Cuestiones Metodológicas en el análisis conversacional. Por Paul Ten Have 1 i



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Cuestiones Metodológicas en el análisis conversacional. Por Paul Ten Have 1 i Resumen El análisis conversacional (AC), una tradición de investigación que se originó en la etnometodología, tiene algunas características metodológicas únicas. Estudia la organización social de la conversación, o interacción hablada ( talk-ininteraction ), mediante una detallada inspección de grabaciones y transcripciones hechas de estas grabaciones. En este trabajo, voy a describir algunas de esas características con el interés de explorar sus raíces. Al hacerlo, discutiré los problemas y dilemas a los que se enfrenta el AC en su práctica diaria, usando como recursos la literatura y mi propia experiencia. Voy a presentar la estrategia de investigación del AC como una solución al problema de la etnometodología de la invisibilidad del sentido común y describirla en una forma idealizada como un procedimiento de siete pasos. Discutiré algunas de las mayores críticas elevadas contra éste y esbozaré algunos desarrollos recientes. El AC es una manera disciplinada de estudiar la organización local de episodios de interacción, su práctica metodológica única ha permitido a los que la practican producir una masa de ideas sobre los fundamentos procesales detallados de la vida cotidiana. Ha desarrollado algunas soluciones muy prácticas para algunos problemas metodológicos más bien complejos. Como tal es metodológicamente impuro pero funciona. Intereses y prácticas de Análisis Conversacional La mayoría de los practicantes del análisis conversacional evitan, en sus informes de investigación, una extensiva discusión teórica y metodológica. Los documentos de AC tienden a estar dedicados exclusivamente a una discusión basada en la empiria de cuestiones analíticas específicas. Esto puede contribuir a la confusión de los lectores que no tienen familiaridad con este estilo de investigación particular. Éstos usarán sus expectativas habituales, derivadas de la practica científico-social establecida, como marcos de referencia para entender esta especie inusual de práctica científica. Pero un reporte de AC generalmente no tendrá una discusión previa de la literatura para formular sus hipótesis, difícilmente algún detalle sobre situaciones de investigación o temas investigados, ninguna descripción de las técnicas de muestreo o procedimientos de codificación, ningún test ni ninguna estadística. En cambio, el lector es confrontado con una detallada discusión de las transcripciones de las grabaciones de i [N. del T.] Original en inglés: Ten Have, P. (1990): Methodological issues in conversation analysis' Bulletin de Methodologie Sociologique, Nr. 27 (June): 23-51, Consultado el 1 de Marzo de 2004 en http://www2.fmg.uva.nl/emca/mica.htm. 1

interacciones (mayormente verbales) en términos de dispositivos utilizados por los participantes. Sin embargo, algunos de los primeros artículos que presentaban trabajos de AC, como Schegloff y Sacks (1973), incluían algunas explicaciones de los propósitos del AC. Y más recientemente, fue publicado un número creciente de trabajos y capítulos introductorios que presentan una accesible visión de la posición teórica y/ o metodológica del AC y/o hallazgos sustantivos 2. Un importante agregado a esta literatura es la edición de una colección de fragmentos de las conferencias no publicadas de Harvey Sacks que tratan de cuestiones metodológicas en el AC (Sacks, 1984a). La metodología que es presentada en estas fuentes es, sin embargo, diferente a la que uno puede encontrar en la literatura metodológica establecida. No hay casi prescripciones para seguir si uno quiere hacer un buen AC. Lo que uno encuentra son descripciones resumidas de prácticas que se utilizan en el AC, junto a algunas razones para estas prácticas. Lo que es presentado puede llamarse, en términos de la introducción de Schenkein (1978), un esquema de mentalidad analítica. El razonamiento básico en AC parece ser que los procedimientos metodológicos deberían adecuarse a los materiales disponibles y a los problemas que uno está enfrentando, en vez de ser especificados a priori. Mientras las características esenciales de los materiales, por ejemplo grabaciones de flujos de interacción, y los propósitos generales de estudio, p. ej. un análisis procedimental de esos cursos, establecen amplios límites para lo que un analista puede responsablemente hacer, le dejan al investigador un amplio espacio para desarrollar los procedimientos heurísticos y argumentativos propios 3 y los más apropiados. El AC podría concebirse como una trayectoria analítica específica que puede ser utilizada para alcanzar un tipo especifico de discernimiento sistemático de las formas en las que los miembros de la sociedad hacen interacciones. En su introducción a una colección de trabajos de investigación, Heritage y Atkinson (1984) escriben: La meta central de la investigación de AC es la descripción y la explicación de las competencias que utilizan y en que se apoyan hablantes comunes al participar de interacciones socialmente organizadas inteligibles. En lo básico, este objetivo es el de describir los procedimientos por los cuales los hablantes producen su propio comportamiento y entienden y tratan el comportamiento de los otros. Una premisa básica es la propuesta de Garfinkel (1967:1) de que estas actividades producir conducta y entendimiento y encargarse de éste- son logradas como productos explicables de conjuntos comunes de procedimientos. Heritage y Atkinson (1984: 1). La idea es que las conversaciones están ordenadas, no sólo para los analistas que observan, sino en primer lugar para los miembros participantes (Schegloff y Sacks, 1973:290; Sacks, 1984a: 22). Este orden es visto como el producto de un despliegue sistemático de métodos interaccionales especificables dispositivos, sistemas, aparatos - que son usados por los miembros como soluciones para problemas organizacionales especificables en la interacción social. Estos métodos tienen una característica de dos caras: de un lado son bastante generales, por el otro, permiten una adaptación de sintonía fina a circunstancias locales; en los 2

términos usados por Sacks y otros (1978), ambas son libres de contexto y sensibles al contexto. Los investigadores de AC insisten en el uso de grabaciones de audio y video de episodios de interacciones ocurridas naturalmente -es decir no experimentales- como sus datos básicos. Esta insistencia es bastante especial en las ciencias sociales y significa que algunas de sus fuentes de datos preferidas como: 1) datos de entrevistas como expresiones de opiniones y actitudes o descripciones de situaciones no presenciadas por el investigador, 2) estudios observacionales que se basan en notas de campo o procedimientos de codificación, 3) ejemplos idealizados o inventados basados en las intuiciones propias del investigador, y 4) metodologías experimentales, no son usadas en el AC. Todo este tipo de datos es visto como un producto excesivo de la manipulación, selección o reconstrucción del investigador o sus informantes basados en nociones preconcebidas de que es importante o probable. Heritage y Atkinson (1984: 2-3). Los datos grabados, en cambio, son extremadamente ricos en detalles empíricos, que nunca podrían haber sido producidos por la imaginación de nadie. El uso de datos grabados sirve como control de las limitaciones y fallas de la intuición y la recolección; expone al observador a un amplio rango de materiales y circunstancias de interacción y también provee una garantía de que las conclusiones analíticas no serán resultado de artefactos de idiosincrasia intuitiva, de la atención o de la recolección selectiva o de diseños experimentales. La disponibilidad de grabaciones permite repetidos y detallados exámenes de eventos de interacción particulares y de ahí aumenta grandemente el rango y la precisión de las observaciones que se pueden realizar. El uso de estos materiales tiene la ventaja adicional de proveer a los que escuchan, y en menor medida a los que leen, los reportes de investigación de un acceso directo a los datos sobre los que las afirmaciones analíticas son hechas, permitiendo así que estén disponibles para el escrutinio público de una manera que minimiza la influencia de la preconcepción individual. Heritage y Atkinson (1984: 4). Entonces las grabaciones son los datos básicos del AC. Las transcripciones hechas en base a éstas deben ser vistas como una forma conveniente de representar el material grabado de forma escrita, pero no como un substituto real (Pasthas y Anderson, 1990). Al hacer una transcripción el investigador está forzado a prestar atención a detalles de la interacción que se le escaparían a un oyente común. Una vez hechas, las transcripciones proveen al investigador de un acceso rápido a un amplio rango de episodios de interacción, que pueden ser inspeccionados con propósitos comparativos. Aún más, como se señaló, las transcripciones son provistas con su análisis como una parte esencial de los reportes de investigación de AC, lo que le da al lector una vía para chequear el análisis presentado, cosa que no está presente con otros métodos. Hay que enfatizar, sin embargo, que las transcripciones no pueden representar a las grabaciones en un completo detalle. Son siempre y necesariamente selectivas. El sistema usado en el AC está especialmente diseñado para revelar la forma secuencial del habla. Con el desarrollo del sistema a través de los años, más y más detalles de la producción secuencial real 3

de la interacción hablada han sido agregados al texto básico escrito con ortografía standard. Desde su concepción en el trabajo de Sacks en los 60 s, este desarrollo se debe fundamentalmente al trabajo de Gail Jefferson, cuya sensitividad y precisión en la descripción de los detalles de interacción no ha sido igualada por nadie en este campo 4. Aquí sigue un ejemplo de un fragmento de una consulta médica transcripta por ella 5 ii. 13 Dr: Come'n sit down, (.) Missiz Sampson,= 14 Pt: =Yes 15 Dr: Ah 16 (0.3) 17 Dr: t hhhh ^I vdon't think we've ^met before ^h'v we 18 (1.0) 19 Pt: Well I've had this: u-sore throat on'n off, for weeks no:w.= 20 Dr: = ^Oo dear. 21 Pt: En I've got a cough- writs- it's- I've been you know choking 22 you know'n I'm[coughin]g- I'm getting no relief from= 23 Dr: [Mm ^hm,] 24 Pt: coughing it's just taw- choking that (.) [( ) back]of= 25 Dr: [ h h h h h h ] 26 Pt: =my[( ) 27 Dr: [Do you bring any vphlegm up when you vcough. 28 (0.7) 29 Pt: Well- (0.2) e-yesterday I managed to be sick'n I di:d you 30 know,? but normally: i[t- 31 Dr: [But you: vomited then, 32 Pt: Ye:s u[h huh 33 Dr: [Mm. Como se nota, la elección de detalles a ser incluidos en una trascripción se debe en gran medida a las intuiciones desarrolladas por el AC, especialmente aquellas concernientes a la organización secuencial de la conversación (c.f. las superposiciones en varios lugares de la ii [N. del T.] Se transcribe la versión original en inglés. Traducido sería aproximadamente así: 13 Dr: Pase siéntese, (.)Señora Sampson,= 14 Pt: =Sí 15 Dr: Ah 16 (0.3) 17 Dr: t hhhh ^No vcreo que nos hayamos ^conocido antes ^lo hicimos? 18 (1.0) 19 Pt: Bueno Tengo esto: dolor de garganta devezen cuando, por semanas aho:ra.= 20 Dr: = ^Oo querida. 21 Pt: y Tengo tos- órdenes- es- He estado Ud. sabe ahogándome 22 Ud. sabey estoy[tosien]do- No tengo ningún alivio por= 23 Dr: [Mm ^hm,] 24 Pt: toser es tan sólo lanzar- eso ahogándose (.) [( ) detrás]de= 25 Dr: [ h h h h h h ] 26 Pt: =mi[( ) 27 Dr: [Le viene alguna vflemma cuando vtose. 28 (0.7) 29 Pt: Bueno- (0.2) a-ayer estuve enferma-y lo hi:ce Ud. 30 sabe,? Pero normalmente: es[to- 31 Dr: [Pero Ud.: vomitó entonces 32 Pt: Sí:í u[h huh 33 Dr: [Mm. 4

trascripción anterior). Pero, al mismo tiempo, muchos investigadores de AC enfatizan que las trascripciones no deben ser realizadas teniendo en mente un problema específico de investigación o una hipótesis. El ideal sería tener una larga colección (corpus) de transcripciones muy detalladas que pueden usarse para localizar y analizar fenómenos específicos. Con el objeto de hacer el reporte uno puede entonces usar transcripciones simplificadas seleccionadas (c.f., para el caso, Maynard, 1984: 21). De esta manera, un compromiso práctico puede alcanzarse para el dilema entre precisión y legibilidad (Heritage y Atkinson, 1984: 12). El hecho de que el sistema de transcripciones esté especialmente focalizado en representar la organización secuencial de las conversaciones está de acuerdo con la concepción básica del AC sobre la interacción hablada. En cualquier momento, el desarrollo futuro de la interacción lo que en las transcripciones está a la derecha y debajo de lo que está anotadoestá en gran medida abierto y todavía para ser producido por los propios interactuantes, de formas que no están controladas por ninguno de ellos. La interacción hablada está en los hechos siempre cerrada a la izquierda y abierta a la derecha. Mientras una postura abierta a la negociación en la interacción parece bastante obvia cuando uno considera desarrollos futuros, es, en un sentido, también cierto para el presente y para el pasado. Puede demostrarse en muchos casos que, para los propios participantes, lo que una declaración significa y lo que hace su significado semántico y pragmático no es fijo, una vez que es producido, pero está sujeto a ser definido y redefinido -en breve, negociado- en declaraciones siguientes. Estas propiedades esenciales de la conversación llevan, en consecuencia, al estudio de su organización. El hecho de que: los que hablan entienden un dicho por referencia a su carácter de turno dentro de la secuencia, provee de un recurso central para darle sentido al diálogo tanto para los participantes como para el analista que oye de casualidad. (Heritage y Atkinson, 1984: 7). Tomando una declaración específica como punto de referencia, podemos decir que mientras esté orientada a un estado de la interacción según se haya desarrollado hasta ese momento, va a mostrar esa orientación hacia un lado u otro, la declaración siguiente hará lo mismo. Entonces, mientras la declaración 1 puede exhibir una concepción específica de lo que está ocurriendo, la declaración 2 va a contener una concepción similar o diferente, luego de la cual el hablante de la declaración 1 puede reaccionar a eso con la declaración 3, posiblemente con otra versión (c.f. Schegloff y Sacks, 1973:297-8). De hecho, en secuencias de reparación esta negociación de la estructura es habitualmente bastante clara. Pero también en casos menos abiertos, estos procesos de negociación y acomodamiento interaccional ocurren continuamente (c.f. el significado de enfermo (sick) en la línea 29 de la trascripción anterior). Como fue sugerido en la última cita, estas circunstancias son un importante recurso para el analista conversacional, o, como argumentaré más adelante, una de las principales estrategias de apoyo del AC. El analista debería siempre comparar sus lecturas del significado de una declaración con las lecturas demostradas en declaraciones que siguen a la elegida. No se proveen pruebas definitivas, sin embargo, como Heritage y Atkinson (1984: 11) no fallan en notar, los entendimientos y negociaciones sobre entendimientos no serán en 5

muchos casos visibles fácilmente en la superficie de la conversación. Declaraciones subsecuentes no deben verse como ventanas no problemáticas de las mentes de los participantes. Muchos críticos del AC, sin embargo, parecen sugerir que ese es el objetivo básico del AC. Desde mi perspectiva, la interpretación del significado de las declaraciones para los participantes no es el fin por sí mismo, sino un medio posible para un fin, que es el análisis de la organización de las conversaciones. El hecho destacado anteriormente de que muchos trabajos de AC no contienen explicaciones programáticas, tiene como uno de sus efectos posibles que los lectores no estén informados de los objetivos y estrategias de investigación específicas del AC. Esta falta de conocimientos de los fundamentos puede ser una de las razones por las que las críticas al AC usualmente producen la impresión de perder el punto sobre lo que el AC es realmente. Por esta razón, parece provechoso proseguir mis explicaciones sobre los objetivos básicos del AC, antes de tratar algunas de estas críticas. La mejor manera de hacerlo, en mi opinión, es conectar la práctica del AC de nuevo con la posición de la etnometodología, desde la cual se ha desarrollado. Antes de hacer esto, presentaré una nueva cita, esta vez de una conferencia transcripta de Harvey Sacks 6 : El objetivo grueso del trabajo que estoy haciendo es ver cuán precisamente los detalles de una conversación real que ocurre naturalmente puede ser sujeto de un análisis que va a producir la tecnología de la conversación. La idea es tomar secuencias singulares de conversaciones y separarlas de manera de encontrar reglas, técnicas, procedimientos, métodos y máximas (una colección de términos que más o menos se relacionan entre sí y que yo uso de manera intercambiable) que pueden usarse para generar las características ordenadas que encontramos en las conversaciones que analizamos. El punto es, entonces, regresar a las cosas singulares que observamos en una secuencia singular, con algunas reglas que gobiernan esas características singulares y también, necesariamente, gobiernan una gran cantidad de otros eventos. Sacks (1984b): 411. Estrategias metodológicas en la etnometodología La etnometodología propone el estudio del orden social como éste es constituido en y a través de la conducta socialmente organizada de los miembros de la sociedad 7. Harold Garfinkel derivó el problema del orden social y la noción de ser miembro de la teoría de la acción de Talcott Parsons. Pero la forma en que la ha abordado se deriva fundamentalmente de la tradición fenomenológica, especialmente la fenomenología constitutiva de la actitud natural como es concebida por Alfred Schutz. En la etnometodología, cualquiera sea el caso, los miembros pueden ser estudiados mediante un modelo procesal. La idea central es que los miembros están continuamente, en todo momento de su vida despierta (waking life), ocupados en establecer qué puede esperarse razonablemente que exista, conectando cualquier cosa que se les presente a su atención con elementos de su acervo de conocimientos. Este conocimiento consiste, como argumento Schutz, en tipificaciones y recetas, como tipos de acción, tipos de personas y tipos de cursos de acción (c.f. Schutz, 1962.) Los miembros demuestran 6

competencia mostrando esto y cómo ellos saben cuál es el caso conectando detalles indexicales, información específica del contexto de una manera razonable, con el conocimiento general disponible, lo que cualquier miembro competente sabe. Así ajustando casos a tipos, un mundo razonable es constituido (Garfinkel, especialmente p.78). Dado que la etnometodología tiene un interés en el estudio procesal del sentido común tal como es utilizado en la práctica, enfrenta un problema metodológico particular. Este puede ser llamado el problema de la invisibilidad del sentido común. Los miembros poseen un interés más bien práctico que teórico en su trabajo constitutivo 8. Ellos toman al sentido común y a sus prácticas constitutivas como dadas, salvo por algunos tipos de problemas que hacen que sea necesario prestar atención. Así una estrategia temprana de Garfinkel fue romper las expectativas para generar este tipo de problemas (Garfinkel, 1967: 35-75). Para la etnometodología, las prácticas del sentido común son el tópico de estudio, pero estas prácticas son también, inevitablemente, usadas como recurso para cualquier estudio que uno quiera emprender. Sin el uso del sentido común, su objeto de estudio sería simplemente inaccesible, porque éste es constituido a través de la aplicación de métodos del sentido común, como el método documental de interpretación (Garfinkel, 1967: 76-103). Entonces el problema de la etnometodología es cómo las prácticas de sentido común y el conocimiento del sentido común pueden perder su estatus como recurso no examinado, para poder ser un tópico para el análisis (c.f. Zimmerman y Pollner, 1971). Formulado de esta manera, es un problema de dos caras: de un lado un problema de minimizar el uso no examinado del sentido común; del otro el de maximizar su posibilidad de ser examinado. Este problema de dos caras parece en principio insalvable, uno está seguro de perder o bien el recurso o bien el tópico. Entonces uno debe encontrar soluciones prácticas, que son inevitablemente compromisos. Ahora voy a sugerir una tipología de las soluciones que han sido intentadas hasta ahora en la etnometodología. La primera estrategia es especialmente prominente en el trabajo temprano de Garfinkel (1967). Esta estrategia consiste en el estudio cerrado de actividades que tienen sentido (sensemaking activities) en situaciones donde son especialmente destacadas. Este tipo de situaciones son aquellas con agudas discrepancias entre las expectativas y/o competencias existentes de un lado y el comportamiento práctico y/o las tareas interpretativas del otro que necesitan esfuerzos extraordinarios de comprensión por parte de los miembros. Este tipo de situaciones puede ocurrir naturalmente como en el caso de un transexual estudiado por Garfinkel (1967:116-85) o pueden ser creadas a propósito - como los experimentos de ruptura, mencionados antes-. Para escapar de algunos de los problemas prácticos y éticos generados por estos experimentos, se desarrolló una segunda estrategia. En ésta el investigador estudia su propia actividad de comprensión (sense-making work) colocándose en una suerte de situación extraordinaria. Ésta puede ser una situación en la que los procedimientos de comprensión de rutina seguramente fallan, o en la que uno debe dominar una tarea difícil y desconocida, o en la que uno es instruido por un miembro establecido a ver el mundo en la forma en que es natural para ellos pero no para uno. Mehan y Wood (1975) usan la expresión convertirse en el fenómeno, mientras Schwartz y Jacobs (1979) recomendaron la estrategia de convertirse en El Extranjero o El Novato. De los muchos ejemplos me gustaría mencionar el estudio de David Sudnow (1978) sobre convertirse en un pianista de jazz y el de Lawrence Wieder (1974) sobre cómo fue instruido en el uso del código de los convictos como un dispositivo interpretativo y explicativo general en una casa de adictos en libertad condicional. 7

La tercera estrategia es la que más se parece al trabajo tradicional. Consiste en observaciones cercanas de actividades situadas en su ambiente natural y su discusión con los practicantes experimentados (seasoned practitioners), a fin de estudiar las competencias involucradas en el desempeño rutinario de estas actividades. Para desarrollar este estudio cercano, o para poder estudiar estas actividades después del hecho, pueden usarse equipos de grabación. Ejemplos de este tipo de estudio pueden encontrarse en el trabajo de Garfinkel (1967) sobre jurados y jueces de primera instancia, el de Zimmermman (1969) sobre trabajadores (case-workers) en una agencia de bienestar y el de Lynch (1985) sobre científicos de laboratorios. La cuarta estrategia es la que ya he descripto como la que utiliza el AC. Involucra el estudio de las practicas ordinarias primero mediante la grabación mecánica de algunos de sus productos con el uso del audio o el vídeo. Estas grabaciones luego son transcriptas de una forma que se limite el uso de procedimientos del sentido común para escuchar qué es lo que se está diciendo y anotar cómo está siendo dicho. Las transcripciones son usadas para localizar algunos productos ordenados. Es la tarea del analista, entonces, formular un dispositivo que podría haber sido usado para producir ese producto y fenómenos como éste (c.f. Sacks, 1984a). En la práctica real, estas estrategias tienden a combinarse de varias maneras. Como ejemplo de los tres primeros tipos, existe una tendencia a usar citas literales de lo que ha sido dicho por los sujetos investigados, como en los reportes de Garfinkel (1967) de sus experimentos, mientras que en estudios más recientes la grabación y la transcripción tienden a ser usadas, como en Garfinkel y otros (1981) y Lynch (1985). Sin embargo, hay una gran diferencia entre estas tres estrategias estudios etnometodológicos en el sentido estricto- y la cuarta AC. En el primer grupo, se crean o buscan circunstancias específicas, en las que las actividades con sentido son más prominentes y por consiguiente más fáciles de estudiar. De esta forma la etnometodología exhibe una preferencia estratégica por lo extraordinario 9. En contraste, el AC tiende a focalizarse en lo completamente mundano, la cháchara ordinaria de la vida cotidiana. Mientras en la etnometodología el problema de la visibilidad es resuelto, en parte, con la creación o selección de ambientes extraños, en el AC esta tarea de extrañamiento es realizada por la máquina de grabar y el proceso de transcripción. La idea general detrás del uso de estas estrategias es, de este modo, evadirse hasta donde se pueda del uso del sentido común no pensado y no percibido que parece ser inherente a las prácticas empíricas en la sociología. La crítica etnometodológica de estas prácticas objeta que las reconstrucciones idealizadas y descontextualizadas de la vida social, hechas por los sujetos de investigación y/o el investigador, son estudiadas en vez de esa vida en su particularidad situada 10. Entonces de los etnógrafos puede decirse que estudian sus propias notas de campo como recurso no examinado para su estudio de la vida comunitaria. O los investigadores que usan entrevistas estudian las respuestas que han grabado como recurso no examinado para su estudio de opiniones y actividades no observadas. En ambos casos la producción situada de estos materiales no recibe atención sistemática por derecho propio. El foco de estos estudios está en individuos o colectividades. En contraste a tal individualismo metodológico o colectivismo, la etnometodología y el AC suscriben una posición que Karin Knorr-Cetrina (1981) llama situacionalismo metodológico (methodological situationalism). 8

La crítica anterior, sin embargo, puede también volverse en contra de la etnometodología y el AC. A pesar que el uso no pensado del sentido común puede minimizarse, no puede evitarse, pero este hecho no es reconocido habitualmente. Ahora discutiré dos casos donde autores etnometodólogos discuten el problema con bastante franqueza. El primero de estos es el prefacio de Don Zimmerman al estudio de Wieder (1974). Zimmerman apunta al uso general, manifiesto (sensible) e inevitable de lo que llamamos idealizaciones en las ciencias naturales y sociales así como en la vida cotidiana. Las idealizaciones son construcciones selectivas, abstractas y lógicamente coherentes que son usadas para recolectar fenómenos en términos de características seleccionadas que se juzgan relevantes desde un punto de vista especifico, es decir teórico. Aunque él reconoce el éxito de este procedimiento en las ciencias naturales, ve ciertos problemas para su uso en las ciencias sociales: una consecuencia necesaria es la supresión de grupos enteros de datos. Él específicamente objeta el uso de tales idealizaciones que ignoran el hecho de que la idealización es una característica propia de la vida social estudiada. Así, los etnometodólogos pueden argumentar que estas idealizaciones en las ciencias humanas han ignorado el hecho de que la idealización ocurre naturalmente dentro del dominio de la teorización científica (el que, después de todo, es hecho dentro del mundo) y ocurre también dentro del dominio de la vida cotidiana en la forma de tipificaciones del sentido común (..). para la etnometodología entonces la idealización (en su forma científica como de sentido común) es un fenómeno para estudiar, no un recurso (..). Por lo que los etnometodólogos deben ellos mismos idealizar sus fenómenos de alguna forma cuando desarrollan un análisis, su abordaje difiere de la teorización constructivista actual en que sus idealizaciones intentan incorporar la visión que, desde el principio, los miembros de la sociedad reconocen y logran las estructuras ordenadas de su mundo (...) a través del uso de las idealizaciones. Los fenómenos de interés, entonces, son los que Schutz (1962) refiere como fenómenos de segundo orden, a saber, las idealizaciones de los miembros sobre su conducta y la de los otros (..) la realidad social consiste en el sentido común, la actividad práctica de las idealizaciones cotidianas del mundo social y las actividades dentro de éste (...). Para los etnometodólogos a las idealizaciones (o construcciones racionales) del mundo social debe reconocérseles también como poseedoras de las características de ser hechas desde dentro del mundo y ser partes y parcelas de este mundo, p. ej., lo que Garfinkel (1967) llama características reflexivas. Zimmerman en: Wieder (1974):22-3 Entonces las idealizaciones son usadas siempre e inevitablemente en la vida ordinaria como en la ciencia. El punto es reconocer esto y tomarlo en cuenta en las propias prácticas idealizantes. Cómo debe hacerse eso, es menos claro. Mi segundo caso arroja alguna luz sobre esto desde la perspectiva del AC. 9

Como solución al controvertido problema de la relación entre conocimiento cultural compartido (conocimiento de los miembros) que el sociólogo posee y el aparato analítico que es su responsabilidad producir, propongo lo siguiente: a) el sociólogo inevitablemente se apoya en su conocimiento como miembro para reconocer las actividades que los participantes de la interacción realizan; por ejemplo, es por virtud de mi status como miembro competente que puedo recurrentemente localizar en mis transcripciones instancias de la misma actividad. Esto no es decir que los miembros son infalibles o que hay un acuerdo perfecto para reconocer una y varias instancias; es solamente decir que ninguna resolución de casos problemáticos puede ser realizada apoyándose en procedimientos que están supuestamente incontaminados del conocimiento de los miembros (resoluciones arbitrarias hechas con la intención de facilitar los problemas de codificar, no son de ninguna manera una resolución para esta empresa). b) El sociólogo habiendo tomado su decisión de primer nivel con base en el conocimiento de los miembros, debe entonces situar como problemático cómo es que las declaraciones salen como unidades de actividad reconocibles. Esto requiere que el sociólogo explique los recursos que él comparte con los participantes al darle sentido a las declaraciones en un fragmento de conversación. En cada paso del camino, inevitablemente, el sociólogo continuará usando su competencia socializada, mientras seguirá haciendo explícito cuáles son estos recursos y cómo los utiliza. No veo alternativa a estos procedimientos, excepto no prestar atención explícita al conocimiento socializado de uno mientras se continúa usándolo como ayuda indispensable. En breve, los descubrimientos sociológicos son ineluctablemente descubrimientos dentro de la sociedad. Turner (1971): 177 Lo que Turner sugiere es que la investigación etnometodológica es hecha en dos fases. En la primera el investigador usa su propio conocimiento como miembro para interpretar sus materiales, mientras en la segunda él analiza esta interpretación desde una perspectiva procesal 11. Los cuatro tipos de estrategias, discutidas previamente, difieren en la forma en que éstas producen sus materiales. Pero siempre el estudio de estos materiales puede ser visto como si estuviera organizado en estas dos fases de interpretación: como miembro y análisis procesal. En el libro de Wieder (1974) sobre las casas para adictos, por ejemplo, la primer parte está dedicada a un estudio etnográfico del escenario en el que emerge el concepto de Código del Convicto, mientras que la segunda trata de las formas en que este código es usado como dispositivo diario de interpretación y explicación. Un modelo de prácticas de investigación de AC Estas ideas pueden ser usadas para construir un modelo idealizado de prácticas de investigación de AC. 1. Como primer paso, la producción de los materiales a analizar es delegada en una máquina a la que se le ordena grabar todo lo que pueda ser escuchado o visto mediante sus receptores. Aunque las grabaciones son en una cierta forma selectivas, esta selección no es naturalmente idealizadora, en el sentido dado por Zimmerman en la cita anterior. Hay, 10

por supuesto, un factor humano en la decisión de grabar una conversación particular que involucra a los participantes en ese escenario en ese momento. En general al AC no le parecen problemáticas estas decisiones y sus consecuencias. Mientras la grabación suene natural se considera que provee datos útiles 12. Esta base de datos primaria puede ser hecha más accesible a través de la transcripción, pero permanece por siempre disponible en su forma original. 2. Las transcripciones de las grabaciones son hechas de una manera que es, como describí antes, un compromiso práctico entre varios objetivos, consideraciones y circunstancias. Al hacer una transcripción uno inevitablemente usa su conocimiento de miembro, pero uno trata de restringir esto para entender qué esta siendo dicho y cómo está siendo dicho. Tanto el conocimiento informal de uno sobre lo que las declaraciones significan como los intereses analíticos propios van a predisponer a uno a escuchar ciertas cosas, pero uno puede tratar de chequear sistemáticamente lo que escuchó con la grabación. Uno también puede tener una transcripción chequeada por otros. Idealmente, el investigador debe realizar él mismo las transcripciones que va a usar. Cuando son usadas transcripciones ya disponibles, deben chequearse con las grabaciones. Con tiempo y experiencia cualquiera puede hacer una transcripción razonablemente aceptable que provee una representación útil, aunque siempre incompleta, de lo que fue dicho y cómo fue dicho. 3. El episodio a ser analizado puede ser seleccionado de las transcripciones basándose en una variedad de consideraciones. Uno puede seleccionar un conjunto particular de circunstancias, como comienzos de consultas, como en el fragmento citado antes. O puede reconocer la presencia de un interesante fenómeno candidato (como las discusiones sobre el significado de términos dudosos -lay- como enfermo -sick-). O uno puede estar intuitivamente intrigado por algunos materiales. Algunas veces los hablantes parecen tener bastante éxito en rescatar algunas cosas Jefferson llama a esto momentos virtuosos - y éstas pueden proveer buenos puntos para empezar. El episodio generalmente consiste en una o más secuencias, en las que el interactuante inicia una acción y otro(s) reacciona(n) a ésta. 4. El investigador, entonces, trata de darle sentido al episodio, usando mayormente el sentido común, como Turner enfatizaba en la parte a) de la última cita. Este conocimiento es en principio procedimentalmente similar al que usan los interactuantes mismos para reconocer y producir el episodio bajo consideración. Esta interpretación está específicamente dirigida a una tipificación sobre qué puede pensarse que las declaraciones que forman la secuencia hacen y cómo esto que hacen se interconecta. 5. En un próximo paso, el investigador trata de explicar la interpretación previamente producida, con base en el sentido común, como Turner indica en la parte B de la cita. Un razonamiento es construido y que posiblemente conduce a la tipificación dada, especificando sus bases empíricas, p. ej. los detalles del episodio bajo consideración y sus recursos analíticos, el conocimiento de sentido común usado. En otras palabras, en esta fase del análisis el investigador usa tanto los detalles de la interacción como sus conocimientos como miembro como recurso para el estudio del conocimiento usado por los participantes para lograr la secuencia bajo consideración. De esta manera, éstas quedan disponibles para análisis ulteriores. 11

6. Este análisis puede elaborarse de varias maneras. Como fue explicado antes, un recurso significativo para apoyar el análisis de una declaración particular es inspeccionar su respuesta, declaraciones siguientes y secuencias. El análisis de los participantes de las declaraciones y secuencias elegidas puede desarrollarse ahí. Los participantes pueden, por ejemplo, referirse a un episodio, explícito o implícito, mucho después en la interacción, y al hacerlo dar una pista de cómo ellos lo oyeron. 7. Otro apoyo para un análisis particular puede encontrarse continuando el proceso analítico en el que el episodio actual y su análisis van a ser comparados a otros casos. Como queda claro en la cita anterior de Sacks, un análisis de AC siempre es comparativo, directa o indirectamente. La idea es que los dispositivos usados para reconocer y producir una instancia particular son similares a aquellos usados en muchas otras. El sentido común usado en el paso 4 proviene de, como argumentó Schutz, las propias experiencias de uno y de las de los otros transmitidas a través de ejemplos y explicaciones habladas. Y tanto en este paso como en los siguientes los resultados analíticos previos de uno y los de los otros van a jugar también un papel. La comparación con casos similares o diferentes, sea implícita o explícita, es un recurso importante de lo que es llamado análisis de casos individuales, que se focalizan en la explicación de un episodio en particular. Pero es la estrategia principal en muchos otros proyectos de AC, los llamados estudios de colección, en los que colecciones de instancias que son similares o semejantes de manera relevante son sistemáticamente comparados. Y también hay trabajos que usan un diseño intermedio entre estos tipos 13. En el fragmento citado antes, el episodio único puede ser inspeccionado primero en sí mismo, pero aun en ese caso las escuchas particulares van a tender a estar basadas en expectativas generales sobre lo que es probable o normal en circunstancias de una consulta, p.ej. formular quejas, o dar una respuesta a un tipo particular de declaración, como mencionar que no se han conocido antes. Con esto como respaldo podemos ver que la expresión del paciente Bueno, tengo esto, la garganta inflamada, por semanas ahora (línea 19) corresponde al primero, pero no al segundo. Uno podría usar una observación como ésta como punto de partida del análisis posterior, tomando ejemplo de otras consultas y considerando los descubrimientos de análisis anteriores sobre estas ocasiones (c.f. Heath, 1981; Ten Have, 1980, 1987). Debe remarcarse, entonces, que el esquema de siete pasos representa una idealización y puede no ser avalada por otros AC. La formulación del paso 4 y su separación de este y los pasos siguientes puede ser especialmente debatible. Muchos investigadores tenderían a unir los pasos 4, 5 y 6. Yo argumento, sin embargo, que puede ser algo bueno considerar por separado al paso 4, en el sentido de que uno trata de explicar el significado local de las declaraciones y secuencias independientemente del interés analítico del proyecto en el que uno trabaja 14. En mi opinión, entonces, este esquema representa algunas de las tendencias intelectuales básicas del AC., aunque el orden sugerido aquí, por supuesto, no está estrictamente adherido a la práctica real. Los investigadores, por ejemplo, van a retornar seguidamente a las fases tempranas. Y el paso 7, cuando es tomado en su forma explícita, obliga al investigador a reciclar los pasos 3 al 6 para cada instancia en particular usada en la comparación. Empezando por el paso 4, una interpretación de sentido común local de un episodio, el esquema sugiere que esta interpretación sea considerada nuevamente en los pasos siguientes, 12

explicándola y posiblemente revisándola. La meta final, como dije antes, es no argumentar por la mejor interpretación posible, sino formular los significados usados por los miembros en sus interacciones situadas: dispositivos, aparatos o la tecnología de la conversación. La base de datos restringida del AC. Como indiqué antes, el AC tiende a usar una base de datos muy restringida, p. ej. grabaciones de interacciones que ocurrieron naturalmente. Esto es habitualmente visto como una limitación a la validez de sus descubrimientos. Desde el punto de vista del AC, sin embargo, es más bien un punto fuerte de sus resultados analíticos, si éstos se construyen únicamente con base en los datos grabados. Las críticas en este punto pueden tomar una variedad de formas. Se ha hecho referencia a datos faltantes respecto a los participantes, como las usuales variables macrosociológicas (nivel socioeconómico, edad, género), posición institucional, historia personal. Habitualmente los críticos tienden a quejarse de que el contexto institucional de la interacción es desatendido analíticamente por el AC (Cicourel, 1981). Y otros se preguntan por qué no son utilizados los recursos como las entrevistas con los participantes, sus comentarios en las grabaciones o la interpretación del material grabado por paneles de legos (lay panels). Me encargaré del asunto institucional primero. Para entender la posición del AC en este punto, debemos volver al comienzo del AC en los trabajos tempranos de Harvey Sacks y Emanuel Schegloff. En esa fase temprana estos especialistas estaban trabajando con materiales de ambientes institucionales, tales como llamadas a un sitio de emergencias psiquiátricas o a la policía en casos de desastres. Pero estos estudios mostraron que los participantes en tales circunstancias institucionales inusuales usaban dispositivos para la interacción que eran bastante comunes. Estos dispositivos, entonces, podrían -o probablemente es lo mejor- ser estudiados en circunstancias menos predefinidas y dramáticas, tales como conversaciones comunes entre pares. La elección de la conversación ha sido presentada como arbitraria (Schegloff y Sacks, 1973: 289-290), pero con la prudencia de la retrospectiva, puede juzgarse como afortunada. La conversación ordinaria parece tener una importancia mayor en la vida social, tanto para viejos como nuevos miembros, es la base para el entendimiento intersubjetivo, y también un tipo de reserva tecnológica para cualquier tipo de vida social más formal o restringida 15. Visto así, ha sido una decisión sabia concentrarse, al menos por una cierta cantidad de tiempo, en las conversaciones más ordinarias como materiales de análisis. Su banalidad ha sido un activo más que una deficiencia, dado que no hay obvia ni pre-dada significancia funcional para prejuzgar lo que está pasando con los datos. En desarrollos posteriores del AC, sin embargo, vemos que muchos miembros de generaciones más tardías han vuelto al análisis de las interacciones en ambientes institucionales 16. Audiencias previas al juicio, audiencias en la corte, entrevistas en las noticias, encuentros médicos, interacciones en el aula o manifestaciones políticas han estado entre los objetos de análisis. Lo que estos investigadores han hecho es, para decirlo en pocas palabras, usar el repertorio de dispositivos conversacionales, descriptos por la primera generación de AC mayormente en base a las conversaciones ordinarias, para explorar cómo este repertorio es usado restrictivamente por miembros para constituir episodios de la vida 13

institucional, reconocibles como tales para ambos, los miembros y los analistas (c.f. Atkinson). Como señaló Heritage al resumir su discusión sobre estos tipos de análisis: Such institutional contexts are created as visible states of affairs on a turn-by-turn basis. It is ultimately through such means that 'institutions' exist as accountable organizations of social actions. Es dentro de estas secuencias locales de habla, y sólo ahí, que estas instituciones son a fin de cuentas y de manera conciente habladas para que existan (talked into being). (..) los detalles de secuencias pequeñas y locales que al principio parecen estrechas, insignificantes y contextualmente no interesantes, se convierten en los recursos principales por los que son evocados los marcos más grandes de la actividad institucionalizada. Estos contextos institucionales son creados como declaraciones visibles de asuntos fundamentados turno por turno. Es finalmente a través de tales significados que las instituciones existen como organizaciones informadas (accountable) de las acciones sociales. Heritage (1984: 290) Para decirlo francamente, las explicaciones de lo que ocurre en cualquier tipo de interacción, institucional o no, que hacen referencia a previstos (fixed givens) tales como identidades y funciones institucionales, recursos o relaciones institucionalizadas, o lo que sea, no son aceptables para el AC, hasta que la relevancia procesal local sea demostrada 17. Y aun en ese momento, lo que puede decirse concerniente a esos momentos es sólo que sus propiedades o relaciones son realizadas por el habla en ese momento y tiempo. Por ejemplo, en mi propio trabajo sobre consultas médicas, pienso que puedo mostrar que una consulta médica es solamente constituida durante partes específicas del encuentro, y mediante significados analizables, mientras que en otros momentos algo como una conversación u otro tipo de interacción está ocurriendo (ten Have, 1989a). El mismo tipo de razonamiento puede aplicarse a ciertas propiedades e identidades que son, para los miembros, consideradas estables dentro de los escenarios, tales como ser un paciente o un médico, y también aquellas que son pensadas como constantes en cualquier escenario, como la edad o el sexo (c.f. Garfinkel, 1967: 116-85). Dadas estas ideas y descubrimientos, cualquier preconcepción sobre las propiedades, relaciones y ocasiones que son usadas como la realidad dada en otras ramas de la ciencia social son puestas entre corchetes en un análisis como al que aspira el AC. En este sentido el AC es miembro de la familia de ciencias fundadoras, examinando lo pre-dado de la vida cotidiana (c.f. Lynch y otros, 1983: 208). Debe notarse que uno podría aun objetar, con esta base, que se mencione la identidad institucional de los hablantes (p.ej. Dr. y Pt.) como fue hecho en el fragmento de transcripción antes citado. La existencia y relevancia de tales identidades, estrictamente hablando, serán descubiertas en el análisis, como producto de las prácticas locales de los participantes. Tipos similares de argumentos pueden utilizarse contra las críticas que acusan al AC de descuidar imprudentemente otras fuentes de datos, aparte de las grabaciones. Por ejemplo, cuando presento mi propio trabajo sobre consultas médicas a una audiencia no es del AC (non- CA), soy interrogado habitualmente acerca de por qué no utilizo otras varias fuentes de información para apoyar mis descubrimientos, tales como entrevistas con los participantes, 14

grabaciones de casos o las interpretaciones hechas por un panel de legos. Mi respuesta a la pregunta de por qué no entrevisto a los doctores y pacientes que son representados en el cuerpo de las grabaciones es la siguiente. No hay forma de saber cómo una interpretación de una acción hecha por un participantes, producida en un lugar diferente al original, se relaciona con la acción así interpretada. Puede tener más sentido conectar tales interpretaciones al escenario en el que son hechas, la entrevista sociológica, las sesiones de observación o escucha, que al escenario al que se refieren. Para los participantes puede ser muy difícil reconstruir después del hecho el intercambio (interweaving) de significados momento a momento en la interacción. Pueden tener tendencia a presentar relatos parciales, poniendo sus acciones bajo un foco favorable. Más aún, la atención del AC no está dirigida a descubrir los significados ocultos, los proyectos estratégicos, y otros por el estilo, sino a los significados que en realidad y de manera observable son producidos en y a través de la interacción para describir la tecnología utilizada para originarlos. Argumentos similares pueden levantarse contra el uso de grabaciones de casos como recurso de información sobre los antecedentes del paciente o las carreras médicas, y contra el uso de paneles legos para interpretar las grabaciones, para rechazar o confirmar las interpretaciones del investigador. Una y otra vez el practicante del AC sentirá que esos otros recursos pueden ser analizados en términos de sus propios procesos productivos (c.f. Heath, 1982.), pero que la información que éstos producen no puede prejuzgar el análisis detallado de los propios datos de la interacción y que no debe considerarse más valiosa que aquellos datos con fundamentos a priori. La propia práctica interpretativa del AC Argumentos como los antes referidos podrían, por supuesto, utilizarse en contra del propio AC, el que puede ser considerado simplemente como otro contexto que produce significado, tan extraño como el escenario original, como otros mencionaron más arriba. Estos argumentos, por cierto, representan un serio problema para el AC, el problema de cómo dar cuenta de sus propias contribuciones reflexivas a sus resultados. Este problema no puede ser resuelto en principio, sólo en la práctica. Uno puede tan sólo tratar de crear circunstancias y diseñar procedimientos que parecen promover las posibilidades de producir una lectura valiosa de lo que ocurrió. Lo que es valioso, sin embargo, depende del tipo de análisis al que uno se dedique. Y los intereses prácticos de participantes anteriores pueden perfectamente explicar lo que fue hecho con un motivo racionalizador, antes que con un interés imparcial en entender el episodio como un todo. Más aún, el marco interpretativo, usado por un investigador de AC, es diferente del de otro participante u otro observador lego. Tomando prestada la terminología desarrollada por Anthony Giddens (1984), podemos decir que mientras se asume que los miembros son prácticamente competentes para producir una interacción ordinaria, la transformación de este conocimiento en el tipo discursivo parece requerir un conocimiento especial, motivos especiales y mucho tiempo. Todas estas cosas no están disponibles al escuchar o ver sesiones con participantes o jueces legos independientes. En términos de Alfred Schutz (1962), la actitud natural de los miembros está reñida con la actitud que toman por los investigadores, también y en especial cuando el primero es el objeto del segundo, como es el caso de todos los tipos de investigaciones orientadas 15

fenomenológicamente, incluido el AC. Por este tipo de razones Harold Garfinkel y Harvey Sacks (1970:345) recomendaron una actitud de indiferencia etnometodológica como política procesal. En la visión del AC, como se explicó antes, se asume una competencia práctica general disponible para todos los miembros (c.f. Harold Garfinkel y Harvey Sacks, 1970:342). La misma competencia es usada por los investigadores de AC, pero de una manera diferente y por razones diferentes: para explicarla como parte de una empresa científica. No parece haber otra forma que el análisis laborioso de grabaciones detalladas para hacer este trabajo. Lo que ha sido cuestionado por críticos relativamente cercanos a la posición del AC, como Aarón Cicourel (1981) y Michael Lynch (1985), sin embargo, es la disponibilidad de la competencia práctica usada por los participantes para el analista que oye una conversación de casualidad, quien no tiene un íntimo conocimiento de los participantes y sus circunstancias. El AC parece asumir más una competencia conversacional general, mientras que sus críticos focalizan más en escenarios especializados o competencias atadas a las tareas. Como Lynch formuló esta crítica, mientras parece estar garantizada la existencia de una competencia general involucrada en la producción de la conversación, la aplicación de los resultados y conceptos del AC al estudio de episodios de hablar del trabajo ( shop talk ), divorciados de una investigación más comprensiva de su escenario original, revelaría solamente los aspectos conversacionales del diálogo, no aquellos que son constitutivos del carácter único de tareas y escenarios específicos. Para citar algunas de las formulaciones de Lynch: La aplicación al por mayor de resultados de estudios de la conversación a investigaciones de situaciones específicas del trabajo produce una forma fácil de generar hallazgos analíticos mientras se deja inexplicado el carácter sustantivo y específico del trabajo que se está haciendo, en y a través de la conversación. Al elaborar sobre el uso situado de estructuras de conversación generales el analista recapitula los intereses extrínsecos de la sociología sobre el trabajo al usar un cuerpo de estructuras analíticas de la sociedad en general (o conversación ordinaria en este caso) para dar cuenta de instancias específicas de la conducta. Tal práctica garantiza una distancia analítica de las detalladas habilidades del trabajo como rasgo específico de estos escenarios.(..) El sólo qué del trabajo específicamente elude cualquier relato que subsuma un análisis del habla sobre el propio trabajo dentro de un analítico general de conversación (general conversation analytic) (Lynch, 1985:9) Lo que Lynch objeta es tratar cualquier episodio de diálogo interaccional como una conversación, dado que por instancia el habla como parte del trabajo, podría también involucrar competencias que no son discernibles para investigadores que no conocen el negocio, pero éstos tienen que apoyarse en grabaciones de la interacción únicamente. Visto desde esta perspectiva, es interesante notar que la mayoría de los estudios del AC sobre la interacción institucional trataron las de un tipo muy específico, llamémoslas interacciones profesional-lego. Este sub-género puede considerarse que ocupa un tipo de posición intermedia, entre por un lado conversaciones y del otro hablar del trabajo. Estos 16

encuentros pueden estudiarse, entonces, o bien desde una perspectiva profesional, tomando estudios sobre hablar del trabajo en la profesión concerniente como el punto de partido, o desde una perspectiva lega, desde el punto de vista de la conversación. Es esta última línea la que ha sido tomada por la mayoría de los estudios del AC de varios tipos de interacción entre profesional y lego (c.f. Atkinson, 1982; Frankel, 1984; Heritage, 1985; la discusión en Heritage, 1984: 280-290; también, Ten Have, 1991). Un tema importante en esta investigación es la identificación de lo que hace a las interacciones diferentes a las conversaciones. Comparando estos encuentros con lo que es sabido sobre las conversaciones, uno toma a las competencias generales de los participantes legos como un punto de partida para el análisis. Así el foco está en aquellos aspectos de los encuentros en los que éstos más difieren de las conversaciones, por ejemplo la distribución específica de grupos (party specific) o asimétrica de varios tipos de declaraciones. Podría perfectamente ser que los estudios tipo AC que empezarán desde un lado profesional, tomando el hablar del trabajo como punto de partida, puedan producir varios tipos diferentes de resultados, por ejemplo, focalizándose en la profesión específica involucrada, en estrategias profesionales, etc. En otras palabras, la cantidad de conocimiento de antecedentes etnográficos que el investigador de AC elige recoger y usar en su análisis está relacionado a aspectos de la interacción que uno quiere explorar. En su investigación sobre el pedido de negociación (plea bargaining), por ejemplo, Douglas Maynard (1984) hizo un estudio etnográfico de las audiencias previas al juicio en un escenario de corte municipal, para fundamentar su análisis de una colección de negociaciones grabadas. El análisis propiamente dicho, sin embargo, produjo un tipo de resultado típico del AC, un modelo secuencial que fue seguido en una forma más o menos flexible en todos los casos. Entonces aquí se probó que las especificidades del trabajo profesional pueden ser analizadas a la manera del AC, pero el investigador necesitaba saber algo sobre el trabajo y su escenario antes de poder hacer el análisis. El resultado de su trabajo, a pesar de esto, el modelo secuencial, es bastante formal y promete tener una relevancia mayor que el de la singular corte municipal estudiada. De una forma similar, uno podría traer el problema del AC a través de culturas (cross cultural). Cuando el AC está fundamentado en la competencia general del investigador, hace esto imposible la investigación en escenarios culturales diferentes? En la practica real, la mayoría del AC es hecho por investigadores que estudian material de su propia cultura. El antropólogo Michael Moerman, sin embargo, estudió interacciones en una cultura radicalmente diferente, la de Tailandia. Sus estudios produjeron resultados que son ampliamente compatibles con estudios de AC en interacciones occidentales. Pero, reflexionando sobre su trabajo, Moerman (1988) abogó por lo que él llama AC culturalmente contextuado, un AC que es profundamente informado por un estudio etnográfico de la cultura en que las interacciones estudiadas están imbricadas. Yo pienso que su trabajo sugiere que el AC puede producir resultados que son bastante universales en el nivel de las estructuras y mecanismos formales, pero necesita estar fundamentado en un íntimo conocimiento de la cultura desde la que se producen las interacciones. Pero que este conocimiento sea obtenido por ser miembro o a través de la etnografía parece ser poco importante, un asunto práctico. Volviendo a las opiniones de Lynch, uno puede decir que éstas presentan una suerte de ambivalencia en la perspectiva reciente de los etnometodólogos respecto al AC. De un lado, los 17

resultados del AC son respetados, pero del otro hay algunas dudas con respecto a la forma en que han sido obtenidos. Compare lo que sigue sobre el apoyo del AC en grabaciones y transcripciones: No puedo decir que el AC que está tan situado con respecto a su fenómeno no explota la distancia analítica constituida en su uso de grabaciones y trascripciones de conversaciones ordinarias. Además, la relación del AC con las conversaciones originales es tal que provee una versión alcanzada a oír de cualquier conversación cuando la interpretación de las declaraciones es hecha desde la perspectiva de cómo estas declaraciones perduran para cualquiera que pueda oírlas aparte de aquellas personas que están en la conversación (aunque una familiaridad con la situación particular es obtenida y habitualmente se usa para informar el análisis). La posibilidad de reescuchar las grabaciones es adicionalmente un recurso para el desarrollo capacitado de escuchar por parte del analista, y este escuchar se desarrolla en formas detalladas que no son idénticas a ninguna primer escucha de una grabación, especialmente por practicantes naives del AC. Cómo esto es simétrico con el escuchar de los participantes originales de la conversación es una pregunta abierta. Y él agrega: Mencioné estas características de la distancia analítica del AC no como una forma de encontrar defectos a ser corregidos, dado que estas características son idénticas a los recursos para encontrar novedades sobre la conversación que es de tal detalle y complejidad como para no poder realizarse sin el uso de grabaciones, colecciones sistemáticas de instancias, etc. Todas estas operaciones analíticas marcan al AC como una empresa analítica constructiva en muchos aspectos, pero con otras empresas similares existentes hay un reclamo fuerte por el descubrimiento de rasgos de la conversación que de alguna manera exhiben las actividades de los miembros como orientadas a ellos. Lynch (1985): 196:n.17. En breve, mientras se reconocen los aportes hechos por el AC, éste es visto como peligrosamente cercano a las prácticas constructivas que la etnometodología critica a la ciencia social convencional. Anteriormente en su libro Lynch denominó al AC como un recurso de doble filo para su trabajo. Su distancia analítica es, de un lado objetada dado que se basa en una perspectiva de escucha causal (overhearer s perspective), y en este aspecto no es fiel a la realidad fenomenológica de las multitudes interaccionales vividas que estudia, pero, por el otro, sus resultados nos traen novedades sobre el logro de una conversación que no parece estar disponible de otra formas. En una entrevista con Bennetta Jules Rosette (1985) Harold Garfinkel hizo algunos comentarios que van en este sentido. Por ejemplo, después de establecer que hay compatibilidades profundas en el foco de un análisis procedimental y la producción local, él agrega iii, iii [N. del T.] En Francés en el original Mais je me demande comment cette généralité peut être documentée et détaillée. Les scripts me mettent mal à l'aise. (..) Oui, les transcriptions. Je suis sceptique quant à l'utilisation d'une 18

Pero me pregunto cómo esta generalidad puede documentarse y enumerarse. Los escritos me ponen incomodo. (..) Sí, las transcripciones. Soy escéptico en cuanto a la utilización de una teoría de los signos para tratar de un fenómeno como objeto teorizado. Se utiliza una teoría de los signos para analizar un objeto teorizado que es producido, reconocido y comprendido por y para sus miembros sola y enteramente in situ, dentro de detalles coherentes, inevitablemente pertinentes, y como tales. Se da una interpretación del significado de los signos con el fin de informar del signoobjeto a los intereses de la interrogación. Pero está bien eso qué ustedes quieren? No sería necesario más bien buscar la coherencia controlable, producida localmente y de manera endógena, de los detalles identificadores del objeto? Jules-Rosette, 1985: 38 Lo que estos comentarios sugieren es que la estrategia desarrollada por el AC, mientras comienza con las mismas problemáticas que los otros tipos de etnometodología, está, por su apoyatura en la reificación de su objeto a partir de la escucha por casualidad de grabaciones y construcción de transcripciones, restringido al estudio de las corrientes conversacionales como prácticas situadas- En cambio, una representación secuencial estructural es estudiada desde la posición de cualquiera. Esto sugiere que algunas propuestas de la etnometodología fijan una posición más principista en relación al dilema metodológico que discutí anteriormente, que la que toma el AC, que puede ser visto como más comprensivo y práctico. Cuantificación y posibilidad de codificar (codability) 18. Desde una perspectiva fenomenológica, entonces, el AC puede ser visto como peligrosamente cercano a transformarse simplemente en otra forma de análisis constructivo, esto es un tipo de análisis que constituye su propio objeto sin tomar esto en cuenta. Esto es especialmente agudo cuando consideramos las posibilidades de que el AC se desarrolle como una empresa cuantitativa, o más generalmente, las posibilidades de Codificar los fenómenos de interacción. Como se ha dicho antes, el AC apunta a analizar los dispositivos y las competencias a un nivel bastante general, disponible para cualquiera, prácticas que son relativamente libres de contexto, aunque capaces de una delicada sensitividad contextual (Sacks y otros, 1978). Visto desde esta perspectiva, es bastante racional que muchos estudios de AC no se limiten a una extensa discusión de uno o unos pocos fragmentos de un diálogo, sino que pongan bajo examen sistemático colecciones más grandes de instancias. Cuando leemos estos tipos de estudios uno es golpeado por el uso muy frecuente (!) de varios tipos de expresiones de théorie des signes pour traiter un phénomème comme object théorisé. (..) Une théorie des signes est utilisée pour analyser un object théorisé qui est produit, reconnu et compris par et pour ses membres seulement et entièrement in situ, dans des details cohérents, inévitablement pertinents, et en tant que tels. Une interprétation de la signification des signes est donnée afin de rapporter le signe-object aux intérêts de l'interrogation. Mais est-ce bien cela que vous voulez? Ne faut-il pas plutôt rechercher la cohérence contrôlable, produite localement et de façon endogène, des details identificateurs de l'object? Jules-Rosette, 1985: 38 19

cuantificación, tales como rutinariamente, regularmente, frecuentemente, un número sustancial, habitualmente, generalmente, recurrentemente, comparativamente raro, comúnmente, masivamente recurrente y ausente. De esta forma, la discusión de instancias específicas recibe una amplia relevancia como tratamiento ejemplar de algo que es en algún sentido, típico o atípico. Usualmente, sin embargo, la información cuantitativa se mantiene relativamente vaga: el foco primario continua en los propios fragmentos citados. En contraste a este tipo común de cuantificación en el AC, podemos notar una cantidad de estudios que mientras reclaman una cierta relación con el AC, ponen su foco en la propia calificación, en el sentido de presentar sus mayores hallazgos en términos de tablas y porcentajes. Los ejemplos más conocidos de este tipo se encuentran en una serie de estudios de Candance West y Don Zimmerman sobre diferencias basadas en el género en el comportamiento interaccional, especialmente la interrupción (empezando con Zimmerman y West, 1975, c.f. West y Zimmerman, 1985). El mismo abordaje fue utilizado por West en sus últimos estudios sobre consultas médicas, focalizados en las interrupciones y en la distribución de varios tipos de preguntas entre los participantes (West, 1984). Con una orientación similar, Richard Frankel (1984) ha dado cuenta en su investigación sobre el uso por parte de los médicos de la opción del tercer turno, luego de que un paciente ha respondido una pregunta. Lo que es remarcable de estos estudios es que mientras discuten algunos extractos cualitativamente, tienden a basar su conteo de instancias en criterios objetivos especificados. Por ejemplo, (West, 1984: 55), provee una definición operacional de una interrupción, refiriéndose a su trabajo anterior con Zimmerman: Una interrupción es la iniciación de habla simultánea que se entromete profundamente en la estructura de las palabras en uso del hablante; operacionalmente, se encuentra más de una sílaba más allá del limite de una unidad tipo posiblemente completa. Zimmerman y West, 1975: 113-115 Y en Frankel (1987: 157), encontramos un tipo de definición similar: Para propósitos de análisis, todos los terceros turnos que contienen uno más términos contrastantes, p.ej. bueno-malo, correcto-incorrecto, verdadero-falso, etc. Son codificados como secuencias de Evaluación. De manera similar, todos los terceros turnos que contienen uno o más términos neutrales son codificados como secuencias de Reconocimiento (o acuse de recibo). Aunque estas definiciones, especialmente la primera, presuponen algunas capacidades analíticas por ejemplo poder diferenciar los límites de una unidad tipo- éstas tienden hacia el tipo de instrucciones de codificación que se encuentran en la sociología cuantitativa convencional. Un abordaje de este tipo implica que el análisis de cierto tipo de objetos puede ser especificado de forma tal que puede delegarse responsablemente a una máquina o un dependiente. Problemas similares de codificabilidad se encuentran cuando uno usa ciertos tipos de programas de computación para asistir en el análisis del material conversacional (Ten Have, 20