarrollar de proyectos productivos de pequeña, mediana y gran escala. La reducción de la pobreza en el campo y el bienestar de la comunidad campesina sólo se consigue si el acceso a la propiedad sobre la tierra viene acompañado de negocios rentables en donde se garantice el derecho de los campesinos a hacer parte del progreso que auguran los mercados competitivos, productivos y sostenibles. Esto se consigue principalmente con alianzas entre grandes empresarios y campesinos en donde los primeros actúan como dinamizadores del progreso de los segundos. En un contexto de creciente inserción en la economía mundial y apertura de mercados, mejorar la competitividad de la producción agropecuaria también requiere aumentar las escalas de la producción bajo un enfoque de conglomerados productivos que integren vertical y horizontalmente la producción, transformación y comercialización y agreguen valor al producto. Lo que no es permisible en este contexto es seguir haciendo más de lo mismo, seguir repitiendo los mismos errores de siempre, mantener los enfoques que han sido responsables de perpetuar la pobreza y el atraso, y promover mayores niveles de frustración y desesperanza entre los actores del sector rural. Las estrategias tienen que ser otras, se requiere innovar en la forma de abordar la problemática rural, para modernizar el sector, para abrir nuevos caminos hacia la prosperidad, y para pagar la deuda que toda la sociedad tiene para quienes sostuvieron el desarrollo urbano e industrial de nuestro país y resistieron los embates de la violencia y del olvido durante el último siglo. Las nuevas estrategias para el campo colombiano tienen que estar basadas en la productividad y la diversidad productiva, en el ordenamiento del uso de los recursos territoriales, en el aprovechamiento eficiente de las enormes ventajas y oportunidades que ofrece la abundante tierra con la que contamos, en los mercados que se abrieron al país con los nuevos acuerdos comerciales, en el mejoramiento de la rentabilidad, la agregación de valor y la seguridad de la comercialización de las cosechas. Los nuevos modelos tienen que ser incluyentes, que no discriminen en contra de nadie, donde pequeños, medianos y grandes agricultores tengan condiciones de
equilibrio y equidad que permitan la convivencia de todos, donde todos los habitantes rurales puedan ejercer sus derechos sin distingos de ninguna naturaleza y se generen oportunidades de progreso, de empleo y de generación de nuevos ingresos para todos, según las condiciones que son propias de cada cual. La asociatividad y la creación de condiciones para favorecer las relaciones de complementariedad y de articulación entre las pequeñas, medianas y grandes empresas agropecuarias es una estrategia que ha probado su eficacia en muchas partes del mundo, a fin de fortalecer el proceso de modernización de una agricultura familiar orientada a mejorar las condiciones de vida de las familias rurales. Esta visión del campo es compartida también en el nivel regional y ha quedado plasmada en los planes regionales de competitividad de departamentos como el Meta y el Vichada. Dichas apuestas muestran una tendencia hacia la transformación de la base económica de subsistencia que inicialmente caracterizaba la subregión, hacia una economía agroindustrial diversificada, con un uso eficiente del suelo y generación de valor agregado local. PROGRAMAS Y PROYECTOS Vichada
Meta