MENSAJE DE LA SEÑORA MINISTRA OLGA SÁNCHEZ CORDERO DE GARCÍA VILLEGAS, ENVIADO PARA SU LECTURA EN LA INAUGURACIÓN DE LA TERCERA JORNADA JURÍDICA VAMOS DERECHO!, ORGANIZADA POR LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CIUDAD JUÁREZ, EL 6 DE MAYO DE 2004, EN EL AUDITORIO ARMANDO B. CHÁVEZ DE LA PROPIA UNIVERSIDAD, EN CIUDAD JUÁREZ, CHIHUAHUA. PENSAMIENTO Y ACCIÓN. Claves para la restauración y la fraternidad. En la universidad podemos abrazar la cultura del Otro a fin de que los Otros puedan abrazar nuestra propia cultura. Carlos Fuentes. Honorables autoridades, Destacados ponentes, Estimada comunidad universitaria, Muy queridos jóvenes: Chihuahua es un Estado grandioso. Por su geografía se suceden el desierto imponente, las profundas barrancas y la verde sierra Tarahumara. Por su territorio coexisten macizos de huizache, largoncillo y chamizo, gobernadoras, nopales, órganos y todo tipo de cactos, con truchas, pavos salvajes, liebres y venados; especias, hongos gigantes, plantas medicinales y valles cultivables, minas aún poco explotadas y madera, que junto con las nobles aguas que brotan en las alturas de su sierra, forman parte de una riqueza que no se agota en los recursos naturales. Chihuahua es un lugar privilegiado de nuestra geografía, pero lo es más aún por la calidad de su gente. Sus habitantes son quizá lo que más vida le da a este territorio en el que convergen Julimes, Tepehuanes, Tubaris y Tarahumaras; Paquimé, el Cañón de Santa Elena y las Barrancas del Cobre, la frontera y la sierra, Casas Grandes, Guachochi, Ciudad Cuauhtémoc, Juárez y la capital. Ese Estado que admira la entereza y el arte de Sebastián y de Siqueiros, está compuesto por personas que, como ustedes, hacen todo lo que está en sus
manos para salir adelante en medio de su pluralidad y diversidad y, actualmente, en medio de un conflicto social de proporciones importantes como el que hoy vive Ciudad Juárez. Eso, entre tantas otras cosas, es lo que me ha movido a tomar unos minutos para pergeñar estas líneas que, créanlo, me pesa mucho no poder estar leyendo personalmente ante ustedes y que tienen como único objetivo, enviarles un mensaje que pueda servir no sólo para inaugurar el congreso que están a punto de iniciar, sino, y perdonaran mi ambición, para transmitirles algunas ideas que quisiera conservaran, sobre el sentido moral e intelectual que debemos tener quienes nos dedicamos al derecho y vivimos en y para él. Pero igualmente sobre la importancia que tiene el pensamiento como factor de una inconformidad que detone cambios sustanciales en una sociedad. Empresa algo ambiciosa, dados, por una parte, el tiempo que la cortesía académica de este evento permite y, por otra, el que el tema en sí mismo, al menos para mí, que llevo alrededor de 30 años de experiencia profesional, resulta todavía difícil de exponer con la claridad que quisiera. Qué tiene el pensamiento que genera en un ser humano tanta inconformidad cuando es ejercido a cabalidad? Qué le da esa fuerza a las ideas, que hacen florecer culturas y sociedades? El pensamiento genera una acción social de magnitudes inigualables. El pensamiento libera o ata tanto como se quiera y, me atrevo a decirlo, a quien se quiera. Pero el pensamiento es factor de una inconformidad que solo se da en los espíritus libres y esos espíritus se forjan sólo a la sombra de una Alma Mater como esta universidad. Por ello quise comenzar estas palabras aludiendo al papel que juega la universidad como factor para el florecimiento del pensamiento y las ideas. Por eso quise encabezar este texto con las palabras de Carlos Fuentes que sintetizan maravillosamente el papel de la Universidad. 2
Porque actualmente las universidades públicas juegan un papel fundamental a nivel global, por supuesto; pero más importante aún, a nivel local. La universidad, nos dice Marcos Kaplan, es resultado y parte del progreso general de la modernidad. 1 Es resultado porque deviene de los más grandes ideales planteados por esa modernidad que descubrió la luz del medioevo, por esa modernidad que planteó en la revolución francesa las ideas de libertad, igualdad y fraternidad, es hija de esa modernidad que heredó los ideales de las grandes civilizaciones y custodió por muchos años el conocimiento universal. La universidad es resultado de un proceso inacabado de reforma, revolución y cambio, que sigue produciéndose todos los días en las aulas y bibliotecas, en los pasillos y los patios de cada una de ellas. La universidad ha ido floreciendo al amparo y bajo la sombra de la racionalidad, la tradición universalista y la pluralidad; y es también sinónimo de innovación, modernización y compromiso. Pero igualmente ha tenido que superar las barreras del oscurantismo, la intransigencia y la intolerancia. Ha logrado llegar hasta el puerto de este siglo rebasando los obstáculos que le han planteado el control estatal, las elites dirigentes y los grupos dominantes. La universidad ha atravesado el umbral del tiempo y ha trascendido a movimientos sociales y políticos de todo tipo. Ha superado las concepciones ideológicas, las barreras geográficas y culturales, y hoy se erige en baluarte de la cultura y la ciencia. Pero más importante aún, de la sociedad a la que sirve y en la que está inserta. Por eso, queridos jóvenes, el mensaje que quisiera conservaran en su corazón y en sus mentes, ahora que inauguran este importante ciclo de conferencias, es que nunca olviden que la universidad les ha detonado la capacidad de pensar y que esa capacidad no la deben perder con el paso del 1 Kaplan, Marcos. La universidad pública. Problemas, retos y dilemas. Educación, ciencia y cultura. Memorias del VII Congreso Iberoamericano de derecho constitucional. Instituto de Investigaciones Jurídicas UNAM- Porrúa, PEMEX. México, 2002. 3
tiempo, porque el pensamiento, encaminado a la acción fructífera, lleva a la reconciliación social, a la restauración de una sociedad afectada por muchos problemas, como las tenemos hoy desafortunadamente por todo el país. Que se den cuenta del importante papel que tienen como universitarios para suscitar el cambio en una sociedad que lucha por recobrar su identidad perdida, que lucha por restaurar los niveles de paz y convivencia que ha ido extraviando por personas sin escrúpulos que buscan generar en las personas miedo, pánico social. Que las ideas que se viertan en estas jornadas los lleven a desarrollar una capacidad analítica, pero ante todo una capacidad crítica, un sentimiento de inconformidad con lo establecido, pero encaminado en un sentido positivo, principalmente en los terrenos que muy pronto habrán de pisar en el ejercicio profesional: el campo de las instituciones. Porque sin instituciones, particularmente sin instituciones de justicia sólidas, que obliguen al cumplimiento de la ley, a la satisfacción de las obligaciones establecidas en los contratos, a la aplicación puntual de los reglamentos; la inseguridad en los mercados, en la vida privada y en la esfera pública se adueñará de la vida social, generando un caos muy costoso para los ciudadanos en general. No podrá concretarse una auténtica transición democrática, una auténtica transformación social, si la eficacia en la procuración e impartición de justicia no se reconcilian con la confianza de la sociedad en sus administradores. No podrá concretarse si la justicia no sostiene su estatuto de honorabilidad, de imparcialidad y de independencia. Porque en ello radica la misión de ustedes que han elegido estudiar derecho, en optar por la justicia, la igualdad y los valores democráticos. En opacar a quienes han optado por el camino contrario. Que esta opción por la justicia sea la constante de su vida. Quiero finalmente reiterar mi agradecimiento a las autoridades de esta universidad, por hacer que la educación siga siendo prioridad y por permitirme 4
transmitirles a ustedes estas ideas, esperando que sigan siempre cosechando éxitos y triunfos; que se opongan, con su trabajo, a la decadencia moral e intelectual de la profesión; que se realicen como abogados; pero sobre todo y lo más importante, que se realicen como seres humanos, que pongan, en medio de las sombras, claridad. Muchas Gracias. 5