Juan José JOSÉ HUMBERTO MATOS COLONIA
A g r a d e c i m i e n t o A todos mis compañeros maestros de educación especial quienes desde sus aulas hacen posible un mundo mejor para las personas con discapacidad. A Irene por su valiosa cooperación y su paciencia durante la realización de este cuento. A Silvana y José por todo su cariño. A mi madre por creer siempre en mí y ser mi primera maestra. A Lorena López (LoLó) por sus valiosos consejos y hacerme el honor de colaborar con sus ilustraciones. A mi amigo y maestro Víctor Lira Pacheco por su valiosa ayuda en la organización y revisión de este cuento; además de hacerme el honor de escribir el prólogo.
P r ó l o g o Leer el presente cuento es incursionar en el sector de educación especial, el cual se encuentra implicado en la educación básica. Debido a lo anterior, considero pertinente referirnos a la discapacidad intelectual como una disminución significativa y permanente en el proceso cognoscitivo que presenta un individuo, acompañada de alteraciones de la conducta adaptativa. Desde luego, el valioso contenido de este cuento pondera sencillamente la importancia de la integración educativa del niño con necesidades educativas especiales con discapacidad, y la forma en que la familia influye con sus actividades de manera positiva o negativa en su logro. Cabe señalar que el autor ha destacado desde las aulas por sus inquietudes y acciones justas y humanas a favor de la vigencia de los derechos de los niños y niñas con necesidades educativas especiales con o sin discapacidad; y esta historia ilustrada constituye uno más de sus nobles y plausibles esfuerzos Congratulaciones!. Profr. Víctor Gaspar Lira Pacheco
I n t r o d u c c i ó n Las personas con discapacidad tienen el derecho a un pleno desarrollo e igualdad de oportunidades a las que gozan los demás miembros de la comunidad donde viven. Sin embargo, la fragilidad de la naturaleza humana nos hace caer en actitudes negativas y falta de respeto hacia estas personas. Juan José es una historia que nos enseña, que ser un niño con discapacidad no es un obstáculo para ocupar un lugar en la sociedad. Ha llegado el momento de dejar de hablar de su discapacidad y, en su lugar, hablar de sus capacidades. El Autor
Juan José es un niño de seis años de edad que vive con su familia, conformada por papá Roberto, mamá Olga y sus dos hermanos Carlos y Roberto. A pesar de que Juan José siempre era el centro de atención de toda su familia, no le permitían salir a jugar como lo hacían los demás niños, pues era un niño con discapacidad intelectual y sus padres tenían miedo de que le pasara algo malo.
Un día, por un descuido, su mamá había dejado la puerta abierta y cuando Juan José se dio cuenta de esto se asomó para ver la calle y lo que ahí ocurría. Con mucho asombro, vio cosas que hasta ese momento para él eran un misterio, como: automóviles pasando, gente caminando, niños jugando; todo un mundo raro y diferente al que hasta ese momento no conocía. Juan José se puso muy triste y pensó: Qué bonito sería poder salir de la casa y jugar con mis hermanos Roberto y Carlos, así como ellos lo hacen con los demás niños! Pero en ese momento, su mamá Olga, quien regresaba de comprar en el mercado, se dio cuenta que por descuido, había dejado abierta la puerta de su casa y corrió de inmediato a cerrarla. Abrazó a Juan José y le dijo que no debía salir de la casa, ya que era muy peligroso para él.
Juan José quedó muy triste por lo que le dijo su mamá, pero no perdió la esperanza de que algún día podría salir a jugar con sus hermanos y disfrutar como lo hacen los demás niños. El papá de Juan José trabajaba en una carpintería y un día cuando estaba en la hora del almuerzo con su amigo Felipe, quien también era empleado en la carpintería, le preguntó por su hijo Juan José. Roberto le comentó lo que sucedió el día en que su esposa Olga había dejado la puerta abierta de su casa. Felipe le comentó a Roberto lo importante que sería que Juan José acudiera a la escuela y que pudiera estudiar en una escuela de educación especial. Le dijo que en la ciudad existen los Centros de Atención Múltiple donde acuden los niños que tienen discapacidad y que su hijo, al igual que todos los niños, tiene derecho de recibir educación. Le comentó: Roberto, tu hijo Juan José debe asistir a la escuela, convivir con otros niños, y dejar de estar todo el tiempo en su casa; no sabes el bien que le harías. Cuando Roberto llegó a su casa le comentó a su esposa Olga acerca de lo había platicado su amigo.
Roberto y Olga pasaron los días platicando acerca de que su hijo Juan José recibiera educación en una escuela y se dieron cuenta de que Felipe tenía razón, ya que encerrado en su casa, su hijo no tenía ningún futuro, por lo que decidieron llevarlo al Centro de Atención Múltiple más cercano. Llamaron a Juan José para decirle que pronto asistiría a la escuela, donde aprendería muchas cosas y tendría muchos amigos. Él se puso muy contento y abrazó a sus papás. Y les preguntó: Tendré muchos amigos como tienen mis hermanos y podré jugar con ellos? A lo que sus papás les respondieron que sí. Al día siguiente, Roberto y Olga llevaron a Juan José al Centro de Atención Múltiple donde comenzaría una nueva vida.
En su primer día de escuela, Juan José vivió un día muy diferente a los que había pasado encerrado en su casa. Ahí, con mucha dedicación, la profesora Lilia, les enseñaba a los niños cosas nuevas tanto en lo académico, como en lo laboral; además de que aprendían cosas de la vida diaria como a vestirse solos, arreglarse, poner la mesa y respetar las normas y reglas para convivir en la sociedad. Así fueron pasando los días y Juan José fue aprendiendo muchas cosas, que por su encierro, no le permitían realizar.
Un día, Roberto se volvió a encontrar a Felipe a la hora del almuerzo en el trabajo. Aprovechó la ocasión para agradecerle el consejo que le había dado sobre llevar a su hijo Juan José a un Centro de Atención Múltiple para recibir educación, ya que gracias a eso, le había dado oportunidad a su hijo de llevar una vida diferente. Y le comentó: Gracias a tu valioso consejo, mi familia y yo logramos descubrir que con nuestra actitud negativa dañábamos a Juan José en lugar de ayudarlo! Con el tiempo, toda la familia de Juan José se dio cuenta de su avance en la escuela y descubrieron que podía aprender muchas cosas, sólo necesitaba una oportunidad para demostrarlo.
Conforme pasaban los días, la vida de Juan José fue cambiando; además de asistir a la escuela, convivía con más gente, y ya le permitían jugar con sus hermanos y otros niños. Así fue entrando a un mundo nuevo, desconocido para él hasta antes de asistir a la escuela y al que tenía derecho como cualquier otro niño. Fin