Página nº 1 Desde hace mucho tiempo se sabe que la diabetes y otras alteraciones metabólicas favorecen el desarrollo y la presentación de patología en las arterias, tanto en su génesis como en su desarrollo. El estudio Framingham, que realizo un seguimiento durante veinte años, comprobó la presencia de diabetes en personas aparentemente sanas, y también que en estas se duplica la aparición de eventos cardiovasculares. Concluyó que en personas diagnosticadas de diabetes de 45 a 64 años tiene un riesgo cardiovascular equivalente a otra no diabética de 55 a 74 años. En los último años algunos estudios han creado incertidumbre en cuanto a qué control glucémico es el adecuado, pues según los datos un control intensivo de glucemia redujo el riesgo de algunas enfermedades cardiovasculares (como el infarto de miocardio no fatal), pero no redujo el riesgo de muerte cardiovascular o de mortalidad por otras causas y aumentó el riesgo de hipoglucemia severa. Por tanto en la actualidad se necesita investigar más, no solo sobre la relación entre diabetes y riesgo cardiovascular, que está demostrado, sino sobre cuál sería la cifra que consiga un descenso mayor de eventos cardiovasculares con una menor tasa de presencia de hipoglucemias severas. Metabolismo hidrocarbonado. El cuerpo humano regula los niveles de glucosa de forma automática fundamentalmente por el efecto de la insulina, los niveles de glucosa sanguínea que se consideran adecuados son de 80 a 110 mg/ dl en basal y menos de 120 mg /dl dos horas tras las comidas. La insulina es una hormona que es segregada por el organismo en la célula beta de los islotes de Langerhans o islotes pancreáticos, junto a otra hormona el glucagón, ambas realizan el equilibrio de la glucosa de forma automática consiguiendo mantener los niveles dentro del rango de normalidad. La función de la glucosa y la insulina La glucosa tiene como finalidad ser transformada en energía, esta transformación se realiza en el interior de las células, y para que esto pueda suceder la insulina se acopla al receptor de la insulina, en la membrana celular y esta activa los canales que posibilitan la entrada de la glucosa, que rodea a las células, al interior de la misma en donde se producen todos los cambios necesarios para obtener la energía. Por tanto las personas necesitamos la glucosa y la insulina como materiales básicos para obtener la energía que necesitamos tanto en reposo en donde se
Página nº 2 realizan funciones básicas como la cardiaca, respiratoria, etc., a este periodo se le denomina metabolismo basal. Pero fundamentalmente requerimos mayor energía para realizar actividades cotidianas como caminar, trabajar, leer, etc. Desayuno Comida Cena 75 Insulina Insulina (µu/ml) 50 25 0 Insulina basal Glucosa Glucosa (mg/dl) Glucosa basal Alteración de los niveles de glucosa: hiperglucemia La hiperglucemia puede aparecer en nuestra vida en dos ocasiones cuando nos diagnostican de diabetes mellitus y cuando el ajuste del tratamiento de esta enfermedad no es el adecuado. Para diagnosticar una diabetes se puede realizar de varias formas:
Página nº 3 Cuando un individuo en un control de análisis la glucosa basal es igual o superior a 126 mg/dl en dos ocasiones. Cuando un individuo en un control de análisis la glucosa en cualquier momento del día es igual o superior a 200 mg/dl con sintomatología. Cuando tras una sobrecarga oral de glucosa de 75 gr. a las 2 horas la glucemia es superior a 200mg/dl. Desde hace unos años se utiliza la HbA1c (hemoglobina glicosilada) para diagnóstico de diabetes si la cifra 6.5%. También hay estados de intolerancia a la glucosa cuando la glucemia en ayunas entre 100 y 125 mg/dl (Glucemia alterada en ayunas: GAA) y si la glucemia a las 2 h tras una sobrecarga oral de glucosa está entre140 199 mg/dl (Tolerancia alterada a la glucosa TAG). DM tipo 1 5-10%, 0.3% población joven DM tipo 2 90-95 % 5-10% de la población adulta Diabetes Mellitus 6% DM Gestacional 5% de las gestantes II Plan Integral de Diabetes de Andalucía 2009-2013: Consejería de Salud Fig. 2: Prevalencia de Diabetes Mellitas en España.
Página nº 4 El estudio Di@bet.es realizado por el Centro de Investigación Biomédica en Red de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (CIBERDEM) confirma que la prevalencia global de diabetes tipo 2 (conocida y no conocida) se sitúa actualmente en el 12%, es decir, en total la enfermedad afectaría a unas 4.626.557 personas adultas en España. La prevalencia de diabetes conocida supone un 8,1% y la desconocida un 3,9%, o sea, aproximadamente una de cada tres personas con diabetes no sabe que tiene la enfermedad. Así mismo pone de manifiesto la alta prevalencia de factores de riesgo asociados a la diabetes como son la obesidad que afecta al 28% de la población estudiada, la hipertensión arterial que se observa en el 41% de los participantes o el sedentarismo que es reconocido por la mitad de los encuestados. En el rango de edad entre 65 y 74 años alcanza el 16,7% y en los mayores de 75 años el 19,3%. Es muy importante el diagnóstico precoz de la enfermedad, en población de riesgo por edad mayor de 45 años, obesidad, diabetes gestacional previa e historia familiar de diabetes tipo 2. Diabetes tipo 2 y enfermedad cardiovascular Aunque hay otros tipos de DM, los dos grandes grupos son la DM tipo 1 y la DM tipo 2, esta última se caracteriza por la resistencia insulínica que presentan las personas a lo largo de toda su vida (menor efecto de la insulina en el receptor), además esta enfermedad está asociada a otras patologías como la HTA y la alteración del nivel de lípidos (enfermedad plurimetabólica). Esta triada de enfermedades además de otros factores como el fumar, obesidad y sedentarismo favorece que aparezcan la angiopatias, afectación de las arterias, causantes a veces de infartos de miocardio o cualquier otra complicación de la diabetes antes incluso de ser diagnosticada y por supuesto cuando después del diagnóstico el individuo no consigue el control optimo de su enfermedad. Tratamiento El tratamiento de la DM tipo 2 fundamentalmente es dieta y ejercicio físico, al que en general va asociada la metformina, fármaco que ejerce su acción mejorando el efecto de la insulina en el receptor, pero no estimula la secreción de la misma. Ahora bien, dependiendo del momento y de la evolución de la enfermedad, el individuo necesitará distintos fármacos que podrá utilizar solos o asociados según criterio del médico y los objetivos de control.
Página nº 5 En un nuevo artículo trataremos más profundamente la dieta y el ejercicio como base del tratamiento de la DM tipo 2. Para obtener una información que se corresponda con su patología personal, debe consultar a su médico D a Isabel Ruiz González Enfermera Hospital de Día de Diabetes Hospital Universitario San Cecilio Granada