FAMILIA, ESCUELA Y VALORES CÓMO SE APRENDEN LAS NORMAS Y VALORES? 1 La sociedad de nuestros días, o sea la de la globalización va desintegrándose a partir de la pérdida muchos de los valores que le han permitido subsistir a través de los siglos. En una hoja publicada en revistas y diarios por el Consejo Publicitario Argentino se enumeraban valores como generosidad, honradez, sinceridad, humildad, justicia, sensibilidad, comprensión, modestia, lealtad, compañerismo.... Y se interrogaba No es hora de preguntarnos qué pasa con nuestros valores?. Observamos, por tomar uno, que un valor como la honestidad se ha convertido en su contrario: quién puede saca ventaja desde la corrupción.y hasta se suele observar que quien no aprovecha digamos la tangente puede ser considerado por muchos como un tonto o algo similar. Esto creemos que ha generado una contradicción entre la población más joven, y la no tanto, ya que muchos ven que no es a través del esfuerzo, del trabajo responsable y consciente, del estudio y la capacitación que lograrán crecimiento y desarrollo para obtener una buena posición y bienestar. Es por esta razón que como profesionales de la Psicología y Pedagogía con orientación familiar y vasta experiencia clínica y docente en la ciudad de Buenos Aires que pensamos que es importante operar en los pilares como lo son la familia y la escuela para tratar de modificar esta situación y colaborar para que los niños y jóvenes puedan conocer otras posibilidades. Decidimos trabajar con el tema de los valores y la educación porque nos parece importante el pasaje de ese núcleo cerrado que es la familia, primera formadora de valores, a la escuela, ya sea pública o privada, confesional o no, institución también transmisora de valores y donde los niños hacen sus primeros intercambios con otros provenientes de familias con diferente formación. Sostenemos que esta tarea comienza desde el nivel inicial. Qué normas y valores se transmiten? Qué normas y valores se deben transmitir? Preguntarnos sobre lo que está bien y lo que está mal, se responde en relación al momento histórico y al contexto particular de cada grupo social, acá se presenta, también, la cuestion de las normas que los padres asumen como propias. Existen muchas realidades y diferentes formas de vivir y de dar sentido a la vida, tantas como representaciones subjetivas se puedan elaborar. Las representaciones son formas de pensar e interpretar lo cotidiano y darle un
significado, lo que equivale a que una actividad mental desplegada por individuos y grupos pueda ser establecida frente a diferentes situaciones. Como dice Minuchin la estructura familiar es el conjunto invisible de demandas funcionales que organizan los modos en que interactúan los miembros de una familia. Por ejemplo, y siguiendo siempre a este autor: Cuando una madre le dice a su hijo que beba su jugo y este obedece, esta interacción define quien es ella en relación con el y quien es el en relación con ella, en ese contexto y en ese momento. Las operaciones repetidas en esos términos constituyen una pauta transaccional. Las pautas transaccionales regulan la conducta de los miembros de la familia. Por ejemplo, debe existir una jerarquía en la que los padres y los hijos posean niveles de autoridad diferentes. También debe existir una complementariedad de las funciones, en la que el marido y la esposa acepten la interdependencia y operen como un equipo. El sistema familiar es el primer agente de socialización de los valores, ya que es el primer contexto donde se aprenden las reglas sociales. La familia tiene características únicas ya que ese aprendizaje se realiza en situaciones de cercanía, comunicación, cariño y colaboración, lo que posibilita la eficacia y permanencia de los valores. Es decir que las representaciones de los padres, los modelos de interacción familiar, los medios, las presiones sociales, todo esto en un ambiente afectivo ayuda al aprendizaje de los valores. Cuando los padres definen con claridad los límites o normas, o llámemoslo simplemente modalidades de convivencia, los hijos aprenden a funcionar responsablemente, ya sea cuando son niños o han dejado de serlo y tienen internalizadas las normas. Con las primeras caricias son los padres los que transmiten su modo de desear y de amar, pero también sus prohibiciones, así como sus modelos de vínculo con el otro, dice Beatriz Janin. Las reglas y las normas protegen, son el marco en el cual una persona sabe como manejarse, qué se puede y qué no. Consideramos que los niños no pueden crecer e individualizarse sin rechazar o atacar. El proceso de socialización es inevitablemente conflictivo. Cómo se aprenden las normas y valores?. Estimamos que no es una simplificación decir que se aprenden a través del ejemplo. El niño no toma todo, pero sí lo que tiene sentido para él y cuando lo vivencia con las personas más significativas. Los niños, decíamos, aprenden normas y valores tratando de parecerse a los adultos con quienes interactúan (miembros de la familia 2
nuclear y de la familia ampliada), quienes son los que, básicamente, deben ofrecerles modelos para identificarse. Paralelamente los niños comienzan a tener contacto con chicos del jardín, de la escuela, del club o del barrio, y de otras familias, es decir fuerzas socializantes externas a la propia familia. El aprendizaje juega un papel de mucha importancia, ya que es posible aprender el diálogo y la comunicación a través de los modelos que se le ofrecen. Cuando los niños entran en contacto con sus pares y adultos de otros sistemas, intentan actuar de acuerdo con las modalidades de su mundo familiar. Si aprenden formas alternativas de participación, van a incorporar las nuevas experiencias a la familia. Pero en cambio cuando esas modalidades son muy particulares sin límites o muy rígidas, el niño, seguramente tendrá dificultades. Los chicos están inmersos en una cultura, y el encuentro de ellos con esa cultura, no es un encuentro pasivo, sino que el niño reinterpreta y reconstruye. Por eso es importante la claridad y el convencimiento de los padres en la transmisión de los valores, como asimismo será importante que en el ámbito escolar donde inicien su educación y en las sucesivas etapas de la misma puedan ir construyendo sus propios valores del modo más sano posible. Lo cual no quiere decir que todos deban pertenecer a la misma clase social, comunidad o sector de la sociedad. Creemos que a partir de las diferencias se puede aprender que hay un valor de gran importancia como el de la tolerancia y el respeto hacia el otro. Por ejemplo cuando los maestros no tienen en cuenta los diferentes aspectos culturales que determinan los intercambios, se pueden producir diálogos de sordos. Para que esto no ocurra el maestro debe comprender que hay múltiples realidades además de la propia. Si soñamos con un orden social más justo, si pretendemos que se ejerza la solidaridad, que haya respeto a la vida, a la libertad y dignidad de los seres humanos, si se busca la paz y la felicidad, es necesario tener muy en cuenta a la familia y a la escuela, y dentro de ésta el rol docente para que sea posible la búsqueda del cumplimiento de los contenidos curriculares, pero también que sea un hecho que se promuevan los valores. El maestro tiene que aprovechar los diferentes momentos del trabajo cotidiano partiendo de algo que sale del grupo, de sucesos que se van produciendo, valerse de situaciones conflictivas que le sirvan para que por medio de cuentos, juegos, cantos u otros recursos le sea posible elaborarlos y trabajarlos. 3
4 Se hace indispensable la formación de los docentes en lo conceptual de valores como justicia, respeto, tolerancia, no discriminación, etc. es decir una tarea profunda de reflexión, pero sobre todo un trabajo en lo vivencial. Para no estimular individualismos una de las cosas que no debemos perder de vista es que se aprende a ser con el otro (con el compañero, con el amigo, con el hermano). Es común observar como, muchas veces los chicos discriminan, excluyen, también hacen burlas, violentan... Esto tiene que ser trabajado con ellos para que sepan qué cosas son aceptables y cuales inaceptables. El maestro por ser un agente multiplicador del debate tiene la posibilidad de generar situaciones para poner en palabras aquellas acciones. Si existe la posibilidad de argumentar, de discutir, de pensar de otra manera, el maestro se podrá ocupar de elaborar la neutralidad. La escuela tiene, entre otros, el rol de hacer de escenario pedagógico donde los chicos viven y aprenden lazos sociales. Y sin dejar de lado el cumplimiento de los contenidos curriculares o de posibilitar la llamada excelencia educativa, debe preocuparse y ocuparse de buscar mejorar la calidad de vida de los chicos, vivenciando valores como la solidaridad, el respeto y la confianza. Dice el Lic. Fernandez Alvarez en su presentación ante el IX Congreso Metropolitano de Psicología: que las reglas de regulación y control social han sido cambiadas drásticamente, los criterios de promoción y lo ético del comportamiento interpersonal están sufriendo grandes modificaciones. sectores. Sigue diciendo este autor que la economía crece aceleradamente y que es por lo tanto necesario realizar una mirada global y luego detenernos en la influencia de los cambios tecnológicos, en el universo de las relaciones interpersonales. Debemos estudiar, dice, cómo se preparan los adultos para tratar con esta nueva situación que viven los niños, cómo afecta a los niños en su capacidad para insertarse en el sistema de reglas sociales vigentes y cómo influye en el sistema de intercambios entre los propios niños. Por tal razón es necesario el fortalecimiento interno para una buena autoestima. Si bien coincidimos, creemos que dichos cambios tecnológicos no han alcanzado por igual a todos los sectores sociales. Los padres y maestros que reconocen en el niño a una persona semejante, pero distinta a la vez, le transmiten un sentido de la ética que tiene que ver consigo mismo y con el otro.
5 Entre otras cosas la escuela, en todos sus niveles, tiene que formar para el desarrollo personal, y es desde el Jardín de Infantes donde se debe comenzar a crear un espacio de significados compartidos. Es necesario atender los comentarios y expresiones que hacen los chicos, tanto en la familia, como en la escuela. Nicolás no tenía alfajor y se comió el mio Martín me cambió un chicle por mis tres autitos Estela se quedó con mis caramelos. Si se escucha, se oyen muchos comentarios como estos, tanto en la familia como en la escuela o en el club, y no darle importancia, minimizarlo o negarlo, ante la repetición, puede traer consecuencias serias. Si bien los contenidos son infantiles, son acciones que no se deben dejar pasar. Familia y escuela tienen que trabajar de común acuerdo, interactuando, donde cada niño haga suyo los valores y lo utilice en acciones que tienen que estar sustentadas en dichos valores, y a su vez estos sustentando nuevas acciones, en un ida y vuelta, interjuego que enriquece y...perfecciona. Lic. Marta Eva Savelski Socióloga. Psicóloga Clínica Ex Directora del Depto. De Prevención de S.E.A. Prof. Lyliam E. Kunzi Psicopedagoga clínica.docente Coord. Dep. Familia y Aprendizaje Sociedad Arg. de Terapia Familiar