Título de la ponencia: Juventud a cuarenta años de distancia. Temática: Nupcialidad, familias y hogares. Datos de la autora: Nombre completo: Laura Ramón Vásquez. Adscripción institucional: El Colegio de México Teléfono: 01 246 46 26 5 26, Celular: 246 101 5357 y 55 27 16 76 81. Dirección electrónica: lauraramonvasquez@gmail.com; lramon@colmex.mx Síntesis de 200 palabras. La juventud es una construcción social ligada a una etapa del curso de vida de las personas. Esta etapa está influida en gran medida por los eventos que ocurren en la sociedad y una manera de describirla es hacerlo a través de indicadores demográficos ligados con los eventos que marcan la transición a la edad adulta, entre ellos se encuentran la edad promedio a la primera unión; la edad promedio al primer hijo; el abandono de la escuela, así como el promedio de escolaridad y la permanencia en el sistema escolar; finalmente también se considera el ingreso a la población económicamente activa. De esta manera se pueden apreciar cambios sustanciales en ambos grupos de jóvenes, separados por 40 años de distancia. Se consideró este periodo pensando no solamente en el reemplazo generacional, sino que este nuevo grupo de personas llegara al menos a los 15 años de edad.
Resumen extenso Tema de estudio: las transiciones a la adultez Objetivos: o Definir lo que es juventud y con base en ello delimitar el grupo de edad a considerar como jóvenes. o Caracterizar ambos grupos de jóvenes que se pretenden estudiar a través de los principales indicadores de transición a la adultez o Comparar los resultados obtenidos para ambos grupos poblacionales. Perspectiva conceptual. Se realizará un análisis demográfico con indicadores que permitan mostrar características comparables de dos grupos poblacionales. Metodología Las fuentes de datos son dos censos: el IX Censo General de Población, realizado en 1970 y el Censo de Población y Vivienda 2010. Se realiza un análisis demográfico de orden descriptivo y comparativo. Resultados preliminares Juventud De acuerdo con Castaño y Ruiz en Pérez y Urteaga (2004) la juventud es una construcción social y cultural determinada por las ideas, imágenes y roles que la sociedad asigna a un grupo de la población que se encuentra en una etapa de transición. Quilodrán (2004) señala que su límite inferior es la adolescencia y el superior es la adultez. Mejía (1994) agrega que la juventud es una situación ambigua y que en ocasiones llega a considerarse como sinónimo de adolescente. Este periodo de la vida de toda persona, caracterizado por la construcción se su identidad, está dentro del curso de vida, entendiendo este como un modelo construido por la sociedad y propuesto a los individuos como principio organizador de desarrollo de su vida, [es] un sistema de normas que generan, por un lado, los roles de edad, y por el otro, las transiciones asociadas con etapas típicas (Cavalli, 2005).
En términos demográficos, es necesario asignar un intervalo de edad a la juventud, si bien la Organización de las Naciones Unidas ONU- (2005) definió a los jóvenes como las personas entre los 15 y 24 años de edad, el intervalo varía de país a país dependiendo de sus factores socioculturales, institucionales, económicos y políticos específicos. Además, en la categorización de niños incluye a los menores de 18 años, empalmándose así su clasificación. Por otro lado, la UNICEF (2011) define a los adolescentes como aquellas personas entre los 12 y 17 años de edad. Es importante considerar que actualmente se puede apreciar que las transiciones a la adultez se han vuelto más lentas (Quilodrán, El emparejamiento conyugal: una dimensión poco estudiadad de la formación de parejas., 2004) y dada la larga duración del periodo de instrucción y educación; así como a la extensión de la pubertad, se ha desarrollado una fase de en la vida considerada como intermedia y denominada postadolescencia, alargándose hasta el tercer decenio de la vida (Gillis, 1985). Es así como en este estudio, el análisis de los denominados jóvenes, se restringe a las edades 15 a 29 años para ambos sexos. Las primeras transiciones para la población mexicanas se agrupan entre los 20 y los 30 años, mientras que las relacionadas con ser abuelos ocurren más cercanas a los 50 años (Quilodrán, 2003), Esto da un espacio de entre 20 y 30 años de reemplazo generacional y si se agregan los 15 años para considerar como jóvenes a esta nueva generación, se obtiene un periodo de entre 35 y 45 años. Dado que los censos ocurren cada 10 años, se decidió utilizar el correspondiente a 40 años atrás. Indicadores de características sociodemográficas de la juventud Quilodrán (2004) señala que las principales transiciones demográficas de la juventud a la edad adulta son medidas con los siguientes indicadores: la edad promedio a la primera unión; la edad promedio al primero hijo y la tasa de fecundidad; el abandono de la escuela, así como el promedio de escolaridad y finalmente el ingreso a la población económicamente activa. A fin de tener una idea más clara del volumen poblacional de estos dos grupos, se han realizado sus pirámides poblacionales por edades desplegadas y por grupos quinquenales correspondientes únicamente a las edades de 15 a 29 años. En la pirámide poblacional de 1970 se aprecia la
tradicional base ancha y cúspide angosta, mientras que para 2010, ha tomado una forma que asemeja un rectángulo. En lo que respecta a la edad promedio a la primera unión, ésta se ha postergado conforme pasa el tiempo, así, para 2010 el promedio de edad es de 25 y 28 años para mujeres y hombres respectivamente. Mientras que para 1970 es de 23 y 25 años. Las formas de unión también presentan una diferencia importante entre las dos décadas, resaltando el incremento en el número de uniones libres, pasando de ser el 8.2% en la década de los setenta, a 14.4% en 2010. La edad promedio al primer hijo por su parte, es de 23 años para 1970 y de 25 para 2010, lo cual indica que va a la par con el inicio de la vida en pareja. Además, las tasas globales de fecundidad pasaron de poco más de seis hijos por mujer en 1970 a casi dos en 2010. En lo que respecta al promedio de hijos nacidos vivos, para el 2010 se reporta un promedio nacional de 1.7 hijos y para aquellas mujeres de 15 a 29 años alcanzó apenas el 0.83 hijos en promedio. La diferencia con 1970 es sustancial, ya que el promedio de hijos a nivel nacional era de 3.1, mientras que para las mujeres de 15 a 29 años alcanzó los 1.57 hijos en promedio, es decir, casi el doble del actual promedio de hijos para esos mismos grupos de edad. En lo que se refiere a la educación, se puede decir que tanto hombres como mujeres de 15 años y más han incrementado casi un 70% sus años de educación en el periodo de 1970 a 2010, cabe señalar que en general, el varón siempre tiene un grado de escolaridad ligeramente más alto al de las mujeres. Para 2010, el 40.4% de las personas de 15 a 24 años de edad siguen en la escuela, mientras que para 1970 solamente el 6% continúa sus estudios. Esto indica un incremento sustancial en la permanencia de los jóvenes en el sistema educativo y la consiguiente postergación de los eventos de transición a la adultez, ya que como lo indica Quilodrán (2004), si bien se reconoce que el incremento en el nivel educativo impacta negativamente en la fecundidad, lo que más influye es la permanencia en el sistema escolar. La Población Económicamente Activa o PEA son todas aquellas personas de 12 años y más que en la semana de referencia al Censo realizaron algún tipo de actividad económica o formaban parte de la población desocupada abierta. Para 1970 la el segmento de población de 15 a 29 años
tenía al 45.5% de sus integrantes como parte de la PEA, de los cuáles, el 95.4% se encontraba ocupado y el 4.6 desocupado. Para 2010 la PEA ha incrementado a 52.6%, y el resto de los porcentajes se mantiene. Considerando las juventudes Si bien la juventud no está circunscrita a una edad consensualmente determinada, el paso de la juventud a la edad adulta está ligado a una serie de eventos que permiten su caracterización y su definición en un grupo de edad de 15 a 29 años. Tal vez en años venideros este intervalo se siga ampliando dada la tendencia de la población a posponer los eventos transicionales a la edad adulta, como señalan los resultados obtenidos en los indicadores. O tal vez los indicadores de transición a la adultez sean otros. La edad a la primera unión y la edad al primer hijo se han postergado un promedio de 3 años al tomar en cuenta el inicio y el final de periodo considerado en este estudio; además, la tasa de fecundidad ha disminuido de manera acelerada, fue en la década de los setenta con la promoción de la disminución de la fecundidad cuando se dio el desplome más notorio, a lo largo de estos cuarenta años ha estado cercana a un tercio de su valor inicial. Por otro lado, la permanencia en la escuela para este grupo de edades es casi siete veces más alta en 2010 que en 1970. Por esta misma razón, la inserción en el mercado laboral también se pospone. Como se puede apreciar, la juventud hace 40 años tenía un periodo más corto que el actual dado que los resultados obtenidos en los indicadores para 1970 presentan edades transicionales más jóvenes que las obtenidas para 2010. Esto se puede deber no solamente al incremento de la permanencia en la escuela, sino también por las expectativas educativas que los padres tienen para con sus hijos.
Bibliografía Castaño Contreras, C., & Ruiz Dueñas, J. (2004). Presentación. En J. A. Pérez Islas, & M. Urteaga Castro-Pozo, Historias de los jóvenes en México: su presencia en el siglo XX (pág. 419). México: SEP, Instituto Mexicano de la Juventud, Archivo General de la Nación. Cavalli, S. (2005). El paradigma del curso de vida. Universidad de Génova., Departamento de Sociología y Centro de Interfacultades de Gerontología. Italia: Universidad Nacional de Luján. Gillis, J. R. (1985). Youth and history: tradition and change in european age relations, 1770 - present. New York: Academic Press. Mejía Modesto, A. (1994). Estudio comparativo del paso de la juventud a la edad adulta en dos momentos recientes 1970 y 1990. México, D.F.: El Colegio de México. Organización de las Naciones Unidas. (2005). Naciones Unidas. Nosotros los pueblos... unidos por un mundo mejor. Recuperado el 4 de 10 de 2011, de Decenio de las Naciones Unidas para la Alfabetización: la educación para todos (2003-2012): http://www.un.org/spanish/depts/dpi/boletin/alfabetizacion/youthandeducation.html Quilodrán, J. (2004). El emparejamiento conyugal: una dimensión poco estudiadad de la formación de parejas. En M. Ariza, & O. de Oliveira, Imágenes de la familia en el cambio de siglo. (págs. 217-250). México, D.F.: ISS-UNAM. Quilodrán, J. (2003). La familia, referentes en transición. Papeles de población (37), 57-82. UNICEF. (2011). UNICEF México. Recuperado el 30 de julio de 2011, de UNICEF México: http://www.unicef.org/mexico/spanish/ninos_6879.htm